La Tierra Bethel

Por Katherine R. Breucop

La tierra Bethel es una historia fantstica sobre una chica que comienza a tener sueos de una tierra mgica a la edad de siete aos. Mientras est completando el proceso de solicitud para asistir a la Universidad de Harvard, ella cuenta la historia de haber visitado la tierra celestial de Bethel. A medida que crece, contina para ir y venir de la Tierra a Bethel, y cada vez que va a la tierra prometida de Bethel ella aprende una leccin sobre la vida.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 19 dic 2014
• ISBN: 9781463391287

Katherine R. Breucop

Katherine Breucop nació y creció en Los Ángeles, California, y desde pequeña le encanta escribir cuentos. Compuso su primera historia, llamada “El pez que perdió a su familia”, en cuarto grado. Al graduarse de la preparatoria, comenzó a estudiar Bioquímica en la Universidad de Mount St. Mary’s, pero después de tres semestres cambió su especialización para estudiar Literatura y decidió que quería ser escritora. El responsable de ese giro drástico fue el profesor Marc Forte, encargado del Centro de recursos para aprendizaje en el campus de la universidad. Ya graduada, planea continuar su educación y obtener una maestría. Este libro, inspirado por Walden de Henry David Thoreau, refleja lo que el mismo Aristóteles indicaba respecto de un buen escritor: aquel que inserta una verdad universal en la historia. Como Katherine es un poco romántica, incluye también algo de emoción en su relato. La Tierra Bethel es su primer libro con capítulos.

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Copyright © 2014 por Katherine R. Breucop.

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Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

Fecha de revisión: 19/12/2014

Palibrio

1663 Liberty Drive

Suite 200

Bloomington, IN 47403

Índice

Dedicatoria

El Cumpleaños

La Bienvenida A La Tierra Bethel

Los Años Pasan

Visitante

Guerras

Mi Vida Después

DEDICATORIA

Dedico esta historia a Roxana, César, Ana Margoth, Óscar, Jeremy, Ashley, Ismael, Francisco, Celeste, Gregory, Itzel, al doctor Matthew Brosamer, a la doctora Katherine Brueck y a la doctora Montserrat Reguant, por sus enseñanzas e inspiración.

EL CUMPLEAÑOS

Mi nombre es Malin (la primera oración que escribí al comenzar mi carta). Malin es mi nombre (volví a intentarlo con la misma proposición al revés, pero sonaba igual). Tengo dieciocho años y… ¡ay! No sé cómo comenzarla. ¿De qué modo puedo impresionar al elegido para leer mi carta de admisión a la universidad? Mi vida no ha sido tan interesante. De niña tuve todo lo que quería: juguetes y muchas aventuras. Vivía en una casa victoriana que mi padre había comprado después de abrir su restaurante en Hollywood, cuando yo tenía siete años. Todo empezó a cambiar entonces. Antes de esa edad, mi memoria es como una nube blanca y opaca que no me permite ver esa etapa de mi vida.

Empecemos de nuevo. A los siete años comencé a ver la vida diferente, aunque esta palabra, un poco ambigüita, quizás no sea la correcta. Sin embargo, no puedo decir que la miraba de una forma rara porque para mí todo fue real. A los ojos de los demás tal vez resultó ilógico y a veces me decían que era extraña. Las aventuras de mi infancia me transformaron en una niña madura, fuerte e inteligente. Mi nombre es Malin Zeta y tengo dieciocho años. Vivo con mi madre en la ciudad de Los Ángeles y comenzaré un capítulo nuevo de mi vida cuando vaya a estudiar a Harvard.

Todo comenzó el 9 de julio de 2002, día que celebraron mis siete años en nuestra casa victoriana que aún necesitaba muchas reformas. Mi padre la había comprado sin arreglo para poder remodelarla a su gusto y, para mi fiesta, adornamos el patio como yo quería: sobre las mesas había manteles de color rosa oscuro; las sillas de plástico negro tenían listones de los cuales pendían globos, también de color rosa oscuro, que decían: «¡Feliz cumpleaños, Malin!». Colocamos las mesas en forma de semicírculo para contar con una pista de baile. Frente a ella, dispusimos una mesa con mi pastel de Barbie y los regalos alrededor; dos piñatas completaban la decoración: una tenía la forma de la muñeca mientras que la otra imitaba el carro convertible de Barbie. Para divertirnos, mi papá había rentado un brincadero, pero los niños jugábamos a las escondidas, a los héroes o hacíamos competiciones para ver quién corría más rápido. Teníamos música para niños: los CD de KidzBop y radio Disney, y los adultos escuchaban una mezcla de cumbia, bachata, salsa, rock en español y unas canciones románticas de Vicente Fernández.

De niña no tuve muchas amistades. Dafne, mi mejor amiga, estaba en la fiesta. La había conocido al principio del año escolar, antes de que saliéramos de vacaciones. Al instante supe que seríamos mejores amigas porque el mismo día que nos mudamos a nuestra casa, ella también comenzó a vivir en la de enfrente. Los demás invitados eran familiares y amigos de papá y mamá que llevaron a sus hijos. Estaban todos mis primos: Damián, de seis años, a quien le estábamos celebrando su cumpleaños porque el suyo es el día siguiente al mío; mi prima favorita, Agatha, de nueve años, y su hermana menor, Aurora, de cuatro; Jasón, de siete años, y mi hermanito Jaden, de cinco. A los demás niños no los conocía muy bien,