Para el cerebro y la memoria Mayor agilidad mental
Con el paso del tiempo, al llegar a cierta edad (50 años más o menos), muchas personas pierden capacidad de concentración y algo de memoria. Para estos casos ha nacido un sinfín de suplementos y de fármacos, y se está investigando intensivamente, tanto por los beneficios que pueden aportar en enfermedades neurovegetativas (Alzheimer, Parkinson…), como por el potencial de mercado que presentan, debido a la mayor expectativa de vida que disfrutamos.
También los estudiantes pueden hacer uso de potenciadores de la memoria, tanto los suplementos tradicionales como los descubiertos recientemente: se especula incluso sobre si en el futuro podrían llegar a ser necesarias pruebas de “dopaje cerebral”…
Pero mantener la cabeza despierta exige algo más que tomarse unas pastillas. El estado mental suele ser un reflejo del estado físico, y por eso una vida activa y con hábitos saludables ofrece más posibilidades de un buen funcionamiento corporal y mental. La aterosclerosis, sin ir más lejos, interfiere en el riego sanguíneo del cerebro y puede provocar un declive importante de la capacidad mental.
LA PRESIÓN SANGUÍNEA ALTA PUEDE TENER UN EFECTO PARECIDO
La alimentación no es el único responsable de las funciones cerebrales, pero el cerebro necesita alimentación constante para aprovisionar sus actividades. Si comemos irregularmente, o sin los nutrientes suficientes, da igual la edad que se tenga, las células del cerebro no tendrán energía para funcionar bien. Cuando los estudiantes no desayunan (o lo hacen con comida de escaso valor nutritivo), no rinden tanto en la escuela. Un déficit de hierro puede reducir los resultados en los exámenes de los estudiantes de enseñanza media, como muestra un estudio reciente.
A veces puede que tratarse de un nutriente concreto; por ejemplo, según
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