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Las lenguas de México, I
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Libro electrónico202 páginas1 hora

Las lenguas de México, I

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Información de este libro electrónico

De una manera breve se plasma en esta obra, la evolución de la lingüística indígena, así como la clasificación y tipificación de las lenguas y su estudio.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 ene 2022
ISBN9786075395944
Las lenguas de México, I

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    Las lenguas de México, I - Yolanda Lastra

    Evangelina Arana de Swadesh / Benjamín Pérez

    González / Roberto Escalante H. /

    Carlos Robles U. / Roberto D. Bruce S. /

    Yolanda Lastra de Suárez

    Las lenguas de México, I

    SECRETARÍA DE CULTURA

    INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA


    Primera edición impresa: 1975

    Primera edición electrónica: 2021

    Producción:

    Secretaría de Cultura

    Instituto Nacional de Antropología e Historia

    D. R. © 2021, Instituto Nacional de Antropología e Historia

    Córdoba, 45, col. Roma; C. P. 06700, alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México

    informes_publicaciones_inah@inah.gob.mx

    Las características gráficas y tipográficas de esta edición son propiedad

    del Instituto Nacional de Antropología e Historia de la Secretaría de Cultura.

    Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción

    total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,

    comprendidos la reprografía y el tratamiento informático,

    la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización

    por escrito de la Secretaría de Cultura / Instituto

    Nacional de Antropología e Historia.

    ISBN obra completa (ePub): 978-607-539-593-7

    ISBN volumen I (ePub): 978-607-539-594-4

    Hecho en México

    SCINAH21negro

    Índice

    Generalidades

    Evangelina Arana de Swadesh

    La investigación de las lenguas indígenas de México

    Evangelina Arana de Swadesh

    Clasificaciones lingüísticas

    Benjamín Pérez González

    Tipología de las lenguas de México

    Roberto Escalante H.

    Lenguas hokanas

    Carlos Robles U. y Roberto D. Bruce S.

    Panorama de los estudios de lenguas yucoaztecas

    Yolanda Lastra de Suárez

    Generalidades

    Grandes son los avances logrados por las ciencias en el presente siglo. En los países en vías de desarrollo, adquieren singular relevancia los conocimientos tecnológicos, debido a la necesidad de transformar su economía.

    Si bien el gran progreso alcanzado en el campo de las ciencias exactas y sus logros en favor de la especie humana han sido múltiples, se ha empezado a sentir también un grave peligro, expresado diariamente a través de todos los medios de comunicación. Nos referimos a la creciente mecanización y consecuente deshumanización del hombre. Conscientes de este peligro, varios particulares, instituciones y gobiernos trabajan por darle la misma importancia a las humanidades y a las ciencias sociales, a fin de obtener un equilibrio en el progreso, pues se considera que, para lograr un mejor y más completo desarrollo económico, los seres humanos deben en tender el papel que individualmente y como miembros de una sociedad les corresponde. Así pues, la tecnología debe basarse en las humanidades y éstas, a su vez, se verán impulsadas por los avances que aquélla realice, en una complementación constante.

    Una ciencia humana que ha cobrado gran importancia en nuestro tiempo es la antropología que, desde el siglo pasado definió su campo y se considera necesaria por las aportaciones que da al relacionarse con otras ramas de la ciencia, como la historia, la medicina, la psicología y la sociología. Si bien en sus inicios la antropología, con las ciencias que la integran, era ocupación de eruditos, en la actualidad se ha hecho indispensable su aplicación en distintos campos.

    En el presente libro se observa la evolución que la lingüística, como una ciencia antropológica, ha tenido desde la época de la Conquista hasta nuestros días. Se verá también cómo ha venido aplicándose a los terrenos de la educación. El libro se inicia con un breve y sucinto panorama de la ciencia lingüística en México. Se hace mención de los primeros trabajos descriptivos de lenguas indígenas, tales como artes, vocabularios, doctrinas, etcétera. Los estudios que les siguieron fueron valiosos, pues tendían a agrupar las lenguas según sus semejan zas en el léxico y los procesos para la formación de las palabras. En el primer cuarto del siglo actual, los estudios sobre las lenguas mexicanas se basaron en los principios establecidos por la ciencia del lenguaje, que apenas a fines del siglo XIX empezó a constituirse como tal. Los profesionales en la lingüística, extranjeros primero y nacionales después, se ocuparon de gran parte de nuestros idiomas nativos.

    Otro artículo enfoca su tema hacia los diversos esfuerzos por clasificar las lenguas. En dos mapas se muestra la distribución de las lenguas mexicanas en el momento de la Conquista y en la época actual. Dado que nuestros idiomas, como los otros del mundo, ocupan territorios más o menos limitados y son seres humanos quienes los hablan, existen rasgos universales que comparten en los aspectos fonológico, morfológico y sin táctico. Esto se verá en el artículo llamado La tipología de las lenguas de México.

    Dos de los grupos lingüísticos mejor estudiados, el yutoazteca y el maya, representativos de Mesoamérica en muchos aspectos, se tratan en esta obra con mayor detalle y amplitud. En ellos se verá su ubicación geográfica, las lenguas que los constituyen, su clasificación, rasgos comunes en su léxico y morfología,. Se diferencian estos trabajos de otros hechos antes, en que presentan listas diagnósticas de algunas lenguas representativas del grupo. La lista diagnóstica comprende 100 palabras básicas, no cultural es, que se utilizan para establecer el grado de diferenciación que existe entre dos lenguas que se comparan. Igualmente son tratadas las lenguas que en México representan al grupo hokano, wyo núcleo mayoritario se localiza en territorio correspondiente a los Estados Unidos.

    Se han incluido breves monografías de otras lenguas no menos importantes y que, por distintas causas, habían permanecido inéditas. Circunstancias especiales impidieron que su presentación fuera semejante a las otras contenidas en este volumen. Sin embargo, para completar hasta donde fuera posible el panorama lingüístico de la República Mexicana, se consideró conveniente incluirlas.

    La reseña de los estudios lingüísticos se complementa con un trabajo sobre el español de México, en el cual se analiza el habla de las diversas regiones y se proponen varias zonas dialectales sobre la base de estudios recientes que modifican conceptos anteriores. Se hace mención a la influencia que ha ejercido el castellano sobre las lenguas indígenas, a través de sus diversos contactos en diferentes épocas históricas, así como los préstamos que los idiomas nativos han dado al nacional.

    Capítulo aparte merece la aplicación que la lingüística ha tenido en un campo específico, la educación. Es sabido que desde el primer cuarto de este siglo, nuestro país ha pugnado por educar a los grupos minoritarios, en este caso los indígenas, utilizando métodos basados en las ciencias antropológicas.La lingüística, al establecer los principios del análisis de las lenguas, ha hecho posible la elaboración de materiales educativos en las múltiples lenguas aborígenes, y metodologías más apropiadas para la enseñanza.

    EVANGELINA ARANA DE SWADESH

    NOTA. Los artículos que integran el presente volumen fueron realizados por sus autores en los años 1971 y 1972.

    NOTA. La bibliografía de este volumen aparece al final del tomo II.

    Evangelina Arana de Swadesh

    La investigación de las

    lenguas indígenas de México

    DESDE LA segunda mitad del siglo XVI se iniciaron los estudios de algunas de las lenguas indígenas de México, cuando los frailes encargados de la evangelización decidieron aprender los idiomas nativos para adoctrinar a sus feligreses, comunicándose con ellos en su propia lengua. Las distintas órdenes religiosas se preocuparon primero por los grupos mayoritarios, por lo que hicieron numerosos estudios sobre el nahua, el oto mí, el mixteco, el zapoteco, el tarasco y el maya. Su empeño se tradujo en valiosos materiales descriptivos, como gramáticas y vocabularios, además de catecismos y oraciones que alcanza ron un volumen considerable hasta los siglos XVII y XVIII.

    La obra de los misioneros es notable si se toma en cuenta que no existía la ciencia lingüística. Utilizando diversos artificios, registraron con bastante precisión sonidos que eran extraños a las lenguas europeas. Así, llamaron saltillo al oclusivo glotal porque lo describían como un paro momentáneo de la voz; anotaron las consonantes glotalizadas del otomí y del maya; las aspiradas del tarasco; las obstruyentes fuertes y débiles del zapoteco, y las prenasalizadas del otomí y del mixteco. En cuanto a las vocales, distinguieron entre largas y cortas, además de las no redondeadas del matlatzinca y del otomí. Marcaron también los tonos, a pesar de ser éste un rasgo complejo, aunque sin llegar a su representación ni explicación sistemática.

    La necesaria consulta de esas valiosas fuentes presenta varios problemas en la interpretación de los datos, pero son de gran utilidad para los estudios de la lingüística histórica y comparada. Gracias al acucioso trabajo de los frailes puede saberse en qué dirección se han ido modificando los idiomas y también que ya en el siglo XVI existían variaciones dialectales de algunos de ellos, como el zapoteco y el mixteco, no sólo en cuanto a sus sonidos, sino en cuanto a los rasgos gramaticales, su vocabulario y cambios semánticos. Cierto es que la mayor parte de los estudios hechos por los religiosos siguen el patrón de las gramáticas latina y griega, con grave inconveniente para algunas lenguas a las que forzaron en su estructura para que encajaran en él; pero aquéllas que muestran considerable paralelismo con las categorías del verbo latino, como el nahua y el tarasco, las analizaron adecuadamente.

    Para mencionar sólo algunos de los misioneros que escribieron los más importantes trabajos, citaremos a fray Diego de Basalenque que describió, con bastante precisión y claridad, la fonología del matlatzinca; fray Ántonio de los Reyes, el mixteco; fray Juan de Córdoba, el zapoteco; fray Alonso de Malina, el nahua, y Gilberti, el tarasco.

    Después de esa primera etapa en la que los misioneros fue ron

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