lían a anís, a cera, a mezcal y a la resina del ocote, que es el perfume de los bosques de tierra fría y era el del fresco carbón humeante en las hornillas del brasero, junto a la olla del café. Tendajones mixtos. Eran pequeñitos y no llegaban a miscelánea, la que alcanzaba el rango de tienda muy chica. Tenían una angosta puerta de tablones y clavos gruesos. Debían ser
Sus artículos en “Proceso” Ricardo Garibay, centenario
Jan 23, 2023
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