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El Frente de Liberación Popular (FELIPE): Historia de una rebelión, 1958-1969
El Frente de Liberación Popular (FELIPE): Historia de una rebelión, 1958-1969
El Frente de Liberación Popular (FELIPE): Historia de una rebelión, 1958-1969
Libro electrónico440 páginas6 horas

El Frente de Liberación Popular (FELIPE): Historia de una rebelión, 1958-1969

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El Frente de Liberación Popular —conocido popularmente como FELIPE— fue el primer grupo de oposición al franquismo formado por la primera generación que no había vivido la Guerra Civil. Sus integrantes tuvieron que hacer frente a la persecución, la tortura, el exilio y la muerte por defender unos ideales democráticos que ofrecían una nueva visión del socialismo al calor de las transformaciones de la izquierda en Francia e Italia, y del ejemplo que suponían los movimientos emergentes en Iberoamérica y Asia durante los años sesenta. Paralelamente, realizaban una crítica al intervencionismo soviético en Hungría y Checoslovaquia y pretendían encontrar una tercera vía entre el capitalismo y el comunismo, así como también establecer una conexión entre cristianismo y marxismo.

La mayoría de sus miembros eran ciudadanos corrientes que, a diferencia de la “orgullosa” militancia del PCE, tuvieron la prudencia de mantenerse siempre en la más absoluta clandestinidad. Su actividad disidente pasó por diversas etapas durante las décadas de los cincuenta y sesenta, y se distinguió especialmente en los ámbitos cultural y social, con la publicación de libros o la concienciación de los barrios más humildes a través del apoyo de formaciones cristianas, como la Hermandad Obrera de Acción Católica, o sindicales, caso de las primeras Comisiones Obreras.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 mar 2022
ISBN9788413524207
El Frente de Liberación Popular (FELIPE): Historia de una rebelión, 1958-1969
Autor

Francisco Lara Sánchez

Oficial industrial en la rama del metal, ingeniero técnico industrial, licenciado en Sociología y Ciencias Políticas, doctor en Psicología y profesor asociado del Departamento de Psicología Social, Antropología Social, Trabajo Social y Servicios Sociales de la Facultad de Psicología de Málaga durante diez años. Ha impartido clases en varias facultades y escuelas universitarias de Trabajo Social durante una década, así como cursos de doctorado. Ha realizado numerosas colaboraciones sobre temas andaluces en diarios como Sol de España, Seminario Criba, Revista Contrapunto, Fomento Social o Ilustración Regional; durante varios años llevó la sección del movimiento obrero en la revista Noticias Obreras y Mundo Social. Obtuvo el I Premio Blas Infante de la villa de Casares en el concurso sobre historia de Andalucía en los siglos XIX y XX. Tiene publicados varios libros sobre temas sociales, económicos, psicológicos e históricos, así como culturales, ha impartido numerosas conferencias y seminarios, sobre temas diversos como el uso psicoterapéutico de los animales de compañía, marginación social, movimientos sociales, calidad, etc. Publicaciones que destacan en la temática de historia: La emigración andaluza. Análisis y testimonios, Población y sector primario en la Andalucía franquista, Andalucía (1939-1977): estructura social e industrialización, Marginación y colectivos sociales en Andalucía, etc. Ha participado con comunicaciones en congresos nacionales e internacionales con intervenciones sobres servicios sociales, pobreza, marginación social, etc., y ha realizado varias exposiciones documentales sobre temas como la marginación social, el uso psicosocial de los animales, los movimientos sociales, los movimientos de Acción Católica en Andalucía, historia del flamenco, etc. Durante varios cursos participó como profesor de la Universidad de Mayores de Málaga, siendo publicadas sus intervenciones junto a otros profesores por Ediciones de la UMA, así como impartió numerosos cursos como profesor en la Escuela de Animación Sociocultural de la Junta de Andalucía y sobre Calidad y Sistemas de Evaluación y Control.

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    El Frente de Liberación Popular (FELIPE) - Francisco Lara Sánchez

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    Índice

    INTRODUCCIÓN. REBELARSE CONTRA UNA DICTADURA

    PRIMERA PARTE. EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA FORMACIÓN POLÍTICA (1958-1959)

    CAPÍTULO 1. EL FRENTE: UNA NUEVA FORMA DE REBELIÓN

    Una generación que no conoció la Guerra Civil

    El FLP y sus militantes

    La Huelga Nacional Pacífica

    CAPÍTULO 2. EL FLP ENTRE REJAS: LA CAÍDA DE JULIO CERÓN AYUSO

    La gran caída

    Los presos del FLP

    CAPÍTULO 3. ESTUDIANTES, OBREROS Y CATÓLICOS EN EL FRENTE DE 1958-1959

    Estudiantes

    Obreros

    Católicos

    SEGUNDA PARTE. RECOMPOSICIÓN Y EXPANSIÓN (1960-1964)

    CAPÍTULO 4. LA RECONSTRUCCIÓN ORGANIZATIVA DEL FLP

    La España de inicios de los sesenta

    La reconstrucción del FLP

    La lucha armada

    Difundir los mensajes: la agencia de prensa del FLP

    CAPÍTULO 5. LA EXPANSIÓN DEL FLP

    Una España federal: creación del FOC y ESBA

    Envío de personajes de relieve: Comín y el triángulo del FLP en Andalucía

    Asturias: la huelga de 1962 y su impacto en otras regiones

    El I Congreso del FLP: De Sierra Maestra a Múnich

    Publicaciones del FLP (1960-1964)

    CAPÍTULO 6. UN FRENTE PARA ESTUDIANTES Y OBREROS

    El movimiento estudiantil

    El movimiento obrero

    TERCERA PARTE. DEL RESURGIMIENTO AL ESTALLIDO (1965-1969)

    CAPÍTULO 7. EL RESURGIMIENTO DEL FLP

    Nueva etapa y primeras escisiones

    El gradualismo

    Alfonso Carlos Comín y el FLP en Andalucía

    Libros contra el franquismo

    El FOC y su influencia en Andalucía

    El FLP en Málaga

    CAPÍTULO 8. MAYO DEL 68 Y EL RESURGIMIENTO DEL FLP

    Mayo del 68

    La muerte de Enrique Ruano

    Radicalización y disolución del histórico FLP

    Después del FLP, ¿a dónde fueron sus militantes?

    CAPÍTULO 9. EL FLP Y EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE LOS SESENTA

    Inquietudes políticas frente a la ‘masa neutra’

    El FLP y el movimiento estudiantil en Málaga

    Las luchas de los estudiantes de Ingeniería Técnica Industrial (1967-1969)

    CAPÍTULO 10. EL FLP Y EL MOVIMIENTO OBRERO (1965-1969)

    El mundo del trabajo durante la segunda mitad de los sesenta

    El crecimiento de Comisiones Obreras

    De la Intercomisión a la ilegalidad de Comisiones Obreras

    El IV Congreso Sindical y el estallido: las Comisiones Obreras Revolucionarias

    FUENTES

    BIBLIOGRAFÍA

    NOTAS

    Cristian Cerón Torreblanca

    Profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Málaga. Actualmente es el coordinador de Prácticas Externas del Grado en Historia, en la Facultad de Filosofía y Letras. Sus líneas de trabajo son la historia del franquismo y de la transición política a la democracia en España e Iberoamérica; también se ha centrado en otros ámbitos de análisis, como los estudios de género, la cultura popular, la historia de la prevención de riesgos laborales o la historia de empresas. Es investigador principal del grupo PAIDI de la Junta de Andalucía HUM-333 (Crisol Malaguide), y como investigador ha participado en proyectos I+D+i centrados en la historia del Estado. Actualmente es investigador principal de un proyecto de investigación sobre el Frente de Liberación Popular en Andalucía (AYUDA_18_B3_11) y ha coordinado cinco proyectos de innovación educativa centrados en recuperar el papel de la mujer en las materias impartidas por el Área de Historia Contemporánea. Entre sus publicaciones más relevantes, destacamos los libros: Consolidación y evolución del franquismo en Málaga, 1943-1959 (2005); La paz de Franco, la posguerra en Málaga: desde los oscuros años cuarenta a los grises años cincuenta (2007), obra que recibió el primer premio de investigación María Zambrano que la Fundación General de la Universidad de Málaga concede al mejor trabajo publicado en el área de Humanidades; Los límites del Estado. La cara oculta del poder local (2018); y Españolas: Biografías femeninas y recursos didácticos para una Historia de España Contemporánea (2021).

    Francisco Lara Sánchez

    Oficial industrial en la rama del metal, ingeniero técnico industrial, licenciado en Sociología y Ciencias Políticas, doctor en Psicología y profesor asociado del Departamento de Psicología Social, Antropología Social, Trabajo Social y Servicios Sociales de la Facultad de Psicología de Málaga durante diez años. Ha impartido clases en varias Facultades y Escuelas Universitarias de Trabajo Social durante una década, así como cursos de doctorado. Ha realizado numerosas colaboraciones sobre temas andaluces en diarios como Sol de España, Seminario Criba, Revista Contrapunto, Fomento Social o Ilustración Regional; durante varios años llevó la sección del movimiento obrero en la revista Noticias Obreras y Mundo Social. Obtuvo el I Premio Blas Infante de la villa de Casares en el concurso sobre historia de Andalucía en los siglos XIX y XX. Tiene publicados varios libros sobre temas sociales, económicos, psicológicos e históricos, así como culturales, ha impartido numerosas conferencias y seminarios, sobre temas diversos como el uso psicoterapéutico de los animales de compañía, marginación social, movimientos sociales, calidad, etc. Publicaciones que destacan en la temática de historia: La emigración andaluza. Análisis y testimonios, Población y sector primario en la Andalucía franquista, Andalucía (1939-1977): estructura social e industrialización, Marginación y colectivos sociales en Andalucía, etc. Ha participado con comunicaciones en congresos nacionales e internacionales con intervenciones sobres servicios sociales, pobreza, marginación social, etc., y ha realizado varias exposiciones documentales sobre temas como la marginación social, el uso psicosocial de los animales, los movimientos sociales, los movimientos de Acción Católica en Andalucía, historia del flamenco, etc. Durante varios cursos participó como profesor de la Universidad de Mayores de Málaga, siendo publicadas sus intervenciones junto a otros profesores por Ediciones de la UMA, así como impartió numerosos cursos como profesor en la Escuela de Animación Sociocultural de la Junta de Andalucía y sobre Calidad y Sistemas de Evaluación y Control.

    Cristian Cerón Torreblanca y Francisco Lara Sánchez

    El Frente de Liberación Popular (FELIPE)

    Historia de una rebelión, 1958-1969

    Este libro ha sido publicado gracias a la Ayuda_18_B3_11 de la Universidad de Málaga: Recuperando nuestro pasado. Historia del FELIPE (Frente de Liberación Popular) en Andalucía, 1958-1969, perteneciente al Plan Propio de la Universidad de Málaga Andalucía TECH (Campus de Excelencia Internacional de la Universidad de Málaga y la Universidad de Sevilla).

    Sus contenidos se enmarcan dentro del PIE UMA 19-015 Rescatando la memoria. Las biografías femeninas como técnica y recurso didáctico en la Educación Superior, así como en la línea de trabajo del Grupo PAIDI de la Junta de Andalucía HUM-333, Crisol Malaguide.

    Imagen de contracubierta: Archivo de la Transición. Licencia Creative Commons.

    © Cristian Cerón Torreblanca y Francisco Lara Sánchez, 2022

    © Los libros de la Catarata, 2022

    Fuencarral, 70

    28004 Madrid

    Tel. 91 532 20 77

    www.catarata.org

    El Frente de Liberación Popular (FELIPE).

    Historia de una rebelión, 1958-1969

    isbne: 978-84-1352-420-7

    ISBN: 978-84-1352-364-4

    DEPÓSITO LEGAL: M-405-2022

    THEMA: JPWQ/3MPQ-ES-A

    impreso en artes gráficas coyve

    este libro ha sido editado para ser distribuido. La intención de los editores es que sea utilizado lo más ampliamente posible, que sean adquiridos originales para permitir la edición de otros nuevos y que, de reproducir partes, se haga constar el título y la autoría.

    A Carolina y Arturo, porque nunca dejan de luchar por sus sueños con una linda sonrisa.

    A los compañeros con que milité en esta organización política, como Pedro Andrés González García y José Antonio Ruiz Muñoz, cuyas experiencias recogieron en varias publicaciones y que han ayudado a reconstruir en parte la historia del FLP en Andalucía, y a los compañeros que ya no podrán leer este libro, como José Antonio Díaz Valcárcel, Diego Ruiz Galacho, Juan García y Antonio Escaño Blanco, quienes me reiteraban que un día escribiera esta historia que compartimos (a estos in memoriam).

    Todo lo que ha ocurrido teme a su palabra.

    Elías Canetti

    El FLP era el peor mal que había en la universidad española.

    Rodolfo Martín Villa

    Estábamos muy atentos a los panfletos y documentos de las otras formaciones políticas, en especial los del Frente de Liberación Popular (FLP).

    Alfonso Guerra González

    Para el liberalismo, extirpar la memoria histórica significa dejar la Historia sin culpables, sin causas.

    Manuel Vázquez Montalbán

    La verdad siempre resplandece al final; eso sí, cuando ya se ha ido todo el mundo.

    Julio Cerón Ayuso

    Introducción

    Rebelarse contra una dictadura

    El conocimiento del pensamiento político, social y cultural del periodo 1936-1975 tiene una gran deuda con las personas que decidieron defender los valores democráticos frente al poder de la dictadura. Desde la Transición han ido apareciendo estudios que nos explican el relevante papel de los grupos de oposición al franquismo y su contribución a la vuelta de la democracia en España. Estos trabajos se han centrado sobre todo en los primeros veinte años del régimen (1939-1959), lo que los historiadores denominamos como primer franquismo, así como en la etapa final de la dictadura (1969-1975), conocido como tardofranquismo. Unas etapas que destacan por diferentes estrategias de oposición. Si en la primera sobresale el empleo de la lucha armada contra el régimen, los últimos años hacen hincapié en la utilización de las instituciones de la propia dictadura para desgastarla desde dentro, como la estrategia empleada por las entonces ilegales Comisiones Obreras (CC OO) con el sindicalismo vertical¹.

    Sin embargo, al periodo comprendido entre las décadas de los cincuenta y sesenta la bibliografía científica le ha prestado menos atención². Fue durante esos años cuando surge el primer grupo de oposición al franquismo formado por la primera generación que no vivió la Guerra Civil: el Frente de Liberación Popular (FLP) —conocido por el acrónimo FELIPE—, compuesto por hombres y mujeres que tuvieron que hacer frente a la persecución, la tortura, el exilio y la muerte por defender unos ideales democráticos³.

    Ofrecían una nueva visión del socialismo al calor de las transformaciones de la izquierda en Francia e Italia, y del ejemplo que suponían los movimientos emergentes en Iberoamérica y Asia durante los años sesenta, así como paralelamente realizaban una crítica al intervencionismo soviético en Hungría y Checoslovaquia. Pretendían encontrar una tercera vía entre el capitalismo y el comunismo, así como también establecer una conexión entre cristianismo y marxismo.

    Durante prácticamente una década, esta organización política sirvió para formar a unos militantes que, a partir de los años setenta, se incorporarían a otras formaciones, y algunos de ellos llegarían a ser altos cargos en los gobiernos de la UCD (Unión del Centro Democrático) y del PSOE (Partido Socialista Obrero Español). Unos radicalistas estéticos (Tusell, 2005a: 140) entre los que encontramos personajes de la talla de Miquel Roca, Narcís Serra, Pasqual Maragall y Manuel Vázquez Montalbán en Cataluña, o José María Maravall, Joaquín Leguina, Carmen Iglesias y Nicolás Sartorius como algunos de sus militantes más conocidos. Andalucía no fue ajena a esta formación política, y andaluces de relevancia durante nuestra democracia como José Pedro Pérez Llorca, Manuel Jiménez de Parga o José Luis Leal Maldonado llegaron a militar en sus filas en algunos momentos de su vida política.

    Pese a la importancia de esta organización de carácter nacional en las políticas de renovación de los movimientos que se opusieron al franquismo y lideraron más tarde el proceso democrático, apenas tenemos conocimiento de esta formación, y cuando lo hacen destacan los núcleos de Madrid, Cataluña o el País Vasco, quedando Andalucía tristemente olvidada. Se ignora la contribución andaluza y el papel desempeñado por su militancia en la lucha contra la dictadura.

    Probablemente, el acceso a las fuentes tenga mucho que ver en lo expuesto anteriormente⁴. Si ya es complicado reconstruir la historia de una organización clandestina durante la dictadura, en el caso del FLP se añade el reto para el investigador de buscar estos registros documentales⁵. A diferencia de otras formaciones de la oposición al franquismo, no existe ningún archivo del Frente, pues con su desaparición como organización en 1969 también lo hicieron los documentos generados durante la etapa en la que estuvo activo. Como veremos en la tercera parte de este libro, en ocasiones, el intento de mantener el archivo fue desechado por los propios felipes, que no dudaron en destruir sus documentos ante el temor de caer en manos de la policía. Por suerte, no todos lo hicieron. En el Archivo de la Fundación Pablo Iglesias (Alcalá de Henares) se conservan documentos del FLP pertenecientes a los fondos donados por sus militantes Manuel Arija y Carmen Iglesias, así como en el International Institute of Social History (Ámsterdam) se encuentra documentación diversa del Frente. En cualquier caso, no hay un centro documental exclusivo para su estudio, como sí ocurre con el PCE, CNT, PSOE o CC OO, entre otros.

    Esta dificultad obliga a superarla mediante los recuerdos de sus protagonistas, ya sea con testimonios escritos o procedentes de la historia oral, así como intentando localizar archivos privados, en los que antiguos activistas guardan documentación sobre su militancia. La presente investigación se basa fundamentalmente en ello, en la consulta de estos documentos recopilados y en el relato de sus protagonistas, poniendo de relieve el papel de Andalucía en el FLP, porque el Frente fue una organización federal. No solo Madrid, Cataluña o el País Vasco destacaron dentro de ella, sino que también la contribución andaluza fue importante para comprender la historia de esta formación clandestina.

    Esta historia del FLP abandona la cronología clásica establecida por su fundador Julio Cerón en los años sesenta, cuando hablaba del Felipe I, Felipe II y del Felipe III (Cerón, 1966). Como si se tratase de los reyes de la Casa de Austria para referirse a su organización, utilizó a estos con una elegante ironía para establecer las diferencias entre unos y otros. Sin embargo, esta división ha sido seguida por la historiografía y, por tanto, reproducida cuando se habla del FLP. En este trabajo argumentamos que no hubo tres felipes, sino uno solo que evolucionó con el paso de los años, atendiendo a las circunstancias específicas del momento, así como a la incorporación de una nueva militancia que aportaba ideas diferentes a las anteriormente defendidas. Por ello, el trabajo aborda la historia del FLP en tres etapas, que se corresponden con los cambios producidos en la dirección política, así como la orientación adoptada por cada una de ellas, y que atienden a las circunstancias concretas de cada periodo histórico. De esta manera, nos encontramos con una formación que va evolucionando a medida que pasan los años y se incorporan dirigentes que, si bien tienen como elemento común la juventud, también es destacable que la incorporación de los más jóvenes durante la década de los sesenta produce diferencias entre los más veteranos. Una situación que no debería llevar a sorpresa, porque desde el mismo Frente no existía una cosmovisión a imponer a sus militantes, sino todo lo contrario: se fomentaba la crítica y la reflexión. Esta peculiaridad hacía a los felipes muy atractivos para la oposición progresista, pero a su vez era su gran debilidad, al no ofrecer, como los partidos políticos, unas bases ideológicas más o menos fijas sobre las que articular su programa, lo que finalmente llevaría al FLP a su destrucción: al no lograr la coexistencia dentro de su seno de ideas tan diversas y proyectos tan diferentes, el Frente estalló. Una división interna acentuada durante la segunda mitad de los años sesenta y que no ayuda a que los posibles colaboradores den el paso de militar en ella, al percibir el ideario que se les presenta como muy heterogéneo, cuando no confuso, especialmente después de mayo de 1968, al echar en falta esos referentes sólidos que les ofrecen partidos como el PCE o el PSOE.

    De esta manera, en la primera parte del trabajo abordamos los primeros años de esta formación: 1958-1959. Son los capítulos 1, 2 y 3, y se corresponden con la etapa constitutiva del movimiento y con el FLP más ceroniano. Su líder Julio Cerón articuló a la formación como un grupo de amigos que atrajo a una parte importante de los hijos de los vencedores de la Guerra Civil. El no haberla vivido ayudaba a que se considerase a esta como parte de un pasado a superar, así como a la dictadura que había traído consigo la victoria del bando sublevado. Para estos jóvenes había llegado el momento de recomponer los pedazos rotos por la violencia y encontrar un espacio común entre todos aquellos que tenían inquietudes sociales, independientemente de cuál fuese su procedencia ideológica. Así, durante este breve tiempo, encontramos militantes que han tomado conciencia de los problemas del país en las organizaciones católicas permitidas por la dictadura, los cuales se relacionan con esa otra militancia que procede del marxismo. Se busca ese diálogo entre cristianismo y marxismo, y que no hacía tanto tiempo se pensaba como imposible. De todo ello tratan los tres primeros capítulos, así como de la reacción de la dictadura que ve con preocupación la aparición del FLP, no dudando en desarticularla cuando considera que las cosas fueron demasiado lejos. Pero el encarcelamiento de los principales dirigentes no acaba con la formación, sino que esta inicia otra fase con la llegada de nuevos líderes que reemplazan a los caídos y aportan unas ideas diferentes a las defendidas por Julio Cerón, que tendrá que ver cómo la organización que creó va distanciándose cada vez más del proyecto que alumbró al final de los años cincuenta.

    La segunda parte, los capítulos 4, 5 y 6, se corresponden con los años 1960-1964. Durante esta etapa, el Frente se reestructura, y con una nueva dirección, la central de permanentes, inicia una nueva fase en la que se expande por todo el país. En una época en la que el centralismo es común tanto en grupos conservadores como progresistas, destaca el FLP por presentar una estructura en la que se reconoce la singularidad de las regiones que componen España. De esta manera, nos encontramos que el Frente en Cataluña se agrupa bajo las siglas de FOC (Front Obrer de Catalunya), mientras que en el País Vasco lo hace a su vez con ESBA (Euskadiko Sozialisten Batasuna). Aunque ambas agrupaciones están federadas al FLP del resto de España, son el reconocimiento de una pluralidad existente en el país por parte de esta formación que tiene una idea descentralizadora del Estado, inexistente en otras fuerzas políticas de los años sesenta. Por otra parte, la tendencia marxista de la que procedía una parte de su militancia se va imponiendo a los defensores de un cristianismo más social, lo que se observa en la defensa de una lucha armada para defender su ideario político. El sueño de crear un movimiento guerrillero similar a los que surgen durante estos años y que han sido capaces de derribar dictaduras o deshacerse del yugo colonial, se basaba en una lectura del marxismo que la veía inevitable. Una idea también compartida por algunos intelectuales europeos que la esperaban en cualquier momento, pero que, al confrontarse con los cambios producidos por una incipiente modernización durante los primeros años de la década, vieron que estaba fuera de la realidad, como supieron observar los países de los que tanto se esperaba (Argelia, Cuba o Yugoslavia) y que no veían posible el establecimiento de un movimiento guerrillero en la España de los sesenta.

    También durante estos años la Federación Exterior tendrá un peso importante en la estructura del FLP. Sus recursos económicos, procedentes de una inmigración española en Europa que paulatinamente va en aumento, junto a una reflexión ideológica enriquecida al contacto de la intelectualidad socialista europea, les dotará de un gran prestigio y peso dentro de la organización. Además, es fuera de las fronteras españolas donde puede organizarse libremente el I Congreso del FLP. Mientras en el interior, el Frente afronta uno de sus mayores retos: apoyar las huelgas de 1962. Iniciadas en Asturias, pero con repercusión en todo el territorio nacional, el FLP destacará por intentar rentabilizar ese descontento. Es en ese momento cuando la iniciativa de abrir despachos de abogados laboralistas se convierte en una estrategia novedosa para combatir a la dictadura desde dentro y que después se hará generalizada durante la etapa final de la dictadura o en los primeros años de la Transición, cuanto otras fuerzas políticas también la pongan en práctica. El Frente tendrá su protagonismo en este malestar social e intentará comunicarlo a la sociedad y al mundo mediante la creación de una agencia de noticias propias. Un proyecto con el que se rivalizaba con el PCE por una audiencia de izquierda, que veía cómo la hegemonía del partido comunista comenzaba a peligrar; sin embargo, la diversidad de proyectos que albergaba la propia organización frentista impedirá que esta se materialice.

    La implantación de los protocolos de seguridad hará más difícil a las fuerzas policiales de la dictadura infiltrarse en esta organización clandestina, aunque, finalmente, lo conseguirán provocando otra caída de la organización, pero no antes de que esta pueda enviar a felipistas de relieve a diferentes zonas, como Andalucía, para facilitar la creación de grupos de oposición entre estudiantes y obreros. Especialmente a estos últimos, pues llegar al mundo del trabajo no era sencillo, dado que no solo significaba enfrentarse a la dictadura, sino también disputarle al PCE una afiliación que hasta el momento consideraba como propia. Sin embargo, el contubernio de Múnich acelerará la represión que descabezará de nuevo a la organización, al sentirse la dictadura amenazada, tras tomar conciencia del malestar existente en el propio país y de las posibilidades que esto supondría para una oposición no comunista unida bajo el rechazo al dictador. Finalmente, se cierra esta etapa con una relación de publicaciones del FLP que se han conservado en algunos archivos, pues fueron unos años donde el Frente plasmó en ellas su ideario, pese a la dificultad y el riesgo que suponía hacerlo en la clandestinidad.

    La tercera y última parte se inicia en 1965 y trata la etapa en la que el FLP consiguió su máxima expansión, pero a su vez engendró una mayor diversidad que hizo imposible la convivencia de ideas tan diferentes dentro de una misma formación, lo que contribuyó a su desaparición en 1969. Fueron cuatro años muy intensos, como se refleja en los cuatro capítulos que componen esta parte. En el séptimo y octavo, la tendencia gradualista que ya estaba presente en años anteriores se va imponiendo, como ocurría tanto en Europa o fuera de ella en países iberoamericanos, como el Chile de Salvador Allende, donde se defiende la conquista paulatina de la estructura del Estado para realizar la transformación al socialismo sin utilizar la violencia, una opción que el FLP descarta definitivamente durante estos años; sin embargo, la tendencia marxista-leninista, así como también el trotskismo, van ganando cada vez más influencia. La idea de una agrupación como el Frente ya no es considerada por algunos como la mejor opción, al ponderar mejor la alternativa de crear un partido, con un ideario menos flexible y una férrea disciplina que aporte más certezas que dudas; en definitiva, más adoctrinamiento y menos reflexión y espacio para la crítica. Ideas que al no ser compartidas por la diversidad de tendencias que acogía el Frente lo irá minando, acentuándose estos desencuentros tras los episodios de mayo del 68, todo ello con una represión que se va recrudeciendo y que le costará la vida al militante del FLP Enrique Ruano. De esta manera, asistimos al proceso de radicalización que acabó con el FLP. El capítulo octavo finaliza con un epígrafe donde situaremos a los principales protagonistas de nuestra historia durante los años siguientes en partidos políticos muy diversos, desde la UCD hasta el PCE, pasando por el PSOE, así como otras formaciones minoritarias. La militancia del FLP engrosará las filas de buena parte de las formaciones que realizaron la transición de la dictadura a la democracia, aportando una experiencia de primera mano adquirida en el Frente, pero que, con el paso del tiempo, la escuela de políticos que fue el FLP quedó relegada de la historia para dar protagonismo a aquellas formaciones que compitieron con ella en la clandestinidad.

    Finalmente, los dos últimos capítulos están dedicados a la relación del FLP con los estudiantes y obreros durante estos últimos años. Así, el FLP siempre tuvo entre los jóvenes estudiantes una gran acogida, como vemos en los epígrafes dedicados a los estudios de caso de los felipistas malagueños o las reivindicaciones por mejorar la titulación de Ingeniería Técnica Industrial, que durante estos años vio transformada sus enseñanzas, lo que motivó que estudiantes de toda España se movilizasen para defender sus derechos, y, entre ellos, estaba la militancia del FLP. Con respecto al mundo del trabajo, el FLP, al igual que otras formaciones políticas del periodo, intentará contactar con los trabajadores, pero comprobaron que esto era más difícil que con los estudiantes. Solo las federadas FOC y ESBA tuvieron más éxito al incorporar un número destacable de obreros al Frente, mientras que, en el resto de las regiones, especialmente en la Zona Centro controlada por Madrid, el peso de los estudiantes tenía un peso excesivo, reflejo de ese fracaso por incorporar a los trabajadores, lo que trajo unas consecuencias nefastas para la formación, pues la teoría de los pensadores socialistas que tanta influencia tenía en los planteamientos de los estudiantes contrastaba con la realidad del mundo laboral, contribuyendo a un distanciamiento más que a un acercamiento de ambas realidades. El nacimiento y expansión de CC OO, donde tuvo participación la militancia felipista, también queda reflejada en estos capítulos que finalizan con el estallido del FLP de 1969. Fue un triste final para una formación que durante una década combatió desde la clandestinidad a una dictadura que, anclada en la victoria de la Guerra Civil, seguía reprimiendo toda disidencia y dividiendo a la sociedad en vencedores y vencidos.

    Este trabajo no se hubiese podido realizar sin el apoyo y financiación de la Universidad de Málaga, que desde el primer momento nos animó a emprender este proyecto de recuperación de la memoria democrática con la ayuda del Vicerrectorado de Investigación. Tampoco hubiese sido posible sin el apoyo de mis compañeras del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea, Encarnación Barranquero Texeira y Lucía Prieto Borrego, siempre dispuestas a ayudar en lo que hiciese falta. También es una realidad gracias a la participación de Francisco Lara Sánchez, que de forma tan generosa puso a mi disposición tanto el material recopilado en su archivo privado como su testimonio de aquellos años, pero que además se unió a la autoría de este libro pese a las dificultades de la pandemia. Agradecer también al personal de los archivos, bibliotecas, tanto públicos como privados, su colaboración para sacar adelante esta investigación. Finalmente, dejar constancia de que, sin el importantísimo apoyo de mi familia, con su entusiasmo, generosidad y renuncias, que toda investigación implica, no hubiese sido posible este libro. Muchas gracias.

    PRIMERA PARTE

    El nacimiento de una nueva

    formación política (1958-1959)

    Capítulo 1

    El Frente: una nueva forma de rebelión

    Una generación que no conoció la Guerra Civil

    El Frente de Liberación Popular (FLP) nació con las primeras revueltas estudiantiles en la España de finales de los años cincuenta. Fue la expresión de la toma de conciencia llevada a cabo por una nueva generación de católicos progresistas. Buena parte de ellos estaban influenciados por el filósofo francés Emmanuel Mounier (1905-1950). Atento sobre todo a la problemática social y política, Mounier impulsó una corriente de pensamiento cristiano llamada personalismo, que consiste en un modo de ver los problemas humanos y de incitar a los hombres a no defenderse, sino pensar y crear. El personalismo para este intelectual francés no es un sistema filosófico ni una máquina política, sino un modo de ver los problemas humanos. Su pensamiento trata de ser una liberación de dos enajenaciones entonces existentes, como eran el existencialismo y el marxismo, para intentar actuar no en la política, sino sobre la política (Díaz, 2005: 111-112).

    En consecuencia, para Mounier, las ideas nuevas destinadas a crear un mundo libre sobre las ruinas de la sociedad en disolución solo se mueven hacia la izquierda. Pero el marxismo comete el error de confundir lo espiritual con lo reaccionario y de dejar escapar algunas dimensiones (la interioridad y la trascendencia), que son también parte constitutiva de la realidad humana. Su catolicismo se adentra en un ansia de renovación, y fruto de su labor nace en 1932 la revista Esprit, donde destacan sus numerosos artículos sobre la propiedad y el trabajo, de la conciencia cristina y de la autoridad.

    Otra tendencia de los creadores de la naciente organización felipista eran los marxistas que no veían incompatibilidad entre el marxismo y el cristianismo, a lo que hay que sumar la gran influencia existente durante esos años de los movimientos frentistas de liberación, como los de Argelia o Vietnam, y, sobre todo, el gran prestigio del castrismo en el mundo hispano. De hecho, se eligió la opción frentista para abandonar el partidismo, adentrándose hacia la fusión de todos los grupos de izquierda que tuvieran perspectiva de liberación nacional, incluida la lucha armada; sin embargo, ese ambicioso proyecto se abandonó progresivamente cuando fue confrontado con la realidad (Fernández, 2005).

    En los medios católicos progresistas se miraba con simpatía el ensayo de buscar una coexistencia pacífica y organizada entre el marxismo y el cristianismo; por otro lado, se trataba de crear una alternativa al desolador panorama de la izquierda española, entonces monopolizada por el Partido Comunista de España (PCE). De tal forma, el FLP era la primera organización de izquierda que nacía en España después de terminada la Guerra Civil.

    El embrión se formó durante el periodo 1953-1956 en los locales de los movimientos de acción católica (De Riquer, 2010: 446). Principalmente, Juventud Obrera Católica (JOC) y Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Madrid, donde se va creando un ambiente propicio para esta nueva organización política. Así se producen reuniones en ciudades como Barcelona, Santander, Sevilla o San Sebastián. El diplomático Julio Cerón Ayuso entra en contacto en Madrid con el sacerdote Tomás Malagón, que es uno de los creadores de la HOAC junto al seglar Guillermo Rovirosa, y también se comunica con los núcleos principales de la JOC y la HOAC. Especialmente con Eugenio Royo, que era responsable de la JOC, y Julián Gómez del Castillo, que lo era de la HOAC. También crea lazos a nivel nacional: con el grupo que existe alrededor de Manuel Morillo, militante de la HOAC en Sevilla, así como en Barcelona lo hace con los hermanos Lorenzo y Juan Gomis, y el grupo en torno a la revista El Ciervo. En Santander, contacta con el sociólogo Ignacio Fernández de Castro, y en Madrid lo hace con varias personas, entre ellos, el sociólogo Jesús Ibáñez.

    En consecuencia, las fuerzas de seguridad de la dictadura pronto comienzan a seguirle la pista a este nuevo grupo de oposición. En mayo de 1957, como resultado de varias presiones, el cardenal primado Enrique Plá y Deniel ordena a Guillermo Rovirosa, principal promotor seglar de la HOAC, que abandone su puesto en la Comisión Nacional de la HOAC. Entre las acusaciones que fuerzan su salida de la organización católica destacaban sus actividades políticas, relacionadas con el PCE y con los miembros del FLP, pues en una ficha policial se relaciona a Guillermo Rovirosa de actividades políticas con los miembros fundadores del FLP (López, 1995: 82).

    Las relaciones entre los miembros del FLP y los militantes de la HOAC se establecieron desde el mismo momento de la fundación, porque para aquellos era de vital importancia contactar con bases obreras sobre las que crecer. Igualmente ocurría con otros movimientos como Juventud Obrera Católica (JOC) o Acción Católica Obrera (ACO), cuyos militantes nutrirán al futuro FLP.

    Julio Cerón Ayuso, que como diplomático había viajado a China y la URSS, también aprovechó las ventajas ofrecidas por su profesión para entrevistarse con exiliados políticos españoles, actividades que organizaba acompañado por el cordobés Tomás Muñoz como representante de

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