El señor Matsuda
5/5
()
Información de este libro electrónico
Relacionado con El señor Matsuda
Libros electrónicos relacionados
Pacha Pulai Calificación: 5 de 5 estrellas5/5A las 12:10: Combate naval de Iquique Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Palomita Blanca Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Policarpo en Manhattan Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuero de diablo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La Quintrala Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El Castillo negro en el desierto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Kid Pantera Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ánimas de día claro y otras obras de teatro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesA la sombra del Terevaka Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCanción de Navidad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El camino más largo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Quítame la respiración Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Policarpo y el camino del diablo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La guerra del bosque Calificación: 2 de 5 estrellas2/5La decisión de Ema Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un viaje inesperado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El oro de la corona Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Cuentos para tiritar de miedo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos de Chile 2 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Todo por una amiga Calificación: 2 de 5 estrellas2/5El hombre que vendía tiempo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Gracia y el forastero Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La guerra de las faldas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Marisol en apuros Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El diario de Noelia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Vida Simplemente Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Huella de Monte Verde Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Cuentos secretos de la historia de Chile Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las aventuras de Romeo Palote Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Historia para niños para usted
El camino del guerrero Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLibro de las maravillas del mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Cabaña del Tío Tom Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Diario de Ana Frank Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Yugo Zeta: Norte de Coahuila, 2010-2011 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Renace de las sombras Calificación: 5 de 5 estrellas5/521 heroínas afroamericanas extraordinarias: Relatos sobre las mujeres de raza negra más relevantes del siglo XX: Daisy Bates, Maya Angelou y otras personalidades Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos secretos de la historia de Chile Calificación: 4 de 5 estrellas4/5MITOLOGÍA HINDÚ: Brahma, Shiva y Vishnú Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDiario de guerra del coronel Mejía Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los tres mosqueteros Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNgen Mapu, el dueño de la tierra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Cabaña del Tío Tom: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Reina Margot Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl diario de Noelia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El último mohicano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl secreto de la nana Jacinta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFrida Kahlo: La artista que pintaba con el alma Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Arte de la Guerra: Edición completa (con ilustraciones) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFinis mundi Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El valle oscuro Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Hija de las tinieblas. Reclama el trono Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La edad moderna Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El vientre de París Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesChilango y tenochca Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La caída de los reinos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Y todo arde Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRobin Hood Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa historia de Iqbal Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Jinetes de Tlatelolco. Marcelino García Barragán y otros retratos del Ejército Mexicano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Comentarios para El señor Matsuda
3 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
El señor Matsuda - Felipe Jordán Jiménez
El señor Matsuda
© Felipe Jordán Jiménez
Edición y diseño: Equipo Edebé Chile
© 2014 by Editorial Don Bosco S. A.
General Bulnes 35
Santiago de Chile
www.edebe.cl
docentes@edebe.cl
Registro de Propiedad Intelectual Nº 241.461
ISBN Edición impreso: 978-956-18-0905-5
ISBN Edición digital: 978-956-18-1117-1
Primera edición impresa, junio 2014
Tercera reimpresión, noviembre 2017
Primera edición Ebook, abril 2018
Diagramación digital: ebooks Patagonia
www.ebookspatagonia.com
info@ebookspatagonia.com
Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o electrónicos, incluidas las fotocopias, sin permiso escrito del editor.
Índice
Nippon
Samurái
Kiku
Yamato
Nagano
¡Banzai!
Tokkotai
Hiroshima
Acerca de un poeta japonés y otras yerbas
EL SEÑOR MATSUDA
Felipe Jordán Jiménez
"La muerte de cualquiera me disminuye,
porque soy parte de la humanidad…"
(John Donne).
A todos…
(y a mí, por supuesto).
Bandera de la Marina Imperial Japonesa
La Segunda Guerra Mundial, ocurrida entre los años 1939 y 1945, efectivamente fue la mayor confrontación bélica de la historia de la humanidad en la que, de una u otra manera, todos los pueblos alrededor de la Tierra se vieron involucrados, directa o indirectamente. La lucha armada se extendió por todo el orbe, especialmente en los mares en los que barcos y submarinos enemigos se atacaban donde fuera que se encontrasen. En seis años de continuos enfrentamientos, países enteros fueron devastados y millones de personas murieron, entre soldados y civiles.
Aun al concluir, para los sobrevivientes nada volvió a ser lo mismo, especialmente en las naciones derrotadas, cuyos pueblos, en la mayoría de los casos, nunca comprendieron cabalmente las razones de sus dirigentes al lanzarlos hacia la desastrosa aventura de la guerra.
El Japón fue uno de esos pueblos…
El acorazado japonés Yamato explota tras ser bombardeado el 17 de abril de 1945.
La tormenta implacable
destrozó mi jardín.
Las flores volaron hacia el mar infinito,
pero no lloré por eso, sino por mí:
no pude ir con ellas
y no fui.
(Nishida Matsuda)
Puente de mando de destructor clase Fubuki.
I
Nippon
¹
Durante la Segunda Guerra Mundial, la Armada Imperial Japonesa llegó a contar con más de cuatrocientas naves de guerra de gran tonelaje y cerca de trescientos mil efectivos. Al final del conflicto, casi la totalidad de sus barcos habían sido hundidos o inutilizados y menos de un tercio de sus hombres regresaron con vida a Japón.
Tropas japonesas ocupan Hong Kong en 1941.
1 Nippon (o Nihon), así le dicen los japoneses a su país.
En las películas de guerra los japoneses siempre eran los malos y el cine es una verdad que, a los diez años, no se cuestiona. Además, esos hombres pequeños, enfundados en sus grises uniformes, siempre enojados (salvo cuando comían, única escena de todos los filmes que vi en la que se reían, invariablemente con la boca llena de arroz que saltaba hacia la cámara), sin duda despertaban recelo con su mirar oblicuo y esas espadas afiladas como navajas. Había en los japoneses de las películas un sello de maldad irrefutable que se traducía en esa fealdad estética que los caracterizaba, desde el corte de pelo estilo samurái, hasta sus aviones y barcos tan insulsos, toscos y rudimentarios.
Sin embargo, aun con lo poca cosa que parecían, fueron capaces de darle dura pelea a los héroes incondicionales de Hollywood, hundiendo sus barcos en traicioneros ataques por sorpresa, derribando sus aviones con pertinacia irreverente sobre el Pacífico Sur y, finalmente, lanzándose sobre sus portaaviones en un desesperado picado para morir por el emperador. Así las cosas, fue un alivio que perdieran la guerra, aun cuando tuvieran que rendirse ante el devastador argumento de las dos bombas atómicas que los buenos les dejaron caer sobre sus cabezas, aplastando su malignidad para siempre.
A mis diez años, las cosas eran blanco o negro, tal como en la televisión, y los buenos eran los buenos y los malos… terminaban muertos. Luego del The End inexorable, costaba volver a la realidad y nunca se hacía del todo. Mis amigos y yo éramos prueba de ello, pues admirábamos a los soldados de su majestad, al séptimo de caballería, a los legionarios franceses, a la Real Fuerza Aérea, a los infantes de marina, etc., y odiábamos a los malos fueran rebeldes, pieles rojas, árabes, alemanes o, por supuesto, japoneses. Aún no sabíamos que el gris también existía y que los buenos no siempre lo eran del todo y los malos, tampoco. Por ello, la aparición inesperada del señor Matsuda nos descolocó tanto.
Allá por los años setenta, sin duda había muchos extranjeros en Chile, pero muy pocos eran de lugares tan lejanos y extraños como Japón. Debido a