Historial de navegación
Por Carlos Araya
()
Información de este libro electrónico
de los más anómalos e interesantes de la narrativa chilena actual.
Relacionado con Historial de navegación
Libros electrónicos relacionados
Sánchez Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNuestro es el cielo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAdolescentes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos juerguistas jamás se enamoran Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCariño, cuando termine Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlas mojadas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos siete hijos de Simenon Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesQuerido Milo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Muerte por Funky o el Eutanasio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPureza Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesWayfarer Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNunca digas tu nombre Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBastardo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDefinitivamente, tú Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Escupitajos del alma Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBarro en los ojos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl olor de tu recuerdo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa noche cerca Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl centro del mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVeinte toneladas de lluvia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesComo ver nevar al sol Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Atentamente, tu asesina Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Vagamundo y otros relatos Calificación: 3 de 5 estrellas3/5¡Corre Vito! Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl discípulo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBarrio bonito Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLibro, árbol, hijo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLuz de última hora Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPuntos de luz en la noche Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTreinta me habla de amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Ficción hispana y latina para usted
Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Séneca: Obras completas (nueva edición integral): precedido de la biografia del autor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Escuadrón Guillotina (Guillotine Squad) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La milla verde (The Green Mile) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Pedro Páramo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cartas a Clara Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El gallo de oro y otros relatos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Relojero: Una Novela Corta (Edición en Español) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5A traves de cien montanas (Across a Hundred Mountains): Novela Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un Dulce olor a muerte (Sweet Scent of Death) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los mejores mitos y leyendas indígenas de México Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Leyendas Mexicanas para Disfrutar en Familia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El llano en llamas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El búfalo de la noche (Night Buffalo) Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Los hijos de Huitzilopochtli Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los amigos no se besan Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La casa de los espíritus de Isabel Allende (Guía de lectura): Resumen y análisis completo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El vuelo del colibrí Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl eterno viajero Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos pasos perdidos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Kintsugi Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Rubén Darío: Cuentos completos: nueva edición integral Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Criticón (Anotado) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras de Emilio Salgari: nueva edición integral Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl color de la piel Calificación: 5 de 5 estrellas5/5The Teacher \ El maestro (Spanish edition): A Novel Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCicerón: Obras completas (nueva edición integral): precedido de la biografia del autor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos espíritus de Venezuela Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Francisco de Quevedo: Obras completas (nueva edición integral): precedido de la biografia del autor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas raíces del odio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Comentarios para Historial de navegación
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Historial de navegación - Carlos Araya
Briceño
La última película
Después de cinco años desde el accidente, Lisandro me llama por teléfono. Me dice que hace algunos meses trabaja manejando camiones con explosivos en la mina de Chuquicamata. Mientras habla, pienso en el cobre, en las alarmas, en la cuenta regresiva, en el fuego y en la nube de polvo nal. Lo sé porque la sangre tira. Quiero volver a ese lugar, necesito conocer a la hija de Sandra, hagamos el viaje otra vez, me dice.
Lisandro conduce el automóvil mientras yo abro la botella. Intento descifrar los tatuajes que cubren las cicatrices en sus brazos pero no lo logro del todo. Quiero contarle sobre las imágenes que atrapo: el aire que parece agua hirviendo sobre las carreteras, una bolsa celeste que el viento se lleva hacia el desierto de Atacama o el rostro de mi abuelo iluminado por el atardecer. Planos que grabo cuando me prestan la cámara en el canal regional. Yo sé que a él le gustarían. Quiero contarle lo que hice después del accidente, pero me arrepiento. Solo le cuento que este año tuve que grabar comerciales para empresas mineras, entrenamientos de Cobreloa, entrevistas a políticos y a candidatas a reina. Lisandro me pregunta si aún me gustan las películas. Afirrmo con la cabeza y le ofrezco la botella. Él me dice que ya no toma. Le digo que es más sano tomar esto que esa agua con arsénico que tomamos desde el día en que nos parieron.
Intento recordar el momento en que conocimos a Sandra. Una cadena de cines se había instalado en el mall y le había puesto la lápida al Cine Municipal de Calama, en el que vi Batman, la primera película de mi vida, cuando tenía cinco años. Lisandro y yo fuimos a la última función y no sé si dijimos algo, si uno de los dos lloró, celebró o si solo hubo silencio. Al nal, nos quedamos viendo cómo sacaban las ampolletas, los carteles y partes de la estructura en el techo. No me acuerdo cómo fue, no sé si ella o nosotros dijimos la primera frase. Si andábamos con el uniforme del colegio, si pude verle el tatuaje que tenía sobre el pecho, si nos trató de pendejos calientes y nos mandó a nuestras casas. Si nos tomamos unas cervezas en la plaza. No sé si nosotros la convencimos a ella o ella, con su voz ronca, nos convenció a nosotros.
Sandra vivía en un segundo piso, en un barrio que compartía con mineros contratistas recién llegados e inmigrantes latinoamericanos. Bastaba abrir un poco las cortinas para ver los bloques de humo que salían desde la mina de Chuquicamata.
Sandra le contó a Lisandro que trabajaba en una schopería, que tenía una hija que sus abuelos paternos le habían quitado y que necesitaba un auto. ¿Sabes manejar? Yo me fui al baño; una de las llaves no dejaba de gotear. Luego fui a su pieza, allí vi su nombre escrito en el remitente de un sobre cerrado. De Sandra Cáceres Mendía. No había destinatario. Lo abrí un poco y le pasé la lengua por el borde para sentir el sabor de su saliva. Después sentí mucho más que eso.
Días después volvimos a su casa pero ella no estaba. La esperamos un rato, escuchamos un compilado de canciones que yo había grabado desde la radio Mundo Stereo. Después que se acabó la última canción de Los Prisioneros, nos trepamos y entramos por la ventana del baño. Lisandro sacó las cervezas y el jarabe para la tos. Yo saqué las herramientas que dejó mi padre cuando nos abandonó y le arreglé la llave que aún seguía goteando. Cuando ya era de noche, me acosté bajo las frazadas de su cama mientras Lisandro dormía en el sillón. Ella llegó al amanecer, se sacó la correa y nos castigó un poco. Al nal, hervimos agua para que se tomara un té, le hicimos un pan con mantequilla, nos dio un beso en la boca y se acostó a dormir.
Bájate los pantalones y te traigo el desayuno a la cama. Dame más de eso, pero desde tu boca. ¿Se consiguieron el auto? ¿Y si nos vas a buscar al liceo y nos vamos a tomar al río, bajo la línea del tren? Besito de buenas noches, canción de cuna. Cómete un durazno y dame un beso con lengua, por favor, Sandra. Mordida de buenos días. ¿Te gustan las películas de ciencia cción? Danos una semana más, por favor. Sin auto no hay más lengua. Soñé que el río Loa se secaba, pero después renacía, la corriente ya no llevaba agua, llevaba cerveza. ¿Por qué no quieren volver a sus casas? ¿Y si nos acompañas a la esta de graduación? Váyanse de aquí, pendejos alumbrados. Por favor, una vez más. ¿Si alguien dice que Calama es la ciudad más fea de Chile, puedo pegarle un combo en el hocico? No me dejes. ¿Cómo te gustaría morir? Tienes que amarrarte a las cañerías antes de probar esto. Sin auto no hay más pajas, niños. Este país es un pedazo de tierra no más. ¿Te gustan las películas de terror? Estamos enamorados de ti, cómo mierda tenemos que decírtelo. ¿Por qué les gusta tanto el drama? Si no me das el último sorbo, te duermes sola hoy. Este es un pedazo de tierra visto por los ojos borrosos de un minero. Un minero recién pagado, borracho y sin saber qué hacer con la plata que gana. ¿Te gusta el fuego? Si no hay auto esto se acaba, niños. ¿Quieres un autógrafo del Ligua Puebla? Ayer soñé que hacíamos un búnker y resistíamos el n del mundo. ¿Con qué mezclamos la morfina? ¿Con qué mezclamos el helado de lúcuma? ¿Me cortas el pelo? Ustedes podrían ser mis hijos. Nosotros podríamos ser tus padres. ¿Te gustan las películas de autor? Toma, diez gramos y desaparecemos. ¿Cómo puedo comer, cómo puedo escribir, Sandra? Planchemos la ropa. Mentirosa, no te creo que estuviste en la cárcel. Recojamos frutas en la feria, juguemos Nintendo, compremos bombitas de agua. Quiero leerte un cuento. Te quiero tanto, Sandra. ¿De dónde sacaste esto? Es la última, te lo prometo. Quiero abrazarte en silencio y bailar un lento contigo. ¿Por qué viniste a Calama? ¿Qué dicen sus padres? ¿Por qué le tomas la mano a él y no a mí? Muele, inhala y aguanta la respiración. Muéstranos una foto de ella, por favor. Déjala ir mejor. ¿Cómo aman los mineros, Sandra? No eyaculen adentro, pendejos hueones. Quédate con nosotros. Eres muy mala, Sandra. Dame un poco de