LUCHAR EN RUSIA
l 20 de agosto de 1941 partía el primer convoy ferroviario rumbo a Suwalki, en Polonia, al que siguieron otros 65. Iban a tardar unos nueve días en recorrer 1.200 km, en vagones de ganado adaptados. Tras concentrarse en los alrededores de Grodno, arrancaba una penosa marcha a pie de otros 1.000 km hasta la Unión Soviética. Duraba 31 días en jornadas de hasta 40 km, dejando un reguero de hombres maltrechos y caballos reventados. La marcha contrarió a la tropa, pero la saturación del sistema ferroviario obligó a otras unidades a desplazarse del mismo modo por aquel trayecto, en el que las huellas de la guerra resultaban ya muy visibles. Poco después de que Adolf Strauss, general en jefe del 9.º Ejército, prometiera a Muñoz Grandes que sus hombres participarían en el asalto a Moscú, llegó una contraorden que disgustó: la División Azul pasaba a formar parte del 16.º Ejército del general Ernst Busch, cuyo objetivo era Leningrado. En el fondo, subyacía cierta desconfianza sobre la capacidad operativa de las tropas españolas, y se consideró que se desempeñarían mejor en un frente más estático como aquel. De forma que tuvieron que desandar parte de lo andado para dirigirse a Vítebsk
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