Regalo de Navidad

Por Vanessa Vale

Julia Talbot sueña con casarse, pero nunca pensó que sucedería en una cárcel, con un hombre odioso. Pero ser forzada a ir rumbo al altar mediante engaños no disminuye sus sentimientos por el hombre que verdaderamente es el dueño de su corazón. Cuando Garrett Rivers descubre que la mujer que ama se casó un criminal peligroso, está decidido a salvarla. ¿Pero puede sanar el corazón de Julia y despertar su pasión más profunda ahora que están juntos de nuevo?

 

Matrimonio de muérdago es una novela apasionante de 12mil palabras que calentará tus noches de invierno~

 

• Idioma: Español
• Editorial: Vanessa Vale
• Fecha de lanzamiento: 4 dic 2018
• ISBN: 9781386510284

Vanessa Vale

SIGN UP FOR VANESSA'S MAILING LIST FOR LATEST NEWS and get a FREE book!Just copy and paste the following link into your web browser: http://freeeroticbook.comUSA Today Bestseller of steamy historical westernsWho doesn't love the romance of the old West? Vanessa Vale takes the sensual appeal of rugged cowboys a step further with her bestselling books set in the Montana Territory. They are much more than just sexy historical westerns. They're deliciously naughty reads that sometimes push the boundaries of fantasy. It's pure escapism with quite a few very hot, very alpha cowboys.When she's not writing, Vanessa savors the insanity of raising two boys, is figuring out how many meals she can make with a pressure cooker, and teaches a pretty mean karate class. She considers herself to be remarkably normal, exceedingly introverted and fairly vanilla, which does not explain her steamy stories and her fascination with cowboys, preferably more than one at a time. If that weren't enough, she also writes under the pen name, Vanessa Dare.She lives in the Wild Wild West where there's an endless source of 'research' material.To learn more about Vanessa Vale:Web site- www.vanessavaleauthor.comFollow her on Twitter: @iamvanessavaleKeep up with Facebook: https://www.facebook.com/vanessavaleauthor

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1

JULIA

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Estoy hechizado, Julia, dijo Garrett. Él acababa de tomar mi mano y me estaba llevando hacia un lado de mi pequeña casa de maestra, fuera de la vista de cualquier caminante.

Había tomado mi mano antes, pero debido al frío, la mía siempre había estado cubierta por manoplas gruesas de lana y nunca había sentido su piel. Anhelaba sentir sus callos, que eran visibles.

Colocando una mano en la pared, al lado de mi cabeza, se acercó hacia mí. Nuestras respiraciones salieron en bocanadas de humo blanco. Sus ojos oscuros me inmovilizaron en el lugar y no pude evitar lamer mis labios por lo que podía ver en esas profundidades. Vi la verdad detrás de sus palabras.

Nos conocimos justo antes de que comenzara el curso escolar, después de la cosecha. Desde entonces, me había encontrado aquí y allá en el pueblo; en el mercantil, la iglesia, e incluso en el baile de otoño. Al principio, lo consideré una coincidencia, pero supe por los demás que el hombre rara vez venía a las actividades del pueblo. En vez de eso, trabajaba —quizás con demasiado esmero— en la mina que le pertenecía.

Sentí mis mejillas acalorarse, pero dudaba de que pudiera verlo en la oscuridad.

—Garrett —respondí, sin saber qué decir ante esa declaración atrevida.

Recorrió con los nudillos de su mano libre mi mejilla.

—Quiero besarte.

Mi boca se calló ante la afirmación osada.

—Garrett —repetí.

—Amo escucharte decir mi nombre. Dentro de poco, lo escucharé de tus labios de una manera completamente diferente.

Fruncí el ceño confundida.

—Yo… no lo entiendo.

—Ah, preciosa. Te lo mostraré. Lo prometo. Pero primero debemos casarnos. Soy un hombre honorable y esperaré para reclamar esa preciada libertad.

Ah, ahora sabía por qué me hizo el cumplido. Al principio, pensé que era un poco demasiado… demasiado algo, pero me veía como si fuera verdaderamente especial y eso me calentó más de lo que cualquier fogata o sidra caliente pudo alguna vez.

—¿Casarnos? —susurré. Oh, la idea tenía un inmenso atractivo.

—Casarnos. Después me tomaré todas las libertades que deseemos.

Era el día de mi boda. También era el peor día de mi vida.

¿Hacía solo una semana cuando me despedí de los niños desde la puerta de la escuela? Ellos se despidieron felizmente también, sabiendo que casi era Navidad y no habría tarea de la escuela por una semana. En ese momento, no supe que sería la última vez que me pararía en esa puerta como maestra. Al llegar el Año Nuevo, la maestra sería la señorita Simpson.

En esa semana, mi vida fue destruida muy rápidamente. Primero, fueron susurros acompañados por miradas de decepción mientras pasaba a las personas en la calle. Después vinieron rumores que escuché en el mercantil. Esos rumores se convirtieron en acusaciones de las que no podía defenderme. Mientras que ninguna de las horribles aseveraciones era cierta, era la palabra de Gregory Simpson contra la mía.

Gregory Simpson era un abogado rico en el pueblo, mientras que yo solo era una simple maestra. Él era un hombre malvado, amargo y miserable, y había establecido un plan muy sencillo para verme casada con él, y en Nochebuena, nada menos.

—¿Por qué simplemente no me pediste que me casara contigo? —alenté, de pie en la celda sucia y mal oliente, esperando a que regresara el alguacil de atender algún tipo de maldad en la cantina local. Bajé la mirada alrededor del borde inferior de mi falda para confirmar que un roedor no se escabullía por debajo.

El hombre sonrió fríamente. Hubiese sido atractivo si no fuera tan cruel.

—Porque hubieras dicho que no.

Eso era completamente cierto, porque probablemente él era el último hombre en el territorio de Montana al cual le diría que sí. El