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Tu Mirada en la Mía: Visión Apagada, #3
Tu Mirada en la Mía: Visión Apagada, #3
Tu Mirada en la Mía: Visión Apagada, #3
Libro electrónico249 páginas4 horas

Tu Mirada en la Mía: Visión Apagada, #3

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Información de este libro electrónico

“A veces, el corazón puede ver lo que es invisible para los ojos.”

Bree Sullivan nunca ha sido una persona que tome riesgos. Cuando una oportunidad de verdadera felicidad la hace salir de su zona de confort, dar el salto a ciegas es lo que está haciendo, literalmente.  Pero este salto es una cirugía que puede ayudarla a ver de nuevo.

Con Luke a su lado, ella se somete a la cirugía y la recuperación y los resultados son agonizantemente lentos, amenazando con llevarla a una profunda depresión.

¿Y si no vuelve a ver nunca más? ¿Y si las cosas no funcionan para ella y Luke?

Más aterrador, ¿qué pasa si ocurre así?

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento12 ago 2020
ISBN9781071562543
Tu Mirada en la Mía: Visión Apagada, #3
Autor

Lexy Timms

"Love should be something that lasts forever, not is lost forever."  Visit USA TODAY BESTSELLING AUTHOR, LEXY TIMMS https://www.facebook.com/SavingForever *Please feel free to connect with me and share your comments. I love connecting with my readers.* Sign up for news and updates and freebies - I like spoiling my readers! http://eepurl.com/9i0vD website: www.lexytimms.com Dealing in Antique Jewelry and hanging out with her awesome hubby and three kids, Lexy Timms loves writing in her free time.  MANAGING THE BOSSES is a bestselling 10-part series dipping into the lives of Alex Reid and Jamie Connors. Can a secretary really fall for her billionaire boss?

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    Tu Mirada en la Mía - Lexy Timms

    Copyright 2020

    Lexy Timms Logo black aqua

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede reproducirse, almacenarse o introducirse en un sistema de recuperación, ni transmitirse, de ninguna forma ni por ningún medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro) sin la autorización previa por escrito tanto del propietario de los derechos de autor como del editor mencionado al principio de este libro.

    Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares, marcas, medios e incidentes son producto de la imaginación del autor o se utilizan de manera ficticia. Cualquier parecido con una persona real, viva o muerta, eventos o lugares es mera coincidencia. El autor reconoce el estado de marca registrada y los propietarios de marca de varios productos mencionados en esta obra de ficción, que han sido utilizados sin permiso. La publicación/uso de estas marcas comerciales no está autorizada, asociada ni patrocinada por los propietarios de la marca comercial.

    ––––––––

    Todos los derechos reservados.

    Tu Mirada en la Mía

    Serie: Visión Apagada #3

    Copyright 2020 por Lexy Timms

    Diseño de portada: Book Cover by Design

    Serie: Visión Apagada

    Libro 1 – Mírame

    Libro 2 – Sáname

    Libro 3 – Tu Mirada en la Mía

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    Tu Mirada en la Mía. Sinopsis:

    A veces, el corazón puede ver lo que es invisible para los ojos.

    Bree Sullivan nunca ha sido una persona que tome riesgos. Cuando una oportunidad de verdadera felicidad la hace salir de su zona de confort, dar el salto a ciegas es lo que está haciendo, literalmente.  Pero este salto es una cirugía que puede ayudarla a ver de nuevo.

    Con Luke a su lado, ella se somete a la cirugía y la recuperación y los resultados son agonizantemente lentos, amenazando con llevarla a una profunda depresión.

    ¿Y si no vuelve a ver nunca más? ¿Y si las cosas no funcionan para ella y Luke?

    Más aterrador, ¿qué pasa si ocurre así?

    Contenido

    Serie: Visión Apagada

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    Tu Mirada en la Mía. Sinopsis:

    Capítulo Uno

    Capítulo Dos

    Capítulo Tres

    Capítulo Cuatro

    Capítulo Cinco

    Capítulo Seis

    Capítulo Siete

    Capítulo Ocho

    Capítulo Nueve

    Capítulo Diez

    Capítulo Once

    Capítulo Doce

    Capítulo Trece

    Capítulo Catorce

    Capítulo Quince

    Capítulo Dieciséis

    Capítulo Diecisiete

    Capítulo Dieciocho

    Capítulo Diecinueve

    Capítulo Veinte

    Capítulo Veintiuno

    Capítulo Veintidós

    Capítulo Veintitrés

    Capítulo Veinticuatro

    Capítulo Veinticinco

    Capítulo Veintiséis

    Capítulo Veintisiete

    Serie: Visión Apagada

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    Capítulo Uno

    Bree

    ––––––––

    Sentía mi cuerpo pesado, agobiado, pero completamente relajado. Podía escuchar un suave pitido mezclado con murmullos bajos. Por un breve momento, me sentí confundida acerca de dónde estaba. La conciencia regresó gradualmente, sacándome de las oscuras profundidades en las que había estado sumergida. Moví los dedos antes de levantar mi mano. Había algo frente a mi rostro.

    Debes dejarte las vendas puestas, dijo.

    ¿Vendas? Pregunté confundida.

    Tu cirugía ha finalizado, pero tendrás que usar las vendas por unas horas. La Dra. Tanner vendrá a ver cómo estás en un rato.

    ¿Funcionó? Pregunté. La pregunta parecía mucho más grande que tres simples palabras. Todo mi futuro dependía de la respuesta a esa pregunta. Casi tenía miedo de saberlo.

    Estoy seguro que sí, pero no lo sabremos hasta que Ellis venga, respondió.

    Me gustó cuando la llamó Ellis. Hacía sentir que era una amiga y no una doctora sin ningún interés personal. Aunque estaba celosa de la mujer, me caía bien y apreciaba su amabilidad. Si la cirugía funcionaba, le debería mucho más que un agradecimiento. Le debería todo.

    ¿Dónde está mi papá? Pregunté.

    Bajó a la cafetería para traernos un par de cafés. Te ofrecería algunos, pero la enfermera dijo que no podías tomar nada hasta que ella lo aprobara y me aterroriza, así que vamos a escucharla.

    Le ofrecí una sonrisa. ¿Has estado aquí todo el tiempo?

    Tú sabes. Usé mis credenciales de enfermero para convencerlos de que nos dejen entrar en recuperación.

    Apuesto a que usaste mucho más que eso.

    Se río. No descarto coquetear un poco si eso me permite estar contigo. ¿Cómo te sientes?

    Me duele un poco la garganta y me siento un poco mareada, pero aparte de eso, bien. Excepto por la oscuridad. Realmente no deseaba seguir en las tinieblas.

    Ella te advirtió que pasarían unas semanas antes de que tu visión fuese restaurada, dijo.

    Suspiré, luchando contra la desesperación. Pero pensé que vería algo.

    Podrías. Llegará pronto y lo explicará todo. No pierdas la esperanza. Todavía no. Has llegado hasta aquí".

    Toqué las vendas que estaban pegadas a mis ojos. No me gusta esto, le dije. No me gusta cómo se siente.

    No durará mucho, dijo. Recuerda, ella te dijo que esto sería temporal. Los tendrás libres mañana. Tal vez incluso antes.

    Estás despierta, la voz de mi padre llenó la habitación.

    Hola, papá.

    ¿Cómo te sientes? preguntó.

    Ciega, murmuré.

    Bree, pronunció mi nombre y yo ya sabía exactamente lo que iba a decir.

    Levanté una mano, sólo para que la intravenosa que estaba en el dorso de mi mano tirara un poco. No lo digas. Ya sé que tengo que esperar. ¿Cuánto tiempo?

    Sólo llevas fuera del quirófano unos treinta minutos, señaló Luke. Ellis dijo que estaría por aquí un par de horas después de que estuvieras despierta.

    Me quejé. No quería esperar ni un minuto más. Sentía que había estado esperando toda mi vida. Mi vida estaría en espera hasta que supiera de una forma u otra si la cirugía había sido un éxito. Me habían dicho que podría ser sólo un ojo el que funcionara, o que podría tener sólo visión parcial. Me dije a mí misma que sería feliz con cualquier cosa. Cualquier pequeño trozo de visión sería mejor que nada en absoluto. Eso es lo que me dije a mí misma, pero en realidad, lo quería todo. Quería volver a ver el mundo con una visión de veinte años. Quería ver los colores. Quería ver a Luke.

    Luke y mi padre pasaron las siguientes dos horas tratando de distraerme. Odiaba las vendas en mi cara. Me hacía sentir mucho más claustrofóbica que no poder ver en general. Esperaba que ella no me dijera que tendría que usar las malditas cosas durante la recuperación. Estaba segura de que me volvería loca si ella decía que tenía que hacerlo.

    Toc, toc, le oí decir a Ellis.

    Inmediatamente me senté un poco más alto en la cama. Me desengancharon de las intravenosas y me sentí bien. Estaba lista para irme a casa, pero todo dependía de lo que pasara en los siguientes minutos. Estamos listos, dije, yendo directo al grano. ¿Crees que funcionó?

    No veo por qué no habría sido así. ¿Estás lista para que te quiten las vendas?

    Asentí furiosamente. ¡Si!

    Se río. Luke, ¿puedes cerrar la puerta y apagar las luces?

    Lo oí moverse y escuché que la puerta se cerraba. ¿Por qué? Le pregunté, de repente preocupada por si había quedado mutilada y no quería asustar a los pacientes fuera de mi habitación.

    Imagina que has pasado los últimos meses en una cueva oscura. Tus ojos necesitan tiempo para adaptarse. Tengo un par de gafas de sol muy elegantes que tendrás que usar en todo momento.

    Hice una mueca. ¿Como esos cuadrados gigantes?

    Se río. Sí. Del tipo que a los abuelos les encanta usar. Tus ojos se ajustarán con el tiempo. Pasarán unas dos semanas, posiblemente más, antes de que te sientas lo suficientemente cómoda para estar dentro de una habitación sin ellas. Podrías tener sensibilidad a la luz del sol por más tiempo. Siempre, siempre, siempre deberás usar gafas de sol cuando estés afuera.

    Asentí con la cabeza, ansiosa por poner en marcha aquella función. No importaría si usara gafas de sol si la cirugía no funcionara. Bien.

    Muy bien, te voy a quitar el vendaje.

    Me vino a la mente el dicho familiar, podrías haber oído caer un alfiler. Juro que mi padre y Luke estaban conteniendo la respiración. Claro que sí. Sin mencionar que también estaba a punto de vomitar. Mi ansiedad estaba por las nubes. Un millón de pensamientos corrieron por mi mente. ¿Qué haría primero? Quería pintar. Quería ir a la playa. Quería ver a Luke.

    Me quedé perfectamente quieta, dejando que me desenvolviera la gasa de alrededor de la cabeza. Ni siquiera me importó que mi cabello se viera horrible. ¿La luz está apagada? Pregunté.

    , respondió Ellis. Está oscuro aquí, pero todavía hay algo de luz. Adelante, abre los ojos.

    Honestamente, ni siquiera me di cuenta de que los tenía cerrados. Respiré hondo, fortaleciendo mis nervios, prometiéndome que no me asustaría cuando no hubiera nada más que oscuridad frente a mí. Los abrí sólo una fracción. No había nada. Mi corazón casi dejó de latir mientras los abría lentamente hasta el final.

    Parpadeando varias veces, me sorprendió que me dolieran los ojos, lo cual supongo que era comprensible dado lo que acababa de pasar. No veo nada, susurré, la desesperación me invadió.

    Dales unos segundos, respondió Ellis con calma. Tu cerebro necesita ajustarse a la entrada sensorial. ¿Puedes ver la luz?

    Ahí fue cuando me di cuenta. ¡Vi la luz! ¡Si! Prácticamente grité. No puedo ver nada, pero veo sombras.

    Escuché los suspiros colectivos de alivio de los tres. Estoy directamente a tu izquierda, dijo Ellis. ¿Puedes concentrarte en mí?

    Girando, parpadeé una y otra vez para intentar aclarar mi visión. Usaba mis párpados como limpiaparabrisas, tratando de despejar la borrosidad delante de mí. Vi que algo se movía. ¿Qué es eso? Yo pregunté.

    Esa es mi mano moviéndose delante de ti. Lo has visto, lo cual es una muy buena señal.

    ¿Significa eso que funcionó? Pregunté, temiendo creer que fuese real.

    Creo que es seguro decir que así fue. Pero en los casos que he visto, deberías volver a la visión que tenía antes del accidente.

    Oh, Dios mío, susurré, moviendo lentamente la cabeza y tratando de ver alrededor de la habitación. Todo lo que podía ver eran sombras, pero parecía que mi visión se despejaba a cada segundo. ¿Luke?

    Por aquí, dijo desde mi derecha.

    Me giré, tratando desesperadamente de enfocarlo. Parecía una mancha gigante. Vi el movimiento y luego sentí su mano en mi hombro. Las lágrimas comenzaron a correr por mi cara cuando la realidad de todo esto me golpeó. Iba a ver de nuevo. De repente me sentí abrumada por la emoción. Iba a ver de nuevo.

    ¿Papá?

    Aquí mismo, dijo, identificándose como la segunda mancha.

    ¿Cuándo veré los colores? Pregunté.

    Me imagino que podrás ver los colores al final del día. Empezarás distinguiendo entre colores claros y oscuros y con algún tiempo y reentrenamiento de tus ojos y cerebro, verás negros y azules y así sucesivamente.

    No podía creerlo. Estaba completamente asombrado. Gracias, dije, entre lágrimas de alegría. Muchas gracias.

    De nada, respondió Ellis. Ahora, escúchame con atención, Bree. Tienes un par de semanas difíciles por delante. Sé que será frustrante y que querrás resultados inmediatos, pero tienes que darles tiempo a tus ojos. Te enviaré a un centro de seguimiento en Los Ángeles. No vimos ningún daño en tu retina, así que no veo ninguna razón por la que no puedas recuperarte completamente.

    Me volví para mirar a Luke de nuevo. Estaba tan desesperada por verlo. Sabía que estaba mirando y no me importaba. Vale. ¿Cuándo puedo irme a casa?

    Los tres se rieron antes de que Ellis respondiera. Necesito que pases la noche en observación, y si todo se ve bien, te sacaremos de aquí mañana por la mañana.

    ¿Y puedo volar mañana?

    Puedes, pero tu padre mencionó que sería mejor quedarse una noche más en Chicago y estoy de acuerdo con él. No tienes burbujas de gas en el ojo, pero por si acaso hay algún problema, me gustaría tenerte cerca.

    Vale, bien, dije, sin darle mucha importancia. Sólo quería ver.

    Sentí que algo tocaba mi mano. Estas son las gafas de las que te hablé. Te voy a dejar un par extra. Es imperativo que las uses todo el tiempo. Si estás en casa, en un cuarto oscuro, puedes quitártelas. Si estás viendo la televisión, tendrás que usarlas por lo menos la primera semana. Poco a poco, podrás irlas usando con menor frecuencia. Es probable que tengas dolores de cabeza. Eso es causado por el cansancio de la vista, y será tu señal de que has estado haciendo demasiado y necesitas descansar los ojos.

    Nos aseguraremos de que descanse mucho, le oí decir a Luke.

    Sonreí. No demasiado descanso, respondí. Tengo mucho que compensar.

    Pero no todo a la vez, advirtió Ellis. Tómalo con calma. Pequeños pasos a la vez. Yo evitaría leer demasiado hasta que tus ojos vuelvan a la normalidad. Lo mismo con ver la televisión o mirar la pantalla del ordenador durante más de quince minutos. Piensa en tus ojos como músculos. Necesitan ser ejercitados y volver a su fuerza anterior.

    Bien, asentí con la cabeza. Lo haré. Lo prometo. Nunca más voy a hacer nada que ponga en riesgo mi vista".

    Sé que no querrás oír esto, pero la enfermera vendrá esta noche a cubrirte los ojos otra vez. Es sólo una precaución. No queremos que te lastimes accidentalmente los ojos mientras duermes. Además, aunque no tengas burbujas en el ojo, necesito que te acuestes boca abajo por lo menos treinta minutos cada hora.

    Me quejé. No puede ser.

    Es lo mejor para tu recuperación.

    A pesar de lo terrible que sonaba, iba a hacer todo lo posible para acelerar mi recuperación. Bien.

    Te veré mañana, dijo Ellis, tocando mi brazo. Estoy segura de que estáis todos agotados, así que intentad dormir un poco.

    Vi un destello de luz cuando abrió la puerta antes de que nos sumergiéramos de nuevo en las sombras. Bien, entonces, ¿ahora qué?

    Mi padre y Luke se rieron. Tómalo con calma, dijo Luke. Tenemos todo el día.

    Quiero ver ahora, dije, empezando lentamente a ver un poco más que sólo las manchas. Las sombras se estaban volviendo un poco más definidas. Me temo que todo es sólo un breve vistazo.

    Escuchaste lo que dijo la doctora, comenzó mi papá. Tienes que darles tiempo a tus ojos, no eches todo por la borda.

    Puedo ver la luz, papá. ¿Sabes lo que se siente? No me siento como si estuviera atrapada. Puedo ver literalmente la luz al final del túnel. En mi mente, estoy corriendo hacia esa luz y no hay nada que me detenga.

    Lo sé, dijo con un suspiro. Eso es lo que me preocupa. Sólo no presiones demasiado.

    No haré nada que pueda causar daño, pero por ahora, quiero disfrutar de la luz. No quiero cerrar los ojos. Quiero mirar.

    Capítulo Dos

    Luke

    ––––––––

    Me encantaba mirarla a los ojos sabiendo que podía verme, aunque fuese un poco. Sus ojos eran preciosos. Verlos enfocados en mí me producía escalofríos. Había una intensidad en su mirada que me hacía sentir como

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