Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Las Montañas de Klínagon
Las Montañas de Klínagon
Las Montañas de Klínagon
Libro electrónico56 páginas51 minutos

Las Montañas de Klínagon

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

LAS MONTAÑAS DE KLÍNAGON es un libro de fantasía, el primero de la colección LOS LIBROS DE FEYAKA.

Las Montañas de Klínagon en el planeta Feyaka, son un lugar mágico y recóndito lleno de leyendas fantásticas y de misterios sin resolver. Allí habitan dragones, hombres bestia, serpientes y los hombres y mujeres de Klínagon, entre muchos otros.

Dicen las leyendas que un hombre y una dragona se enamoraron. Según algunos la dragona se convirtió en mujer. Según otros el hombre se convirtió en dragón. Son muchas las historias que se cuentan.

Hubo un tiempo en que eran dragones por las noches y por el día eran humanos. Y dicen que por eso los descendientes directos de los dragones vuelan tan bien como ellos. Por desgracia es una raza en extinción, no así sus historias que crecen como la espuma.

Amarawa, descendiente de los habitantes de las aldeas de Klínagon es una adolescente enamorada de estas montañas y de sus historias. Baraún es un joven volador que descubre las Montañas de Klínagon y también a Amarawa, y se enamora de ambas.

En este libro, el primero de la colección, sólo se cuenta cómo se conocen y cómo da comienzo su búsqueda sin final de los orígenes del planeta Feyaka.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento21 ago 2011
ISBN9781465908728
Las Montañas de Klínagon

Lee más de Carmen F.S. Pérez

Relacionado con Las Montañas de Klínagon

Libros electrónicos relacionados

Fantasía para jóvenes para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Las Montañas de Klínagon

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Las Montañas de Klínagon - Carmen F.S. Pérez

    Las Montañas de Klínagon

    Published by Carmen F.S. Pérez at Smashwords

    Copyright 2011 Carmen F.S. Pérez

    ***~~~***

    INDICE

    Prólogo

    Capítulo I: El Circuito

    Capítulo II: Baraún

    Capítulo III: Pesadillas

    Capítulo IV: Dragones y Volcanes

    Capítulo V: Acrobacias

    Capítulo VI: La aldea de los bisabuelos

    Capítulo VII: Dragones y Hombres

    Capítulo VIII: Final del Circuito

    Capítulo IX: Dragones y Hombres Bestia

    Capítulo X: La batalla de las serpientes

    Epílogo

    ***~~~***

    PRÓLOGO

    Este es el primer libro de la colección Los Libros de Feyaka donde da comienzo la historia de las aventuras en las que se ven envueltos dos jóvenes y en la que embarcarán a muchos más con ellos.

    Las Montañas de Klínagon en el planeta Feyaka, son un lugar mágico y recóndito lleno de leyendas fantásticas y de misterios sin resolver. Allí habitan dragones, hombres bestia, serpientes y los hombres y mujeres de Klínagon, entre muchos otros.

    Dicen las leyendas que un hombre y una dragona se enamoraron. Según algunos la dragona se convirtió en mujer. Según otros el hombre se convirtió en dragón. Son muchas las historias que se cuentan.

    Hubo un tiempo en que eran dragones por las noches y por el día eran humanos. Y dicen que por eso los descendientes directos de los dragones vuelan tan bien como ellos. Por desgracia es una raza en extinción, no así sus historias que crecen como la espuma.

    Amarawa, descendiente de los habitantes de las aldeas de Klínagon es una adolescente enamorada de estas montañas y de sus historias. Baraún es un joven volador que descubre las Montañas de Klínagon y también a Amarawa, y se enamora de ambas. Los dos juntos van a descubrir todo lo que esconden las leyendas.

    ***~~~***

    CAPITULO I

    El Circuito

    El viento soplaba con fuerza, demasiada para despegar. Amarawa llevaba casi dos horas en la cima de los riscos esperando y no amainaba. Tenía mucho miedo. Si no despegaba antes de anochecer tendrían que venir a rescatarle. La roca desnuda donde se encontraba no era lugar para pasar la noche, no había ni un solo rincón donde protegerse de los feroces escuerzos alados, depredadores sin piedad según decían, aunque ella lo dudaba, pero no era el momento de descubrirlo.

    - Por qué había tenido que aterrizar allí arriba, por qué tenía que ser siempre tan impulsiva y precipitada, por qué no pensaba nunca antes de actuar.

    Era su última oportunidad de pedir ayuda, pero si venían a rescatarla ya podía despedirse del Circuito ese año, quedaría descalificada. Y no estaba dispuesta a rendirse. Por fin había cumplido los dieciséis años, la edad necesaria para participar, no iba a fracasar el primer día. Llevaba años soñando con este verano y por un error nada más empezar no se lo iba a cargar. Habría días mejores, si salía de esta ¡claro!

    Así eran las montañas de Klínagon del joven planeta Feyaka en el sector occidental del Universo. En la actualidad la mayoría de sus habitantes vivían en las aldeas y ciudades de los amplios valles centrales. Pero no siempre fue así. Hubo un tiempo en que algunos luchaban por sobrevevivir en estas hostiles y jóvenes montañas entre las que se encontraban las cumbres más elevadas del planeta. Vivían en aldeas situadas en lo alto de sus laderas, a cubierto de desconocidos monstruos que se ocultaban en los profundos valles. Había hombres que se convirtieron en bestias despiadadas y crueles sedientas de sangre, minotauros con cuatro brazos y serpientes gigantes entre otros. Poco se sabía de ellos porque quien los había visto no sobrevivía para contarlo. Pero había cientos de leyendas. Decían que ya debían quedar pocos o quizá ninguno, pero por si acaso nadie se acercaba mucho a estos valles.

    El único medio de desplazarse por las montañas era volando, como las aves. No todos podían volar, era un don que sólo algunos de los hombres y mujeres de Klínagon tuvieron en la antigüedad y esa raza se extinguió, aunque algunos descendientes parecían conservar aún algo de este don. En la actualidad volaban con modernas alas de última generación. Volar no sólo suponía esfuerzo físico, ante todo había que saber observar, saber ver en el aire lo que no

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1