El Hallazgo De Magdalena
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El Hallazgo De Magdalena - Guillermo De Cordova
Indice
El Hallazgo
La Tía
Arqueles
Adelina
Ocaso
Gol
Magdalena
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México,
26 de julio de 2010
En memoria de Guillermo D. Maza Zubieta 1928-2006
Querido padre a través de tus cuentos he podido comprender tu forma de pensar, cuantas veces quisiste contarme esas historias de tu infancia que me parecían tan ajenas a nosotros, a nuestra realidad, mis oídos no prestaban atención, no entendí entonces tu intención, la lección de vida que querías compartir conmigo, abrir mi mente a la cultura, aprender a disfrutar de las cosas aun cuando se acaban los privilegios, volver a ganarlos con trabajo, con visión, con constancia, finalmente lograste tu objetivo, vivir la vida a tu manera y trascender a través de los que vamos detrás de ti.
Mi agradecimiento para Amelia Córdova Enríquez por su colaboración para que a través de Guillermo de Córdova hoy yo pueda descubrir nuevos y maravillosos aspecto de el carácter e ideología de mi padre a cuatro años de su muerte.
Image 1.JPGEl Hallazgo
Aquella noche no podía dormir, no era la primera vez que le sucedía, solo otra noche mas de desvelo, estaba lloviendo, algo llamo su atención desde el ático, parecía una luz, abrió lentamente la puerta, nunca entraba en ese lugar tenia miedo de encontrar ratones y arañas, la casa era muy grande y vieja, de ese cuarto nadie se preocupa por limpiar, estaba lleno de cosas viejas, de recuerdos, de aquella consola donde se tocaban los viejos discos, las mesitas de servicio de madera pintadas a mano, viejos muebles que nadie quiso, cosas que a nadie le interesaban, entones se topo con el viejo ropero, donde su padre solía guardar las cosas que consideraba de mayor valor, la luz que la llevo hasta allí era el reflejo de la luna llena que al entrar por la ventana justo a esa hora encaraba el espejo del viejo mueble donde tantas veces observo su esbelta figura, allí estaba nuevamente mirándose en el, sintió un escalofrió que recorrió su cuerpo, entonces recordó las instrucciones de su padre, cuando yo muera abre el ropero, busca en una bolsa de trapos viejos, y toma el portafolio de piel café, habían pasado tantos años desde su muerte, seria posible que todavía estuvieran sus cosas allí, rápidamente corrió a buscar el llavero aquel que el siempre llevaba colgando con una cadena atada a una albada del pantalón, donde podrá estar, se preguntaba con ansiedad, espero no despertar a nadie de la familia y no hacer ruido, entonces a su mente vinieron aquellas palabras que el constantemente repetía, un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar
¡si claro¡ ¿cuando se quitaba las llaves donde las guardaba?, Magdalena corrió al espejo en la entrada, este tenia una repisa que a la vez hacia la función de un pequeño baúl, lo levanto y encontró el viejo llavero con todas sus oxidadas llaves, volvió al ático para tratar de abrir el ropero, probo una a una hasta que por fin consiguió abrir la puerta ¡allí esta la bolsa de trapos viejos y junto a ella el portafolio café¡ busco entre los trapos, y por fin encontró la caja negra, al abrirla sonrió gustosa ¡el añillo de brillantes de mi abuela¡.
Lo puso en su mano, era realmente hermoso, tres enormes brillantes resplandecían con la luz de la luna, un armazón garigoleado, y varias chispitas de diamante salpicaban aquella obra de arte, era el que mi abuelo compro para regalar a su esposa en su aniversario de bodas, en aquella época antes de la expropiación petrolera, cuando vivían en opulencia, no le diré a nadie que lo encontré pensó, mi papá siempre me dijo que era mió, que si algún día necesitaba dinero llamara a mi tía Zita para que me lo compre, que no lo venda con nadie mas.
Magdalena se recostó sobre el tapete para seguir observando el anillo en su mano, cuanto podría valer? Se preguntaba, Ayudaría en