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El Enemigo Interno
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Libro electrónico202 páginas2 horas

El Enemigo Interno

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El Enemigo Interno: Una novela de suspenso, apasionante, de ritmo rápido, que te mantendrá despierto durante la noche.

El Mayor Akhil Thapar, del ejército Indio, está ahora designado a R&AW, y tiene la tarea de infiltrarse en un módulo en la India, de terroristas despiadados de ISIS. El objetivo: descubrir lo que ellos están planificando y sabotearlo. El reto: ¿Podrá hacerlo sin conocer a su enemigo desde adentro?

En paralelo su esposa Amrita Arora, una periodista del canal de televisión SDTV, siente que hay algo que no está bien en su sitio de trabajo. Algunos periodistas han muerto bajo circunstancias misteriosas. Sus angustiados familiares sospechan del enemigo interno. Las cosas se calientan cuando el gobierno acusa al canal de noticias de ser un conducto para el lavado de dinero. ¿De qué??? ¿Para quién y con qué propósito?

Acompaña al Mayor Akhil Thapar y a Amrita Arora en su peligroso viaje para llegar al fondo de la verdad. Prepárese para sorprenderse cuando sus misiones se encuentren.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 nov 2021
ISBN9781667418094
El Enemigo Interno

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    El Enemigo Interno - Prasenjeet Kumar

    Prólogo

    EL MAYOR AKHIL THAPAR se despertó sobresaltado. El sudor rodaba desde su frente a su nariz. El swoosh, swoosh, swoosh del sonido del ventilador del techo no le hacía ningún bien. Sus pesadillas estaban de regreso.

    Las cosas aparecían nubladas, en fragmentos, en una especie de ráfagas de recuerdos. Pero él sabía que su pesadilla estaba demasiado relacionada a Poonch, donde él había estado asignado con 1/5 Gurkha Rifles hace solo unos años.

    Esa fue una noche muy helada, con el aire congelado golpeándole su cara. Había nieve por todas partes.

    Su unidad recibió la información de que cinco terroristas Lashkar-e-Toiba de Pakistán se estaban escondiendo dentro de una mezquita. A Akhil se le encomendó liderar la operación y él con sus hombres debieron pronto rodear la mezquita. Él usó un megáfono para ordenar a los terroristas que se rindieran. Lo que era el procedimiento estándar. En respuesta, como era de esperarse, ellos oyeron disparos.

    Sus hombres devolvieron el fuego. El sonido de los disparos de ambos lados era ensordecedor. El aire se llenó de humo lo que hizo que la garganta de Akhil le doliera. Entonces los terroristas lanzaron granadas de manos. La metralla agarró a uno de sus hombres por sorpresa, quien gritó más de miedo que de dolor.

    La batalla duró pocas horas. Cuatro terroristas fueron asesinados y uno escapó.

    Él no supo cómo esto ocurrió. Excepto que estaba parado en la alfombra de la puerta mientras la abría de una patada. Lo último que recordaba era -ese temido sonido clic, que era tan similar, en una forma extraña al sonido swoosh, swoosh, del ventilador del techo.

    Akhil recordó haber despertado en un hospital. Todo vendado y con su pierna izquierda girada hacia la derecha justo debajo de su rodilla.

    Él se levantó, y tomó un trago de agua fría del termo de acero ubicado en su mesa de noche. El despertador digital mostraba las 5:20 a.m. Una vez más se había despertado un poco antes de que su alarma pudiera sonar a las 5:30 a.m. Su esposa Amrita estaba acurrucada cerca de él, todavía en un sueño profundo.

    Tiempo de ir a correr, agarró la prótesis y se la puso en su pierna izquierda. Se puso una franela de cuello redondo y un short negro.

    ERA UNA CÁLIDA MAÑANA de octubre. Akhil corrió saludando. Algunos hombres y mujeres estaban haciendo yoga guiados por un maestro (guruji) local. Los niños jugaban con los perros y las ardillas peleaban entre ellas por las nueces que habían caído de los árboles.

    Cerca de un arbusto, vio algunos contenedores de metal laminado, del tipo que utilizan los repartidores de leche en la India. ¿Por qué estaban esos envases tirados ahí? ¿Estaba algún lechero tomando clases de yoga también? ¿O alguien los descartó ahí como basura? ¿En el parque? De cualquier manera, ¿era esto importante?

    Akhil descartó sus pensamientos y siguió trotando. Momentos más tarde, una ruidosa explosión sacudió la tierra. Akhil perdió el equilibrio y cayó.  Nubes de humo-blanco, negro y amarillo subían de forma ondulante. Vio a la gente caída en el suelo. Algunos vomitaban un líquido-de color verde. Otros estaban histéricos y se reían a carcajadas antes de caer inmóviles en el suelo. Había una sensación de quemadura en la piel donde se fueron formando ampollas.

    El sentido olfatorio de Akhil fue asaltado con todo tipo de olores, algunos le recordaban el olor de las manzanas, mientras que otros olían a huevos podridos o a basura hedionda. Se levantó lentamente, observando que había cientos de cuerpos tirados en el parque. Caras conocidas, personas a las que saludaba cada día, pero a las que no les conocía sus nombres-desperdigados en la tierra como hojas caídas. Los pájaros también estaban cayendo de sus nidos. Las ardillas se retorcían y caían muertas.

    Abruptamente, la neblina se levantó y la escena desapareció tan rápidamente como había aparecido. Cada cosa fue revertida de regreso a la normalidad. Las clases de yoga habían terminado, los hombres y mujeres se habían levantado y estaban enrollando sus colchonetas de yoga. Akhil ahora no podía ver los contenedores de metal laminado. Y no había cadáveres. Ya no percibía los olores a manzana, a basura o a huevos podridos.

    Akhil cerró sus ojos e inhaló profundamente. Su franela estaba cubierta de sudor. Entonces, ¿estaba su mente nuevamente jugándole trucos, debido a una profundamente establecida paranoia? O, ¿era esto una premonición, o una visión de algo siniestro a punto de ocurrir?

    1

    CUARTEL GENERAL, ALA de Investigación y Análisis, Nueva Delhi.

    Akhil había logrado pasar todas las pruebas de sus condiciones físicas y estaba esperando reunirse con su regimiento. Pero su comandante (CO) le comunicó que había una mejor oferta de la secretaría del gabinete que tenía varias ventajas: uno, mantenerlo a él en Nueva Delhi, con Amrita, y dos, garantizar sus chequeos regulares en la (R&R, por sus siglas en inglés), la Referencia e Investigación del hospital en Dhaula Kuan.

    La oferta era que él se uniera al Ala de Investigación y Análisis (R&AW), del Gobierno de la India. Temporalmente, a Akhil se le aseguró que estaría en la comisión por solo tres años. A pesar de que de alguna manera ese nombre suena académico y parece ser inofensivo, este era el equivalente a cualquiera que usted escoja entre la CIA o la KGB/FSB o el Mossad. Fue creado en 1968, posteriormente a la espectacular debacle de la India en la guerra Sino-India en 1962, por arrancar las actividades de inteligencia extranjera que reunía las actividades del Buró de Inteligencia de la India (IB).

    Últimamente, su foco se había dirigido a luchar contra el terrorismo islamista pakistaní, en cualquier parte que este afectara los intereses de la India en el mundo. Esa fue la célula con la que Akhil se tuvo que enfrentar, lo que él hizo como un soldado leal.

    LAS PRIMERAS SEMANAS fueron aburridas. Akhil fue rotado de escritorio en escritorio hasta que de alguna manera se familiarizó con la jerarquía. Había oficiales con todo tipo de experiencia, armada, policía, naval, fuerza aérea, ¡incluso del Servicio Administrativo de la India (IAS)! Haciendo ¿Dios sabrá qué?

    Akhil tuvo que empezar con un curso de inducción de diez-días, donde con otros principiantes se familiarizaban con el espionaje y la inteligencia del mundo real. Hubo clases sobre técnicas de mercadeo, análisis económico y financiero, tecnología satelital, hackeo, seguridad de la información entre otras. Lo que llamó la atención de Akhil fue el decreto de no tratar a nadie como amigo o enemigo. ¿Por qué? Porque en el oscuro mundo de los espías, estos papeles podían cambiar y ser intercambiados, constantemente. Eso fue muy diferente de lo que Akhil había aprendido en la armada, donde un enemigo era un enemigo que era muy diferente de un amigo. ¡Así de simple!

    Akhil tuvo que seleccionar un lenguaje extranjero y le fue asignado el Baloch. Él lo tenía que aprender en el entrenamiento de R&AW y en el Instituto de Lenguaje en Gurgaon. Después de eso tuvo su entrenamiento en la conducción de operaciones clandestinas, donde Akhil aprendió acerca de la infiltración y la exfiltración, el arte del escrutinio, cómo establecer su red de informantes, topos u operativos, cómo enfrentar un interrogatorio en el caso de ser capturado, entre otras más.

    En balance, el entrenamiento parecía un poquito arcaico y centrado en la policía. Para la profunda queja de Akhil, ninguno de los entrenadores estuvo nada cerca de parecerse a ¡James Bond, a Nick Carter o ni siquiera a Jason Bourne! Era evidente que nadie tenía licencia de matar, sino solo una licencia de entrometerse y entonces escribir un detallado reporte. ¡Qué aburrido!

    Eso fue hasta aquel infortunado miércoles cuando a Akhil se le pidió reportarse en breve a la sala de conferencias del piso 8. La entera célula antiterrorista -incluyendo Rajat Sethi y otros- se encontraban entre la audiencia. A las 1030 horas en punto, se produjo la inesperada entrada de Ranjeet Doval, en persona, el elusivo jefe de R&AW. Hubo un impactante silencio y todos rápidamente se pusieron de pie.

    Descansen, caballeros, el jefe dijo, Por favor siéntense.

    Oficialmente, a la cabeza de R&AW se le dirigían como director R&AW, o secretario (R), quién le reportaba directamente al primer ministro. Pero dentro de la organización, todos simplemente lo llamaban el jefe.

    Veo algunas caras nuevas hoy, destacó el jefe. ¿Podríamos empezar con una ronda de presentaciones?

    Así fue como los monólogos empezaron, en el sentido de las agujas del reloj, alrededor de la inmensa mesa con forma de herradura, hasta que alcanzó a la silla de Akhil.

    Señor, Akhil empezó, Yo soy el Mayor Akhil Thapar en adscripción del 1/5 Gurkha Rifles ....

    Algo hizo clic, y el jefe levantó su mano para detener a Akhil.

    ¿Fuiste tú quién por sí solo resolvió la conspiración del gas sarín contra nuestros parlamentarios?

    No por sí mismo, señor, dijo el oficial del IPS; Rajat Sethi, él tenía a su esposa para que le ayudara.

    Akhil sintió deseos de darle un puñetazo en esa sonrisa que se estaba ampliando en la cara de Rajat, pero el jefe sería aún más severo.

    ¿Yo le pedí que explicara Rajat? ¿Lo hice? ... ¿No? Entonces cállese ... si Mayor, usted deseaba decir algo.

    No, señor, Akhil contestó, solo...que usted estaba en lo cierto de que yo jugué un pequeño papel en frustrar esa cobarde conspiración.

    "Por lo que un país agradecido le otorgó el Shaurya Chakra, el más alto honor ciudadano otorgado en tiempos de paz ..."

    Señor.

    ¿Dígame Mayor, el jefe se dirigía a él nuevamente, Usted ve lo que está escrito encima de mi silla?

    Si señor, Akhil respondió, "Es Dharmo Rakshti Rakshitah lo que significa ‘la ley protege cuando es protegida.’"

    Correcto, el jefe enroscó su mostacho gris y continuó, lo que me trae a la emergencia de hoy .... Y esta es, que nosotros acabamos de recibir reportes de que Harkat-ul-Harb-e-islam, un módulo de ISIS está planificando un ataque mayor terrorista en la capital nacional ... Delhi, donde todos ustedes están sentados.

    Se produjo un impactante silencio en todo alrededor.

    El jefe agarró el control remoto y encendió la pantalla que silenciosamente bajó desde el techo. Cuando las luces se apagaron, la primera diapositiva apareció mostrando un hombre con lentes redondos, barba blanca y una gorra de cráneo.

    Este hombre es un experto legal musulmán, Mohammad Sohail. Originalmente de Uttar Pradesh, él es cabeza de la comunidad en una universidad islámica en Seelampur. Nosotros creemos que es la mente maestra de la conspiración que estamos discutiendo en este momento.

    Doval pasó a la siguiente diapositiva. Y este es su Segundo en comando, Zaid Malik.

    Akhil presto mucha atención a la cara del hombre joven mostrada en la pantalla. Su característica más notable era un punto rojo en su ojo derecho.

    Zaid Malik, dice Doval, es responsable por reclutar y entrenar potenciales candidatos. El punto rojo en su ojo viene de una herida, con una astilla que sufrió en una de sus operaciones terroristas hace alrededor de un año.

    La siguiente diapositiva muestra la foto de otro hombre barbado quien utiliza un keffiyeh rojo y blanco, la bufanda a cuadros de estilo árabe, alrededor de su cuello. Este hombre es Saqib Ifteqar. Él está trabajando como un imam (persona que dirige la oración colectiva en el islam) en Jama Masjid, Buxar, Bihar es el hombre de la logística, responsable de procurar armas, municiones y explosivos.

    El siguiente hombre es, Doval cambió la diapositiva. Mohammad Azam, tiene 24 años y está estudiando ingeniería eléctrica en una universidad en Noida. Él tiene la tarea de conseguir los artículos eléctricos, temporizadores, interruptores, baterías, etc.

    Akhil miró detalladamente la cara del joven. El muchacho parecía tan inocente. Limpio, afeitado, susceptible de ser acosado, un joven de veinticuatro años, probablemente con sueños normales. El muchacho tenía un semblante suave y parecía incapaz de herir a una mosca.

    En unas cuantas operaciones antiterroristas, Akhil se había encontrado a dichos jóvenes. Él recordó que una vez sus colegas en la Armada de la India habían rescatado a un niño de cinco años, de una casa que se estaba quemando en Kashmir. Pero ese acto de nobleza no había salido muy bien. En el momento en que el niño fue metido en un camión de la armada, sacó una granada de mano de su pheran (traje suelto tradicional de Kashmir) y le quitó el seguro. Ese fue el día en que Akhil perdió a cuatro de sus amigos. Cuatro grandes amigos. Era asombroso como los lavados de cerebro religiosos podían transformar a la más ordinaria de las personas en sangrientas máquinas de asesinar.

    Akhil se ha encontrado a muchos imams. Imams que similarmente podrían transformar niños de 5 años en bombas de tiempo, que hacen tictac, están vivas y respiran. Recordó otro incidente en el

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