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Productividad Máxima: 2 Libros en 1 - Hábitos de Alto Rendimiento, Disciplina Mental. La Guía #1 para acelerar tu productividad y cultivar hábitos de alto rendimiento
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Productividad Máxima: 2 Libros en 1 - Hábitos de Alto Rendimiento, Disciplina Mental. La Guía #1 para acelerar tu productividad y cultivar hábitos de alto rendimiento
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Productividad Máxima: 2 Libros en 1 - Hábitos de Alto Rendimiento, Disciplina Mental. La Guía #1 para acelerar tu productividad y cultivar hábitos de alto rendimiento

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Tan solo el 8 por ciento de las personas son capaces de alcanzar sus objetivos, ¿pero entonces cuál es el secreto que los hace diferente a la gran mayoría de las personas?



“La personas exitosas no nacen así. Se vuelven exitosas al establecer el hábito de hacer cosas que a la gente que no tiene éxito no le gusta hacer”. -William Makepeace Thackeray



Con esta guía, descubrirás:



-Métodos probados para desarrollar la disciplina mental desde cero, incluso si actualmente te consideras la persona más perezosa y desmotivada de todos los tiempos.


-Descubre por qué los malos hábitos tienden a permanecer en nuestros sistemas, y los métodos para deshacerte de ellos para siempre.


-El tiempo que suele tardar la transformación del hábito y el secreto para reducir ese tiempo drásticamente.


-Los catastróficos efectos que la falta de disciplina mental puede traer a tu vida, y cómo evitar esta situación no deseada.


-Los factores físicos más comunes que terminan afectando tu fuerza de voluntad.


-Estrategias clave que crean un entorno alentador que incrementará drásticamente tus posibilidades de tener éxito.


-Una estrategia libre de riesgos para lidiar con la incomodidad que nos separa de lograr la disciplina mental.


-Cambios indoloros en tu estilo de vida que aumentarán tu fuerza de voluntad y disciplina.


-Y mucho más…



La investigación científica ha demostrado que la disciplina mental conduce inevitablemente a mejores resultados académicos y en la vida en general. También está directamente relacionada con niveles más bajos de estrés, depresión y otros trastornos del estado de ánimo que afectan a nuestra sociedad de hoy en día.



Después de numerosos estudios, actualmente ya se sabe cómo funcionan nuestros patrones de pensamiento y cuál es el tipo de entrenamiento que es más fácil de seguir incluso para la persona más desmotivada, siempre y cuando se use la hoja de ruta apropiada.

IdiomaEspañol
EditorialPublishdrive
Fecha de lanzamiento23 feb 2021
Productividad Máxima: 2 Libros en 1 - Hábitos de Alto Rendimiento, Disciplina Mental. La Guía #1 para acelerar tu productividad y cultivar hábitos de alto rendimiento

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    Libro muy práctico e interesante. De los que hay que tener cerca cuando quieras encontrar la motivación.
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    Muy buen libro para reflexionar acerca de temas de la vida

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Productividad Máxima - James Brion

Productividad Máxima

Productividad Máxima

2 Libros en 1 - Hábitos de Alto Rendimiento, Disciplina Mental. La Guía #1 para acelerar tu productividad y cultivar hábitos de alto rendimiento

James Brion

Shaun Aguilar

Índice

Hábitos de Alto Rendimiento

Introducción

1. ¿Qué papel juegan los hábitos en nuestras vidas?

2. Cómo es el proceso de transformación de los hábitos

3. Por qué nos aferramos a los malos hábitos

4. Cómo formar un nuevo y mejor hábito

5. Cómo seguir el camino de tus planes

6. Cómo ejercitar tu autocontrol

7. Cómo hacerle frente a los contratiempos y las distracciones

8. Sigue por el buen camino

Conclusión: Mantente apegado a tus nuevos y mejorados hábitos

Disciplina Mental

Disciplina Mental

Introducción

1. La disciplina y nuestra biología

2. Los componentes de la disciplina mental

3. Autorregulación

4. Cómo crear un entorno alentador

5. Cómo lidiar con la incomodidad

6. Qué hacer cuando te sales del buen camino

7. Cómo superar la procrastinación

8. Cómo crear un estilo de vida apropiado para la disciplina mental

Conclusión

Hábitos de Alto Rendimiento

Poderosas Técnicas que te Ayudarán a Transformar tu Vida Incluso si está es un Completo Desastre

© Copyright 2020 – James Brion - Todos los derechos reservados.


Este documento está orientado a proporcionar información exacta y confiable con respecto al tema tratado. La publicación se vende con la idea de que el editor no tiene la obligación de prestar servicios oficialmente autorizados o de otro modo calificados. Si es necesario un consejo legal o profesional, se debe consultar con un individuo practicado en la profesión.


- Tomado de una Declaración de Principios que fue aceptada y aprobada por unanimidad por un Comité del Colegio de Abogados de Estados Unidos y un Comité de Editores y Asociaciones.


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Introducción

Una incógnita del comportamiento humano es qué es lo que necesitamos para lograr cambios positivos y duraderos en nuestras vidas. No hay fórmula para saber qué es lo que debemos cambiar para alcanzar nuestras metas, convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos, o para contribuir a nuestra sociedad positivamente. No es una ciencia exacta ni hay una sola respuesta correcta, pero gracias a las investigaciones en el tema sabemos que son varios los factores que influyen en lo que podemos lograr. Tal vez el factor más importante del proceso es algo llamado hábito, que desarrollamos con el paso del tiempo y que se vuelve parte de nuestro día a día.


Probablemente ya has oído que los seres humanos somos criaturas de hábitos. En pocas palabras, un hábito es una acción o conducta que solemos hacer frecuentemente y de forma hasta cierto punto predecible. Por lo general, estos se arraigan en nuestra forma de ser porque los repetimos regularmente, y con el paso del tiempo, se convierten en algo que hacemos automáticamente. Se convierten, pues, en un reflejo de quiénes somos.


Hoy en día, es bastante común categorizar los hábitos como buenos o malos. Estos últimos son los que tienen efectos negativos sobre nuestras vidas, como fumar, comer comida chatarra, procrastinar, entre otros. En cambio, los buenos hábitos serían aquellos que nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida, como hacer ejercicio, alimentarnos sanamente, o leer las noticias todos los días. En conclusión, el tipo de vida que tengamos puede ser atribuida a los hábitos que nos hemos formado y que hemos elegido seguir, ya sea conscientemente o no.


Los hábitos: ¿innatos al ser humano, o se aprenden?


Al ser los hábitos un comportamiento automático, podríamos caer en la trampa de creer que son innatos, es decir, que nacemos con ellos. Mucha gente piensa que los hábitos están ya programados en nuestros cerebros, que nos definen como personas y que son predictores del éxito que tendremos en el futuro.

Esta creencia es hasta cierto punto cierta, pues no podemos negar que algunos hábitos han permanecido con nosotros desde que somos muy pequeños. Sin embargo, en una edad temprana no teníamos la conciencia para elegir comportarnos de determinado modo, y esos hábitos posiblemente ya estaban en nuestro entorno y cotidianidad. Esos hábitos tempranos ayudaron a dar forma al estilo de vida que tenemos actualmente, y en cuestión de pocos años se convirtieron en lo que conocemos como normal. Por eso es importante que no olvidemos que esa normalidad es algo que aprendimos de nuestro entorno, tanto de las personas que nos rodeaban y que interactuaban con nosotros, como de lo que observábamos.


Personalmente, viví muchos años pensando que había ciertas cosas que no podía cambiar sobre mí mismo, sin importar lo mucho que me esforzara. Por ejemplo, pensaba que uno nacía siendo procrastinador, y que las personas más exitosas de la historia lograron todo lo que hicieron porque simple y llanamente no nacieron siendo procrastinadoras.


Desde mi perspectiva, estaba destinado a procrastinar hasta el final de mis días, y me identificaba como una persona sin motivación. Y estoy casi seguro de que la gente que me rodeaba pensaba lo mismo de mí.


Cuando empecé a estudiar y a analizar cómo operan nuestros hábitos tuve un punto de inflexión, y al verme capaz de lograr cierto progreso con la práctica constante, decidí no volver a mirar hacia atrás. Para mí, diseccionar el funcionamiento de nuestros hábitos cambió mi forma de pensar sobre los patrones de conducta de los seres humanos y el poder que tenemos para moldearlos.


Puede que los hábitos nos parezcan una conducta fija y arraigada, pero al fin y al cabo son solo conductas que aprendemos y reproducimos en nuestras vidas. Es importante comprender que tenemos el control absoluto sobre las condiciones más importantes para formar hábitos. Es decir, que tenemos el poder de crear nuevos y mejores hábitos, y deshacernos de los malos en cuestión de tiempo.


Los hábitos son como nuestra configuración predeterminada


Los seres humanos tendemos a tener conductas predeterminadas que funcionan como atajos en nuestras vidas, pues nos evitan la necesidad de pensar y analizar cada decisión que tomamos en un día cualquiera. Piensa en lo agobiante que sería tener que elegir conscientemente cada uno de los comportamientos que nos ayudan a navegar nuestra cotidianidad. Si nuestros cerebros no fueran capaces de programar y desprogramar o reprogramar nuestros hábitos, nos encontraríamos permanentemente en debates con nosotros mismos sobre las cosas más nimias, como si debemos peinarnos al despertar o lavarnos los dientes antes de dormir.


Sin embargo, aunque los hábitos sean conductas predeterminadas para nosotros, esto no significa que sean la única respuesta que podemos tener hacia determinada situación o estímulo. Aprender o desaprenderlos es solo cuestión de tiempo. Y la clave para tener éxito en este proceso de transformación de hábitos, es ser muy conscientes en nosotros mismos y nuestros comportamientos. Si dedicamos cierto tiempo a pensar y analizar nuestros patrones, y a reorganizar nuestros sistemas actuales, podremos superar esa configuración predeterminada y lograr esa mejora en nuestra calidad de vida.


Aunque no parezca algo obvio, todo lo que hacemos tiene una conexión entre sí. Cualquier cosa que hagamos hoy podría convertirse en una regla futura. Si rechazamos ese control que ya poseemos sobre los hábitos que queremos mantener en nuestras vidas, nuestro entorno (e incluso los determinantes biológicos) nos lo terminarán arrebatando.

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¿Qué papel juegan los hábitos en nuestras vidas?

Los hábitos juegan un rol mucho más importante en nuestras vidas del que nos imaginamos. A veces, incluso prevalecen por encima de cualquier sentido común. Tan solo presta atención a tu respuesta cuando alguien te pregunta por qué haces tal o cual cosa de una forma particular; puede que solo alcances a responder porque así me acostumbré a hacerlo. Y no debe sorprender que esta sea la respuesta típica, pues cuando un hábito se ha establecido en nuestras vidas, nuestro cerebro deja de involucrarse en las decisiones relacionadas con la situación en cuestión.


Pero los hábitos no caen del cielo a nuestras vidas, aunque así lo pareciera cuando éramos pequeños, pues nos bastaba con imitar las conductas de nuestros padres porque estas eran las únicas formas que conocíamos. Como adultos, tenemos la responsabilidad de seleccionar los hábitos y conductas que queremos que permanezcan en nuestras vidas. En última instancia, la adquisición y permanencia de nuestros hábitos es algo que depende únicamente de nosotros mismos y de ninguna otra persona.

Por qué los hábitos son tan importantes

La construcción de buenos hábitos es fundamental para tener éxito en nuestras vidas, como sea que queramos interpretar este. Si le preguntas a una persona que consideras exitosa cómo ha logrado llegar a ese lugar, es muy probable que te conteste que sus hábitos fueron clave. Muchas de las personas exitosas no nacieron con más privilegios que nosotros, pero con el tiempo aprendieron a operar con sus hábitos de forma eficiente y funcional, y con eso dirigieron sus vidas hacia las metas que se fijaron.


Ahora que sabes el papel que juegan los hábitos en el éxito de una persona, seguramente te sientes entusiasmado y ansioso por cambiar tus patrones de conducta, sobre todo si relacionas estas con un cambio positivo en tu vida.

Sin importar lo noble de tus intenciones, es crucial que entiendas que cambiar nuestros hábitos implica más que la mera repetición de una conducta. Antes bien, requiere que creemos un sistema o método de transformación de hábitos que nos oriente a lo largo de este proceso. Un plan elaborado será el que te ayude a ver la luz incluso cuando ya quieras darte por vencido.


El cambio que quieres lograr probablemente no será algo tan sencillo. A muchos de nosotros nos resulta más fácil quedarnos en la mediocridad porque ya la conocemos y es nuestra zona de confort. Pero si queremos un cambio real en nuestras vidas, tenemos que transformar nuestros hábitos de forma consciente y deliberada, o de otro modo no podremos formar lo que serían nuestras mejores rutinas.


Recuerda que todo lo que hagas en este proceso tendrá un impacto en tus resultados finales. Tal vez pienses que los hábitos triviales no importan cuando contemplamos el panorama general, pero te aseguro que cuando los sumas todos, pueden hacer toda la diferencia. Después de todo, el camino al éxito incluye la preparación de un entorno apto para ello. Simple y llanamente, no hay forma de alcanzar nuestras metas si nada a nuestro alrededor nos hace sentir que son alcanzables.


Pensemos el siguiente ejemplo: si estamos construyendo el hábito de leer un libro a la semana, solo podremos lograrlo si compramos ese libro en primer lugar. Y luego, implica reservar un rato para leer todos los días, determinar el número de páginas que necesitamos leer cada día para terminarlo dentro de nuestro marco de tiempo, y recompensarnos cuando lo hayamos logrado. Los hábitos ayudan a desarrollar la confianza y la seguridad en nosotros mismos y en lo que somos capaces. Para que tus nuevos hábitos te brinden beneficios, debes aprender primero a apegarte a un sistema o método para que no te desvíes de tu meta.

Las condiciones para mejorar nuestros hábitos

Piensa que una vez integres estos nuevos hábitos a tu sistema, no habrá mejor recompensa que poder hacerlos de forma automática.

Esto significa que ya no tendrás tantas dudas sobre si estás haciendo las cosas de la forma correcta. Sin embargo, un problema es que tu cerebro no puede discernir entre los hábitos buenos y los malos, por eso se recomienda que primero catalogues tus hábitos y luego decidas cuáles vale la pena mantener y cuáles es mejor desechar.

Observa y registra tus acciones recurrentes

No solemos ser conscientes de nuestros hábitos sino hasta que hacemos un esfuerzo deliberado de observar nuestra propia conducta. Muchas veces, ni siquiera somos conscientes de estar haciendo algo a menos que alguien nos lo señale. Si ya conoces tus hábitos más recurrentes, ponlos por escrito, y si no estás seguro, haz un seguimiento y registra todas las acciones recurrentes que hagas durante al menos una semana.

Concéntrate en una acción particular

Observa la lista que elaboraste: ¿notas algún patrón o hay algo que destaque en particular? Resalta las cosas que sueles hacer todos los días, así como las que haces durante el día. Luego, selecciona una de ellas y reflexiona sobre sus razones.

Analiza el hábito

Cuando hayas seleccionado un hábito específico, pregúntate lo siguiente con respecto a él:


¿Qué es lo que te impulsa a hacer este hábito?


¿En qué momento del día tiendes a hacer este hábito?


¿Te acuerdas de cómo se volvió parte de tu rutina? ¿Por qué te resultó fácil agregarlo a esa rutina?

¿Qué beneficio o recompensa obtienes de este hábito?

Evalúa sus recompensas

Cuando hayas identificado la recompensa que te genera el hábito, analízala. Puede que las recompensas sean fisiológicas (como las endorfinas que produce el cuerpo después del ejercicio), mentales (satisfacción al completar un crucigrama) o emocionales (como sentirte apreciado por alguien). Pero además de esos buenos sentimientos, ¿qué más hace que anheles esa recompensa? ¿Acaso es conveniente, divertida, o fácilmente obtenible?


Pregúntate a ti mismo las razones detrás del hábito


Una vez te hayas preguntado las razones detrás del hábito, cuestiónate por qué otras razones te aferras a tus hábitos actuales: ¿qué ganas como persona si los haces seguido, y qué pierdes cuando dejas de hacerlos? ¿Por qué crees que estos hábitos se han mantenido en tu vida por tanto tiempo? ¿Por qué continúas eligiéndolos cuando tienes más opciones?

Los hábitos a la larga

Recordemos que los hábitos nos ayudan a navegar nuestros días sin tener que pensar conscientemente en cada una de las decisiones que tomamos. Sin hábitos, nuestra cotidianidad sería mucho más complicada. Al construir nuevos hábitos, nuestros cerebros son capaces de reservar los esfuerzos mentales para tareas más difíciles que merecen nuestra energía.


Las preguntas del millón son: ¿Qué tipo de hábitos debemos construir? ¿Qué es bueno para nosotros, y como lo diferenciamos de lo que no es? ¿Cuál es el futuro que queremos para nosotros mismos?

En ese futuro, ¿tienen cabida los hábitos que seguimos actualmente? ¿O necesitamos nuevos hábitos para lograr la vida próspera que tanto anhelamos?


Para contestar adecuadamente lo anterior, y antes de intentar construir o desechar cualquier hábito, es importante que pensemos lo que significa a largo plazo para nosotros. Así pues, es de suma importancia que identifiquemos lo que queremos en la vida poder determinar los pasos que nos ayudarán a llegar ahí. Si hacemos esto, podremos discernir más fácilmente entre los hábitos que serán útiles para lograr cambios positivos en nuestra vida, de aquellos que solo nos van a perjudicar.


Cuando haya pasado un tiempo, verás con claridad los efectos de los hábitos que construyas desde hoy. Después de todo, los grandes cambios son también una prueba de paciencia que es superada por aquellos dispuestos a asumir compromisos y responsabilidades. Tal vez

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