Juan Marsé o el escepticismo
¿ Escribe usted durante todo el día, o sólo por las mañanas, o sólo de noche? ¿Se dedica exclusivamente a la creación literaria?
–Escribo cuando puedo, con un horario sujeto a las urgencias de otros trabajos que suelen tener muy poco o nada que ver con la literatura.
–¿Toma de la realidad algunos personajes o elementos que más tarde devengan protagonistas en sus novelas?
–Pretendo tomar todo lo que puedo de la realidad, lo cual no quiere decir “copiar”.
–¿Es usted gran lector de novelas, biografías, libros de historia, científicos y de política, de magia?
–Lo sería más si tuviera más tiempo libre. Últimamente leo poco.
–En su caso, ¿qué relevancia tiene el hecho de tener o no una formación filosófica profunda?
–No tenerla (que es lo que me pasa a mí) creo que me beneficia. Sobre todo al escribir. La novela necesita vida, no filosofía.
–¿Para qué sirve la literatura? ¿Para qué el escritor de novelas?
–Más que aventurar para qué sirven la literatura y el escritor de novelas, quisiera expresar lo que yo entiendo que son ambas cosas. Decir que sospecho que escribir novelas es toda una manera de estar vivo es decir bien poco, y suena, paradójicamente, a pretencioso. Es así, sin embargo, y no sabría aclarar mejor esta sospecha. Decir que escribir es también una forma de protesta y de crítica frente a cualquier tipo de sociedad, de institución humana (sea del color que sea y aunque uno tenga preferencia
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