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Juan y Jorge y otros cuentos
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Juan y Jorge y otros cuentos
Libro electrónico300 páginas4 horas

Juan y Jorge y otros cuentos

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Escribir mejora la escritura.

Juan y Jorge son dos chicos de diez años, íntimos amigos, que viven en diferentes pisos de la misma casa; una casa modesta en un barrio modesto de la gran ciudad. Han comenzado las vacaciones de verano y el señor Albert, su profesor, que ha descubierto en Juan una cierta calidad literaria, le pide que durante el verano escriba «porque escribir mejora la escritura». Juan sigue su consejo y durante las vacaciones escribe sobre su casa y su vecindario.

Además de «Juan y Jorge», el libro contiene diversos cuentos de tema variado.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento14 dic 2018
ISBN9788417637033
Juan y Jorge y otros cuentos
Autor

Antonio Caralps

Antonio Caralps nació en Barcelona y es médico y académico. Medalla del Colegio de San Ignacio. Premio Extraordinario del Examen de Estado de Bachiller Universitario de la Licenciatura y el Doctorado. Galardonado con Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad por sus trabajos pioneros en el trasplante de órganos. Alcalde de Alella (El Maresme, Barcelona) entre 1995 y 1999.

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    Juan y Jorge y otros cuentos - Antonio Caralps

    Juan y Jorge

    I

    Yo tengo diez años y me llamo Juan mi maestro de la escuela a la que voy me ha dicho que escribo bastante bien y que para escribir mejor me irá bien escribir un poco cada día porque escribiendo aprendes a escribir.

    Este maestro se llama señor Albert y tiene el pelo rubio y la cara cubierta de pecas cada sábado con la última clase sortea un juguete entre todos son juguetes pequeños poca cosa vaya pero es un detalle que agradecemos porque así paramos la clase un poco nos reímos sentimos eso de pensar que a lo mejor te toca y así nos distraemos pero a mí no me ha tocado nunca.

    A veces el señor Albert hace regalos de pequeñas cosas que son bonitas y un día dijo que regalaría la hoja del calendario que tenía colgado de la pared al mejor alumno bueno al que había sido el mejor alumno durante aquel mes y resulta que yo pensé que me lo daría a mí y la hoja del calendario era una muy bonita hecha de corcho pero no me la dio a mí sino a otro.

    Otra vez no se por qué fui a casa del señor Albert al mediodía a buscar alguna cosa apuntes o así y ya tenían puesta la mesa del comedor y a mí me impresionó ver que al lado de cada plato había un trocito de pan muy pequeño claro como que sólo hacía dos años que se había acabado la guerra y había racionamiento pues eso.

    Pues si tengo que escribir cada día un poco hoy escribiré sobre una vecina la del primer piso según se sube por la escalera a la derecha es un piso que tiene ventanas que dan a la calle y lo digo porque hay otros pisos que tienen ventanas que dan a la parte de atrás y que son muy oscuros yo lo sé porque mi amigo Jorge vive en uno de esos pisos que es el segundo según se sube por la escalera a la izquierda.

    Pues esta vecina es gorda y tiene dos hijos pequeños y trabaja en las cosas de casa y me parece que su marido es albañil y nosotros la conocemos no sólo por ser la vecina sino porque a veces mi madre habla con ella cuando se cruzan en la escalera mi madre dice que parece muy buena mujer.

    Los niños pequeños son eso pequeños llevan moquitos todo el invierno porque en la casa hace un frío que pela y a veces hace más frío dentro de la casa que fuera y en invierno todo son estornudos y toses que se oyen mucho porque en la escalera se oye todo lo que pasa.

    Y en verano hace un calor que casi no se puede aguantar y la gente va en camiseta o en combinación o los niños sólo llevan los calzoncillos y eso a pesar de que las ventanas están abiertas para que pase corriente.

    Ahora que me acuerdo en invierno toda la escalera huele a comida porque como todo está cerrado pero no a muchas comidas diferentes sino casi a una sola porque con eso del racionamiento me parece que todos comemos lo mismo ah y el pan que son barritas de color oscuro que a veces te encuentras palitos dentro.

    Yo conozco poco de la casa de día porque estoy en el colegio y a las siete ya salgo porque empezamos a las ocho pero eso es en invierno porque en verano como tenemos vacaciones paso mucho tiempo dentro de la casa porque mi madre me deja salir poco a la calle porque le da reparo pero a veces nos dejan salir a Jorge y a mí a una plaza que está a dos calles más allá para que podamos jugar y como otros niños van también allá porque tenemos vacaciones pues a veces hacemos dos equipos y jugamos al fútbol con una pelota que está hecha de trapos atados con un cordel y resulta que muchas veces se suelta el cordel y los trapos de la pelota vuelan por el aire.

    Pero hoy les voy a explicar cosas de la señora que vive en primero según se sube a la derecha y que tiene dos niños pequeños y que su marido me parece que es albañil. Pues resulta que un domingo que era invierno y que casi todos estábamos en nuestras casas oímos de pronto un ruido como una explosión que no supimos de momento qué pasaba.

    Pero al cabo de un momento se oyó otro ruido igual y mi madre dijo que aquello era un pedo pero un pedo tremendo como no se había oído nunca por allí.

    Nos quedamos todos sorprendidos y mi madre abrió la puerta y vio que otros vecinos habían salido a ver qué pasaba y discutieron un rato sin saber qué hacer porque había personas que pensaban que no podía ser un pedo de fuerte que había sido pero entonces cuando ya había más vecinos en la escalera se oyó otro que les dejó a todos patidifusos.

    Bueno aquel día no pasó nada más ni se supo quién había sido y había alguien que decía que si hubiera sido un pedo se hubiera olido algo pero no se olía nada bueno el olor a comida como siempre.

    Pasaron dos o tres días y los vecinos comentaban lo que había pasado y había algunos que todavía pensaban que había explotado algo pero claro no podían decir lo que había explotado pero reconocían por el ruido que a lo mejor había sido un pedo.

    Pero un pedo como nadie había oído nunca porque todos hemos oído pedos fuertes pero ninguno como aquel y además si había sido un pedo el que se lo tiró no lo dijo y eso que del ruido se habló con todos los vecinos.

    A las dos semanas o así también un domingo cuando casi todos estaban en sus casas se oyó otra vez el ruido del pedo o lo que fuera y aquel día uno de los vecinos salió de su casa enseguida y se puso a oler puerta por puerta pero no pudo descubrir nada.

    Como ya era la segunda vez aquello hizo que la gente se pusiera nerviosa y los vecinos decidieron llamar a un trabajador del gas para que revisara la instalación que ya era muy vieja pero no encontró nada de particular y cuando le contaron cómo era el ruido que hasta uno lo hizo con la boca el empleado del gas dijo que aquello no era el gas sino que era un pedo.

    Resulta que la cosa quedó así y el personal se tranquilizó con lo de que no era el gas pero como no quedaba claro pues no estaban tranquilos del todo.

    Y entonces fue cuando el ruido fue por la noche cuando empezábamos a dormirnos y como la casa estaba silenciosa y la calle también pues se pudo oír con toda claridad y todos pensaron que era un pedo pero un pedo como nunca se había oído por allí.

    Y al final se supo quién había sido gracias a uno de los dos niños pequeños de la señora del primero según se sube la escalera a la derecha que tiene un marido que quizás es albañil y este niño dijo a alguien quizás a otro niño que lo contó a sus padres que era su madre la que se tiraba pedos que parecía que había explotado un globo.

    Los vecinos que son los que se encargan de los asuntos de la escalera y eso los de la junta me parece que les llaman se reunieron mi madre fue a la reunión y decidieron ir a hablar con la señora del primero según se sube a la derecha que les dijo que estaba mal del vientre y que ya tenía hora para ir al médico y cuando le dijeron que no podía tirarse estos pedos dentro de la casa resulta que dijo que hasta que la viera el médico se los tiraría por una ventana baja que tiene en la casa o sea que alguna vez desde fuera de la casa veías un poco del culo de la vecina que se asomaba por la ventana y que se tiraba el pedo que llamaba la atención del personal que estaba en la calle pero que quedaba disimulado con el ruido que había y un día la vecina se tiró el pedo en el momento en que pasaba una vieja que todavía se acordaba de los tiros de la guerra y se asustó tanto que la tuvieron que sentar en una silla.

    Y para colmo de las desgracias un niño que tenía una escopeta de aire comprimido que tiraba un balín en cada tiro y que el padre de este niño hacía servir para matar pajaritos que después se los comían en una paella de arroz este niño digo le pegó a la vecina un tiro que le clavó un balín en el culo que mi madre la tuvo que acompañar al dispensario y esta vecina al final le tocó ir al médico y le dieron un medicamento que la curó.

    Pero alguien de la escalera se compró con unos ahorros en la Avenida de la Luz un neumático que lo hinchabas soplando y que cuando te sentabas sobre él o lo apretabas hacía el mismo ruido que un pedo de manera que cuando la vecina se curó en la escalera seguían sonando grandes pedos que la vecina aseguró llorando que no era ella y que el personal estaba muy enfadado y a veces sonaba en el primero y después en el sexto y así y pensaron los de la junta que a lo mejor lo de la mujer era contagioso y que así estaríamos toda la vida que corrió la voz y nos llamaban la casa de los pedos hasta que se descubrió y al que había sido lo castigaron sin comer la sopa de racionamiento que él dijo que le daba igual porque era una porquería.

    II

    Como tenía prisa por empezar a escribir me olvidé de decir que al entrar en casa a mano derecha esta la portería y a mano izquierda están los buzones del correo.

    La portería es pequeña con las paredes de cristal que no llegan al techo y con una puerta de madera y que es de cristal para que la portera vea a la gente que entra y que sale y que no llega al techo para que se pueda ventilar y que la puerta de madera es para que la portera la abra para hablar con los que entran y salen y que al fondo en el mismo lado de la portería está la vivienda donde viven la portera y su hijo que parece mentira que puedan vivir en un sitio tan pequeño que yo lo vi un día que entré no sé a qué.

    La portera me gusta a mí no sé tiene unos cincuenta años o menos y es guapa de cara ni delgada ni gruesa y con unas tetas que muchas veces hemos hablado Jorge y yo de lo bonitas que son bueno que nos imaginamos que son y resulta que la portera va bien arreglada con la cara pintada ni poco ni mucho y está muy guapa y a mí me gusta mirarla cuando entro y también cuando salgo.

    Ella se encarga de tener limpia la entrada de la casa y las escaleras que van desde la entrada hasta el primer piso que como ya he explicado y como todos los pisos tiene una puerta a la derecha que es el piso que podemos decir que tiene luz y otra a la izquierda que es el piso que podemos decir que es oscuro.

    A primera hora de la mañana cuando voy al colegio la portera ya está sentada en su portería y entra un rato en su casa para comer y después vuelve y cuando llego del colegio por la tarde está a punto de irse.

    La portera lee mucho que son novelas creo de las que tienen en la portada a dos que se besan y escucha una radio pequeña pero tan bajo que desde fuera de su sitio no se oye y vigila a todos los que entran y salen y a los que entrarles pregunta a dónde van pero a los que salen no les pregunta nada ya porque ya ha hablado con ellos antes.

    La portera tiene un hijo que debe tener unos veinte años y que trabaja en algún despacho del Gobierno creo y que vive con ella que uno no se imagina cómo pueden vivir dos en un sitio tan pequeño pero viven y no se les ve mal ni nada.

    Ese chico es muy formal y cuando me ve me saluda dándome la mano como si yo fuese mayor y esto me gusta y me aprieta la mano y mueve la suya de arriba abajo que parecemos dos personas formales.

    Lo que falla un poco es su vestido pero es que no debe ganar mucho dinero y resulta que tiene un solo traje de chaqueta y pantalón y la chaqueta le viene grande y tiene los hombros caídos como si estuviera triste y los codos gastados que parece que allí el traje fuera de otra clase de tela.

    Lo que es más curioso es el pantalón que a mí me da un poco de pena porque a este chico le aprecio que resulta que le va tan ancho de cintura que el cinturón forma un pliegue y el pantalón parece no terminar nunca donde tiene la bragueta y que le han tenido que hacer dos o tres pliegues en el pantalón encima de los zapatos de largo que era pero esos pliegues se nota que los tiene porque el pantalón encima de los zapatos es mucho más grueso que el que está por encima no sé si me explico que para entender cómo es el traje hay que verlo porque no se puede ni explicar.

    Después está lo de la camisa y la corbata que es algo que da mucha pena porque la camisa debía ser azul pero ahora tiene un color que no se puede ni explicar y que donde está el nudo el nudo es de un color tirando a negro mientras que la corbata es de un color rojo tirando a lila y que sabe mal porque es formal y su madre en cambio siempre va bien arreglada.

    Pues este chico que digo tiene novia que alguna vez la ha traído pero por poco rato porque su vivienda no tiene ventilación más que la puerta de entrada y que parece buena chica pero un poco triste como una monja porque lleva un collar con un gran crucifijo en el pecho y el pelo muy estirado hacia atrás y unas medias gruesas de color blanco que parecen de lana y que el chico me la presentó y que la chica cuando vio cómo me saludaba el chico hizo lo mismo que él.

    Ya he dicho que entrando a mano izquierda están los buzones uno que pone portería y los otros uno para cada piso y que al principio cada uno debía tener una llave pero ahora no hay llave que se han perdido y además las cerraduras están rotas porque las rompieron para robar o porque les pegaron un chicle que ahora ya es imposible de arrancar porque parece de piedra así que las cartas no se meten del todo para que se puedan coger y a veces ha habido robos de cartas que yo no sé para qué las quieren.

    A mi amigo Jorge también le gusta la portera bueno las tetas de la portera y algunas veces hablamos de esto porque a los dos nos gustan mucho las tetas de las mujeres y a los dos nos gustaban ya cuando éramos pequeños aunque de esto no hablamos con los mayores y es que la portera es guapa y tiene dos tetas muy bonitas y lo que es curioso es lo que hace el domingo porque sabemos que se va por la mañana muy arreglada y no vuelve hasta la noche que entonces va un poco despeinada y se le ha corrido la pintura de la cara y parece cansada y un día decidimos seguirla aunque yo sé que esto está mal y dijimos que íbamos a jugar a la plaza que ya he dicho que está cerca de casa y la seguimos de lejos y unas cinco o seis calles más allá se paró delante de una puerta miró a un lado y a otro abrió la puerta y entró.

    III

    A veces le veo cuando voy al cole por la tarde después de comer que él sale de su casa para ir a dar clases de guitarra a un sitio que se llama el conservatorio creo donde también va a aprender piano una niña de la casa de al lado.

    Es un hombre un poco bajo con gafas que yo pensaba que le vería alguna vez con su guitarra pero no la lleva porque la tiene en su casa que después ya contaré cuándo la toca y debe tener otra en el que le dicen conservatorio pienso que es la guitarra con la que debe dar las clases.

    Este señor es amable y siempre me saluda cuando nos cruzamos y aunque yo soy un niño se saca el sombrero que lleva y otra cosa que le pasa a este señor que es profesor de guitarra aunque no la lleva encima y que me saluda quitándose el sombrero y que es un poco bajo y lleva gafas es que es cojo porque tiene una pierna que debe ser más corta que la otra porque en el zapato de esta pierna lleva una suela muy gorda.

    Pero aunque digo que es amable conmigo en la escalera se dice que es cojo por una pelea que tuvo una vez aunque no sé si será verdad pues resulta que una vez tuvo un accidente y durante una temporada cojeó pero no de la cojera de ahora que entonces no la tenía y andaba apoyándose en un bastón y se cruzó con otro señor que cojeaba y se apoyaba también en un bastón.

    Y lo que no se sabe es si fue él o el otro señor que se enfadó mucho porque pensó que el otro lo imitaba para burlarse de él y se pelearon con los bastones y el otro le dio un bastonazo en una pierna que le dejó cojo de verdad.

    Y este señor es profesor de guitarra y que es más bien bajo y que lleva gafas y que es amable porque siempre me saluda sacándose el sombrero y que es cojo porque tiene una pierna más corta quizá por el bastonazo de otro cojo porque este cojo o el profesor pensaron que uno se burlaba del otro este señor digo está casado que ahora hablaré de su mujer y tiene bueno tienen los dos dos hijas muy guapas que están casadas y tienen varios niños pequeños y que a veces van a verles y a veces también van sus maridos que son altos y fuertes.

    Pues la señora del profesor siempre va bien arreglada que yo la veo alguna vez cuando abre la puerta para que entre algún alumno que ahora lo explicaré que también explicaré el piso en el que viven.

    Resulta que en su casa que es el primero según se sube por la escalera a la izquierda que como ya he explicado es donde están los pisos oscuros porque no tienen luz natural pues en su casa digo dan clases de música que se puede oír el piano y la guitarra y el alumno que dice las notas.

    Pero como el ruido molestaba a algunos vecinos pero a mí no que a mí me gusta tuvieron que poner corcho en las paredes de la habitación que después explicaré lo que parecen esas paredes con trozos de corcho pegado porque un día entré en su casa que después explicaré algunas cosas que pasaron.

    Bueno ahora ya es después como si dijéramos y voy a explicar sobre eso que he dicho antes que ya he dicho que la señora va siempre muy arreglada. Pues resulta que aquel día era domingo por la mañana y mi madre me dijo que fuera a casa de estos señores que se llaman Soriano para entregar una carta que parecía importante y que se habían equivocado y habían puesto en nuestro buzón aunque era para ellos.

    Y llamé a la puerta y me abrió una señora que yo no conocía que llevaba una especie de pomada blanca en la cara y rulos en el cabello que sé que son rulos porque mi madre de pequeño me los ponía para rizarme el cabello y aquella señora llevaba una bata zurzida y yo le pregunté por la señora Soriano y ella se puso hecha una furia y me dijo que la señora Soriano era ella y me cogió la carta de un tirón y cerró la puerta muy enfadada.

    Pero en aquel rato que tuvo la puerta abierta tuve tiempo de ver que en lugar de la luz encendida tenían unas velas delgaditas encendidas y al fondo se veía la habitación del corcho que parecía uno de estos barcos viejos y agujereados que les ponen planchas de cualquier manera para que no entre el agua y que yo he visto en los veleros.

    Después de aquello la señora no me guardó enfado porque me sonrió y me saludó como siempre y es que lo conté a Jorge y Jorge me dijo que su madre también se pone cosas en la cara y en el cabello para estar guapa de modo que hasta que no se las saca no parece su madre pero yo no lo sabia porque mi madre no se pone nada y está

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