Alcoholismo Y Epigenética

Por Carlos Herrero Carcedo

La exposición aguda y crónica al etanol implica variaciones epigenéticas en circuitos neuronales específicos de la amígdala, región del cerebro encargada de las emociones, saciedad, agresividad y consolidación de los recuerdos.
La ingesta excesiva de bebidas alcohólicas altera los niveles de expresión génica en los circuitos neuronales amigdalinos, a través de las variaciones epigenéticas como la metilación del ADN y las modificaciones postraduccionales de las histonas, provocando cambios conductuales en los hábitos de consumo de alcohol relacionados con la tolerancia y la dependencia a esta droga.
El alcohol es una sustancia neurotóxica relacionada con más de 60 tipos diferentes de enfermedades. El presente libro analiza, de forma clara y sencilla, los problemas de salud que induce el consumo excesivo de etanol.

• Idioma: Español
• Editorial: Carlos Herrero Carcedo
• Fecha de lanzamiento: 28 may 2020

Carlos Herrero Carcedo

Autor de dos Libros con tapa: Manual Básico de Farmacología y 200 Ideas para Mejorar la Rentabilidad de tu Farmacia, una publicación en la revista Alimentación, Equipos y Tecnología: La histamina en las distintas etapas de fabricación de conservas de atún y seis Ebooks: Disruptores Endocrinos, La Salud no es un Negocio, Obesidad Infantil. Rista. Respuesta Insuficientemente Adecuada, Vivir sin Cáncer, Ser Mayor sin Edad y Predisposición a Ser Homosexual.Posee tres licenciaturas (Farmacia, Ciencias Químicas, Ciencia y Tecnología de los Alimentos) y experiencia en los departamentos de Calidad, Producción y Ventas.

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1. ¿QUÉ ES EL ALCOHOLISMO?

El alcohol es una droga que provoca tolerancia, adicción física y dependencia psicológica, la cual se encuentra relacionada con más de 60 tipos de problemas de salud físicos y mentales. Los efectos del consumo de alcohol sobre el sistema nervioso son bastante rápidos aunque dependen de diversos factores como la cantidad, frecuencia, edad de inicio, años de consumo regular, sexo, edad, peso, exposición fetal, genética, presencia de alimentos en el estómago, etc.

El alcohol etílico o etanol es un depresor del Sistema Nervioso Central, responsable también del elevado número de accidentes de tráfico que se producen año tras año en las carreteras de todo el mundo. En España, el 29% de los conductores fallecidos en 2015 superaban los límites de alcohol en sangre permitidos para la conducción (0,5 g/l en sangre o 0,25 mg/l en aire espirado).

El alcohol es una sustancia neurotóxica que afecta significativamente a los adolescentes ya que induce, de forma rápida, alteraciones en los patrones neuroquímico, celular, sináptico y estructural del cerebro. La edad a la que se tiene el primer contacto con el alcohol ronda los 13,6 años, duplicándose el consumo de alcohol y triplicándose el porcentaje de borracheras entre los 14 y 16 años. Se ha comprobado la importancia de retrasar lo máximo posible la edad de inicio del consumo de bebidas alcohólicas.

En el adulto, el alcohol presenta una acción inespecífica, con una amplia variedad de efectos simultáneos, al actuar sobre infinidad de dianas cerebrales que activan un complejo sistema de neurotransmisores y neuropéptidos. A pesar de los graves daños que el alcohol provoca en el hígado, páncreas o riñones, el cerebro es el órgano que sufre en mayor medida los efectos de esta droga durante la etapa adulta, la adolescencia y el período fetal.

Según la Organización Mundial de la Salud, el alcoholismo es un trastorno crónico de la conducta caracterizado por la dependencia al alcohol y por la incapacidad para detener la ingesta y/o abstenerse del alcohol. La OMS incluye el alcoholismo como categoría de diagnóstico en la Clasificación de Trastornos Mentales y del Comportamiento debidos al consumo de alcohol de la Clasificación Internacional de Enfermedades en su décima revisión (CIE-10) y define:

a) Son alcohólicos los que beben en exceso y cuya dependencia del alcohol ha alcanzado un grado tal que determina la aparición de visibles perturbaciones mentales, o cierta interferencia en la salud física y mental, en las relaciones interpersonales y en el adecuado funcionamiento social y económico; o los que muestran los signos iniciales que preceden al desarrollo de dichos fenómenos.

b) El alcoholismo es un estado psíquico, así como habitualmente también un estado físico, resultado del consumo de alcohol y caracterizado por conductas y otras respuestas que siempre incluyen compulsión para ingerir alcohol de manera continuada o periódica, con el objetivo de experimentar efectos psíquicos o evitar, simplemente, las molestias producidas por su ausencia.

Para la Asociación Americana de Psiquiatría, el término alcoholismo incluye el trastorno por dependencia del alcohol y el trastorno por abuso del alcohol.

El consumo excesivo de alcohol presenta tres niveles de afectación:

1. Consumo de riesgo: consumo diario superior a 40 g/día de etanol en hombres y 25 g/día de etanol en mujeres, siendo el consumo moderado 2 copas de vino o cerveza (20 g/día de etanol).

2. Consumo perjudicial: consumo regular por encima de 60 g/día de etanol en hombres y 40 g/día de etanol en mujeres.

3. Dependencia del alcohol: necesidad imperiosa de beber alcohol y disminución de la capacidad de controlar la ingesta de bebidas alcohólicas.

El alcohol no mata neuronas, es decir, no reduce el número de células nerviosas, lo que realmente provoca es una disminución de la actividad de las neuronas. Sin embargo, los alcohólicos crónicos presentan una reducción del 11% del volumen de la sustancia gris y del 30% del volumen de la arquicorteza (hipocampo), lo cual induce el establecimiento de significativas deficiencias funcionales.

En la vida adulta, se forman nuevas neuronas en el encéfalo a partir de células madre, neuronas que resultan imprescindibles para diferentes procesos como la memoria. El alcohol impide la neurogénesis, en determinadas localizaciones, interrumpiendo la formación de nuevas neuronas cuyo origen son las células madre y reduciendo el volumen y peso de la parte más antigua de la corteza cerebral, el hipocampo, área cerebral responsable de la memoria declarativa y