En en el cuento de hoy: ¿Alguna vez has estado justo donde tienes que estar en el momento cuando tienes que estar? Vale. Eso es justo lo que no le ocurre a nuestro protagonista: un trabajador del sector T-137 a quien sus procrastrinadores hábitos matutinos van a dejar “desajustado”.

[semi-spoiler] Adjustment Bureau se publicó por primera vez en Orbit Science Fiction en otoño de 1954. Se ha recogido en numerosas antología posteriores y existe una película (Destino Oculto, 2011, no la recomiendo en especial) muy libremente inspirada en ella.

A mí me encanta cómo Dick nos traslada a estas ciudades pequeñas de la década de los 50 (la época en que fueron escritas estas historias). Llevamos visitando este tipo de escenarios casi de continuo en los últimos relatos. Es genial cómo nuestro protagonista por despistado acaba metiéndose en el lío más grande de todos y es tremendo cuando se encuentra a la gente estática, los objetos, suelo y paredes se deshacen como polvo mientras un grupo de hombres en trajes le persiguen. Se entiende que en el mundo está habiendo ajustes todo el rato pero en concreto la justificación del ajuste que se iba a llevar acabo en el sector T-137 es muy muy muy rollo psicohistoria de Hari Seldon. La Fundación (Asimov, 1951) salió tres años antes de que se publicase este cuento. Tampoco podía Dick quitarnos el momento esquizofrenia cuando el prota lo ve todo cambiado pero sólo sutilmente: pensar que las gentes son copias que otros les están suplantando es un clásico delirio.

Me gustan todos los personajes presentes. Son bastante cómicos el agente (el perro) y el funcionario. E imagínate que un martes normal, pero normal normal, vas al trabajo y se te rasga el espacio-tiempo. Y ves todo el cotarro. ¡Descubres la verdad del cosmos! Todos los filósofos y pensadores devanándose los sesos durante centurias y … quién iba a pensar! Lo más parecido a Dios no es otra cosa que un alto funcionario encargándose de que todo marche según lo previsto.

Pero lo que más me gusta es el final. Tras la no comparecencia del “amigo motorizado” todo se va de las manos y cuando parece que está todo perdido y lo van a desenergizar y muy ridículamente, el anciano le pregunta: “bueno, me juras por snoopy que novas a decir nada? Te dejaré ir” nuestro protagonista regresa al mundo conociendo el secreto que nadie más sabe. La verdad del cosmos. La respuesta a todo lo que es, ha sido y será. 42, vamos. ¡Y tiene que renunciar a ella! Y lo hace encantado, y no me extraña porque, si tienes que elegir, qué es mejor: ¿conocer la verdad absoluta o disfrutar del afecto y amor del nido? Ahí es lo que más me gusta de todo. Y lo relaciono con el mensaje vitalista de Humano Es.

K majo es Dick por deus =^___^=

Ilustración: Orbit Sciencie Fiction (1954) interior art by Faragasso.

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Muchas gracias!! =^__^=

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