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Libro electrónico495 páginas7 horas

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El futuro de la humanidad pende de un hilo.

Una poderosa raza alienígena llamada Los Jegg ha invadido la tierra, borrando del mapa a la mitad de la confederación terrícola.

En una base oculta bajo el desierto del Sahara, un equipo de científicos trabaja para resistir contra los invasores. Equipando una nave de la tierra con la tecnología  que poseen los Jegg para viajar por el espacio, planean viajar al otro extremo de la galaxia para encontrar una misteriosa fuente de energía capaz de derrotar a los Jegg.

Pero ninguno de ellos esta preparado para lo que pueden encontrar en ese lejano planeta, entrando en una carrera contra el tiempo y lo imposible

IdiomaEspañol
EditorialNext Chapter
Fecha de lanzamiento12 abr 2020
ISBN9781071525272
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    Peones - Patrick Hodges

    Agradecimientos

    El libro 1º de la saga de Los Protectores de Arantha es mi cuarta novela y parece que la lista de gente a la que tengo darles las gracias con cada nuevo libro que escribo cada vez se hace más y más larga. Pero no importa porque me gusta dar las gracias.

    Primero a mi extraordinaria familia, que me han apoyado con cada proyecto literario que he realizado, gracias por vuestro apoyo ilimitado y bienintencionado. Sin vuestra ayuda no habría cumplido mi sueño de ser escritor y por eso os estaré eternamente agradecidos. 

    A mi legión de lectores beta, muchos de los cuales son mis colegas del encuentro de escritores jóvenes, el mejor grupo de escritores jóvenes que hay, gracias a vosotros este libro es así de bueno. Vuestro consejo fue de un valor incalculable. Todos los días le doy las gracias al cielo por haber dispuesto de semejante recurso cada vez que lo necesitaba.

    Y no puedo olvidarme de mi grupo del centro de escritores de Fénix, quienes una vez a la semana examinaban un pasaje de mi libro y me decían que cojones era lo estaba mal, lo cual al principio era mucho y sin vuestra multitud de opiniones y destreza verbal, peones sería un producto mucho menos apetecible de lo que es ahora. Os nombraría a todos por vuestros nombres, pero sois demasiados y vosotros ya sabéis a quien me refiero.

    Finalmente, gracias a ti lector. Aunque mis primeros libros trataban sobre los peligros de la niñez y la escuela secundaria, mi primer amor de joven fue siempre la ciencia ficción y la fantasía, y poder asomar la cabeza en las aguas de este género para mí es un sueño hecho realidad. Espero que encuentres mis esfuerzos dignos de halago.

    Te prometo que habrá mas que giros y vueltas de argumento antes de que hayas acabado.

    Prólogo

    La vieja yacía en su cama, inmóvil, mirando fijamente al techo de la única casa que había conocido nunca. Ella nació en esa habitación y ahí era también donde iba a morir.

    Ayer había posado sus manos atrofiadas en la piedra por última vez, sintiendo el familiar flujo de energía recorriendo su cuerpo frágil. A su mente acudieron un despliegue de imágenes familiares; el pasado, presente y futuro de su pueblo. Una historia que ella ayudó a dar forma, cuando la sensación de unidad con Arantha empezó a disiparse, se sintió inundada de una inmensa paz interior. Su trabajo había terminado y pronto Arantha le daría la bienvenida entre sus brazos expectantes.

    Para su pueblo la carretera venidera sería difícil. Su aislado modo de vida, el camino a el que Arantha les guio siglos atrás, acabaría gracias a la cadena de eventos que ella había puesto en marcha con su orden final.

    Y entonces sería el turno de su hija Keila, su sucesora la que como tal tendría que encontrar un nuevo camino para ellos. Llegarían nuevos enemigos y nuevos aliados.

    Ella los había visto una y otra vez en su mente. Los gemelos oscuros, el mago del norte, la mujer pintada que venía de las alturas.

    Una ultima duda le recorría a la vieja por la mente. Había preparado a Keila para su papel de protectora durante toda su vida y aunque ella no poseía el nivel de previsión de su madre y sus habilidades elementales no eran las mismas, era una líder fuerte, respetada y sabia a pesar de su edad. Pero ¿sería suficiente?

    Tenía que serlo, pensó mientras se lamentaba con un suspiro. Fallar significaría el olvido para mi pueblo y para toda Elystra.

    Se le oscureció la visión, una cortina de oscuridad le robaba la vista centímetro a centímetro. Su respiración se volvió entrecortada y su corazón daba sus últimos latidos.

    Mientras su espíritu abandonaba su cuerpo, su pensamiento final fue una oración silenciosa. Arantha, cuida de ellos.

    Capitulo 1

    La muerte de Richard.

    Maeve se aguantaba las lagrimas mientras el Talon volaba por la atmosfera de la tierra. Habían conseguido evadir las baterías antiaéreas de tierra, pero eso solo era la primera línea de defensa.

    Una vez alcanzaron el espacio exterior, sus problemas se incrementaron exponencialmente.

    Ella no necesitaba mirar a los sensores para confirmar que las naves de los Jegg les estaban siguiendo. El Talon era la primera nave que despegaba de la tierra en cinco años. Aunque el casco de la nave era negro y plateado, bien podría haber sido rosa y amarillo con una enorme diana pintada en el.

    Durante dieciocho meses, ellos habían planeado esta misión. Con la ayuda de sus contactos en la resistencia, Richard no sólo reparó una nave de transporte de la compañía espacial, si no que de algún modo combinó un motor Jegg cuántico algo agrietado con un motor fabricado en la tierra que permitía alcanzar velocidades superiores a la de la de la luz. Dos tecnologías completamente diferentes que milagrosamente, gracias a el, ahora hablaban el mismo idioma. El brillante ingeniero, el hombre del que ella se enamoró y con el que tuvo un hijo, era la llave de la ultima línea de defensa de la resistencia para encontrar una manera de escapar de los alienígenas que habían subyugado a la raza humana.

    La pasada noche, ellos diez, Maeve, Richard, su hijo de catorce años Davin, el protegido de Richard, Gaspar y el resto del equipo que trabajó tan duro para que este pedazo de chatarra lograra despegar, celebraron su éxito.

    La emoción crecía al darse cuenta de que finalmente iban a poder comenzar su misión.

    ¡Misión¡, Maeve resopló mientras la nave estallaba en la estratosfera y sus pedazos llegaban hasta el espacio. Un disparo a ciegas, eso es lo que es. Estamos poniendo la ultima esperanza de la tierra en las manos de un alienígena que brilla como la purpurina y rezando para encontrar una luz al final del túnel.

    Se aparto la melena que le llegaba por los hombros de la cara . Miró de reojo la silla del copiloto. Vacía como estaba una lagrima le calló de sus ojos violetas.

    Richard esta muerto.

    Mi marido ha muerto.

    Y también Manny, Kaccy, Calvin, Ji-Yan, Suri y Mahesh.

    Ella se reprendió a si misma. Ahora no había tiempo para pensar en eso. Notaba como le subía la adrenalina interrumpiendo la concentración que ahora mismo tanto necesitaba. Todavía quedaban tres vidas por salvar, incluyendo la suya. Luchando contra sus emociones apeló a sus habilidades de piloto que había desarrollado durante sus quince años de experiencia en la compañía espacial.

    Los cazas de los Jeggs eran casi imposibles de detectar a menos que los tuvieras justo delante de ti, lo cual era una de las razones por la que las defensas de la tierra habían sido tan inefectivas contra ellos. Gaspar mejoró los sensores de la nave justo lo suficiente para al menos poder tener la certeza de que los cazas Jeggs les estaban persiguiendo. A juzgar por el número de explosiones que detonaban cerca de la nave haciendo que esta temblara al menos debían de ser tres.

    Recobrando la concentración, Maeve viró bruscamente a su derecha y disparo sus cohetes laser dibujando una línea que se dirigía al cinturón de asteroides, una vez que dejaran este atrás y el campo magnético Jegg que impedía que se pudiera activar la velocidad de la luz podrían activar esta y salir del sistema solar en un abrir y cerrar de ojos.

    Los cazas Jegg que les perseguían aumentaron la velocidad, se les estaban echando encima por momentos.

    Maeve activó un interruptor en su panel. ¡Gaspar¡, ella gritó No creo vayan a dejar que nos vayamos sin pelear.

    Ah ¿sí?, ¿tú crees?, dijo una voz exhausta a través del interfono.

    ¿Alguna idea?, preguntó Maeve. Ella cogió los mandos de la nave y los movió unos centímetros hacia delante lo que hizo que el Talon incrementara su velocidad. Las vibraciones se incrementaron, parecía que la nave se iba a partir en pedazos.

    Espera un momento, dijo Gaspar haciendo una breve pausa, tengo dos botellas de D34Z que podríamos tirar por la borda, dime cuando detonarlas, quizá podamos destruir a alguna de sus naves.

    Ella comprobó los sensores, los cuales mostraban a cinco cazas Jegg persiguiéndoles a toda velocidad. ¡Estate atento ¡

    El cinturón surgió delante de ellos, millones de rocas que habían estado flotando en el espacio entre Marte y Júpiter desde tiempos inmemoriales. Unos pocos segundos más y escaparían escabulléndose entre las rocas o morirían de una forma terrible.

    Davin se apresuro hacia la puerta del copiloto, se dejó caer sobre la silla y se abrochó el cinturón de seguridad. Cuando quieras nos sacas de aquí mamá ... El sudor y la mugre le resbalaban por su cara pecosa y el pelo pelirrojo y rizado, pero tenía una expresión de gran determinación en la mirada.

    Ella volvió a mirar por la escotilla agarrando los controles aun mas fuerza. No empieces chaval, estamos de mierda hasta el cuello. ¿Dónde has estado?

    Ayudando a Gaspar a cargar las botellas en la cámara estanca, arruinémosles la fiesta y larguémonos, ¿vale?

    Entendido, dijo ella mientras otra explosión sacudía la nave. ¡Gaspar¡, eyecta las primeras tres botellas...ahora ¡.

    El sonido de una escotilla de metal abriéndose se escuchó en toda la nave, seguido de un siseo de el aire comprimido al expulsar los tres contenedores grandes y amarillos por la escotilla, una detrás del otro. Ella siguió la trayectoria de los contenedores en el escáner, viendo como los cazas se seguían acercando.

    Detónalos a mi señal.

    Los segundos volaban mientras los cazas se les echaban encima.

    ¡Ahora ¡

    Una enorme explosión sacudió violentamente al Talon de nuevo. Uno de los paneles de control detrás de Davin echaba chispas y empezó a humear. El se desabrochó el cinturón, se levantó de la silla de un salto, cogió un extintor y roció el espray sobre el panel de control.

    Maeve comprobó de nuevo el escáner. Donde había cinco luces parpadeantes ahora solo había tres y una de ellas estaba muy rezagada, obviamente esa nave había sufrido graves daños.

    Ella se permitió una sonrisa. ¡tres fuera de combate¡, bien hecho Gaspar.

    ¿Mayor? La voz de desesperación Gaspar sonó por el interfono. Tenemos un problema muy gordo.

    ¿Qué pasa ahora?

    El motor cuántico esta offline. La ultima explosión voló el campo contenedor.

    Oh, mierda, eso no es bueno. ¿Puedes repararlo?

    Si, a no ser que el estabilizador general se haya frito.

    Maeve tragó saliva. Ten cuidado Gaspar.

    No te preocupes estará listo en dos minutos

    No hagas promesas. Maeve ejecutó unas vueltas de campana para esquivar la vorágine de rocas que parecía llenar literalmente cada centímetro cuadrado de la ventanilla.

    Los dos cazas Jegg aún les seguían muy de cerca disparándoles en un bombardeo continuo.

    Entonces a ella se le ocurrió una idea disparatada. Dav, ¿esta lista la cuarta botella?

    Davin, que había vuelto a su silla, comprobó el panel que tenía frente a el. cargada y lista.

    Perfecto ella tiro hacia si misma de los mandos de la nave, ladeó en vertical esquivando por muy poco a un asteroide enorme. Sabía que era imposible, pero Maeve juraría haber sentido el viento del asteroide.

    Uno de los cazas perseguidores no tuvo tanta suerte. Trato de hacer una maniobra evasiva en el ultimo segundo, pero ya era demasiado tarde. El asteroide chocó contra el salpicadero de la nave y esta giró fuera de control hasta estrellarse contra otra roca enorme.

    Otro mas que esta fuera de combate gritó Davin.

    El ultimo caza que quedaba se les venía encima disparando salva tras salva. El Talon se sacudía de nuevo y de uno de los paneles de control volvieron a salir chispas.

    Maeve activó de nuevo el interfono. Gaspar, tenemos que irnos. ¿Ya has arreglado el campo contenedor?

    Sí dijo a la voz de Gaspar. Treinta segundos para el salto.

    Vale, esto es lo que vamos a hacer Maeve mandó virar la nave totalmente hacia la izquierda. "eyectamos la ultima botella y la detonamos a bocajarro.

    ¿Estas loca?, la voz de Gaspar parecía desesperada. El casco esta ya muy debilitado. Si lo detonas de tan cerca nos partirá en dos.

    Maeve emitió un suspiro. Los escáneres de largo alcance de los Jeggs pensaran que hemos muerto. Es nuestra única oportunidad ahora mismo.

    Mayor

    "¡No tenemos tiempo Gaspar ¡prepárate para eyectar la botella ¡Cuenta atrás de veintidós segundos para el salto a la velocidad de la luz! Poneos a cubierto.

    en camino, el dijo y el intercomunicador se cerró.

    Maeve y Davin aguantaron la respiración.

    El Talon giró sobre si mismo esquivando otro meteorito. Habían dejado atrás el cinturón de asteroides.

    ¡Eyección ¡

    De nuevo un sonido metálico seguido por otro soplido.

    El dedo pulgar de Maeve estaba sobre el botón que ponía MC- ON (Encendido motor cuántico).

    ¡Detonación¡, ella grito

    La pantalla que mostraba los sensores de la parte trasera de la nave centelleaba incesantemente cambiando del color rojo al naranja.

    Medio segundo después Maeve apretó el botón. ¡Encendido ¡ Agárrate Dav ¡.

    Un zumbido de energía inundó la nave cuando el motor cuántico se encendió. El panel de control a la izquierda de Maeve estalló en una lluvia de chispas y le dejó una intensa sensación de quemazón en el brazo.

    Abrió la boca en un grito silencioso mientras un campo de fuerza envolvía al Talon.

    Capitulo 2

    El sol del mediodía brillaba en lo alto del cielo celeste Elystriano, y la vista era magnífica. Kelia cogió su bolsa de cuero que llevaba al hombro y tomó un gran sorbo de agua de su odre. Ella se llevaba aguantando la sed hacía un buen rato durante la hora de camino que había desde su pueblo hasta el lugar en el que ahora se encontraba. Estaba encima de una pequeña roca observando el basto desierto Praskiano que se extendía desde la llanura Ixtrayana hasta las distantes montañas Kaberianas. A sus treinta y seis años, había visitado este lugar muchas veces, pero nunca con un sentimiento del deber tan profundo como hoy.

    Esta tierra infértil marcaba los limites de la parte oeste del territorio Ixtrayano, el cual se extendía desde el lago Barix en la cordillera sur de las montañas Kaberianas hasta el largo y extenso bosque al norte de las llanuras de Ixtrayu que eran su hogar. No por primera vez, Keila sonreía recordando la ironía de que esta tierra perteneciera a una tribu de mujeres y que ninguno de los otros reinos lejanos gobernados por hombres durante milenios, ni siquiera sabían de su existencia.

    Arantha ha sido buena con nosotros, ella pensó. Durante ocho siglos nos ha salvaguardado sin que nadie conozca de nuestra existencia.

    Suspiró profundamente el aire cálido y seco y se sentó a la sombra de un gran árbol de huxa que crecía a pocos metros del precipicio. Su tronco era grueso y su corteza se endurecía para soportar aquel clima desértico, pero parecía darle la bienvenida como si fuera una vieja amiga. Ella dejó caer con aire ausente un grueso mechón de su cabello largo y castaño oscuro sobre su hombro izquierdo, de donde le caía mas allá de los pechos. Se tomó un momento para admirar la intrincada trenza que su tía le había hecho y como conjuntaba con su toga granate.

    Entonces su mano se movió hasta el lustroso metal marrón que colgaba de la cuerda de cuero que llevaba suelta alrededor del cuello. El collar se lo había hecho su hija Nyla cuando solo tenía seis años. Consistía en seis bolitas de madera atadas tres a cada lado de una pieza de metal que colgaba entre ellas. Tocar su superficie suave le traía recuerdos de su madre, porque había sido el ultimo regalo que Onara le había hecho antes de morir.

    Incluso sus poderes adivinatorios palidecían en comparación a los de Onara. Ella todavía podía acordarse de muchas de las imágenes que le vinieron a su mente en su consulta más reciente. Desde que asumió el papel de protectora, en cada consulta albergaba esperanzas de descubrir la razón por la cual Onara había decretado poner fin a los Sojourns; pero Arantha siempre escogía mantener ese conocimiento en secreto para ella sola. Desde la muerte de su madre, ni un solo Sojourn había sido tomado y, por lo tanto, ni una sola hija de los Ixtrayu había nacido. El pueblo de Kelia rogaba junto con ella, querían respuestas que ella no podía dar.

    Durante los últimos trece años, sus visiones habían sido frustrantes y sin importancia, sin embargo, Arantha finalmente le enseñó algo nuevo.

    Ella vio claro como las aguas del rio Ix, una imagen en su mente de este mismo lugar. Sentía que la imagen tiraba de ella como si quisiera arrancarle su propia esencia. Ella sabía que había algo de vital importancia que Arantha quería que viera. Liana preparó una mochila con provisiones para aquel día, en el que partió del pueblo a las dos horas de tener su visión. El consejo sugirió que no viajara sola, pero ella insistió en hacerlo. ¿Qué era lo que Arantha tenía reservado solo para sus ojos y que los demás no podían ver?

    Ella abrió la mochila e hizo un recuento de todo su contenido, varias piezas de frutas de la ribera del río, unas pocas tiras de carne seca de koba, una barra de pan de cereales y dos botas de agua extra. Liana incluso había incluido varias bolsitas de té y una tetera de metal. Como ella controlaba los elementos no necesitaba fuego para hacer que el agua hirviera, no solo podía manipular la forma física del agua, sino también su temperatura. Ella sabía que necesitaría el té para lograr mantenerse alerta y despierta, ya que  no sabía cuando Arantha le requeriría para que vigilara.

    Kelia se recostó contra el tronco del árbol. Sus ojos castaño oscuro oteaban el improductivo páramo que se extendía ante ella, buscando algo que se saliera de lo normal. Se sintió excitada mientras se preguntaba para qué Arantha la había hecho venir hasta este lugar.

    Capitulo 3

    Elzor observaba como se acercaban los jinetes a galope tendido, cinco hombres portando armaduras de buena calidad. Los merychs que montaban eran purasangres y fuertes con la larga melena al viento, era el tipo de montura que usarían los mandamases del ejercito Agrusiano.

    El echó un vistazo rápido a su derecha. Como siempre Elzaria estaba a su lado. Su hermana gemela era alta como el, tenía el cabello y los ojos negros que tenían el mismo fuego en la mirada que los suyos. Ella al contrario que Elzor o los seiscientos soldados que le seguían no llevaba armadura. Ella vestía una túnica verde esmeralda ajustada, atada a la cintura por un grueso cinturón de cuero que le hacía resaltar su esbelta figura. A ella nunca le había importado mostrar el escote, y que los hombres giraran la cabeza al pasar por al lado de ella subestimándola.

    Elzor escucho el crepitar de energía recorrer su cuerpo cuando su poder esta empezando a manifestarse mientras se le dibujaba una fría sonrisa en su cara barbuda.

    Si el hubiera sido uno de esos tontos que adoraban a Arantha hubiera pensado que encontrar la piedra era su destino de lo contrario el y su hermana hubieran sido dos huérfanos más trabajando hasta la muerte en las minas de Barju

    En ocasiones Elzor maldecía al destino por haber escogido a su hermana y no a el para ostentar tan grande poder. Su personalidad caprichosa combinada con su ira innata hacía que sus habilidades fueran difíciles de mantener en secreto. Ella paso años aprendiendo como concentrase, hasta entonces Elzor reuniría suficientes seguidores para conseguir poderes.

    El había sido paciente, astuto y diligente. Su plan maestro estaba a punto de dar sus frutos. El poder Elzaria canalizado hacía de ella el arma más poderosa de Elystra.

    Había llegado la hora de desatar ese poder.

    Mientras los jinetes se acercaban, Elzor estudió los alrededores la carretera en la que habían viajado, la principal vía de comunicación entre Agrus y su antiguo hogar en Barju era ancha, plana y podía acomodar a todo su ejercito, el cual el había bautizado como El Elzorath. Seiscientos hombres permanecían en silencio, impasibles mientras los jinetes se acercaban. Cada hombre con la mano en su espada,

    Este tramo de la carretera en particular se curvaba a través de un espeso bosque de palmeras de hoja caduca. La mayoría de los edificios de Agrus estaban construidos con la robusta madera de estos arboles, con la excepción del castillo de Tynal. Este castillo centenario era la cuna del poder de los gobernantes Agrus y cuando acabara el día sería suyo.

    Con los relinchos y el resonar del galope de los merychs los jinetes disminuyeron de velocidad hasta parar. Elzor esperaba que desmontaran, pero no lo hicieron.

    Se quedaron observando a su jefe, cuya armadura llevaba grabado el emblema angrusiano de las dos espadas cruzadas. El comandante tenía el pelo largo y liso, su mandíbula era tan cuadrada como sus anchos hombros. Ezor esperó a que el hombre hablara, pero solo recibió una mirada despectiva.

    Ella no protestó, apretó los puños haciendo crujir los nudillos lista para anticiparse.

    Finalmente, el comandante habló con voz profunda y sonora. "Cuando mis espías me informaron esta mañana que un ejercito que no portaba estandarte se acercaba a nuestras fronteras, estaba seguro de que tenía que ser un error. Ahora que he visto con mis propios ojos esta fragrante violación de mis fronteras, veo que estaba en los cierto. Esta escoria inmunda no puede llamarse a si misma ejercito.

    Elazaria apretó los dientes que empezaban a asomar de sus labios mientras de su boca se escapaba un siseo. Elzor le puso una mano tranquilizadora en su hombro mientras su mirada se volvía hacia el comandante Agrusiano. valientes palabras, dijo para venir de alguien que esta a punto de morir. El levantó a la mano y la vanguardia de soldados desenfundaron sus espadas varios centímetros de sus vainas.

    El gesto del hombre se endureció ante la amenaza. "Soy Nebri, comandante supremo del ejercito Agrusiano, he luchado y derrotado enemigos muchos más valerosos que tu, Elzor de Barju.

    En la cara de Elzor se dibujó una sonrisa nada amistosa. Veo que mi reputación me precede.

    Nebri sonrió de manera desdeñosa "y menuda reputación, un desertor, un cobarde un capitán que llevó a todos sus oficiales al matadero y que luego huyó a Barju mas rápido que una tigla.

    Justo detrás suyo Elzor oyó el sonido de un arma desfundarse, al girarse vio a un hombre calvo, con barba, gordo como un barril mirando a Nebri mientras avanzaba cojeando hacia el.

    Detente Langon, dijo Elzor con firmeza.

    Langon se detuvo en el acto y permaneció al lado de Elzor. Si, mi señor.

    Las palabras del grandullón provocaron una carcajada burlona del comandante. ¿mi señor?, por la gran Arantha, eres un tonto arrogante, ¿verdad?

    Elzor frunció el entrecejo te la estas jugando, Agrusiano. Le respondió.

    Eres un tonto, Elzor no hay otra palabra para describir la locura de tu presencia aquí

    "¿y que locura es esa?

    Nebri hizo un gesto señalando la dirección por la que habían venido. "Al final de esta carretera todo el ejercito Agrusiano te esta esperando, estamos mejor entrenados, armados y superamos en numero a tu banda de paganos por cinco a uno.

    El alzó la voz dirigiéndose a el Elzorath. Vosotros guerreros, si dais la vuelta ahora, el rey Morix os da su palabra de que no seréis perseguidos.

    Pero si os atrevéis a entrar en combate contra nosotros, os puedo asegurar de que no tendremos piedad, moriréis en la ignominia, vuestras vidas serán sesgadas por el capricho de un tonto.

    Unos pocos de los soldados reunidos se miraron los unos a los otros mientras algunos arrastraban los pies indecisos. Pero nadie habló ni movió un musculo para irse.

    Como puedes ver Elzor dijo con una sonrisa petulante. Mis hombres me son leales. No se pedirá piedad.

    Nebri dijo burlándose. Entonces son tan tontos como tu. ¿Qué soldado que se precie seguiría a un líder que trae a una mujer a la guerra? Dirigió su mirada a Elzaria ¿ vas a la guerra con el? ¿Quién es esta, Elzor? ¿Tu putita?

    El flujo de poder que resonaba en Elzaria se incrementaba mientras su rabia silenciosa bullía convirtiéndose en un odio ardiente. Una corona azul de energía le rodeó el cuerpo echando chispas y crepitando mientras el poder de la piedra se manifestaba a través de ella.

    Los Agrusianos se quedaron con la boca abierta de asombro durante unos momentos antes de subirse a sus merychs, que estaban relinchando y de tomar las riendas.

    Antes de que los jinetes pudieran partir, Elzor y Elzaria cerraron los ojos, Elzor le devolvió a Elzaria su mirada de suplica con un deja a dos vivos.

    Ella asintió y sonrió, pavoneándose. Les alzó los brazos y dirigiéndose a Nebri, ella le espetó, Me llamo Elzaria y soy tu muerte.

    Un intenso disparo de energía azul salió de sus manos, divergía y se ramificaba como el rayo de un relámpago, golpeando a Nebri y a los otros dos jinetes en el pecho. Sus cuerpos inmóviles empezaron a temblar y torcerse como si sangre hirviendo saliera de ellos y emitieron un alarido colectivo que Elzor esperaba pudiera oír el resto del ejército Agrusiano. Círculos de humo ascendían de sus armaduras de cuero mientras la piel se achicharraba y se despedazaba.

    Los otros dos jinetes, incapaces de ayudar a sus camaradas, dieron la vuelta y espolearon a sus merychs de regreso al camino de donde habían venido.

    Después de otra ráfaga final de energía, Elzaria encogió los brazos y estudió sus manos observando como como la luz azul brillaba y se desvanecía, sin dejar la más mínima marca o quemadura en la piel de sus manos. Habiendo terminado su trabajo retrocedió y regresó al lado de su hermano.

    Al unísono los tres jinetes se cayeron de sus monturas y se estrellaron contra el suelo. Los merychs, sin embargo, no habían sufrido daño alguno y se hubieran desbocado si no es porque tres soldados de el Elzorath llegaron a tiempo de tomar sus riendas.

    Elzor asintió admirando la precisión de su hermana, echó un vistazo, sus ojos se posaron en los dos jinetes supervivientes, que ya se encontraban a cien metros de distancia y pronto desaparecerían en el cambio de rasante de la carretera.

    Langon dijo, "Los arqueros que me ordeno desplegar detrás de esa arboleda están en posición, mi señor. ¿doy la orden de fuego?

    Elzor sacudió la cabeza No Langon. Déjales ir.

    El grandullón miro con incredulidad, pero Elzor le ignoró. Camino hacia delante y cogió las riendas de un soldado antes de poner el pie en el estribo del merych de Nebri elevando su cuerpo hasta la montura. Elzaria y Langon subieron a los otros dos.

    Elzor giro la cara hacia Elzaria Tengo un trabajo para ti ¿tienes las pastillas de resistencia?

    Por supuesto.

    Entonces cabalga a toda velocidad por la carretera que corre en paralelo a esta hacia el río Saber. Cuando esos dos idiotas cuenten lo que ha pasado aquí. Morix mandará mensajeros a sus aliados en el este, pidiendo ayuda. Debes interceptarlos antes de que alcancen el bosque del oeste.

    Considérelo hecho, mi señor, dijo ella.

    Cuando hayas completado tu tarea, te nos unirás en las llanuras al noreste de Talcris. Mata a todo aquel que se interponga en tu camino.

    Elzaria inclinó la cabeza e inmediatamente espoleó a su merych que echó a correr al galope. La legión de soldados partió mientras ella cabalgaba entre sus filas.

    Elzor la observó irse. A tres kilómetros llegaría a una intersección que la llevaría al oeste. Elzaria seguiría entonces la arboleda hasta alcanzar el río Saber. El no tenía dudas de que ella tendría éxito en su tarea, y tenia menos dudas aún de que el ejército Agrusiano sabía que era lo que les esperaba.

    Langon dio una profunda y gutural carcajada mientras el subía su enorme culo a lomos del menos grande y musculoso corcel. "siempre he querido montar un merych en combate.

    Elzor también soltó una carcajada Pues hoy es el día, amigo mío.

    Langon levantó su brazo carnoso y el silencio creció entre el ejército reunido mientras esperaban la orden. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios cuando el grito Elzorath, adelante.

    El ejercito de Elzor comenzó su inexorable marcha a través de la frontera Agrusiana como un solo hombre, siguiendo a sus lideres que marcaban a los merychs un lento galopar.

    Elzor sonrió de nuevo. Sus hombres eran capaces de luchar y estaban más que bien preparados para la batalla.

    La victoria sería suya... después de que Elzaria tuviera su dosis de diversión.

    Hoy nacerían dos leyendas.

    Capitulo 4

    Joder ¡Maeve trabajaba con su soldador en el panel de control. Después de cinco horas, el Talon todavía se negaba a arrancar. Mientras miraba por la ventanilla del salpicadero sus ojos se posaron en un orbe azul-verdoso que flotaba tentadoramente cerca, solo a siete minutos luz. Castelan VI.

    Ahora no podemos fallar. No ahora que estamos tan cerca. Ella tomó unas bocanadas de aire y se secó el sudor de la frente. Iba a realizar otro intento de arrancar la nave cuando oyó una voz a su espalda.

    ¿Mamá?

    Maeve se dio la vuelta para mirar a Davin, con su pelo rizado, bermellón apelmazado y descuidado se asomaba por la puerta-

    ¿Qué quieres Dav? Ella preguntó, intentando olvidar su frustración.

    El cruzó el umbral de la puerta llevando contra el pecho un tazón. Te he traído algo de sopa. No has comido nada desde hace ocho horas.

    Ella se metió un mechón del cabello detrás de la oreja, dejó escapar un gemido y dejó el soldador antes de coger el tazón de sopa de las manos de su hijo.

    ¿Qué clase de sopa?

    Una expresión de desconcierto se le dibujó en la cara, mientras ella se llevaba la cuchara a la boca. "En la etiqueta solo ponía preparado de sopa, pero debo advertirte de que creo que lleva tomate.

    Maeve tomó un sorbido del líquido acuoso y aguantó la respiración en un intento por no vomitar la sopa, estiró el cuello hacia atrás y bramó. Madre mía.

    Sabe fatal. Davin concluyó.

    ¿De donde la has sacado?, ¿del tanque de desperdicios?

    El sonrió, no eso para el desayuno.

    Maeve hizo una mueca, soltó la cuchara y pegó un gran trago directamente del bol. ¡Ostia, que malo que esta ¡.

    David sacó una cantimplora de su cinturón y se la ofreció. ¿Quieres agua?

    Ella sonrió. Whisky.

    El puso los ojos como platos. Agua.

    "Paso. ¿Aun no has tenido tiempo para arreglar el depurador de agua? Sabe peor que esta sopa.

    Ya no, he reparado el depurador, dijo agitando la cantimplora en la mano y arqueando una ceja.

    Ella miró a su hijo con orgullo, agitó la cantimplora y desenroscó el tampón. ¿Cómo has conseguido las piezas?

    Um... una mirada de culpabilidad se le dibujó en el rostro, como si le hubieran pillado volviendo a hurtadillas a casa después del toque de queda.

    "¿Sabes que? Olvídalo, seguro que prefiero no saberlo. Ella tomó un trago de agua de la cantimplora, dejando que el agua sorprendentemente fresca, bajara por su garganta seca. ¡oh, es el agua más fresca y limpia que he bebido desde hace meses ¡Buen trabajo, Dav!

    Gracias. El le cogió el bol vacío y lo puso en la silla del copiloto. "Cómo esta tu brazo?

    Maeve miró la capa de pomada en la parte superior de su brazo izquierdo que Davin le había aplicado unos pocos minutos después de confirmar que habían escapado del sistema terráqueo. No les habían seguido así que dedujo que los Jeggs habían sido destruidos. Con el motor cuántico no operativo ellos eran totalmente vulnerables.

    Esta bien solo es una pequeña quemadura. Puedo notar como actúa la pomada. De hecho, pica más que duele Ella levantó la superficie del vendaje. Espero que mi peregrino este intacto.

    A David se le escapó una risita. "Yo no me preocuparía. El halcón es tan viejo y duro como tu.

    ¡Ey, tu¡, dijo con el ceño fruncido. Estas hablando del orgullo de mi flota". Es el primer tatuaje que hice justo después de unirme a las brigadas espaciales. Significa mucho para mi. Y sinceramente, dudo que encontremos a un tatuador en este planeta que me pueda hacer un retoque.

    Vale, vale, dijo su hijo mientras miraba por el salpicadero de la nave hacia el cercano planeta. He... tapado a Gaspar, dijo el sin poder evitar que le temblara la voz.

    Maeve maldijo por lo bajini. Su peligroso plan para escapar de los Jeggs fue un éxito y por el pelo de una mosca pudieron saltar al espacio profundo, mas allá de los confines de la vía láctea. La explosión final no causo ninguna brecha en el casco, pero la nave, recibió una sacudida tan violenta que Gaspar perdió el equilibrio y se golpeo en el cráneo contra el mamparo. Cuando le encontraron ya no había nada que pudieran hacer por el.

    He perdido a otro gran amigo, ella pensó. Otra vida que no he podido salvar.

    Luchando contra sus emociones, trató de mantener su voz tan serena como pudo. "Le enterraremos tan pronto como aterricemos. Prometido.

    Vale, dijo el, mientras continuaba mirando a través del salpicadero como hipnotizado.

    Maeve miro a su hijo, maldiciendo que al poder superior que les había metido en esta situación. El no debería de estar aquí. Debería de estar en casa, empezando la universidad, persiguiendo chicas y tomándose de extranjis su primera cerveza, no aquí.

    Putos Jegg.

    ¿Es ahí a donde vamos’? Dijo David señalando al planeta.

    Maeve tomó otro sorbo de agua. Si Castelan VI.

    El se sentó en ña silla del piloto, estiro los brazos y los entrelazó en el cuello detrás de la cabeza. Tiene un aire a la tierra.

    Si, es verdad que lo tiene.

    Quiero decir solo hay un gran continente, pero el quitando eso....

    Maeve se levantó y se sentó en el asiento del copiloto. Castelan V, dijo ella, citando un informe que memorizó hace años. "Ligeramente más pequeño que la Tierra, con una atmosfera y gravedad parecidas. Rota sobre su eje una vez cada veintidós punto cinco horas, tarda trescientos ochenta y nueve días de la Tierra en dar una vuelta completa alrededor de su sol. Su población total asciende a doscientos sesenta y tres mil humanoides, el noventa y nueve por ciento de los cuales están agrupados en las regiones costeras de la mitad norte del continente principal. En el interior hay áreas subdesarrolladas que pueden albergan vida, pero la mayor parte central es terreno hostil, desiertos, montañas, etc. También hay algunas islas pequeñas, pero están lejos del continente principal y parece que están deshabitadas.

    De todos los lugares que sugirió Banikar. ¿Por qué escogió papa este planeta?

    "Por varias razones. Teníamos que escoger un planeta con una atmosfera respirable, lo suficientemente lejos de la confederación terráquea para que los Jegg no lo conocieran. En un mundo ideal hubiéramos elegido un planeta sin vida humanoide... pero bueno, digamos que nuestras opciones eran limitadas. Irónicamente las dos elecciones finales eran este planeta y Denebius VI. Y créeme, no tengo prisa por volver allí.

    Y supongo que estas segura de que toda esa información es de fiar.

    Ella le miro con una sonrisa de desaliento en la cara. Me he hecho la misma pregunta por lo menos un millón de veces, honestamente, no tengo ni idea. El caso es que, desafortunadamente no tenemos elección. Cuando un ser transdimensional te dice que tu mejor oportunidad para derrotar a los Jegg es encontrar una fuente de una misteriosa energía, te callas y escuchas.

    El dijo mofándose. "Si los Eth son tan poderosos, ¿Por qué no se deshacen de los Jeggs ellos mismos?

    Ella se giro para ponerse frente a el. "Te será

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