MI AMIGUETE SANTIAGO
Para hablar del amiguete Santiago Segura es necesario hablar brevemente de la vertiginosa transformación de la cultura en España en las últimas décadas. La movida trastocó las estructuras morales de una cultura sofocada y con ella vino una explosión de fanzines, cineastas, escritores y artistas plásticos. Santiago es parte de la generación siguiente. Junto con la vena iconoclasta, esta quinta abrazó su herencia pop y amplió los horizontes de los géneros poco prestigiosos en el cine nacional, entre ellos la comedia, el horror, la cienciael pospunk, el viejo star-system español, las figuras de la tele, el porno de los viernes, la voluntad de escándalo y el humor castizo a partes iguales. Pero, lo más importante, no se detenían ante nada. La reformulación y reinvención de figuras como Tony Leblanc o José Luis Moreno, el aquelarre de ‘ismos’ (racismo, sexismo, fascismo) que contenía José Luis Torrente, la tonalidad de su comedia –basta, inmisericorde, brutal– conectó directamente con el público.
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