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El Cielo Y La Tierra Segunda Parte: La Ruleta Del Destino
El Cielo Y La Tierra Segunda Parte: La Ruleta Del Destino
El Cielo Y La Tierra Segunda Parte: La Ruleta Del Destino
Libro electrónico616 páginas8 horas

El Cielo Y La Tierra Segunda Parte: La Ruleta Del Destino

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Información de este libro electrónico

La tercera creacin de Dios, la ltima esperanza, en esta ocasin su mayor reto no son solo los demonios, son ellos mismos, la dificultad de seguir siendo amigos, y seguir confiando, se encuentran en una situacin donde tienen que proteger algo que Dios cre al principio de los tiempos, sin saber que es, solo con especulaciones.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento10 jul 2014
ISBN9781463387624
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    El Cielo Y La Tierra Segunda Parte - Luz Herrera

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    Copyright © 2014 por Luz Herrera.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2014911740

    ISBN:   Tapa Dura               978-1-4633-8764-8

                 Tapa Blanda            978-1-4633-8763-1

                 Libro Electrónico   978-1-4633-8762-4

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Fecha de revisión: 08/07/2014

    Palibrio LLC

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Gratis desde EE. UU. al 877.407.5847

    Gratis desde México al 01.800.288.2243

    Gratis desde España al 900.866.949

    Desde otro país al +1.812.671.9757

    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    641577

    ÍNDICE

    Nueva vida

    Relámpagos

    La presentación

    Juego de niños

    Qué fácil es engañar

    Carritos de golf

    Césped

    Podadoras de césped

    Coemeterium

    Destino

    William

    Iceberg

    El secreto

    NUEVA VIDA

    Seguía mirando una y otra vez de la luz que iluminaba todo el bosque, como un enorme sol cubriendo todo a nuestro alrededor, era perturbador y aterrador, esta vez terminando con toda la vida que conocemos con todo lo que somos, la daga era el arma principal en todo esto, no solo era una arma si no un portal a lo desconocido, era nuestro destino.

    Destino que no podíamos cambiar algo que ya estaba escrito, aunque diéramos la vuelta a la derecha y pensara que podría ser diferente no lo era, el resultado era el mismo fuera donde fuera.

    El destino ya estaba escrito nada se podía cambiar

    Deje todo de lado y seguí mi camino, todo la ciudad cuenta conmigo yo seguía siendo el mejor detective del mundo, de mi mundo y nadie cambiaria eso, yo era el mejor.

    Esta vez solo era un caso normal de asesinato, atrapamos a los malos rápidamente, como si tuviera un sexto sentido, atrapaba los pillos sin ningún problema, yo seguía siendo el mejor y eso me asustaba, cada caso que tenía en mi poder lo resolvía fácilmente, y eso les aterraba a mis compañeros, eso me aterraba a mí.

    Un nuevo caso, era descubrir donde estaba una banda de ladrones de antigüedades, para ser exactos el tesoro de Ewen que incluía una daga antigua y curativa, esas eran sus creencias nadie podía abrirla o se desataría el caos.

    Mi trabajo era evitarlo detener que se dieran cuenta del poder que estaba en sus manos, no dejaría que nada pasara, aunque solo fuera una leyenda, que para la tribu de Ewen bueno los pocos que han sobrevivido con el paso del tiempo, creen en su poder y creen que yo puedo evitarlo, encontrándola puedo terminar con su angustia.

    Sé que puedo no es una misión imposible, suicida tal vez son ladrones de tesoro y todo en la vida es peligroso.

    Cada noche es la misma pesadilla, como puedo olvidarme de la daga que atravesó el corazón de mi hermana, la perdí por un momento, despertaba gritando en mi interior; no deseaba seguir soñando con la daga que además está en otro mundo, jamás la volveré a mirar.

    -Es solo un mal sueño despierta Adriel.

    -Mónica.

    Al mirar su rostro cada mañana era como mirar el arcoíris después de una lluvia espantosa, como te amo mi querida esposa.

    -Amor.

    Ella me beso, suspire agradecido de tenerla junto a mí a cada momento del resto de mi vida.

    Sabemos que todo fue difícil hablamos muy poco de lo que paso ese día, todo ha cambiado muchísimo, nuestra vida nueva es diferente pero no significa que somos diferentes, seguimos siendo los mismos de antes, pero más felices, juntos como siempre.

    Solo que yo continuo con mis pesadillas, quisiera que terminaran ya, porque si esto es el pasado, que tiene que ver con el futuro, solo un recuerdo que ya quedo atrás.

    Una mañana atareada todos dimos vueltas, todos angustiados pero por una buena razón, la más feliz de mi vida.

    -Lista cariño.

    -Por supuesto Aldriel.

    La doctora no decía nada nos tenia ansiosos, mientras nosotros estábamos atentos al monitor, no entendía nada de lo que mostraba la pantalla, yo sabía que estaba viendo, pero que no distinguía nada, nada preciso, quisiera que fuera más facial con colores y no en blanco y negro, espero alguien algún día inventara alguna maquina a si, y si ya existía que me la pusieran a mí, o acaso es mejor para los doctores entender de esta manera, para mí no lo era.

    Meneaba mi pie impaciente estaba nervioso y ansioso por saber, pero esperaba paciente las respuestas que tanto anhelábamos.

    Si los chicos leyeran mis pensamientos estarían burlándose de mí, trataba de no demostrar mi ansiedad, a sí que deje de moverme, ella igual está nerviosa, quiere saber.

    -Lástima que no le entiendo. <>

    -¿Y que son señorita?

    Pregunto Mónica finalmente, era un alivio yo no me atrevía a preguntar por los nervios.

    -Niña.

    Mónica pego un grito de la emoción al igual que Sarah y Caro, ya que nos acompañaban, también estaban felices por saber que era una niña, me alegraba que todo estuviera perfecto, aunque para ser una niña, mi esposa estaba enorme, era por comer tanto, claro que jamás le decía.

    Por tanta insistencia la doctora nos dejo entrar a los tres, prometimos que no haríamos escándalo, pero no lo cumplimos, estábamos emocionados y felices, yo estaba eufórico, y seguía nervioso pero dude un segundo.

    -¿Está usted segura de eso?

    Ella me miro raro como diciendo con quién crees que tratas niño tonto, lo podía ver en su mirada.

    Sería una Era un niña; seré demasiado celoso con ella, me preocuparía a cada instante, ya me estoy preocupando por ella en este instante, o tal vez la consentiría yo demasiado.

    Su mirada de Mónica era maravillosa su felicidad alumbraba toda la habitación, era inmensa su alegría y la mía igual, qué más le puedo pedir a la vida si tengo esta bendición.

    Mi hermana nos miraba con mucha alegría y casi con lágrimas en los ojos, era mi bendición tenerla como hermana estoy feliz con ella a mi lado, es tenerla cerca era mi mejor amiga y hermana, raro pero lo es, tengo una familia maravillosa.

    Qué alegría cuando les diga a los chicos que es un niña estarán felices, y más los que ganaron la apuesta.

    -Esta pequeña de aquí es una niña es perfecta, está muy bien… en esta parte que miran es un varón igualmente sano. << Comento la doctora>>

    -Jamás me equivoco.

    Qué extraña es la vida y que grandiosa. Y no me culpen por lo que paso después fue una reacción normal.

    -Adriel…

    -Sarah que le sucedió.

    Le grite a Sarah asustada ya que no podía levantarme la cama, es incomoda y no me pude mover, mire como se desvaneció Adriel de mi lado, escuche un tremendo golpe, la doctora se acerco a él para revisarlo.

    -El estará bien Mónica… solo se desmayo… espero que ese día no le pase lo mismo.

    Quería reírme porque mi esposo estaba en el suelo inconsciente, pero también estaba asustada tendría dos hijos por cual me preocuparía aun mas, dos no lo podría creer pero estaba totalmente feliz por este regalo que me dio Dios.

    Los chicos al escuchar mi grito entraron en el consultorio alterados, por los acontecimientos pasados no nos dejarían solos y menos en este momento tan importante, y me agradaba que agradababa que estuvieran presentes.

    -¿Que sucede, todo está bien?

    Pregunto Tonny alterado y las miradas de todos también lo estaban.

    -Todo está bien, solo que mi esposo se desmayo, pero estará bien chicos.

    -Me alegra que sus amigos estén tan al pendiente de usted ya que será agotador. <>

    -Chicos ya sabemos que son.

    -¿Y bien, que son Mónica?

    -Una niña.

    Hewett se puso triste ya que perdió la apuesta, y solo movió la cabeza.

    -¿Espera dijiste son? <>

    -Si el otro es un niño tendré un niño y una niña, es genial no lo creen…, lo siento nadie gano.

    -Es en serio un niño y una niña. <>

    -Por eso se desmayo de Adriel… lo comprendo.

    Todos me elogiaron no lo podían creer, yo no lo podía creer, se acercaron y me felicitaron, mientras mi esposo seguía en el suelo atendido por la doctora, y Sarah aun lado de él, todos estaban felices, pero más yo por supuesto, Caro me abrazo fuertemente y le escurrieron un par de lagrimas, era normal ya que estaba feliz, yo era su hermanita menor.

    No tenia palabras que describieran mi felicidad, por un segundo me olvide de mi esposo al igual que todos, cuando reaccione que el permanecía inconsciente lo mire, pero no podía hacer nada, y además estaba en buenas manos, la doctora lo atendía.

    -¿Chica y sus nombres? <>

    -Esperen a que despierte mi esposo.

    -Eso le dejara una maraca amiga. << Comento Johnny>>

    -Eso parece.

    -Todos son muy extraños.

    Dijo la doctora, aunque fue como un susurro todos la escuchamos. Ella tenía razón, somos extraños pero ella se refería a lo atractivo que era todos, sentí que ella llego a sentirse incomoda con su presencia.

    -Que fabuloso amiga.

    Me abrazaba Sarah, en esos momentos Adriel recuperaba el conocimiento y se levantaba poco a poco con la ayuda de Alan y Johnny, la doctora ya había quitado todo lo que tenía sobre mí y me levantaba de la cama, Hewett me ayudaba ya que se me hacía difícil levantarme, y faltan algunos meses más, no me pobre mover en poco tiempo y ya estoy enorme.

    -Y bien que pasara ese día mi amigo, te desmayaras.

    Hewett se burlaba de mi esposo, pero tenía razón que pasaría ese día.

    -Ha, ha.

    Disimulaba Adriel con su sonrisa fabulosa, pero Hewett seguían burlándose, por que mi esposo seguía con dolor de cabeza, nervioso y temblaba como una hoja en otoño.

    La enfermera le trajo hielo, espero que eso le ayude un poco, termino la consulta y ninguno de ellos salió, la doctora no trato de sacarlos, ya no estaba incomoda con ellos, no como al principio; seguía algo extrañada si pero era todo.

    -Bien nos veremos en unas tres semanas y si necesitas algo no dude en hablar.

    -Claro gracias doctora.

    Ella salió pero antes le dio una mirada a todos los chicos que nos acompañaban ya que eran guapísimos y por más que ella disimulara era obvio que los miraba y le gustaban, su mirada era más hacia Tonny, creo que le agrada y a quien no es guapísimo, todos lo eran eso era perturbador también para mí.

    -Bien amigo ya decidieron cuáles serán sus nombres.

    -Les diremos cuando estemos en casa con los demás no te desesperes.

    Contesto mi esposo a Hewett, ahora la burla era al revés ya sabemos que a Hewett no le gusta esperar, era impaciente, quería saberlo lo antes posible, pero no le diría tendrá que esperar al igual que todos, me gusta la idea de decirles a todos juntos.

    Una expresión en mi cara de burla hacia Hewett, lo hizo que se riera y esperara.

    Nos retiramos muy silenciosamente y nos dirigimos a casa, los demás nos seguían, bueno solo eran Hewett, Tonny y Miguel en un carro, Elmo, Sarah, Alan en otro, Carolina fue con nosotros.

    Los demás nos esperaban en casa, nadie les hablaría para avisarles que yo tendría dos bebes y menos lo que eran, les daríamos la noticia en persona, me imaginaba sus miradas, sabía que se sorprenderían.

    Todos reunidos, me sentía nerviosa y no sé por qué, si ya estaba preparada para esto, nos bajamos y mi caminata fue lenta, entramos a la sala donde miraban televisión y comían nachos, al parecer Hewett ya los había enviciado a todos como a mí.

    Hewett ya estaba dentro con ellos quitándole los nachos a su hermana, que al parecer ella no quería compartir.

    Todos esperando a mi llegada, todos llegaron primero que nosotros, esperaba que no hubieran dicho nada, claro que no; era mi momento se que lo respetarian.

    Me saludaron como siempre, Kalinda fue la primera en preguntar, que me habían dicho, mientras ella se distrajo Hewett tomo sus nachos.

    Tome un respiro y claro que rápidamente les dije, no espere para decirles, estaba emocionada, los nervios habían desaparecido. Ellos me felicitaron y claro a mi esposo también, pero más a mí, mis hermanas compartían este momento conmigo y mis amigas igual, que mas podría pedir.

    -¿Y bien sus nombre?

    -Bueno hemos decidido que la niña se llamara…

    Todos estaban callados a la espera de mi respuesta, me fascinaba mirarlos ansiosos esperando y con la mirada hacia mi, me gustaría hacerlos esperar mucho más tiempo y no decirles hasta la próxima semana o cuando nazcan, sus rostros eran como si fueran a golpearme, pero solo era ansiedad.

    -Vamos no nos hagas esperar ya dilo. << Refunfuñaba Hewett>>

    -Mejor ya que estén por nacer.

    Todos me miraron enojados incluso mi esposo que no esperaba mi decisión.

    -¿Es broma verdad?

    -Y por qué estaría bromeando sería mejor, que tal si cambio de parecer.

    -Mónica no es justo que nos mantengas en suspenso.

    Miguel decía, yo y no creí que el dijera algo es muy callado y muy serio, me agradaba más aun la idea de no decir nada.

    -Bueno ya que no dirás como se llamara yo les pondré nombre.

    Hewett quería ponerle nombre a los niños… no lo dejaría. Me enoje con él, sería un nombre terrible para el niño. Me enoje con él era un nombre terrible pera el niño.

    -Ella será la numero dos.

    -¿Por que?

    Pregunto Caro al igual que yo tenía curiosidad.

    -No lo sabes ella será la niña menor el niño nacerá primero y por eso ella será dos.

    -No ella será la hermana mayor, de eso no hay duda.

    Le decía Samara a su primo Hewett.

    Todos discutían sobre los nombres todos pensaban en diferentes, pero a mí no me agradaba ninguno, y ya estaba cansada de escucharlos gritar.

    -Bien ella será… Alondra Amara.

    Les dije a todos, gritando para que me pusieran atención, aunque es mi culpa por no decirles, fue mala idea hacerlos esperar.

    -El segundo es terrible.

    -Bueno su significado no lo es… Hewett.

    Le dije con mi vos nerviosa.

    -Belleza eterna. <>

    -Bueno eso lo cambia todo. <>

    -Y el niño. <>

    -Bueno su nombre será Hewett.

    -¿Estas bromeando verdad?

    Rezongo Elmo que no creía que fuera buena idea.

    -Y si es como el… basta con uno amiga.

    -Claro que no es broma me gusta… Hewett, ese será su nombre.

    -Como quieras es tu hijo.

    Decía Samara enojada, pero si es mi hijo mi decisión.

    -Genial.

    Hewett estaba feliz, abrazo a Adriel muy gustoso de que el pequeño llevara su nombre, luego me abrazo a mí, pero se alejo y toco mi estomago, fue algo raro he incomodo que lo hiciera, pero lo entendí y todos estaban felices por la noticia, solo había que esperar a que nacieran y el tiempo pasara rápido.

    -Iremos a ver chicas cuando crezcas pequeño Hewett.

    Le di un pequeño golpe en la cabeza en desacuerdo, el se quejo pero no le importo, todavía no nacen y ya le está dando ideas, solo le gustaba hacerme enojar, y deje pasar su comentario.

    -Solo decía amiga pero me alegra que le pusieras mi nombre.

    -Como si no te conociera, sé que no bromeas.

    El miro bebe con una mirada picara y extraña, eso me hizo pensar, estaría atenta todo el tiempo, no lo dejare solo con Hewett, espero no exagerar, pero si lo cuidare de todo.

    -Que exagerada es tu mami amiguito, pero entiéndela es tu madre.

    -Jajá.

    Todos estaban felices incluso Kalinda ella había pasado mucho tiempo con migo, ya que estaba pensando en la idea de ser madre y sabia que todo era posible, ya era tiempo.

    Todo había cambiado y era mejor, estábamos mejor que nunca, todos se retiraron después de un rato tenían cosas que hacer y querían dejarme descansar.

    Caro se quedo conmigo más tiempo y el pequeño Marquitos que no dejaba de correr y gritar. Me pregunto si mis hijos serán igual que él o todavía peor, espero tener paciencia para ellos, estoy asustada ya que son dos y no estoy totalmente preparada. Aunque pienso que ninguna madre está preparada, aprendemos con el tiempo.

    Estuvieron un rato mas, pero el pequeño marquitos quería ir al circo, y era un día, quería ir, claro que Carolina lo llevaría, Hewett escucho y los convenció de que lo esperaran, ellos aceptaron no le negarían nada, él era genial y les agradaba su compañía, solo tenía algo que hacer y regresaría pronto.

    -Bien te esperamos pero no tardes chico porque nos vamos, mi esposo pasara por nosotros.

    -El señor Hacher nos acompañaría.

    -Y por qué no… el igual se divierte.

    Mi hermana lo miro algo raro, ella mira raro a todos.

    -No tardes.

    Mi sobrino continuó jugando y gritando por toda la casa como siempre, eso no me molestaba era un niño genial.

    -¿Crees que tarde mucho?

    -Es impredecible.

    Tardo más de lo esperado, mi cuñado llego y el no aparecía, Caro le dijo que lo esperaran un poco mas y el acepto, le conté las nuevas noticias y se alegro por mi y por su esposa que sería ti y el también, se burlo un poco de ella haciéndola creer que estaba envejeciendo, pero no era verdad mi hermana aun es muy linda y joven, y si envejece que mas da, seguirá siendo linda..

    Lo bueno de mi hermana es que no le importaba, tenía a su familia y a salvo, y era todo lo que pedía de la vida. Su felicidad de ella era contagiosa, me agradaba demasiado verla feliz.

    -Creo que no esperaremos mas se hará tarde Mónica.

    -El se lo pierde.

    -Segura que no quieres ir cuñada.

    -Segura estoy cansada pero gracias.

    Sarah se había marchado con Alan, solo se quedo mi esposo, eso para mí era más que suficiente.

    -Te cuidas y ya sabes cuentas con nosotros.

    -Gracias cuñado.…

    El es muy amble y adora a mi hermana.

    -Me traen algodón de azúcar, rosa por favor.

    -Claro que sí.

    Y se marcharon.

    -Caro no me esperaste.

    -Que cínico… ni siquiera fuiste a tu casa chico.

    -Chico… ya crecí no soy un niño señora Hacher.

    -Claro que si lo eres, yo soy mayor que tu niño, y te comportas como tal.

    -Divertido eso soy.

    -Por supuesto niño todos lo sabemos..

    Carolina seguía diciéndome niño para que me molestara, pero solo me hacía reír y yo a ella, llegue justo a tiempo.

    -Lo sé, eres mayor pero cuántos años tienes Caro.

    -Tengo que decirte Hewett.

    -Supongo que no.

    -No… ella no te lo dirá pero yo puedo decirte, tiene 27 años mi amigo.

    El señor Hacher se unía a nosotros había estaba dando vueltas con Marquitos.

    -Hola señor Hacher.

    -Hola chico listo para la función.

    El me llamo chico complaciendo a su esposa y ella feliz sonrío.

    -Claro que sí señor.

    -Señor… creo que tú eres más viejo que yo niño.

    -Si soy mayor, es cierto… lo siento señor Hacher, solo que dijo niño.

    -No tienes que disculparte solo fue un comentario bromista creía que eras bueno en las bromas… y bien cuando cumples años chico.

    -Tiene mucho que no celebro mi cumpleaños ni siquiera había pensado en eso, y si soy bueno con las bromas, claro que lo entendí.

    -¿No has olvidado tu cumpleaños, cierto? <>

    -Eso creo.

    -¿Y bien cuando es para celebrarlo?

    Pensé un poco en eso antes de contestar, claro que no lo he olvidado, no sabía si decirles pero Caro me miro con una de esas miradas que matan.

    -Es en Agosto 17.

    -Ok… ¿y cuántos cumplirás?

    -El 17 de agosto25 de junio.

    -Ok… ¿y cuanto cumplirás?

    -Soy el más chico de los tres, cumpliré veinte.

    -¿Y tu hermana y Alan?

    Mi hermana se molestara.

    -Ella cumplirá 25 y mi hermano 21.

    -En serio creí que tenía más.

    -Bueno creo que tendría como cuarenta o no lo sé he perdido la cuenta es mejor de esa manera.

    -Yo también quiero olvidar mi cumpleaños.

    Su mirada de Caro se perdió por un segundo.

    -Hay cosas que es mejor olvidar, verdad.

    -Si es mejor no recordar cosas niño.

    Caminamos alrededor del circo ya que Marquitos quería ir a explorar todo el lugar, jamás se cansa.

    Después de unos minutos de hacer fila, entramos había mucha gente, esperaba que fuera interesante, excepto por los asientos, lo pensé al instante que los mire.

    Eran de aluminio y fríos, lo frío no importaba pero si lo duro que estaban demasiado incómodos ya me estaba cansado, y solo tenía un par de minutos en ellos, he pasado más tiempo caminado que sentado, me movía de un lado a otro como un niño impaciente, es desespérate esta incomodidad.

    -Que sucede chico. <>

    -Los asientos son terribles, me estoy cansando.

    -Y eso que no estás en los de hasta allá arriba.

    -Si claro.

    -Y en la escuela niño.

    Me preguntaba Caro.

    -Son más cómodas.

    -Como no.

    Claro que lo son; son de algodón y dan vueltas puedo jugar en ellos, estos me están matando.

    -Mami quiero algodón de azúcar.

    -En un rato más cariño.

    Qué alivio es mi salvación hora de correr..

    -Yo lo llevo.

    Me levante muy deprisa, él me dio la mano y nos fuimos sin pedirle permiso a sus padres, bueno yo no tenía porque si no por el niño, ellos no protestaron.

    Salvado por la campana o más bien por el algodón de azúcar, que bueno que se le antojo algo al Marcos, no creo haber soportado un instante más en esta silla, de verdad es incómodo, necesitan mejor en eso.

    -Y que deseas Marc.

    -Algodón de azúcar.

    Pregunte uno, y la chica me dio uno color rosa.

    -Ese no, es de niñas yo quiero un azul.

    -Bien este para tu mama.

    -Bueno pero tú lo llevas.

    Que exígete niño pero tenía razón, uno rosa no era buena idea.

    -Me da otros.

    Compramos algodón de azúcar para los cuatro, palomitas, nachos y sodas, el vendedor estaba feliz, pero no las personas que estaban detrás de nosotros eran impacientes, ya que estábamos tardando, ellos querían regresar a la función lo más rápido posible no querían perderse un segundo. No podíamos con todo lo que habíamos comprado, a si que una linda dama del circo nos ayudo, ella se ofreció, muy linda por su ayuda.

    -¿Es tu hijo?

    -¿Crees que lo es? me veo mayor, como para ser padre.

    -No, pero se parecen mucho.

    -Un poco, es mi sobrino.

    -¿Y tú qué haces aquí?

    -Trabajo aquí.

    -Me refería cuál es tu acto.

    -Entendí, solo quería ver tu cara, niño.

    -Tengo una.

    -Claro eres lindo.

    -Lindo.

    Me estaba coqueteando era linda y muy sexi no me opondría.

    -Bueno guapo.

    -Momento me dijiste niño.

    Ya no quería escuchar esa palabra ya no era un niño.

    -Bueno creo que soy mayor que tu claro está.

    La chica a pesar de que me coqueteaba me presumía su edad.

    -Pensé que me miraba mayor.

    -En realidad no mucho.

    -Bueno tu igual eres linda, y no luces mayor.

    -Gracias.

    Ufff ya la libre hasta me olvide de la comida.

    -Y bien que haces.

    -Tengo un acto de magia.

    -¡Interesante!

    Lo dije con sarcasmo, era ironía.

    -No crees en la magia.

    -Claro que sí, es fabulosa.

    Como no creer en la magia, si la he experimentado por mucho tiempo; toda mi vida he estado rodeada de ella y es genial, como rechazar algo tan poderoso como eso, aunque nuestro trabajo no es tan agradable, la magia si lo es. Aunque ella no tiene idea de cuan fabulosa es.

    -Bien tal vez te invite a pasar cuando haga mi acto.

    -Será mejor que no.

    -¿Porque no?

    -Soy algo penoso.

    No creo que me creyera pero lo intentaría, no pasaría jamás sería raro y penoso; qué tal si se me ocurre usar mi magia, sería terrible.

    -Entiendo, pero aun a si deberías.

    -En otra ocasión.

    -Claro espero tengamos otra ocasión.

    -Porque.

    -Nos vamos mañana.

    -Muy rápido.

    -Adiós niño.

    Llegamos al lugar ella les dio las cosas a los chicos y se marcho, no sin antes decir que disfrutáramos de la función; los padres de Marcos me miraban sonrientes y más Caro.

    -¡Es linda la chica amigo!

    -Sí lo es.

    -Y que esperas.

    -Que de que habla señor Hacher.

    -Esa mirada rara… ya sabes cuándo te agrada alguien y la miras con la boca abierta.

    Me dio algo risa.

    -No es verdad yo no hago esa mirada.

    -Si claro.

    -Ella es linda, pero no gracias.

    -Bueno te la perdiste la dejaste ir… que lastima chico.

    Si creo que la deje ir pero no corrí de ella, no me da miedo para nada, si era linda pero era todo, no pensaba en tener nada con la chica además se irá pronto. Una ventaja grande, mi mente viajo un segundo.

    -Ella tiene un truco de magia.

    Le comente al señor Hacher.

    -Que ironía.

    El señor Hacher lo dijo sarcásticamente a demás de burlarse.

    -Si qué ironía.

    -Estas repitiendo las cosas, niño… ella te agrada.

    -La chica me pregunto si creía yo en la magia.

    El mostró una sonrisa malvada.

    -Y que le dijiste chico.

    -Obviamente que sí.

    -Claro que sí Hewett pero esto es más ilusión que magia es,… es lo que creó… es solo para entretenernos y lo que ustedes hacen es fuera de este mundo.

    -Si eso creo.

    -Lastima niño, la dejaste ir.

    -Sí.

    El presentador empezó con su introducción, los payasos son divertidos, que payasos, me hicieron reír uno de ellos molesto a un señor del publico hacínale bromas todo el tiempo, lo bueno era que no se molesto hasta diría que lo disfruto, los actos de los animales fueron increíbles.

    Ella empezó su acto de magia, todos le aplaudimos, era linda y con ese traje que no dejaba mucho a la imaginación, era perturbador mirarla ya que imaginaba cosas pircaras, y no creo que sea el único, definitivamente me agradaba.

    Yo tenía esa sonrisa tonta en mi interior que si los chicos estuvieran ya la hubieran notado y no dejarían de burlarse, esto me ponía a pensar, el señor Hacher me miro justo cuando me reía claro que le dio risa, mi mirada no mentía, el aunque casado también tenía esos pensamientos obscuros.

    Empezó con un juegos simples nada complicado, solo algo entretenido un juego de cartas que recuerdo que lo jugaba cuando niño con Alan y papa, era divertido, su pequeña asistente era la que le traía las cosas, una paloma un par de espadas y esas cosas, ella pidió alguien del público para ser su siguiente acto, estaba temblando de solo pensar que sería yo al que llamara, pero ella respeto mi comentario y no lo hizo.

    Solo me miro y siguió con su acto de levitación era bueno; algo de magia, en realidad me gustaría saber como lo hace, nosotros usamos magia real y ella me hace pensar que también es mágica.

    -Y ahora el último acto de nuestra bella maga.

    Dijo el presentador, ella tomo unos cuantos jarrones de cristal, de la mesa que estaba junto a ella, los lleno con agua y los puso en lugares diferentes, donde los pudiéramos ver, en el centro colocaron sus asistentes un balde de cristal que también lo llenaron de agua.

    Ella paso su mano dentro muy sensualmente para que viéramos que estaba llena de agua, todos quedamos convencidos, la miraba muy atento ya que no quería perderme lo que haría, todos la mirábamos atentos incluso el pequeño marcos.

    -Ella es linda.

    -Marcos tranquilo amiguito contrólate.

    Le dijo su mama, yo lo mire y recordé mis pensamientos.

    -Si ella es linda pequeño Marcos.

    Ella camino por los vasos mirando a todos y dando vueltas, luego la música del misterio empezó, ella se coloco en el centro y sonrío, casi juraría que su sonrisa fue para mí, si era para mí que fabuloso; lástima que son solo trucos si ella conociera la verdadera magia le agradaría, la disfrutaría mucho mas.

    Todo el público estaba en silencio esperando, yo estaba esperando con la mirada clavada en ella más que en el agua, la gente miraba con angustia como si algo malo fuera a pasar.

    Siguió caminando entre los jarrones de agua, solo observándolos no fue más de un minuto, mientras tanto le dieron otro aplauso esta vez mas fuerte, también aplaudí.

    Ella alzo los brazos lentamente pero nada pasaba, bueno solo eran unos segundos que para mi eran muchos, yo era demasiado impaciente y la silla me seguía molestando quería que terminara, quería levantarme no quedarme así ya estaba cansado y me dolía mi trasero, pero no podía, tenía que aguantarme y esperar, seria de mala educación irme, lástima que no invite a mi hermana a ella le gustaría; un rato de diversión no le haría daño, lo único que le haría daño era la silla.

    Finalmente los jarrones empezaron a moverse lentamente que no se notaba, bueno los demás no lo notarían porque era muy leve yo sí los miraba, el agua empezó a alterarse, yo empecé a altearme.

    El agua de los jarrones empezó a salir lentamente, esperaba que se cayera el agua al piso pero no, finalmente el agua siguió su camino asiendo arcos a su alrededor, el agua que se encontraba en el balde salió rápidamente asustando a todos, algunas chicas gritaron.

    Giro por toda la carpa encima de nuestras cabezas, la gente se alborotaba ya que pensaba que caería en sus cabezas, yo pensaba lo mismo, ya que la sensación se siente no tan placentera cuando te cae agua sin previo aviso, lo he experimentado cuando peleo con mi hermano, era espantoso el golpe con el agua, siempre quedábamos empates agotados y claro que mojado.

    Sé que Alan es más fuerte que yo pero jamás me gana ya que soy su hermano menor es mejor quedar iguales, eso me agrada de él.

    Luego de unos instantes de provocar el terror entre la gente el agua empezó a caer, creí que se dirigía otra vez a su lugar, pero se dirigía en nuestras cabezas justo como lluvia, algunos gritaron por lo sucedido y se levantaron quería salir corriendo no querían mojarse.

    La sensación era terrible por qué no podíamos hacer nada, bueno yo sí pero no lo haría, la música cambio era más tenebrosa que antes, se ajustaba al lo que estaba pasando y por un segundo serré los ojos, era tonto pero lo hice, sabía que no era el único, la mayoría o todos cerraron los ojos; no sentí nada, solo algo extraño en mi cabello pero no mojado, toque mi cabello y abrí los ojos solo caía confeti, el agua se había convertido en confite.

    -Fabuloso.

    Todos le aplaudieron, claro que yo igual estaba feliz de no salir mojado al igual que todos, algo extraordinario claro. Todos incapaces de comprender lo sucedido, y lo mejor de eso era que a nadie le importaba, solo querían divertirse y lo consiguieron.

    -Ella es buena.

    -Sí que lo es.

    -Pero se me hace conocido el truco del agua niño.

    -Claro que si, nosotros podemos con el agua pero no la convertimos en confeti y basta de decirme niño…., señor Hacher.

    -Ya entendí no más niño, como es que ella puede hacerlo.

    -Eso no lo sé.

    -Ella es una de ustedes.

    -Eso párese.

    Estaba más intrigado que antes, el señor Hacher me dio una idea que esperaba no fuera verdad, la despedimos con aplausos, después de un rato termino todo, por fin porque ya no soportaba estar un segundo más en esta silla es, un tormento, es como si me estuvieran torturando.

    -Nos vemos luego chico creo que tienes un misterio entre manos.

    -Claro que si nos veremos después.

    El sabía bien que la esperaría no era tan difícil de adivinarlo, Marquitos quería quedarse con migo pero no lo dejaron y tampoco yo lo quería cerca, no en este momento, ellos compraron mas algodón de azúcar según ellos para Mónica.

    Espere a que todos se fueran y la basquearía, mientras tanto daba vueltas alrededor de la tienda o carpa del circo como prefieran decirle, finalmente la mire, estaba observando a los leones, camine hasta ella.

    -Hola, ellos son lindos.

    -Si lo sé, muy amistosos y educados son mejor compañía que algunos seres humanos.

    Espero no lo diga por mí.

    -Ya lo creo.

    Me acorde del perro que tenemos Alan no se lo prestaba a Marcos porque pensaba que era peligroso, pero esto, bueno es más que peligroso, le diré a mi hermano que me compre uno, pero no creo convencerlo, nada pierdo con intentarlo.

    -Fue muy bueno tu último acto felicidades.

    -Gracias fue fácil.

    Fácil, esperaba otra palabra para describirlo.

    -Lo fue.

    -Si mucha practica.

    -Como lo haces.

    -Es un secreto… secreto de mago.

    -El agua como lo haces como logras controlarla.

    Ella estaba evasiva y diferente a la primera vez que me coqueteaba, permanencia mirando los leones.

    -Ya te dije, es secreto chico.

    -Chico.

    Eso es algo que escucho siempre, por una parte me alegra pero por otra me desconcierta ya no soy un chico, bueno si pero no.

    -¿Cuántos años tienes tú?

    -Veintidós ¿y tú?

    -Casi veinte.

    -Eres más chico que yo sabes.

    -Me dirás como lo haces.

    -Por que lo haría.

    -¿Porque no?

    Ella se río estaba pensando en decirme.

    -No te diré.

    -Que mal.

    -Sí.

    -Que lastima.

    Ella me contesto con una sonrisa, que decía no te lo diré aunque supliques, no suplicaría jamás, tome uno de los vasos de soda que estaba en el suelo aun con contenido.

    -¿Te tomaras eso?

    Qué asco jamás lo haría, a menos que yo muriendo de sed, pero la mire como diciéndole que sí; reí y le arroje el contenido, ella cerró los ojos no fue venganza por lo del agua en su acto de magia, los abrió ya que el contenido no la toco.

    -No es cierto.

    El liquido se quedo detenida en el aire cerca de su cara sin tocarla, ella no creía, quedo como todo su público, sin creer lo que miraba,

    -¿Y bien como lo haces?

    Volví a preguntarle.

    -Solo lo pienso y pasa no sé cómo lo hago y créeme que desearía saberlo.

    -Eso pensé.

    Deje caer la soda en el pasto y puse el vaso en la basura me di la vuelta, ella me siguió claro que quería que me siguiera, era el plan.

    -Espera ¿qué paso allá?

    -Hago lo mismo que tu.

    -Si ya veo ¿pero cómo?

    -Solo lo pienso y ya.

    -Que gracioso.

    -Eso me han dicho.

    -No es verdad hay algo mas y quiero saberlo.

    -Porque preguntas debería de haber algo mas, solo es un truco me gusta la magia ya te lo he dicho.

    -No juegues con migo chico no soy tonta, además porque me mostraste si no me dirás lo que pasa.

    -Por competencia.

    Ella tenía razón fui un tonto en mostrarle eso, lo bueno es que solo fue eso.

    -¿Desde cuándo lo haces?

    -Desde que era niña.

    -¿Y qué piensas?

    -Que es magia o que estoy loca.

    -Es verdad lo es, y no estás loca.

    -He cambiando de circo muchas veces ya que he tenido la misma edad por variaos años ¿y tú?

    -No es extraño es normal.

    -Es imposible.

    -Todo es posible.

    -Eso se termino… este año si tendré un cumpleaños, me siento diferente..

    Suspire.

    -Lo sé ya eres igual que todos.

    -Todos.

    -Perdiste tu inmortalidad, por eso te sientes diferente.

    -¿Qué?

    -Digo desde cuando lo notaste.

    -Hace un par de semanas.

    -El mismo día…

    Murmure ella no escucho nada, entonces todos la perdimos, no lo habíamos comprobado ya que nadie era voluntario, era lógico nadie se atrevía a dejarse matar para probar la teoría de Alan, ya que mi hermano noto que todos hemos cambiado, claro está en todo como siempre.

    -Me agrado charlar contigo.

    Eran mis últimas palabras de conversación.

    -Espera tengo preguntas y me iré mañana podemos hablar.

    Ella me tomo del brazo pero rápidamente me soltó, no lo tome mal fue como una caricia para mí, lógica su reacción.

    -Que deseas saber.

    -¿Que somos?

    -No lo sé jamás sabremos que somos supongo, pero somos humanos eso si se puede comprobar te lo aseguro.

    Ella me miro aterrada.

    -Bueno tengo una amiga ella dice que Dios nos dio estos poderes por algo, tenemos un propósito… no importa lo que somos si no lo que hagamos con el poder que tenemos.

    -¿Dios y que propósito, salvar al mundo o algo a si?

    -Algo a si… a caso no crees en el.

    Ella no respondió.

    -Pues deberías, sé lo que te digo.

    -¿Tu amiga tiene razón?

    -Claro que la tiene ella es la más fuerte de todos y confío en ella.

    -Más fuerte.

    -Si ella es más fuerte, puede controlar lo que ella desee, ella controla todo lo que quiera.

    -Eso me asusta.

    -Imagina como esta ella.

    -Y ella… tiene una familia.

    -No, solo su hermano… bueno si ella tiene una familia nosotros.

    -Qué lindo.

    -Nosotros la cuidamos.

    -De que la cuidan ella es muy fuerte, no deberían de cuidarla debería de ser al revés.

    -Si ella nos ha cuidado también, ha cambiado nuestras vidas.

    -Como la conoces.

    -Desde siempre.

    -Siempre has estado con ella.

    -No, mi hermano hizo que nos alejáramos de ella, ah pasado más de un año que ella se entero de nosotros.

    -Y que hizo ella… no se molesto de que la dejaran sola.

    -No con migo, solo con mi hermano.

    Me pregunto por qué solo con él.

    -Y que ha hecho ella.

    -Salvar el mudo no solo este sino que… salvo el cielo y la tierra.

    -¡Es enserio!

    -Porque mentiría con algo tan serio.

    -El cielo.

    -Si a si es.

    -¿Los ángeles existen?

    -Todo existe…Mi amiga dice que ellos no interfieren en las decisiones malas que nosotros hacemos, sin no que nos dan a escoger y si nos equivocamos nosotros tenemos que arreglar las cosas es una guerra entre nosotros.

    -Una guerra eso suena terrible.

    -Suena mal sí.

    -Nosotros podemos decidir.

    -Si podemos decidir en quien nos convertiremos.

    Solo entonces podremos vencer.

    -Yo soy buena, no dañaría a nadie.

    -Todos decimos lo mismo y cambiamos, menos ella jamás cambiara.

    -Estoy de acuerdo con ella… se ve que es genial.

    -Lo es; es perfecta, hermosa inteligente…

    -Entiendo… es tu novia.

    -Claro que no, es de mi hermano él es igual que ella.

    Enserio dije eso.

    -Y tú.

    -Yo soy el hermano menor.

    -¿Tienes novia?

    -Para nada linda.

    Seguimos caminado y solo le conté eso no diría más, ella me contó sobre su vida, sus padres la abandonaron tenían miedo de ella y la dejaron sola, pero ella era fuerte y entendía que era mejor estar sola que con su familia que no la quería, todos nos alejamos de nuestra familia para que ellos estén bien.

    -Entiendo fue difícil.

    -Porque confías en mí y me cuentas todo esto.

    -Tú preguntaste.

    -Sí pero por qué.

    -Se que tu estas igual que yo, no quieres que alguien se entere de tu secreto.

    -Es verdad, te ofrecería algo pero sé que ya comiste demasiado.

    -Es cierto ya comí mucho, gracias.

    Espero no me de dolor de estomago por tanto dulce.

    -Bueno te creo y si alguna día visitas Paris.

    -Paris.

    -Viajamos por muchos lugares, pero tengo un pequeño departamento allá, cuando no trabajo estoy en ese lugar es fabuloso.

    -Lo sé viví casi un año.

    -Lo sé.

    Llegamos a su casa rodante y me invito a pasar no me negaría es muy bella.

    -Es muy cómoda… linda.

    -Si me funciona no es estorbosa.

    -¿Y esto?

    -Es un pequeño proyecto… son los lugares donde he viajado los guardo para recordar.

    -Las postales te hacen recordar.

    -Los lugares son fabulosos, se disfrutan.

    -Es verdad algunos lugares son el paraíso.

    Ella se quito su abrigo lentamente y lo coloco en la pequeña cama que tenia, continuaba con sus ropas sexis de su acto, apenas si había espacio para los dos ella era muy atrevida con migo, ella se sentó en la orilla de la cama cruzo sus piernas, yo me quede mirando sus postales disimulando no verla.

    -Desde cuando no estás con alguien.

    -Porque preguntaras.

    -O eres muy educado o no has estado con nadie en mucho tiempo o a caso no te agrado.

    -Soy educado.

    -Eso me agrada, otro en tu lugar se aprovecharía ya que estamos solos.

    -Jamás aria eso… no te lastimaría… no lastimaría a nadie.

    -Eres muy agradable lo sabías.

    -Si mi amiga me lo dice todo el tiempo.

    -Ella te gusta cierto pero es de tu hermano.

    -Es de mi hermano.

    Ella se levanto tomo mi cara y miro mis ojos.

    -Que lindos ojos.

    No pude dejar de pensar en Sarah ya que a ella le fascinaban, ella me beso sin decir más, me quede helado, pero esperaba eso, en el fondo de mi lo deseaba, le correspondí pero pare, ya que tenía que irme.

    -¡Está todo bien!

    -No creo que este bien… será mejor irme.

    Ella se alejo solo un centímetro, no teníamos espacio para eso.

    -Mi hermano me estará buscando.

    -Deja de preocuparte por tu hermano, ya eres mayor, no tienes que darle explicaciones.

    -Somos unidos no se trata de explicaciones si no de deberes.

    -Lo obedeces en todo.

    -No al contrario siempre desobedezco… es divertido verlo enojado.

    Ella volvió a besarme y retrocedí devolviéndole el beso, cuando menos sentí estaba en la cama con ella encima, seguía pensando que era una locura pero no pararía ya que tenía su aprobación, tenía todo el día de mañana para quitarle el enojo a mi hermano y a los chicos, por el momento lo disfrutaría y mucho, la ropa termino por todo el lugar, sus besos sus caricias eran una maravilla,

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