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Colección de Propiedad Industrial e Intelectual (Vol. 3): 2do. semestre 2016 - 1er. semestre 2017
Colección de Propiedad Industrial e Intelectual (Vol. 3): 2do. semestre 2016 - 1er. semestre 2017
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Libro electrónico415 páginas5 horas

Colección de Propiedad Industrial e Intelectual (Vol. 3): 2do. semestre 2016 - 1er. semestre 2017

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La presente obra aborda temas vinculados a la protección de la propiedad industrial e intelectual de los medicamentos e innovaciones en el campo de la salud, del derecho de la moda y la protección de las marcas en Latinoamérica.
IdiomaEspañol
EditorialelDial.com
Fecha de lanzamiento3 ago 2016
ISBN9789871799558
Colección de Propiedad Industrial e Intelectual (Vol. 3): 2do. semestre 2016 - 1er. semestre 2017

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    Colección de Propiedad Industrial e Intelectual (Vol. 3) - Félix Rozanski

    Colección de Propiedad

    Industrial e Intelectual

    2do. semestre 2016 - 1er. semestre 2017

    ASDIN

    ASOCIACIÓN DE DERECHOS INTELECTUALES

    Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la fotocopia y el tratamiento informático.

    © 2016, Editorial Albremática S.A.

    Primera edición

    ISBN 978-987-1799-55-8

    Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

    Mensaje introductorio, 2016

    Es muy grato presentar un nuevo volumen de nuestra Colección, en este caso el correspondiente al año 2016.

    Vemos a nuestra Colección como una herramienta útil en la tarea consistente en apoyar y divulgar el conocimiento de los temas que hacen a una adecuada comprensión del valor de la propiedad industrial e intelectual como agente promotor del crecimiento. La mayor parte de los trabajos publicados son resultado del Concurso Anual Día Mundial de la Propiedad Intelectual que organiza ASDIN, que estimula la presentación de experiencias y propuestas.

    La falta de un adecuado conocimiento, de la plena vigencia legal, y por ende la escasa utilización de las variadas y útiles herramientas que proporciona la propiedad intelectual, es común en Latinoamérica. Varios autores tratan la temática a nivel regional y nacional. ASDIN sostiene que no obstante los evidentes progresos en la comprensión del valor de la propiedad intelectual para el desarrollo social y económico, resta muchísimos por hacer en, no solo a nivel nacional sino muy especialmente a nivel de la colaboración público-privada en el ámbito regional para alcanzar el nivel mínimo necesario que promueva la investigación, el desarrollo y la innovación en la región.

    Es por todo ello que ASDIN continúa impulsando la investigación y la educación en todo lo referido a la materia de la propiedad intelectual, tal como el lector lo podrá comprobar con la lectura de los artículos del volumen 2016/17 de esta Colección.

    Desde ya está abierto el Concurso Anual Día Mundial de la Propiedad Intelectual, para que, hasta el 31 de marzo de 2017, todo aquél con interés en el tema pueda hacer llegar sus ideas, experiencias y propuestas.

    Otro aspecto muy importante de la tarea de la entidad consiste en la organización de los Congresos Anuales Latinoamericanos, que ASDIN lleva a cabo en conjunto con otras entidades, bajo el título: LA INNOVACIÓN Y LA SALUD. El próximo Congreso anual, (VII Congreso), tendrá lugar en el presente año MÉXICO (Septiembre 2016).

    Están invitados a participar!

    Dr. Daniel Zuccherino, Presidente

    Dr. Félix Rozanski, Secretario

    Innovación y Salud: El desafío de atraer

    inversión privada a la investigación

    y el desarrollo en Latinoamérica

    Félix Rozanski[1]

    Resumen

    Se analiza la importancia crucial de atraer inversiones privadas a la investigación y desarrollo en Latinoamérica –con énfasis en el campo de la salud– para impulsar el avance del conocimiento y sus aplicaciones, de modo tal de coordinar los esfuerzos que realizan los Estados y los investigadores de la región, y favorecer el desarrollo humano y económico.

    Se explican los logros alcanzados, las serias dificultades que deben enfrentarse para acelerar el proceso en marcha y se formulan propuestas concretas para superar los desafíos teniendo en cuenta las experiencias exitosas.

    Se hace hincapié en la necesidad de impulsar esfuerzos conjuntos a nivel nacional, regional e internacional.

    Abstract

    The author analyses the crucial relevance to attract private investments in Latin America – with emphasis in the health sector – to advance knowledge and its applications, in order to coordinate the efforts being made by the governments and researchers in the region to favor human and economic development.

    Results already obtained are reviewed as well as the serious difficulties that must be faced to accelerate the ongoing process. Concrete proposals are made to overcome the challenges taking into account successful experiences.

    There is a need to promote common undertaings at the national, regional and international levels.

    Introducción

    Este artículo tiene por objeto reseñar los esfuerzos que se están haciendo en Latinoamérica para impulsar el desarrollo del conocimiento y sus aplicaciones, centrándonos en el área de la salud por su implicancia para el desarrollo.

    La región latinoamericana tiene un problema de muy larga data que es necesario enfrentar y que por el momento parece insuperable: no ha logrado cerrar la brecha tecnológica no sólo con el primer mundo, sino con Asia. Se estima actualmente que la inversión en innovación en la región latinoamericana en su conjunto es de 0,68% del producto interno crecimiento (PIB), frente a entre el 2% y el 4% en las economías innovadoras más desarrollados. Sin embargo se hace notar la falta de datos nacionales confiables y de buenas prácticas y estándares para la presentación de informes sobre las inversiones en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).

    Si bien se aspira a que la inversión pública continúe creciendo, el artículo se centra en el desafío es atraer más inversión privada a I+D+i porque es baja en la región.

    Si bien el tema del desarrollo científico-tecnológico y su valor tienen en general consenso, ello no es así cuando se trata de la apropiación de los resultados de la innovación, mediante las herramientas que proporciona el derecho de propiedad intelectual. Se considera que la observancia de la propiedad intelectual es condición necesaria, aunque no suficiente, por lo que el artículo analiza las variadas estrategias puestas en marcha en la región para incentivar la inversión privada en ID+i. Estas experiencias y las propuestas nacionales que se analizan pueden servir a los otros países de la región que atraviesan similares desafíos.

    El tema de la apropiación privada de los beneficios de desarrollos continúa siendo motivo de acaloradas controversias al más alto nivel internacional, muy especialmente cuando se trata de innovación, y salud. Constituyen el centro de las discusiones sobre los desarrollos de nuevos medicamentos y productos médicos.

    El Estado no puede hacerlo todo. Se concluye indicando que se requiere prioritariamente el apoyo, la coordinación y adecuadas estrategias para aunar los esfuerzos de los tres actores principales: Estado, Academia e Industria, redoblando los esfuerzos de modo tal que la asimetría tecnológica de Latinoamérica con las otras regiones más dinámicas no continúe profundizándose.

    Investigación, desarrollo e innovación (I+D+i)

    La investigación básica –también conocida como pura o fundamental– se caracteriza porque está asociada mayoritariamente al ámbito universitario/académico/ gubernamental antes que al ámbito privado-empresarial, debido a que los resultados obtenidos en esta etapa no pueden protegerse o no permiten su apropiación económica. En la investigación aplicada –también conocida como utilitaria o dinámica– existe una actividad propiamente inventiva, por lo que en algunos casos los resultados obtenidos son susceptibles de protección por diversos mecanismos jurídicos, como, por ejemplo, las patentes de invención. Si bien esta etapa se sigue desarrollando en el ámbito universitario, los investigadores están más asociados a los institutos públicos de investigación y especialmente a las empresas privadas. Finalmente, el desarrollo experimental como última etapa, está mayormente asociado al ámbito privado empresarial y en éste los investigadores ya han obtenido la experiencia o el know how técnico y se desarrollan los prototipos o planes pilotos para una futura explotación comercial. Así escribe Aldo Fabrizio Modica Bareiro,[2] y continúa: "En los últimos tiempos al tradicional binomio de investigación y desarrollo (I+D) se le suma un tercer elemento, la innovación, quedando la ecuación final en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). Es decir, la innovación implica investigación y desarrollo (I+D) más transferencia de tecnología. Una definición más simple I+D+i sostiene que "investigar es invertir recursos para obtener conocimiento, en tanto que innovar es invertir conocimiento para obtener valor".[3]

    Incoherencias de políticas

    Si bien el tema del desarrollo científico-tecnológico y su valor tienen en general consenso, la apropiación privada de los resultados de la innovación es motivo de acaloradas controversitas, muy especialmente cuando se trata de innovación y salud. El siguiente es un breve repaso ilustrativo de la discusión actual al más alto nivel internacional.

    Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, convocó a un Grupo de Alto Nivel sobre el Acceso a Medicamentos. El objetivo propuesto del Grupo de Alto Nivel es "…para examinar y evaluar propuestas y recomendar soluciones para poner remedio a la incoherencia de las políticas entre los derechos justificados de los inventores, el derecho internacional de los derechos humanos, las normas comerciales y la salud pública en el contexto de las tecnologías de la salud".[4] Entre los 15 destacados miembros del Grupo se encuentra Celso Amorim, diplomático brasileño y exministro de Relaciones Exteriores de su país. La labor del Grupo está secundada por un Comité de Expertos que tendrá a su cargo los aspectos técnicos de la problemática. Entre sus miembros se encuentra el argentino Carlos Correa. Habrá lugar para las propuestas y los debates públicos. El informe del Grupo de Alto Nivel sobre el Acceso a Medicamentos, con recomendaciones, se espera para mediados de 2016.

    Es interesante destacar como antecedente el Grupo de Expertos Consultivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre I+D (CEWG),[5] que presentó su informe en 2012.[6] Entre sus múltiples conclusiones, relevantes para este trabajo, mencionamos:

    (a) La falta de datos nacionales confiables y de buenas prácticas y estándares para la presentación de informes sobre las inversiones en I + D. Recomienda definir con mayor precisión el alcance de los esfuerzos de monitoreo de I + D, identificar qué enfermedades deben ser cubiertas, y decidir cómo deben ser reportados los flujos financieros, así como establecer un Observatorio Mundial sobre I + D en Salud;

    (b) Coordinación global para I+D en Salud, comenzando con el intercambio sistemático de información entre los agentes de I + D. Numerosos esfuerzos de priorización globales se llevan a cabo para enfermedades específicas o categorías de productos específicos (por ejemplo, para el desarrollo de una vacuna contra la malaria), muchos de ellos bajo los auspicios de la OMS. Sin embargo, no hay un estándar aceptado para el establecimiento de las prioridades. Se recomienda planificación y acción conjunta. La acción conjunta es ya una realidad en varias áreas específicas de la enfermedad, pero no existe un mecanismo para la I + D a través de un espectro más amplio de enfermedades. Se destaca el ejemplo de la Unión Europea que ha invertido considerables recursos en la creación de estrategias y mecanismos regionales de I + D en salud y su financiación.

    (c) Todos los países deben comprometerse a dedicar al menos el 0,01 % del PBI en financiar proyectos de I + D dedicado a satisfacer las necesidades de salud de los países en desarrollo. Estos fondos adicionales se utilizarían para financiar todas las fases de I + D en el sector público y privado, así como las asociaciones público –privadas. Con parte de los fondos nacionales se podría construir un fondo global. Los fondos actuales son fundaciones[7] no necesariamente organizadas o dependientes de organizaciones o convenciones internacionales. Se sugiere la adopción de diversos mecanismos de financiación a nivel internacional.

    El primer nivel de intercambio de información es un requisito previo antes de pasar a la priorización o la planificación conjunta. El establecimiento de un instrumento financiero requeriría mecanismos para identificar las prioridades de I + D. Las inversiones priorizadas de manera transparente y basada en datos apoyarían una coordinación eficaz. Una consolidación equilibrada de los tres elementos –el seguimiento, financiación y coordinación– constituiría la base de un nuevo marco mundial para la I + D.

    Retomando lo que es dable esperar del nuevo informe que producirá el Grupo de Alto Nivel sobre el Acceso a Medicamentos establecido por Naciones Unidas, el centro de discusión será el tema de la innovación, la salud pública y la propiedad intelectual. En su reunión de diciembre de 2015, Antony Taubman, Director de la División de Propiedad Intelectual de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y miembro del Comité de Expertos, expresó que un paso importante para la coherencia de políticas lo constituyó la Declaración de DOHA sobre el Acuerdo ADPIC.[8]

    En cambio, el representante de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), Tom Bombelles, declaró que los costos y las dificultades de la innovación continúan aumentado por lo que existe coherencia en el reconocimiento de que sin innovación productiva no hay posibilidad de acceso. Señaló por ejemplo que el programa SEARCH[9] de la OMPI para el desarrollo de productos médicos para enfermedades tropicales desatendidas, malaria y tuberculosis es un avance destacable. El mismo permite a las organizaciones compartir su propiedad intelectual, sus drogas, su experiencia, instalaciones y conocimientos técnicos con investigadores calificados en todo el mundo.

    A su vez, el experto representante de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), señaló que se espera que el Grupo de Alto Nivel abordará tres temas interrelacionados:(i) Cómo utilizar el sistema de propiedad intelectual, incluyendo sus flexibilidades, para atraer mejor la inversión en la producción local de productos farmacéuticos de calidad; (ii) Cómo utilizar el sistema de propiedad intelectual, incluyendo sus flexibilidades, para alentar a los países a desarrollar sus capacidades existentes en la innovación incremental de la salud relacionados con el desarrollo; y (iii)Cómo el acceso a los medicamentos se puede lograr a través de políticas coherentes y coordinadas en las áreas de salud, la propiedad intelectual, la inversión, las tarifas y la tecnología.[10]

    La OMS ha hecho llegar al Grupo de Alto Nivel de las Naciones Unidas sus comentarios en atención a que el mismo está buscando tanto mejoras incrementales del sistema actual o modelos alternativos o complementarios para investigar y desarrollar nuevos tratamientos médicos, vacunas y diagnósticos y el acceso a los mismos.[11] Entre sus propuestas principales figuran:

    (a) Ampliación muy importante del listado de Medicamentos Esenciales de modo de incluir medicamentos para el cáncer, la hepatitis C, la tuberculosis, y los antibióticos que considere esenciales;

    (b) Mayor transparencia sobre la cobertura de patentes que pueden tener los medicamentos declarados esenciales;

    (c) Ampliación de la labor del Consorcio de Medicinas MMP ("The Medicines Patent Pool") respaldado por las Naciones Unidas que trabaja para aumentar el acceso de medicinas para SIDA, virus de la hepatitis C y los tratamientos de tuberculosis en los países de ingresos bajos y medianos, a fin de que cubra todas las patentes involucradas en el Listado de Medicinas Esenciales (y no únicamente las relacionadas con las tres enfermedades mencionadas); y

    (d) Revisión de los mecanismos de controles de precios de las medicinas y los sistemas de reintegros a nivel nacional, tanto para las medicinas innovadoras como para esenciales. Se da la paradoja de que algunas son muy caras y otras genéricas no encuentran interesados en fabricarlas porque los precios fijados son bajos y por ello terminan siendo no accesibles por falta de aprovisionamiento.

    El Grupo de Alto Nivel tuvo hasta su primera reunión pública para discutir iniciativas en Londres el 10 de marzo de 2016y recibió en la primera etapa 177 iniciativas.[12] Las contribuciones provienen de gobiernos, sociedad civil, academia e industria. Sin embargo, muchas discusiones vuelven a las antiguas argumentaciones sostenidas en contra de las patentes farmacéuticas en las negociaciones para la conclusión de los tratados de libre comercio que fueron aprobados y se encuentran vigentes en el mundo. Es decir propuestas reiteradas que no son superadoras para promover la innovación en salud.

    La brecha tecnológica

    Si bien la economía latinoamericana ha crecido en los últimos años, las perspectivas han variado. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la región se contraerá un 0,3% en 2016. Será el segundo año consecutivo de contracción, algo que no ocurría desde la crisis de la deuda de 1982-83, que desencadenó la década perdida para la región. La recesión regional oculta, sin embargo, fuertes disparidades entre los países. La Argentina (-1%), Brasil (-3,8%) y Venezuela (-8%) son los únicos tres países de América latina que no crecerán en 2016. La economía de Perú acelerará su expansión y crecerá un 3,3%; Colombia, 2,7%; México, 2,6%, y Chile, 2,1%. La región ha debido adaptarse al nuevo contexto externo, en el cual China ya no crece tanto como antes, un fenómeno que ha impactado de manera nítida en el mercado de materias primas, cuyos precios han caído "entre un 30 por ciento y un 50 por ciento en relación con su valor máximo, dependiendo del país", dice el Fondo. Esto ha provocado pérdidas significativas en los ingresos por exportación, de alrededor de U$S 200.000 millones para las siete economías regionales.[13]

    Latinoamérica tiene un problema de muy larga data que es necesario enfrentar y que por el momento parece insuperable: no ha logrado cerrar la brecha tecnológica no sólo con el primer mundo, sino con Asia. En 2015 los países de Asia representaron el 43% de todas las patentes de invención solicitadas a nivel mundial por el PCT (Tratado de Cooperación de Patentes de la OMPI). Mientras que en 2015, 547 solicitudes de patentes provinieron de Brasil, 320 de México, de Perú: 25, Panamá: 15, Venezuela: ninguna; 57,385 solicitudes de patentes provinieron de Estados Unidos, de Japón: 44,235, Alemania: 18,172, y Corea del Sur: 14,626. Y el fuerte contraste también se verifica al comparar las solicitudes de las entidades educativas: Universidad de California: 361, Massachusetts Institute of Technology: 213, John Hopkins: 170, Universidad de Texas: 163, Harvard: 158, Tsinghua University de China: 102, y Universidad de Tokio (Japón): 101.[14]

    Es interesante también señalar las empresas multinacionales que más patentes solicitaron en 2015 por el Convenio PCT (OMPI): Huawei Technologies (China), Qualcomm (Estados Unidos), ZTE (China), Samsung Electronics (Corea del Sud), Mitsubishi Electric (Japón), Ericsson (Suecia), LG Electronics (Corea del Sud), Sony (Japón), Philips Electronics (Países Bajos), y Hewlett-Packard (Estados Unidos). Como puede apreciarse ninguna es del sector industria farmacéutica.

    Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el peso de la ciencia y la tecnología en la producción manufacturera regional es una cuarta parte del que existe en los países de Asia. El corolario es un fuerte desequilibrio en el desempeño económico de ambas regiones. "El desarrollo tecnológico es el sustento último del crecimiento económico en el largo plazo. En la doble dimensión de la productividad y la incorporación de progreso técnico, los países de la región han estado y siguen estando estructuralmente rezagados. Las políticas de innovación, articuladas con las de ciencia y tecnología, son necesarias para vincular de manera eficiente los esfuerzos de empresas, gobiernos y sectores académicos. Esto permitirá fortalecer los sistemas nacionales de innovación y articularlos con las principales tendencias que operan en la economía mundial".[15]

    La deficiente incorporación de tecnología profundiza el peligro de la primarización de América latina, un riesgo presente en el crecimiento de la última década muy basado en el desempeño de los productos primarios (desde la soja hasta los minerales, el gas y el petróleo).

    "Las llamadas multilatinas,[16] empresas multinacionales latinas, de Chile, Argentina, Brasil que invierten en el resto de América Latina, cada vez que necesitan un avance tecnológico buscan un socio externo para que se lo suministre. Esas grandes compañías tienen muy poca investigación científica o creación tecnológica, subraya Gabriel Palma. Sin este salto tecnológico en un mundo cada vez más dominado por la ciencia, el crecimiento regional logrado en la primera década de este siglo XXI puede convertirse en otro de los tantos espejismos de nuestra historia.[17]

    El nivel reducido de I+D de Latinoamérica parece ser, junto al hecho de que el sector privado lleva a cabo poca de esta inversión, uno de los responsables principales de la bien documentada historia del bajo crecimiento de la productividad de la región.[18] Los desafíos consisten entonces en aumentar el reducido nieve de I+D, pero con una participación creciente de inversiones privadas.

    Según el Reporte sobre El Estado de la Innovación en las Organizaciones,[19] las grandes empresas con amplios recursos logran aprovechar todo el potencial de la innovación para mejorar la competitividad, la productividad y el crecimiento; mientras que la mayor parte de las empresas tímidamente experimenta con este tipo de iniciativas. En la mayor parte, los esfuerzos son aislados e informales, carecen de estrategia y experiencia o no cuentan con apoyo.

    Parte del problema nace de la poca información que existe sobre el tema. Solo un 5% de las más de 300 empresas participantes en el Reporte tienen un área de I+D liderando las iniciativas de innovación en sus organizaciones. Ante la pregunta de si la empresa ha desarrollado un estrategia de innovación organizacional, el 31% contestó: "Sí y bien definida; el 29.7%:No; y otro 28%:Sí, pero no bien definida".

    Las compañías innovadoras crean una cultura de la innovación a lo largo de toda su organización. Pero la mayoría de las corporaciones privadas experimentan grandes dificultades para insertar la cultura de la innovación a nivel teórico y metodológico dentro de su funcionamiento actual. El Reporte encuentra que México y Brasil son los países con la mayor experiencia en la variable de Teorías y Metodología de la Innovación.

    No obstante las dificultades y aun cuando la inversión de las empresas en innovación sigue siendo muy baja, sobre todo con relación a los presupuestos de marketing, existe un paulatino crecimiento de estas inversiones.

    Entre las principales conclusiones de este Reporte citamos: "Quizás, una de las barreras que limitan la capacidad de innovación es la cultura organizacional que tienen la mayor parte de las empresas: visión de corto plazo, aversión al riesgo y al fracaso, desconfianza y bajos incentivos son algunos de los factores culturales que más afectan a las organizaciones".

    En el campo de la salud, los avances son tan importantes que la falta de inversiones adecuadas en la región profundiza las diferencias. Y ello es de lamentar porque la investigación biomédica se encuentra en un momento de oportunidades. Muchas de las posibilidades más interesantes, como detalla Francis S. Collins –director de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, NHI–, surgen de la convergencia de varios factores: las herramientas y tecnologías innovadoras que resultan del Proyecto Genoma Humano; avances de la computación y de imagen biomédica que están alimentando una generación de conjuntos de datos digitales complejos conocidos como grandes datos; y el aumento del interés de los sectores público y privado en la búsqueda de formas de acelerar la velocidad a la que los resultados de investigación se convierten en tratamientos y curas.

    El papel de la medicina personalizada está creciendo. La comprensión de los cambios genéticos que causan cánceres particulares, por ejemplo, puede sugerir maneras de atacarlos con drogas elaboradas especialmente. El primer ejemplo de tal tratamiento dirigido se produjo en 2001, cuando el laboratorio de origen suizo NOVARTIS, introdujo Gleevec, un tratamiento para la leucemia mieloide crónica. El éxito de Gleevec inspiró a otros a buscar fármacos contra el cáncer dirigidos. Por ejemplo, PFIZER, de origen estadounidense, introdujo Crizotinib para los pacientes con cáncer de pulmón, con una versión mutada de un gen llamado ALK.

    Con la finalización del Proyecto Genoma Humano, muchos anticiparon que a mediano plazo las enfermedades podrían diagnosticarse y tratarse de forma personalizada. Para ello se necesita integrar información clínica y molecular para entender las bases biológicas de cada enfermedad y así diagnosticar y tratar cada patología en forma precisa. La medicina de precisión adquirió nuevos bríos con el anuncio de una inversión de 215 millones de dólares en 2016 por parte de los Institutos de Salud de Estados Unidos (NIH) para promover descubrimientos biomédicos y nuevas herramientas que ayuden a seleccionar las terapias según las personas y no únicamente según la enfermedad.

    Por ello el 25 de febrero de 2016 se anunció un proyecto NUEVO PMI Cohort Program para mejorar la medicina preventiva y los tratamientos que tomen en cuenta no solo los genes de las personas a tratar, sino también el medio ambiente y el estilo de vida de las personas concretas. El Instituto de Salud (NHI) invertirá en una base de datos masiva que seguirá los desarrollos en salud de por lo menos 1.000.000 de voluntarios hasta 2019, que va más allá de los exámenes médicos de rutina para incluir aspectos diarios de bienestar según se recojan de celulares y sensores que usarán los voluntarios. El proyecto piloto estará a cargo de Vanderbilt University quien tendrá asesoramiento de la firma Verily (Google Servicios de Salud). Con toda la información que se recoja se podrá apreciar mejor quiénes y porqué desarrollan enfermedades y quiénes responden o no a los tratamientos actuales y porqué. Y a más largo plazo se aspira a que la I+D+i de nuevos medicamentos en lugar de enfocarse en el consumo masivo, busque aquellos que sean útiles para la medicina de precisión. Se espera que se logren ahorros importantes si se pueden utilizar prevenciones y tratamientos mucho más efectivos que los actuales.

    Frente a estos formidables cambios, qué duda puede caber de la necesidad de impulsar las inversiones en innovación en la región latinoamericana para aprovechar el abanico de oportunidades abierto.

    Obstáculos para las inversiones en I+D+i en Latinoamérica

    El aumento del flujo de inversiones extranjeras directas es muy importante en particular para países en desarrollo. Así lo señala la UNCTAD. En 1980 era a nivel mundial de 13.3 mil millones de dólares. En 2012 crecieron exponencialmente y alcanzaron dólares 1.35 trillones. En 2014 disminuyeron el 16% por la fragilidad económica Sin embargo, los países en desarrollo recibieron 681 mil millones, un crecimiento del 2%. Ello no benefició a Latinoamérica que recibió 159 mil millones en 2014, 14% abajo después de cuatro años de crecimiento. Ello indica la necesidad de reevaluar la estrategia de la región.[20]

    La relación entre la fortaleza del régimen de propiedad intelectual en un país y su impacto en el flujo de inversiones extranjeras ha sido objeto de varios estudios, por ejemplo por la OECD, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos. Así un documento de trabajo para esta Organización estimó que el 1% de incremento en el fortalecimiento del régimen de patentes significa un incremento del 2,8% en el flujo directo de inversiones extranjeras.[21] Y ello es particularmente así en el campo de la investigación e industria farmacéuticas.

    Cuando nos referimos a las herramientas de la propiedad intelectual para promover I+D+i en el sector farmacéutico, pensamos principalmente en dos instrumentos: las patentes de invención[22] y la protección de los datos de registro sanitario resultantes de las pruebas que deben realizarse para alcanzar los objetivos de seguridad, eficacia y calidad de los productos.[23]

    El número de patentes y la presencia de artículos científicos registrados en bases de datos bibliográficas internacionales son las variables utilizadas para medir los resultados de la I+D. En los últimos años los países de Latinoamérica han incrementado vigorosamente su presencia en las bases de datos bibliográficas que dan cuenta de la corriente principal de la ciencia, liderados en este proceso por Brasil, pero han sido capaces de traducir en menor medida su esfuerzo en patentes, lo que puede ser tomado como un indicador de una todavía baja contribución del sector científico y tecnológico a las actividades productivas y al sostén del proceso innovador. Visto desde el sector científico, el problema se presenta como una insuficiencia de vínculos con las empresas. Esta carencia de vínculos tiene que ver en parte con las orientaciones propias de las instituciones y las comunidades científicas, pero fundamentalmente da cuenta de la debilidad de la demanda de conocimientos por parte de las empresas.

    Entre las dificultades que desalientan las inversiones del sector privado en investigación biomédica en Latinoamérica en el área de las patentes de invención señalamos fundamentalmente tres: (i) los largos e injustificables períodos que insume el examen de las solicitudes de patentes, en algunos casos más de diez años y los elevados costos de solicitud y mantenimiento de las patentes; (ii) las exclusiones de patentabilidad en sectores claves como el de los medicamentos biotecnológicos; y (iii) Las interpretaciones ¨flexibles¨ que promueven las autoridades y que aplican los examinadores de las oficinas de patentes de algunos países, orientadas a obstaculizar su otorgamiento. Nos referimos concretamente por ejemplo a negar protección patentaría a las investigaciones incrementales que realiza la industria farmacéutica para mejorar los productos o para

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