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Camino De Belen: Poemas E Historias Para Navidad
Camino De Belen: Poemas E Historias Para Navidad
Camino De Belen: Poemas E Historias Para Navidad
Libro electrónico172 páginas1 hora

Camino De Belen: Poemas E Historias Para Navidad

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La navidad se ha comercializado irreverentemente, a pesar de ello todava mantiene un encanto irresistible.
En estas pginas el lector encontrar treinta deliciosos poemas y diez historias y dramatizaciones. Algunas muy tiernas y dulces, y otras un poco tristes, que giran en torno a la Navidad y lo que esta significa, o debera de significar para nosotros. Su contenido ser apreciado por los cristianos de todas las confesiones religiosas pues no contiene elementos controversiales.
Con la lectura de este libro la Navidad adquirir para usted un nuevo significado y un nuevo encanto. Y querr volverlo a leer una y otra vez.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento19 may 2014
ISBN9781463384463
Camino De Belen: Poemas E Historias Para Navidad

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    Camino De Belen - Elías García

    INTRODUCCIÓN

    La historia de Belén es un tema inagotable. En ella se oculta la profundidad de las riquezas, de la sabiduría, y la ciencia de Dios (E. G. White, Deseado de Todas las Gentes, Página 32).

    Es que Belén es la puerta por donde la divinidad entró a la humanidad en la encarnación, "indiscutiblemente grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne… (1 Timoteo 3:16)

    Es difícil, tal vez imposible, develar este misterio con nuestras mentes finitas. ¿Cómo pudo el Dios infinito, creador del cielo y de la tierra, tomar la forma de una de sus criaturas, nacer como niño y vivir entre los hombres? Cuando el impacto que la encarnación causó en la historia estaba aún fresco, hubo una corriente de pensamiento, el docetismo, que enseñaba que el cuerpo de Cristo era una apariencia solamente: una apariencia de bebé, una apariencia de hombre caminando entre los hombres, y una apariencia de hombre colgando de una cruz. Pero eso no es lo que enseñan las Sagradas Escrituras. Y no puede ser, porque sería tanto como un fraude de parte de Dios, como una mentira, y Dios no es hombre para que mienta (Números 23:19)

    Pero no porque ni los teólogos puedan comprender el misterio de la encarnación, dejará este de ser cierto, ni dejará de ser motivo de nuestro estudio y adoración. Ahora bien; el tema del nacimiento de Cristo ha sido el motivo de las más variadas expresiones del arte. Pero por regla general los artistas no son teólogos, y si los teólogos se equivocan, mucho más fácil es que se equivoquen los artistas, y con ellos todos los que utilizamos sus obras para dar expresión a nuestro asombro ante tan magnífico evento.

    Otro agravante es que muchas de las expresiones artísticas que se utilizan en la celebración de la navidad, igual que la fecha para esta, tienen un origen más bien pagano, pero dice el pastor Juan de Dios rojas que el detenerse a reflexionar en el origen del árbol, las luces; qué significa la rama de acebo, entre otros asuntos, es ignorar que el hombre es libre de aportar parte de su cultura, al incorruptible evento de aquel que vino y nacióen medio de lo corruptible… ¿de qué nos condenaría el Señor cuando nos alegramos con nuestros semejantes en una época que se presta para ello? ¿De idólatras? Tal vez no, porque lo que una vez fue motivo de adoración o formaba parte de un ritual, actualmente ha perdido su función y significado original, quedando solamente como un motivo ornamental, prueba de la tímida impotencia humana que se acerca a la verdadera fuente, al motivo superior, al innegable, irrepetible y redentor nacimiento del Salvador del mundo. Juan de Dios rojas V., Revista Enfoque, diciembre 1996).

    Elena G. de White, que trata cada tema con autoridad profética y excelencia literaria, comenta acerca de éste: "Si los ángeles cantaron porque Jesús nació en Belén, ¿no hallará eco en nuestros corazones la melodía: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!? Aunque no sabemos el día exacto en que nació Cristo, honramos el sagrado evento. Quiera el Señor que nadie sea tan estrecho de mente que no sea capaz de contemplar el evento debido a la incertidumbre de la fecha exacta.

    Hagamos lo que está a nuestro alcance para fijar las mentes de los niños en estas cosas que son preciosas para todo el que ama a Jesús.(La Navidad y los Niños. Revista Adventista, diciembre 2000. Éste artículo apareció por primera vez en el número del 17 dediciembre de 1889 de la Adventist Review.)

    "En vista de que el 25 de diciembre se observa para conmemorar el nacimiento de Cristo, y en vista de que por el precepto y por el ejemplo se ha enseñado a los niños que es en verdad un día de alegría y regocijo, os resultará difícil pasar por alto esa fecha sin dedicarle cierta atención. Es posible valerse de ella con un buen propósito…

    "En vez de ser ahogado y prohibido arbitrariamente, el deseo de divertirse debe ser controlado y dirigido por esfuerzos esmerados de parte de los padres…

    No adopten los padres la conclusión de que un árbol de Navidad puesto en la Iglesia para distraer a los alumnos de la escuela sabática, es un pecado, porque es posible hacer de él una gran bendición. Dirigir la atención de sus alumnos hacia fines benévolos. En ningún caso debe ser la simple distracción el objeto de esas reuniones. Aunque algunos truequen esas ocasiones en momentos de negligente liviandad y no reciban la impresión divina, para otras mentes y caracteres dichas ocasiones resultan altamente benéficas. Estoy bien convencida de que pueden idearse substitutos inocentes para muchas reuniones desmoralizadoras. (El Hogar Cristiano páginas 435 y 439)

    Que todos tengan la sabiduría para hacer de ella (la Navidad) una época preciosa. Review and Herald 9 dic.1844)

    Por supuesto ella condena la profanación y la celebración egoísta de la Navidad: "En ocasión de las próximas fiestas de Navidad y Año Nuevo se desperdiciarán miles de dólares en placeres inútiles; pero es privilegio nuestro apartarnos de las costumbres y prácticas de esta época de degeneración; y en vez de gastar recursos simplemente para satisfacer el apetito y comprar inútiles adornos o prendas de vestir, podemos hacer de las próximas fiestas una ocasión de honrar y glorificar a Dios.

    Cristo debe ser el objeto supremo; pero en la forma en que se ha estado observando la Navidad, la gloria se desvía de él, hacia el hombre mortal, cuyo carácter pecaminoso y defectuoso hizo necesario que el Salvador viniese a nuestro mundo. Jesús, la majestad del cielo, el rey del cielo, depuso su realeza, dejó su trono… los padres debieran recordar estas cosas a sus hijos e instruirlos renglón tras renglón, precepto tras precepto, en su obligación para con Dios, no en la que creen tener uno hacia otro, de honrarse y glorificarse mutuamente con regalos. (Hogar Cristiano página 437)

    De ninguna manera sugiere ella que dejemos que la Navidad pase inadvertida para nosotros. Por el contrario, su pluma magistral es enfática al exhortarnos a no pasar por alto el sublime evento que en ella se recuerda: "Los hombres contemplaron primero a Cristo como un bebé, como un niño…

    Cuanto más pensemos acerca de Cristo convirtiéndose en un bebé sobre la tierra, tanto más admirable parece este tema. ¿Cómo podía ser que el niño indefenso del pesebre de Belén siguiera siendo el divino hijo de Dios? Aunque no podamos entenderlo, podemos creer que aquel que hizo los mundos, por causa de nosotros se convirtió en un niño indefenso. Aunque era más encumbrado que ninguno de los ángeles, aunque era tan grande como el Padre en su trono de los cielos, llegó a ser uno con nosotros. En él, Dios y el hombre se hicieron uno; y es en ese acto donde encontramos la esperanza de nuestra raza caída. Mirando a Cristo en la carne miramos a Dios en la humanidad, y vemos en él el brillo de la gloria divina, la imagen expresa de Dios el Padre. (Signs of Times, 21 noviembre 1895) (Mensajes Selectos tomo 3 pág.144)

    "Sin que lo supieran los hombres, las nuevas llenaron el cielo de regocijo. Los seres santos del mundo de luz se sintieron atraídos hacia la tierra por un interés más profundo y tierno; el mundo entero quedó más resplandeciente por la presencia del Redentor. Sobre los collados de Belén se reunieron innumerables ángeles a la espera de una señal para declarar las gratas nuevas al mundo…

    "Luego el gozo y la gloria no pudieron ya mantenerse ocultos. Toda la llanura quedó iluminada por el resplandor de las huestes divinas. La tierra enmudeció y el cielo se inclinó para escuchar el canto:

    ‘Gloria en las alturas a Dios y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.’

    ¡Ojalá la humanidad pudiese reconocer hoy aquel canto! La declaración hecha entonces, la nota pulsada, irá ampliando sus ecos hasta el fin del tiempo, y repercutirá hasta los últimos confines de la tierra. Cuando el sol de justicia salga, con sanidad en sus alas, aquel himno será repetido por la voz de una gran multitud, como la voz de muchas aguas, diciendo: Aleluya: porque reinó el Señor, nuestro Dios todopoderoso.(Deseado de Todas las Gentes, paginas 30, 31) ¡Amén!

    Y mientras los coros celestiales alaban a Dios. ¿No intentaremos también nosotros rendirle algún tipo de adoración y regocijarnos con el dulce portento de la Navidad?

    Yo lo creo así, por eso he cedido a la tentación de escribir algunas líneas semejando relatos y poemas relativos al nacimiento de Jesús, para ser leídos durante la celebración, en diciembre o en cualquier otra época. Sé que si el intento de talentosos artistas, escritores, pintores, etc., de tratar el tema de la Navidad, es un gran atrevimiento, mi propio intento es casi una profanación, pero pienso que si Dios prefirió la ignorancia y la inmundicia de las bestias en su nacimiento, a la pulcra y refinada compañía de sacerdotes y fariseos, puede preferir hoy mi tosca y profana expresión de asombro y ternura, a la indiferencia y el desprecio.

    Pido a Dios que de cualquier manera; por estas líneas o a pesar de ellas, la mente del lector sea impulsada a rendir alabanza al tierno y amante Jesús.

    Elías García Chávez

    EL POEMA MÁS BELLO

    El poema más bello

    jamás escrito;

    el verso más suave

    que alguien ha dicho;

    el canto más tierno

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