través de los hilos del tiempo, tejidos con mitos y filosofía, llego a Atenas, la ciudad que dialoga con su pasado como ninguna otra. En el corazón de la urbe, la Acrópolis se yergue, indomable, como un faro de civilización a la vez que el bullicio de la modernidad palpita justo debajo: en los mercados de Monastiraki –donde el olor de las especias y el sonido risueño del regateo llenan la atmósfera–, en los cafés de Kolonaki –donde una copa de viene con una dosis de debate con diseñadores emergentes y artistas que redefinen la estética ateniense, como Christina Christodoulou
