Malicia Amenazante: Malicia, #10

Por K'Anne Meinel

Kathy ha descubierto el secreto de Alice. ¿Podrá lidiar con la enormidad de darse cuenta del monstruo que es su esposa? ¿Destruirá su matrimonio? ¿Destruirá a Kathy? ¿Cómo puede Kathy sobrevivir sabiendo lo que Alice es capaz de hacer? ¿Puede Alice compartirse completa y honestamente con su esposa? ¿Puede dejarla mantener este conocimiento?

• Idioma: Español
• Editorial: Shadoe Publishing
• Fecha de lanzamiento: 15 abr 2022
• ISBN: 9798201329662

K'Anne Meinel

K’Anne Meinel è una narratrice prolifica, autrice di best seller e vincitrice di premi. Al suo attivo ha più di un centinaio di libri pubblicati che spaziano dai racconti ai romanzi brevi e di lungo respiro. La scrittrice statunitense K’Anne è nata a Milwaukee in Wisonsin ed è cresciuta nei pressi di Oconomowoc. Diplomatasi in anticipo, ha frequentato un'università privata di Milwaukee e poi si è trasferita in California. Molti dei racconti di K’Anne sono stati elogiati per la loro autenticità, le ambientazioni dettagliate in modo esemplare e per le trame avvincenti. È stata paragonata a Danielle Steel e continua a scrivere storie affascinanti in svariati generi letterari. Per saperne di più visita il sito: www.kannemeinel.com. Continua a seguirla… non si sa mai cosa K’Anne potrebbe inventarsi!

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MALICIA AMENAZANTE

Libro 10

Si bien abundan las historias sobre asesinos masculinos, uno de cada seis asesinos en serie es una mujer. Dado que sus métodos suelen ser más silenciosos (el envenenamiento y la asfixia son los más populares), las asesinas femeninas tienen carreras más largas, causando estragos durante un promedio de ocho a once años en comparación con los dos o tres años que los hombres se salen con la suya. Esto es solo para asesinos CONOCIDOS y EXPUESTOS. Las mujeres, especialmente, pueden pasar desapercibidas indefinidamente, ya que se las considera erróneamente como el sexo débil y, a menudo, no se las considera al principio en una investigación de asesinato.

Kathy miró a Alice con ojos llenos de terror y conocimiento. Recordó lo que el FBI finalmente le había dicho sobre la escena del crimen, la cantidad de cuerpos y lo que se había hecho con esos cuerpos. Creían que varias personas habían cometido el crimen, posiblemente en venganza por una de las mujeres, o tal vez, por lo que Alex les había hecho pasar. No tenían ninguna pista para continuar, por lo que esto era mera especulación.

Kathy recordó el horror que sintió al escuchar lo que les habían hecho a esas víctimas, y recordó la satisfacción que sintió al mismo tiempo... y la culpa. Lo revivió todo en un instante mientras miraba los asombrosos ojos de gato de Alice y recordaba haberlos visto a través de la ventana de su celda. Alice había estado allí. Kathy lo supo instintivamente. Los ojos de Alice eran demasiado distintivos, y Kathy los había amado a ellos y a su esposa durante demasiado tiempo como para no reconocerlos. Todas las molestias que habían tenido en el fondo de su conciencia comenzaron a tener sentido en ese momento de comprensión.

Alice le devolvió la mirada, preguntándose qué estaba pensando Kathy y qué había hecho que se pusiera tan pálida. Extendió una mano para tocarla, pero Kathy la apartó casi violentamente. Alice retrocedió confundida. Miró a su esposa por un momento, luego se giró para levantar el ancla y regresar. Los niños protestaron, pero ella explicó que Kathy se sentía enferma y que tenían que cuidarla.

Todos los temores de traición volvieron a perseguir a Kathy. La única persona en el mundo en la que confiaba absolutamente le había mentido. ¿Alice también la había traicionado?

* * * * *

Fuiste tú, ¿no? Kathy siseó su acusación cuando finalmente estuvieron solas. Había pensado en sus conversaciones a lo largo de los años. Recordó los recursos de Alice y se preguntó por ellos. Trató de recordar más, pero la niebla en su cerebro de su propia experiencia horrible aún no se había aclarado. ¿Se había movido de un horror a otro? ¡Pero esta era Alice! Este era el amor de su vida. ¡Confiaba en ella! ¡Tuvo hijos con ella! ¡Había hecho un hogar con ella! Alice la había amado y esperado por ella. Ella mantuvo la esperanza. Si era Alice, Kathy quería que mintiera. Quería respuestas, pero las temía.

¿Qué fui yo? Alice pidió más detalles, pero fue lo suficientemente astuta como para darse cuenta de lo que Kathy estaba preguntando. Había visto la mirada de complicidad en los ojos de su esposa.

Fuiste tú en el complejo. ¡Te vi en la ventana de mi cubículo! dijo ella con absoluta convicción. Los ojos de Alice eran demasiado distintivos. "¿Por qué no me sacaste de ahí? ¿Por qué me dejaste? ella lloró su angustia. ¿Hiciste esas cosas indescriptibles a esos hombres? ¿Quién te ayudo? ¿Quién estaba contigo?" Se imaginó equipos de personas ayudando a su pequeña esposa a matar a esos hombres y preguntándose cómo lo habían logrado. Los recursos de Alice adquirieron un nuevo significado cuando Kathy se dio cuenta de lo que esto significaba.

Alice no estaba segura de que debería decírselo. Al mismo tiempo, ella no quería mentir. ¿El horror de descubrir quién era Alice y qué era acabaría con su relación? Miró a Kathy un largo momento, evaluando sus opciones. Sabía que podía confiar en Kathy, pero ¿podría confiar en ella después de contarle esta verdad? ¿Debería mentirle a Kathy para protegerla?

Fuiste tú, ¿no? Kathy volvió a preguntar en un susurro horrorizado, llevándose la mano a la boca mientras recordaba todo lo que le habían dicho y lo que había aprendido. Lo poco que había visto cuando la sacaron de allí no la preparó para las imágenes mentales de lo que le habían contado. Alguien, o varias personas, habían mutilado horriblemente los cuerpos. Habían matado a todos los guardias y a los hombres y mujeres que habían estado victimizando a las mujeres esclavizadas... disfrutando de sus cuerpos, enseñándolos y usándolos. Alex The Flybird Johansen, su supuesto amo, había sido torturado. Cuando escuchó eso, se alegró y luego se sintió culpable por tener esa emoción.

Sí, dijo Alice simplemente y se quedó allí, esperando a ver qué haría Kathy. ¿Cómo reaccionaría ante la noticia de que su esposa había quitado la vida a muchos hombres en venganza por lo que le habían hecho?

Kathy la miró fijamente. Escuchar a Alice admitir que había estado allí, el hecho de que la imaginación de Kathy no se le hubiera escapado, fue casi decepcionante. Sintió como si su cuerpo se desinflara ante la confirmación de sus acusaciones.

Alice extendió la mano, pero la retiró cuando Kathy se apartó. Suspirando, trató de explicar: Tenía que tener capacidad de negación. ¿Cómo podría explicar lo que estaba haciendo allí? ¿Cómo podría explicar cómo supe que estabas allí?

Kathy la miró horrorizada pero entendió lo que estaba diciendo. A medida que asimilaba eso, se dio cuenta de lo contenta que estaba de que todos esos hombres estuvieran muertos. Se habían merecido morir por tratarla a ella y a los demás como pedazos de carne y juguetes, juguetes para sacar a relucir a su conveniencia e incluso máquinas reproductoras. Sus ojos comenzaron a cambiar mientras Alice la observaba. Estaba esperando que su esposa dijera algo, hiciera una acusación, hiciera una pregunta... cualquier cosa. El silencio se extendió insoportablemente entre ellas, y luego ella soltó: ¿Pero por qué?

Alice pareció sorprendida por la pregunta. Por qué era lo último que esperaba que Kathy le preguntara. Pensando rápidamente, respondió: No quería que se contara su versión de los hechos, sus mentiras. Te usaron a ti y a las demás, y querían volver a hacerlo con las otras... Su voz se apagó cuando los ojos de Kathy se abrieron repentinamente al recordar.

Kit... ella respiró.

Alice asintió.

¿Pero cómo te enteraste? Kathy preguntó en un tono de súplica. Ella necesitaba saber. Todavía estaba