En su extraordinaria colección El lado nocturno de la naturaleza (1848), sobre gran diversidad de fantasmas, Catherine Crowe (1803-1876) recoge historias de doppelgängers (vocablo alemán para definir el doble fantasmagórico de una persona viva) experimentados por gente corriente y también por algunos personajes famosos como Catalina de Rusia.
DOBLES FANTASMA
El caso de la zarina fue realmente curioso: al parecer, mientras yacía en la cama, sus doncellas la vieron entrar en la sala del trono y, al ser informada de la circunstancia, fue ella misma y, al ver a su figura sentada en el trono, ordenó a sus guardias que dispararan contra ella. Crowe señala que acaso su espíritu guardián, en caso de tenerlo, podría haber adoptado esa forma para advertirla de algún cambio inminente. Lamentablemente, no tenemos más información al respecto y en fenómenos como este del «yo desdoblado», por así decir, no siempre es fácil sacar conclusiones, pero la experiencia suele interpretarse como anuncio de alguna desgracia o muerte. Veamos otro caso recogido por Crowe a través del profesor Stilling, quien relata que escuchó del hijo de una tal señora M., que su madre, después de haber enviado a su doncella al piso de arriba a recoger algo, la mujer bajó corriendo muy asustada, diciendo que su ama estaba sentada arriba, en su sillón, exactamente como la había dejado abajo. La señora subió las escaleras y se vio a sí misma tal como la describió la mujer, y muy poco después de lo cual murió.
Otra historia similar la relata el doctor Werner sobre un joyero de Ludwigsburg, llamado Ratzel. El hombre gozaba de buena salud, pero una noche, al doblar la esquina de una calle, se encontró con su propia forma, cara a cara. La figura parecía tan real y viva como él mismo; y estaba tan cerca que pudo mirarla directamente a los ojos. Se apoderó de él el terror y la figura se desvaneció. Relató la circunstancia a varias personas y trató de reírse, pero le impresionó mucho la