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La toma de perspectiva: Una conceptualización desde la psicología contextual
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La toma de perspectiva: Una conceptualización desde la psicología contextual
Libro electrónico197 páginas2 horas

La toma de perspectiva: Una conceptualización desde la psicología contextual

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¿Qué haría yo si fuera tú?

La toma de perspectiva se ha definido como la capacidad cognitiva para asumir el punto de vista de otro individuo. Es la habilidad que exhibimos cuando anticipamos la conducta y reacciones de otros, y permite imaginar cómo los otros perciben una situación, piensan o experimentan emocionalmente sus propias vidas. El grueso de investigación disponible sobre la toma de perspectiva se ha realizado predominantemente desde el enfoque cognitivo de la teoría de la mente. Sin embargo, las aportaciones realizadas se centran casi exclusivamente en la descripción de estructuras y procesos cognitivos inferidos, y arrojan poca luz sobre las variables reales involucradas. Por su parte, los avances en la investigación desde el campo del análisis de la conducta están permitiendo analizar y discernir qué repertorios relacionales están a la base de las habilidades de toma de perspectiva.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento1 jul 2020
ISBN9788418203503
La toma de perspectiva: Una conceptualización desde la psicología contextual
Autor

María M. Montoya-Rodríguez

María M. Montoya-Rodríguez es licenciada y doctora en Psicología por la Universidad de Almería (España). Ha sido docente en la Universidad de Almería y en la Universidad Isabel I en Burgos (España). Actualmente es docente en la Universidad Católica del Uruguay. Sus intereses de investigación se centran en el análisis funcional del desarrollo de habilidades de toma de perspectiva y teoría de la mente y sus implicaciones en el ámbito de las alteraciones del desarrollo, especialmente, discapacidad intelectual y TEA, con el fin de desarrollar programas de intervención dirigidos a paliar los déficits que pudieran presentar. Es autora de varios capítulos de libros y artículos publicados en revistas científicas en el área de su especialidad.

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    La toma de perspectiva - María M. Montoya-Rodríguez

    La toma de perspectiva

    Una conceptualización desde la psicología contextual

    Primera edición: 2020

    ISBN: 9788418203046

    ISBN eBook: 9788418203503

    © del texto:

    María M. Montoya-Rodríguez

    María Isabel Rendón Arango

    Luis Alberto Quiroga-Baquero

    © de esta edición:

    Penguin Random House Grupo Editorial

    CALIGRAMA, 2020

    www.caligramaeditorial.com

    info@caligramaeditorial.com

    Impreso en España – Printed in Spain

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a info@caligramaeditorial.com si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    A mi familia, por todo.

    María M. Montoya Rodríguez

    Para César, que me ha impulsado

    a ver las cosas desde múltiples puntos de vista.

    María Isabel Rendón Arango

    Índice

    Presentación 11

    Capítulo 1. El antiguo problema de la «mente» en el estudio de la toma de perspectiva 15

    1. La corriente dominante en el estudio de la toma de perspectiva: la ToM 17

    2. Desarrollo de la ToM 22

    3. ToM y lenguaje 27

    4. Debate teórico sobre la ToM 34

    4.1. La teoría-teoría (TT) 35

    4.2. La teoría de simulación (TS) 38

    5. Críticas a la noción de ToM 41

    6. Anotaciones filosóficas para la investigación futura 50

    Referencias 53

    Capítulo 2. El estudio de la toma de perspectiva desde el análisis del comportamiento 63

    1. Aproximaciones no mediacionales al estudio de la ToM: aportes desde el análisis de la conducta 67

    1.1. La perspectiva skinneriana. La conducta verbal y el análisis funcional de los términos mentales 68

    1.2 .La perspectiva postskinneriana 71

    1.3. La perspectiva interconductual postkantoriana 80

    1.4. La perspectiva contextual-funcional. La Relational Frame Theory (RFT) 83

    2. Conclusiones 85

    Referencias 86

    Capítulo 3. Aportes de la ciencia conductual contextual al abordaje del lenguaje y la cognición. Introducción a la Relational Frame Theory (RFT) 95

    1. Supuestos filosóficos e hipótesis de mundo 96

    2. Una visión comportamental contextual del lenguaje: la RFT 102

    3. La respuesta relacional arbitrariamente aplicable (RRAA) 103

    4. El lenguaje como comportamiento y como contexto 107

    5. RFT y Toma de perspectiva 110

    6. Conclusiones 112

    Referencias 115

    Capítulo 4. Conceptualización de la toma de perspectiva verbal y no verbal 121

    1. Precursores de la toma de perspectiva verbal 122

    1.1. Seguimiento de gestos 124

    1.2. Atención conjunta 124

    1.3. Referenciamiento social 128

    1.4. Discriminación y respuesta ante acciones orientadas al objeto 129

    2. Aproximaciones comparativas a la toma de perspectiva 130

    2.1. Los animales no humanos no presentan conducta verbal 131

    2.2. Toma de perspectiva no verbal en animales no humanos 132

    2.3. Toma de perspectiva no verbal en la evolución humana 133

    3. Teoría de la mente y toma de perspectiva 137

    3.1. El modelo de cinco niveles de la teoría de la mente 137

    3.2. Limitaciones de la teoría de la mente 140

    4. Toma de perspectiva verbal: enmarque relacional deíctico 142

    5. El «yo» y la toma de perspectiva 144

    6. Conclusiones 146

    Referencias 148

    Capítulo 5. Aportaciones desde la investigación de la RFT a la toma de perspectiva 155

    1. Los niveles de complejidad de las relaciones deícticas 158

    2. El modelo de cinco niveles de la teoría de la mente desde la RFT 163

    3. Investigaciones realizadas desde la RFT sobre toma de perspectiva 166

    4. Conclusiones 170

    Referencias 171

    Presentación

    La presente obra pretende hacer un recorrido sobre la conceptualización que se ha ofrecido acerca del fenómeno de la toma de perspectiva desde dos aproximaciones teóricas y empíricas. La primera, entendida como la propuesta cognitiva dominante, a saber, aquella que ha abarcado al conjunto de teorías fundamentadas en la noción de teoría de la mente (ToM). En relación con esta aproximación, se presentarán de manera crítica sus supuestos y métodos, su relación con otros constructos psicológicos y su importancia e implicaciones en el desarrollo ontogenético humano, al tiempo que se ofrecen reflexiones para la investigación futura en este campo.

    La segunda aproximación se enmarca dentro del campo del análisis de la conducta, iniciando con un panorama general acerca del abordaje que se ha hecho acerca de la toma de perspectiva desde el conductismo radical skinneriano, el interconductismo kantoriano y el contextualismo funcional. Posteriormente, se ahondará en esta última propuesta ilustrando el desarrollo conceptual y metodológico que se ha ofrecido desde la teoría de los marcos relacionales (Hayes, Barnes-Holmes y Roche, 2001), desde la cual se intenta analizar y discernir qué repertorios relacionales están a la base de las habilidades de la toma de perspectiva, entendida como un proceso conductual originado en las contingencias típicamente humanas y que, por ende, permite a los individuos responder a los desafíos y complejidades de su ambiente social. Se finaliza mostrando un esbozo acerca del estado actual de conocimiento en el estudio de la toma de perspectiva desde la teoría de los marcos relacionales, algunos avances conceptuales, metodológicos y tecnológicos, así como los principales retos en su estudio próximo.

    Esta monografía se presenta como la primera escrita en español que aborda este fenómeno desde una aproximación contextual y cuenta con la participación de distintos autores referentes en el tema en diferentes países que evidencian, mediante las investigaciones realizadas, el desarrollo histórico del abordaje teórico y empírico. Asimismo, permite reconocer la vigencia, la relevancia y el impacto que ha tenido la propuesta contextual-funcional en la explicación del lenguaje y la cognición humana en las últimas tres décadas y en la consolidación de una comunidad académica enfocada en la producción académica y en la divulgación científica constante.

    Este libro ha sido pensado para profesionales, investigadores, docentes y estudiantes de psicología que deseen adentrarse en el tema y analizar las debilidades y fortalezas de las diferentes propuestas teóricas, ofreciendo una compilación de elementos conceptuales y filosóficos que permitirán al lector formarse una idea bastante completa de este campo de investigación y sus principales desafíos. Desde el compromiso científico de los autores, esperamos que esta obra siga sumando aportes al análisis de las habilidades cognitivas complejas que realiza la aproximación conductual del comportamiento humano.

    María M. Montoya-Rodríguez

    Universidad Católica del Uruguay (Uruguay)

    María Isabel Rendón Arango

    Universidad Santo Tomás (Colombia)

    Luis Alberto Quiroga-Baquero

    Universidad Santo Tomás (Colombia)

    Capítulo 1

    El antiguo problema de la «mente» en el estudio de la toma de perspectiva

    María Isabel Rendón

    y Luis Alberto Quiroga-Baquero

    Universidad Santo Tomás (Colombia)

    La toma de perspectiva (TP) se define como la capacidad para entender la situación específica de otras personas, sus necesidades y puntos de vista, como diferentes de los propios (De Waal, 1996). El concepto tiene como antecedentes los trabajos de George Mead y Piaget (Ackerman, 1996; Flavell, 2004; Gillespie, 2006). Para el primero, la TP se da gracias al involucramiento en actos sociales en los cuales, por definición, existen diferentes posiciones que requieren que el individuo diferencie las perspectivas involucradas y las integre a fin de regular su participación, mientras que, para el segundo, el concepto clave es el de egocentrismo, que eventualmente conlleva al desarrollo de la flexibilidad y la reversibilidad entre puntos de vista, con lo que el individuo gana en descentramiento social e intelectual.

    Estas concepciones iniciales se ampliaron a partir de los años 90, cuando empezaron a considerarse diferentes facetas de la TP: visual, afectiva o social y cognitiva (Köksal y Oğuz, 2007; Oswald, 1996). En la TP visual, el niño comprende que lo que él ve puede ser diferente de lo que otra persona ve en la misma situación (Moll y Tomasello, 2006). La TP afectiva o social se refiere a la capacidad para comprender los sentimientos de otras personas y su situación interpersonal, por lo que está asociada a respuestas de empatía y altruismo (Vaish, Carpenter y Tomasello, 2009; Wolgast y Barnes-Holmes, 2018). Por su parte, la TP cognitiva es la capacidad de inferir las cogniciones de otra persona a partir de información previa o inmediata (Dixon y Moore, 1990).

    Sea cual sea la definición adoptada, es claro que la TP es clave para la interacción social exitosa, la cual requiere que los individuos se comprendan unos a otros (Aras y Aslan, 2018). El fenómeno tradicionalmente ha sido estudiado por los psicólogos cognitivos en el campo conocido como teoría de la mente (ToM, por sus iniciales en inglés) (Montoya-Rodríguez y Molina, 2018; Wellman y Lagattuta, 2000) y se trata de un proceso complejo que involucra componentes cognitivos y emocionales, conciencia de sí mismo, atribución de estados mentales y mecanismos de autorregulación (Pérez-Manrique y Gomila, 2017). Diversos estudios han mostrado que la ToM tiene consecuencias en el uso de estrategias metacognitivas, en el aprendizaje, el establecimiento de relaciones entre pares, la capacidad para comprender la mentira y el engaño, para jugar, persuadir y discutir y para el comportamiento prosocial en general (Barreto, Osório, Baptista, Fearon y Martins, 2018; Holl, Kirsch, Rohlf, Krahé y Elsner, 2018; Slaughter, Imuta, Peterson y Henry, 2015; Wellman, 2018). Se trata de un campo de estudio prolífico que ha captado la atención de los investigadores en las últimas cuatro décadas, periodo en el que se han examinado las bases de estas capacidades en procesos de la evolución, neurales y de aprendizaje, así como su desarrollo en poblaciones típicas y atípicas (Leudar y Costall, 2009a; Wellman, 2018).

    Es indiscutible la importancia de cualquier capacidad relacionada con la comprensión interpersonal; no obstante, el campo de estudio de la ToM se encuentra plagado de supuestos que resultan problemáticos y limitantes para una verdadera comprensión del comportamiento social humano. En este capítulo se examinará en detalle la conceptualización de la ToM, se presentará una visión crítica de los supuestos establecidos en su estudio y se esbozarán algunos elementos pragmáticos como posible camino para un abordaje alternativo de estas capacidades humanas.

    1. La corriente dominante en el estudio de la toma de perspectiva: la ToM

    Una primera generación de estudios sobre la ToM surgió a comienzos de los 70 a partir de las aproximaciones preliminares de Piaget. En esta etapa se llevaron a cabo estudios sobre desarrollo metacognitivo que alcanzaron su cumbre una década después con Wellman (1985), quien se enfocó en analizar la concepción de los niños sobre la cognición humana (Astington y Baird, 2005; Flavell, 2004). Una segunda ola de investigación estuvo representada por los estudios fundacionales de Premack y Woodruff (1978) sobre cognición en primates. A estos autores se atribuye haber acuñado la expresión «teoría de la mente» cuando se preguntaron si un chimpancé tendría la capacidad de comprender acciones humanas como orientadas a objetivos. Al respecto afirmaron:

    Al decir que un individuo tiene una teoría de la mente, queremos decir que el individuo imputa estados mentales a sí mismo y a otros (ya sean conespecíficos o de otras especies). Un sistema de inferencias de esta clase es propiamente visto como una teoría, primero, porque tales estados no son directamente observables, y segundo, porque el sistema puede ser usado para hacer predicciones, específicamente acerca del comportamiento de otros organismos (Premack y Woodruff, 1978, p. 515).

    Premack y Woodruff (1978) llegaron a estas conclusiones a través de experimentos en los cuales mostraban a un chimpancé (Sarah) un actor humano enfrentando problemas que involucraban objetos inaccesibles y le pedían al animal que indicara cómo podría el humano resolver el problema. Se trataba de cuatro situaciones que se presentaban en videos en los que aparecía el humano en una jaula tratando de alcanzar unos bananos que estaban fuera de su alcance; adicionalmente, se tomaron fotos del humano intentando solucionar el problema. La prueba consistía en mostrarle a Sarah cada video, dejándolo en pausa los últimos cinco segundos y ofreciéndole un par de fotos, una que constituía la solución al problema y otra que no. Sarah escogió la alternativa correcta en 21 de 24 ensayos, por lo que Premack y Woodruff atribuyeron esta ejecución a que el chimpancé imputaba estados mentales al humano; específicamente, consideraron que Sarah atribuía al menos dos estados mentales: intención o propósito, por un lado, y conocimiento o creencia, por otro.

    Luego de hallar ejecuciones correctas de manera consistente cuando se planteaban diferentes clases de problemas a Sarah, se preguntaron por la forma en que reconocía la transición de un estado mental a otro. De hecho, extrapolaron esta pregunta al caso humano, afirmando que las distinciones entre saber y adivinar, por un lado, y veracidad y engaño, por el otro, pueden tener gran peso en asuntos sociales, ya que son los estados mentales inferidos los que organizan las situaciones, por ejemplo, en

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