Cómo Terminar Todo lo que Empiezas: Nunca más dejes las cosas a medias y olvídate de la procrastinación con estos secretos esenciales para desarrollar autodisciplina infalible

Por Shaun Aguilar

Ahora es bien sabido que tan solo el 8 por ciento de las personas son capaces de alcanzar sus

objetivos, ¿pero entonces cuál es el secreto que los hace diferente al 92% restante?

"La personas exitosas no nacen así. Se vuelven exitosas al establecer el hábito de hacer cosas que

a la gente que no tiene éxito no le gusta hacer". -William Makepeace Thackeray

Con esta guía, descubrirás:

-Métodos probados para desarrollar la disciplina mental desde cero, incluso si actualmente te

consideras la persona más perezosa y desmotivada de todos los tiempos.

-Los catastróficos efectos que la falta de disciplina mental puede traer a tu vida, y cómo evitar esta

situación no deseada.

-Los factores físicos más comunes que terminan afectando tu fuerza de voluntad.

-Estrategias clave que crean un entorno alentador que incrementará drásticamente tus

posibilidades de tener éxito.

-Una estrategia libre de riesgos para lidiar con la incomodidad que nos separa de lograr la

disciplina mental.

-Cambios indoloros en tu estilo de vida que aumentarán tu fuerza de voluntad y disciplina.

-Y mucho más…

La investigación científica ha demostrado que la disciplina mental conduce inevitablemente a

mejores resultados académicos y en la vida en general. También está directamente relacionada

con niveles más bajos de estrés, depresión y otros trastornos del estado de ánimo que afectan a

nuestra sociedad de hoy en día.

Después de numerosos estudios, actualmente ya se sabe cómo funcionan nuestros patrones de

pensamiento y cuál es el tipo de entrenamiento que es más fácil de seguir incluso para la persona

más desmotivada, siempre y cuando se use la hoja de ruta apropiada.

• Idioma: Español
• Editorial: Shaun Aguilar
• Fecha de lanzamiento: 15 ene 2021
• ISBN: 9781393190424

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Cómo organizar un discurso para que sea exitoso

Las tres P’s para un discurso en público exitoso

El resultado positivo de un discurso no depende únicamente de las habilidades oratorias de quien habla. Está influenciado por muchos factores, como el tópico de la presentación, la actitud de la audiencia, la calidad de los materiales de apoyo, la duración de la plática en sí y muchas otras variables. Algunos de estos factores están fuera del control del orador. Sin embargo, el 98% restante para el éxito sí que depende en que el presentador cumpla con las siguientes tres P’s:

Preparación

Práctica

Performance

En cada una de estas tres fases, el orador debe cuidar no cometer errores que puedan echar abajo su esfuerzo.

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Preparación

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Sólo el orador preparado merece tener confianza, dicen por ahí. He aquí la razón por la que los oradores más experimentados nunca se paran delante de una audiencia sin haberse preparado con bastante antelación. Saben que esa primera etapa es su pase a la credibilidad.

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Es cierto que el éxito o fracaso de un discurso se vuelve evidente en el día en que se presenta. Sin embargo, el resultado del discurso está determinado en buena medida por el rigor en las semanas previas que sirven para prepararlo.

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Vamos, es decir que, si no ha hecho su trabajo debidamente, el día en que presente su charla será uno que evidencie su falta de esfuerzo.

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Dedicar varias horas a la investigación y recolección de materiales, es decir, a la preparación y la planeación de su discurso, le ayudará a reducir los nervios y a mostrarse con más confianza y con más dominio sobre los conocimientos que posees, una imagen que todo orador quiere proyectar a su audiencia. En el camino al podio, incluso si los ojos de todos están sobre ti, estarán agradecidos por cada pequeño momento en que se ha esforzado para tener su discurso justo como usted quería que fuera.

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Un paso vital antes de la preparación del discurso

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Para conseguir que su discurso sea tanto memorable como interesante, debemos considerar estos tres aspectos clave:

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La audiencia: ¿para QUIÉN está escrito el discurso?

El propósito: ¿QUÉ es lo que hace necesario el discurso?

La tónica del discurso: ¿CÓMO será presentado?

Quién: puede pasar semanas investigando sobre el tema de su discurso e ideando y elaborando unos increíbles materiales visuales, pero si no entiende a quienes están escuchándolo, no será capaz de conectar con ellos. Conocer a su audiencia (cuántos son, su edad promedio, género, antecedentes profesionales e intereses) le dará unas cuantas ideas valiosas sobre aquello es pertinente transmitirles y cuál es la mejor manera de dirigir el discurso de tal forma que sea igualmente original y fácil de comprender. ¿Ha sabido de antemano que el director o directora de la compañía estará presente entre la audiencia? ¿Sabe si todos o la mayoría de los que le escucharán son expertos en el tema? ¿Hay personas que tienen competencias tecnológicas diferentes o que pertenecen a una cultura distinta a la suya?

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Conocer esta información no sólo puede ayudarle a estructurar y presentar información de manera más ágil y relevante. También le salvará de situaciones bochornosas.

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Qué: El propósito de la presentación no se cumple con tan sólo dictar la información en las diapositivas. ¿Cuál es la razón por la que se encuentra hablando ante una audiencia, en primer lugar? ¿Qué es lo que quiere que la audiencia sepa, piense, crea o haga como resultado de su plática? ¿Es su propósito inspirar, entretener, persuadir, educar o vender? ¿Quizá lo hace para desafiar creencias obsoletas o dogmas injustos? Identificar el principal objetivo del discurso ayudará a elegir el mejor formato y estilo para la presentación. Por ejemplo, un discurso que tenga como motivo principal el de ‘vender’ una idea a inversores potenciales debe sonar diferente a un discurso que está diseñado para educar a un grupo de empleados acerca de una nueva estrategia de mercadeo.

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Cómo: los oradores profesionales planean cómo es que presentarán el material incluso antes de pensar en lo que quieren decir como tal. Preparar un discurso es parecido a dirigir una película. Como un hablante en público, debe convertirse en el director de su presentación, no sólo un mero actor que repite las palabras en una pantalla. Existen algunos detalles organizaciones del discurso que necesitan decidirse y agruparse desde una perspectiva autoral.

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Por ejemplo, debe pensar si, en alguna dinámica que planee hacer, debe preparar algún objeto para dar al público al final de su presentación. Lo mismo si desea gestionar la invitación a otro orador para que se le una en la conversación ante el público. Igualmente debe considerar la logística para tener una sesión de preguntas y respuestas que sea eficiente y significativa. Todos estos detalles a menudo se pasan por alto, pero sí que tienen un impacto muy notorio en la manera en que desarrolla la presentación, por lo que no le conviene dejarlos para el último minuto.

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Encontrar el momento para preparar su discurso

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Cuando se encuentre elaborando una presentación, intenta dedicar aproximadamente una hora de trabajo para cada minuto que vaya a hablar en el escenario. En otras palabras: si su presentación está planeada para durar 20 minutos, lo recomendable es que reserve 20 horas para dedicarlas a la investigación, al desarrollo de los materiales y a acotar y ensayar la charla. 20 horas puede sonar como mucho tiempo en un inicio, pero al final son las horas de preparación y esfuerzo continuo las que hacen que la plática sea fluida y significativa para los espectadores.

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Aquí hay algunos consejos que le permitirán mejorar su presentación aún más:

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Intente relajarse antes de subir al escenario. Recuerde detenerse un momento tras bambalinas y tomar unos cuantos respiros profundos para disminuir su ritmo cardíaco y relajar sus músculos. Sienta cómo sus pies tocan el piso. Suelte sus puños y baje sus hombros. Esto abrirá su pecho, dejará libre su garganta y le hará pararse erguido, lo que le hará lucir más confiado de sí

Comentarios para Cómo Terminar Todo lo que Empiezas

[enriqueminchaca · Calificación: 3 de 5 estrellas]

Bueno, sin embargo titulo no correspode con tema tratado !