Un mexicano en el Medioevo
Se habla con frecuencia de las taras mentales del pueblo de México, de su incivilidad, de su apatía endémica, de su afición por la mentira, lo frívolo, lo insustancial, y ese largo etcétera que es difícil de refutar; empero, existe ese otro tipo de connacional que equilibra la balanza patria gracias a su amor por el conocimiento y la cultura. Y de éstos también se habla de cómo, muchas veces, la penuria de los horizontes educativos y laborales los fue orillando a desterrarse y a vivir en el extranjero en un halo de nostalgia. El caso del mexiquense Alejandro Tonatiuh Hernández Peralta encuadra dentro de estas últimas categorías y, por tanto, entrevistarlo era oportuno.
Desde hace dieciséis años Alejandro rehízo la ruta inversa de Indias, afincándose en Barcelona, donde desempeña una labor absolutamente impensable en un compatriota. Podemos adelantar que posee una
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