El ángel, el molino y el caracol del faro
Por Gabriel Miró
()
Información de este libro electrónico
Lee más de Gabriel Miró
Las cerezas del cementerio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa novela de mi amigo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa palma rota Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSemana Santa - Espanol Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFiguras de la Pasión del Señor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDel vivir - La novela de mi amigo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa palma rota Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras Completas vol. XII Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras Completas vol. IV Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNuestro padre San Daniel Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmores de Antón Hernando Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNuestro Padre San Daniel - Novela de capellanes y devotos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl humo dormido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl obispo leproso Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mujer de Ojeda Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl abuelo del rey Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNiño y grande Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos amigos, los amantes y la muerte Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras Completas vol. II Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras Completas vol. VIII Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDentro del cercado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas cerezas del cementerio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAños y leguas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl hijo santo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDel vivir Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHilván de escenas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl hijo santo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmores de Antón Hernando Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con El ángel, el molino y el caracol del faro
Libros electrónicos relacionados
Cardos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJardín novelesco Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEn la vendimia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDiarios de campaña Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl humo dormido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNuevas canciones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCartas de mi molino Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCampesinas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl abuelo del rey Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos pies y los zapatos de Enriqueta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRomancero gitano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl obispo leproso Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDel vivir Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRomancero gitano. De la tradición a las vanguardias Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJardin umbrío Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos caminos de Bastiat: No basta una vida para llegar Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Romances Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHermann y Dorotea Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLlanto por Ignacio Sánchez Mejías Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAromas de leyenda Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos (Anotado) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmores de Antón Hernando Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDimitas Arias Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDel huerto provinciano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPoesía de la sierra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRaíces de España II Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAngelina (novela mexicana) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDíptico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDuo: "Rogelio" y "El ánima sola" Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones7 mejores cuentos - Navidad II Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Clásicos para usted
La Divina Comedia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Meditaciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Orgullo y Prejuicio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Arte de la Guerra - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las 95 tesis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los 120 días de Sodoma Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El sobrino del mago: The Magician's Nephew (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crítica de la razón pura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Yo y el Ello Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crimen y castigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Psicología de las masas y análisis del yo Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Poemas De Amor Clásicos Que Debes Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Introducción al psicoanálisis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/5To Kill a Mockingbird \ Matar a un ruiseñor (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Ilíada y La Odisea Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La vuelta al mundo en 80 días Calificación: 5 de 5 estrellas5/51000 Poemas Clásicos Que Debes Leer: Vol.1 (Golden Deer Classics) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl libro de los espiritus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Libro del desasosiego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Arte de la Guerra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cumbres Borrascosas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La confianza en si mismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5EL Hombre Mediocre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La interpretación de los sueños Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para El ángel, el molino y el caracol del faro
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
El ángel, el molino y el caracol del faro - Gabriel Miró
El ángel, el molino y el caracol del faro
Copyright © 1921, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726509021
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
A Joaquín Astor
ESTAMPAS RURALES
El molino
La mañana es más clara y gozosa en torno del molino.
Ruedan las velas henchidas, exhalando una corona de luz como la que tienen los santos.
En el reposo caliente y duro parece que se oiga la senda rajándose de sol y hormigueros. El viento que bajó de la quebrada, y se durmió en la pastura, y se puso a maldecir en los vallados y en el cornijal de las heredades, da un brinco y se sube al molino, y tiembla y bulle en las aspas de lona.
Las seis alas se juntan en una para los ojos: la que está en lo alto y hace más jovial y más fresco el azul. Y desde arriba canta una tonada de brisa luminosa que dice:
–¡Buen día y pan!
… … … … … … … … … … … … … … … … … …
Ya no tiene que trabajar la muela, o se ha marchado el viento antes que el maquilero, y el molino se va parando, parando...
Se queda inmóvil y como desnudo.
Una hormiga gorda, sin soltar el grano que cogió del portal, le murmura a su comadre:
–¡Mira el molino! ¡Tenía una vela remendada!
La comadre se ríe frotándose los palpos.
–¡Válgame! ¡Tanta vanagloria, y con un remiendo!
Se marchan muy ahina a su troje de la senda para contar el secreto del molino.
El molino no las ve. Sólo atiende hacia las grandes distancias, esperando. Sus seis velas son seis hermanas cogidas de los brazos y de las túnicas de virgen, y también aguardan, calladas, en el azul.
Pero es verdad: una tiene un remiendo, y cuando todas volaban, el remiendo florecía de color suave de trigo y de miel en la blancura de las otras alas.
Ha saltado otra vez el aire. Se comban y crujen las entenas, y, al rodar, parece que se alzaron juntas todas las palomas de la comarca. ¡Qué gozo da el molino y su campo! Trasciende el grano y la harina. La vela remendada esparce gloriosamente su color maduro de sol en la corona de blancura que tejen sus mellizas sobre el cielo. El remiendo entona las claridades en lo alto, y, bajo, hace candeal.
–¡Buen día y pan!– canta el molino.
Las dos hormigas comadres, que conocen el secreto de la vela remendada, siempre se lo buscan entre la alegría delirante de las alas llenas, y dicen:
–Bueno. Pero ¡cuando te pares..., que te has de parar...!
Un camino y el niño del maíz
Un niño trae un costal de cañas de maíz y panojas ya granadas.
Viene por un camino calcáreo, requemado y roto. Pasa el camino revolviéndose bajo los jardines: muros con felpas fungosas, bronces y siena de los líquenes; cercados de piedra viva; tapias frescas; cantonadas de cal, subiendo, bajando; y cuelgan los rosales, las hiedras, las parras; se van asomando las higueras, que esparcen el olor de pámpano y de tronco de leche; una palmera torcida desperezándose; un naranjo redondo; arcadas de una glorieta de mirto; jarrones con cactos inmóviles; almenas de boj; un ciprés claustral como un índice que se pone en los labios de los huertos para que todo calle, menos el agua, las frondas, las abejas, los pájaros, las horas de las torres que nadan en el azul, los cánticos de los gallos, las pisadas de los caminantes, los vuelos de los palomos; todo calla menos el silencio.
Los jardines, además de sus puertas y verjas principales, tienen una puertecita íntima y humilde con su gradilla en puente diminuto sobre la cuneta del camino. Por allí sale el hortelano, y llaman y aguardan los pordioseros.
El niño del maíz también se para; está abierto uno de esos postigos de los huertos, y hay niños jugando; se miran, se ríen y hacen amistad.
Este camino es de tanta belleza, que hasta los dueños de los jardines vienen, algún día, por los arriates de las tapias para verlo. Todo lo miran, lo aprueban, sonríen delicadamente como si realizaran o consintieran una buena obra. Es una delicia ser buenos. Casi no comprenden que los demás no tengan un jardín como el suyo, con un camino como éste, desollado, ardiente y hondo entre muros frescos y tapias nítidas, deslumbrantes.
Los niños del huerto han entrado al niño del maíz. Ya se quieren mucho; el hombro del rapaz huele a soga, y su camisa a sudor, a forraje y mazorcas de granos tiernos y blancos como los dientes del chico.
Sube un caminante por el camino. Se oye mucho tiempo sus esparteñas; se le oye pararse mirando el camino, la distancia apretada; sol; el fondo azul; en medio una nube blanca gloriosa.
Quietud de los jardines en mediodía. ¡Cómo se desea preguntarle al caminante si va muy lejos, y después verle y oírle, anda que andarás, anda que andarás!
Se han callado los niños mirándose con desconfianza.
Baja un hombre rápidamente por el camino, dejando ruido de documentos enrollados. Vuelve al pueblo y pensó: «Por aquí atravieso y ahorraré camino». De la distancia dormida como el agua de un canal romántico, se sirve ese hombre de negocios como de un atajo; hasta parece que lo abra con su prisa.
Se pelean los niños; ya no hay remedio.
El rapaz del maíz corre a la puertecita del huerto. Los otros le salen entre una vid del muro y le llaman:
–Ahora jugaremos nosotros con un elefante que se le da cuerda, y él coge con la trompa al indio y se lo sube encima...
–Y con un vapor que atraviesa él solo toda la balsa. ¡Toda la