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Cuentos del mundo
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Libro electrónico146 páginas3 horas

Cuentos del mundo

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Reunión de más de veinte historias que propician el encuentro de una gran diversidad de culturas, épocas y modos de percibir y narrar el mundo: parábolas, fábulas, leyendas, mitos y cuentos en un recorrido geográfico que descubre un viaje de búsqueda a través de relatos poco conocidos, pero también de historias clásicas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 sept 2018
ISBN9786071658463
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    Cuentos del mundo - Fondo de Cultura Económica

    EMMA GODOY nació en Guanajuato en 1918. Se tituló como maestra en lengua y literatura españolas en la Escuela Normal Superior y como doctora en filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Dentro de la misma institución realizó estudios de psicología y pedagogía. Durante su estancia en París cursó filosofía en la Sorbona e historia del arte en L’Ecole de Louvre.

    Impartió diversas asignaturas en la Escuela Normal Superior, en el Claustro de Sor Juana y en otras instituciones educativas.

    Algunos de sus ensayos son Las doctrinas hindúes y el pensamiento occidental; Sombras de magia. Poesía y plástica; Mahatma Gandhi. La victoria de la no-violencia; Que mis palabras te acompañen, y La mujer en su año y en sus siglos. Su obra poética se encuentra en Pausas y arena, y en Del torrente. Escribió las obras de teatro Caín, el hombre; El escudo de Atenea, y Quetzalcóatl.

    Colaboró en diversas publicaciones culturales como Ábside, El Libro y el Pueblo, y Cuadernos de Bellas Artes.

    Fue asesora de la Sociedad Mexicana de Filosofía y de la Facultad de Filosofía de la UAG; presidenta honoraria del Ateneo Filosófico, fundado por la Universidad Panamericana, y miembro de la Academia Internacional de Filosofía y Arte, con sede en Suiza.

    Obtuvo varios premios, entre ellos el Ibero-American Novel Award (1962), otorgado por la William Faulkner Foundation, de la Universidad de Virginia, por su novela Érase un hombre pentafácico; el Premio Internacional Sophia (1979), concedido por el Ateneo Mexicano en Filosofía y el premio Ocho Columnas de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG). Murió en la Ciudad de México en 1989.

    Emma Godoy

    COMPILADORA

    Ilustraciones de

    Fabricio Vanden Broeck

    Primera edición en español, 2005

         Segunda reimpresión, 2013

    Primera edición electrónica, 2018

    D. R. © 2005, Fondo de Cultura Económica

    Carretera Picacho Ajusco, 227; 14738 Ciudad de México

    Comentarios:

    librosparaninos@fondodeculturaeconomica.com

    Tel.: (55)5449-1871

    Coordinación: Miriam Martínez y Marisol Ruiz Monter

    Dirección artística: Mauricio Gómez Morin

    Diseño: J. Francisco Ibarra Meza

    Cuidado de la edición: Obsidiana Granados Herrera

    Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc., son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicanas e internacionales del copyright o derecho de autor.

    ISBN 978-607-16-5846-3 (ePub)

    Hecho en México - Made in Mexico

    Índice

    La vieja leyenda. Emma Godoy. MÉXICO

    Y después… Emma Godoy. MÉXICO

    Citlali (la estrella). Emma Godoy. MÉXICO

    El Príncipe Feliz. Oscar Wilde. IRLANDA

    Los tres deseos. Fernán Caballero. ESPAÑA

    Cruce de caminos. Miguel de Unamuno. ESPAÑA

    Parábola de los siete mimbres. José Francisco Trindade Coelho. PORTUGAL

    Mi última cacería. Pierre Loti. FRANCIA

    El molinero, su hijo y el asno. Jean de la Fontaine. FRANCIA

    El tesoro de los nibelungos. Leyenda. ALEMANIA

    Los siete cuervos. Grimm. ALEMANIA

    Teseo y el Minotauro. Mito. GRECIA

    La muerte de Brisius. Jonas Biliūnas. LITUANIA

    El traje nuevo del emperador. Hans Christian Andersen. DINAMARCA

    Mito de Etana. Leyenda. MESOPOTAMIA

    Los perros negros. Cuento. ORIENTE MEDIO

    Romance de la niña negra. Luis Cané. ARGENTINA

    El alfarero y el lavandero. Cuento. INDIA

    La flor de la champaca. Rabindranath Tagore. INDIA

    La liebre en la Luna. Fábula budista. INDIA

    La hormiga, el gusano y la flor. Cuento. CHINA

    El Caballero de la Miseria. Cuento. JAPÓN

    Los primeros esquís. Einar Maasik. ESTONIA

    La última hoja. O’Henry. ESTADOS UNIDOS

    El virrey y el indio. Marquesa Calderón de la Barca. Crónica. MÉXICO

    Quetzalcóatl divinizado. Ermilo Abreu Gómez. MÉXICO

    La vieja leyenda

    EMMA GODOY (1918-1989)

    Escritora mexicana

    Hace muchos, muchos años, un hombre misterioso, joven, alto y fornido, remontó el río Pánuco en una canoa. Tenía espíritu aventurero, y por ello se atrevía a cruzar selvas desconocidas llenas de peligros. Usaba un extraño traje que le llegaba a los talones, bastante incómodo para esas andanzas. Al igual que algunos toltecas, era blanco, con barba negra y poblada; pero lo más notable en él eran sus ojos excepcionalmente grandes en los que resplandecía la inteligencia.

    Este hombre –tanto por su afabilidad, como porque los indígenas eran muy hospitalarios–, al internarse en esa tierra fue bien acogido en todos los poblados. Finalmente, se estableció en Tollan o Tula, la suntuosa capital de los toltecas, donde se enriqueció ejerciendo el comercio y luego llegó a ser rey y sumo sacerdote. Seguramente maravilló a los toltecas con su sabiduría y rectitud, porque lo encumbraron a estos cargos supremos.

    Nunca se supo de dónde venía, ni siquiera su nombre, por ello le dieron el nombre de una fecha: Ce Ácatl, y el del dios de la ciudad, uno muy antiguo, adorado en toda América: Quetzalcóatl, que significa serpiente de plumas preciosas.

    Así se convirtió, entonces, en el gran sacerdote de esta divinidad, pero le desagradaba serlo, porque sentía gran indignación y sufrimiento cuando se ofrecían sacrificios humanos al ídolo. Los lamentos de la víctima le partían el alma y verla expirar lo hacía sentir que algo en él moría también. Lleno de piedad, pensaba en la familia que dejaba el sacrificado: la madre y el padre ancianos, la esposa, los hijos pequeños que lloraban desamparados. ¡Eso no podía continuar! Y un día, desde su palacio de columnas labradas, sentado en su trono, rodeado de cortesanos, lleno de majestad se dirigió a sus súbditos:

    —Pueblo mío, ¿hasta cuándo seguirás odiando? Ama a tus semejantes. Así sentirás la dulzura del corazón del otro en el tuyo.

    Quetzalcóatl se enfrentó valientemente a una tradición muy arraigada y prohibió el holocausto humano que se creía alimentaba a los dioses. ¡Imaginen el regocijo que esa noticia llevó a miles de hogares! ¡Cómo se abrazaban unos con otros! ¡Cómo lloraron de felicidad! ¡Cuánto habrán bendecido los viejos, los jóvenes y los niños a los toltecas! Ni siquiera la abolición de la esclavitud, siglos más tarde, causó tanta dicha.

    Este rey tan venerado se acercaba a sus súbditos y, como un padre que enseña a sus hijos, les mostró cómo cultivar la tierra, pues ellos sólo se alimentaban de cereales, frutos y hierbas que crecían espontáneamente en los campos. Se cuenta que un día el monarca se disfrazó de hormiga y se mezcló con las demás para tomar del hormiguero un granito de maíz, que luego escondió celosamente bajo la tierra. Después entregó este grano a los hombres. ¡Qué gran suceso! Pocos momentos habrá tan luminosos en la historia de América como éste en que el rey puso, en la mano morena de un indio, la vida. ¡Sí, la vida! Porque toda esta tierra ha vivido del maíz durante siglos, y sin la dulce mazorca, la desnutrición y el hambre habrían extinguido a todas las tribus.

    Además de labrar la tierra y cosechar el maíz, Quetzalcóatl enseñó muchos otros oficios, entre los cuales destacan la fundición y forja de metales, así

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