Antecedentes del derecho a la verdad
El desarrollo de la doctrina de los derechos humanos tiene hoy diversas fuentes, lo que le permite un progresivo avance en la cobertura de las diversas manifestaciones de los derechos fundamentales. En el caso del derecho a la verdad, éste ha evolucionado desde el contenido del derecho al debido proceso1 y el acceso a la justicia.2
La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) lo trata como un derecho subsumido en el derecho al debido proceso.3 No se puede olvidar que uno de los efectos traumáticos más frecuentes de las dictaduras, las guerras civiles y las crisis humanitarias es la incertidumbre del “qué pasó con las víctimas”, el “cómo y por qué ocurrieron los hechos” y, finalmente, el “dónde están”.4 Todas estas preguntas necesitan una respuesta para que la sociedad civilizada la registre en su historia5 y evite su repetición.
Con el paso del tiempo, la desaparición de los victimarios provoca sentimientos de abuso y de impunidad. Por eso, la exigencia de verdad constituye un imperativo de justicia social, cuya fuente legitimadora es la dignidad de la persona. Por eso, los victimarios intentan desvirtuar, bajo un velo mediático propagandístico6 de la contingencia política, esta necesidad de verdad histórica (y dramática), transformándola enuntemapolítico más y, de ese modo, en un tema transable y negociable, lo que atenta contra este derecho.
La falta de verdad ante estos crímenes provoca una triple victimización de los afectados y de sus familias; primero, sufren