Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Cuatro de Julio Fatal: Un Caso Para Sabuesos: Misterios de la Confipataría
Cuatro de Julio Fatal: Un Caso Para Sabuesos: Misterios de la Confipataría
Cuatro de Julio Fatal: Un Caso Para Sabuesos: Misterios de la Confipataría
Libro electrónico322 páginas13 horas

Cuatro de Julio Fatal: Un Caso Para Sabuesos: Misterios de la Confipataría

Calificación: 5 de 5 estrellas

5/5

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Está todo patas arriba para Claire Noble y su compatañero Baron cuando acaban de abrir La Confipataría El Cachorro Cuco en mitad de las festividades del Cuatro de Julio en North Haven. Todas las colas se agitan en anticipación al evento social con helados de la gran inauguración.

Claire hornea sin parar mientras su primer oficial jefe de degustación supervisa la calidad y embelesa a los nuevos clientes. No solo están lanzando comercialmente su pastelería para cuatro patas, sino que la pareja debe prepararse para la Festividad de North Haven durante el Cuatro de Julio, los mercados de productores, los eventos de adopción canina y un evento para recaudar fondos con tartas de manzana patatrióticas.

¡Justo cuando cree tenerlo todo bajo control, la amiga de la agobiada repostera es arrestada por asesinato! Entonces ella y su astuto perro Eurasier deben olisquear todas las pistas para encontrar al verdadero asesino.

Este Día de la Independencia se dispara algo más que fuegos artificiales, demostrando que el crimen nunca se toma vacaciones.

¡Incluye recetas de dulces caninos!

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 dic 2019
ISBN9781071520888
Cuatro de Julio Fatal: Un Caso Para Sabuesos: Misterios de la Confipataría

Relacionado con Cuatro de Julio Fatal

Títulos en esta serie (2)

Ver más

Libros electrónicos relacionados

Misterio para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Cuatro de Julio Fatal

Calificación: 5 de 5 estrellas
5/5

1 clasificación0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Cuatro de Julio Fatal - Laura Quinn

    Dedicatoria:

    Para mi esposo, gracias por tu continuo apoyo a mi pasión por la escritura. No hubiera podido hacer esto sin todo tu amor, ánimo y aportaciones.

    Para mi hermana, gracias por ser siempre tan comprensiva y por compartir tu experiencia en psicología, respondiendo mis innumerables preguntas sobre los motivos y el comportamiento humano.

    Para mi muy querido cachorrito, me ayudaste a curarme el corazón y me inspiraste para volver a este proyecto. Gracias por borrar solo unas cuantas páginas con tus adorables patas.

    Agradecimientos:

    A los valientes miembros de nuestro ejército y a sus seres queridos, gracias. Vuestra abnegación y sacrificios nunca serán olvidados.

    A las admirables organizaciones y voluntarios dedicados a ayudar a nuestros militares veteranos, gracias.

    Personajes

    Personajes Principales

    Claire Noble, propietaria de la Confipataría El Cachorro Cuco

    Baron, MiauPenny y Hercule Puarrullo

    Marti Von Brandt, abogada

    Bob Ernst, editor del noticiario de North Haven

    Empleados de la Confipataría Cachorro Cuco

    Barbara O’Reilly, gerente

    Emma Martin, empleada a tiempo parcial, hermana de Zac

    Zac Martin, empleado a tiempo parcial, hermano de Emma

    Peggy Dumas, empleada a tiempo parcial

    Otros Personajes

    Agnes Foxwell, residente en el hogar para ancianos Golden Oaks

    Brendan Hughes, agente inmobiliario, ex marido de Olivia Hughes

    Bunny Marshall, mujer de  alta sociedad y filántropa

    Carrie Teaford, dueña del café Java and Tea, Naturally

    Claude Morris, chófer de Lana Vanderloft

    Deloris Dill, enfermera escolar retirada e historiadora de North Haven

    Dottie Devin, agente inmobiliaria

    Helen Rollins, dueña del Rollins Rental (alquiler para eventos)

    Jean and John Jenkins, residentes del hogar de ancianos Golden Oaks

    Jill Tonelli, modelo de fitness, co-propietaria del Gimnasio Tonelli

    Keckers Andersen, adolescente experto en informática, mejor amigo de Zac Martin

    Ken Bancroft, empresario/inversor providencial. Marido de Kim.

    Kendall Cole, fotógrafa, sobrina de Lydia Langdon-Reeve

    Kim Bancroft, presidenta del pueblo, esposa de Ken

    Kirstin y Sanjay (Jay) Patel, residentes recién llegados a North Haven

    Kyle Beechan, productor de frutas biológicas y apicultor

    Lana Vanderloft, filántropa y mujer de la alta sociedad

    Larry Hamilton, contable, marido de Traci

    Lydia Langdon-Reeve, filántropa, tía de Kendall

    Mike Barbon, presidente de la Cámara de Comercio, tío de Sam Mason

    Nick Cooper, ayudante del jefe del cuerpo de bomberos de North Haven

    Enfermera Anita, la enfermera preferida en el hogar para ancianos Golden Oaks

    Olivia Hughes, embajadora de la Cámara, ex esposa de Brendan Hughes

    Sam (Samantha) Mason, contratista, sobrina de Mike Barbon

    Traci Hamilton, diseñadora de interiores, esposa de Larry

    CAPITULO 1

    Sábado, 2 de julio

    ̶̶ Es la noche perfecta para asesinar a alguien,  ̶̶ dijo Dottie Devin. La ventana del piso superior de la Confipataría Cachorro Cuco traqueteó por la explosión en el exterior, provocando una cacofonía de aullidos por parte de los clientes caninos. Aunque faltaban dos días aún para el Día de la Independencia, el olor a sulfuro impregnaba el aire.  ̶̶ ¿Quién podría distinguir un disparo entre los petardos?

    ̶̶ Hercule Poirot, por ejemplo,  ̶̶ respondió Marti Von Brant. La pelirroja abogada se arrodilló junto a sus dos perros beagle, Clarence y Darrow, calmándolos con una golosina recién salida del horno. Claire Noble, la mejor amiga de Marti y dueña de la nueva tienda sonrió ante la referencia a «Asesinato en Bardsley Mews», una de las muchas historias de Agatha Christie que conocían bien. Amantes del misterio, fundaron su propio club para resolver crímenes en la escuela secundaria, con el nombre de Maestros del Crimen y el Misterio. Con el paso de los años, habían desarrollado un extenso repertorio de ficticios casos prácticos.

    ̶̶ Suena muy lioso,  ̶̶ dijo Henry Paige, propietario de la librería Páginas de Paige. Escupió un chorro de migas, limpiándoselas con la manga de la camiseta, la cual proclamaba «Un Lector Vive Mil Vidas».

    Su hermana, Olivia Hughes, la Presidenta del Comité de Bienvenida y Embajadora de la Cámara,  elevó la vista al techo ante la ironía. Era tan elegante y extrovertida como él estudioso y desaliñado.   ̶̶ Sí, tú tendrías que preocuparte por limpiarlo todo por encima de cualquier otra cosa.

    ̶̶ Unas cuantas cucharaditas de anticongelante en smoothies todos los días durante un mes serviría. Lo vi una vez en un programa sobre crímenes,  ̶̶ dijo Traci Hamilton, la diseñadora de interiores. Se sirvió otro sándwich, añadiendo dos sobrecitos de mayonesa a su bollo de brioche. Su bulldog inglés, Humphrey, masticaba un delicioso dulce de boniato, a pesar de haber perdido varios dientes con el paso del tiempo.

    ̶̶ ̶̶No, no, se deja mucho al azar  ̶̶ dijo Claire. Se limpió el sudor de la frente al tiempo que el aire acondicionado se esforzaba por mantenerse a la par del calor exterior y de los hornos de doble convección de la primera planta.  ̶̶ Colocar una gran dosis del veneno en algo muy dulce, como limonada rosa. No hay marcha atrás para eso.

    Los clientes reunidos, amigos y empleados del Cachorro Cuco, soltaron sus bebidas al unísono. Los ojos verdes de Claire brillaron, divertidos.  ̶̶ Oh, vamos. No os iba a dar pistas si tuviera la intención de envenenaros. Además, ¿cómo iba a lograr tener todas estas bolsas de golosinas listas para mañana yo sola?

    ̶̶ Deberían haber estado preparadas ayer  ̶̶  soltó Mike Barbon,  con la postura tan rígida como las rayas de su traje gris marengo. Una cruz de plata abrochaba una corbata roja, desentonando con la insignia dorada de la Presidencia de la Cámara de North Haven en su solapa. Siempre hablaba como si se estuviera dirigiendo a una congregación de pecadores.

    ̶̶ Aprecio de verdad vuestra flexibilidad para que pueda participar en las entregas  ̶̶  Claire respondió, forzando una sonrisa. Su perro, Baron, estaba sentado junto a ella, apoyándola.   ̶̶ Había planeado tenerlo todo para vosotros el viernes. 

    ̶̶ No se te puede culpar de que la línea de gas no se conectara hasta esta mañana  ̶̶ dijo Barbara O’Reilly, la gerente de la tienda.  Fulminó con la mirada al presidente de la cámara, cuya esposa era miembro del consejo de administración del pueblo.  ̶̶ La ciudad debería haber enviado al inspector de edificios a tiempo para conceder el permiso.

    ̶̶ Mi estudio también ha sufrido retrasos. Si tía Lydia no se hubiera involucrado, me habría quedado sin mi gran inauguración  ̶̶ afirmó Kendall Cole, la joven propietaria del estudio de fotografía colindante. Su elegante vestido color mandarina recordaba a Claire las boutiques del SoHo que solía frecuentar cuando vivía en Nueva York.

    ̶̶ Sí, relájate, Mike  ̶̶ dijo Olivia, tirando de su negro pelo liso para formar un moño. Su perrita, Liberty, ladró y saltó en su regazo.  ̶̶ Se supone que la cámara debe apoyar a los nuevos negocios, ¿no es cierto? El Cachorro Cuco es el negocio nuevo más emocionante que hemos tenido en años. Además, es mucho más agradable trabajar aquí que en tus sofocantes oficinas. A menos que extrañes a esa nueva asistente que tienes. 

    Dottie, la agente inmobiliaria que había mostrado la propiedad a Claire, corrió de la mesa. Una bolsa de galletitas caninas sin atar se enganchó en el cinturón de su vestido de lunares de marca y salió volando al suelo. Mientras los demás perros dieron un salto para investigar el error casual, el empático Baron trotó escaleras abajo tras Dottie, seguida de Claire.

    ̶̶ Ese perro es tan bello  ̶̶ dijo Kendall, sacando más fotos del gran eurasier de color beige con la cola enrollada y ligera. Mike le ordenó que fotografiara los regalos donados por la cámara para hacer publicidad. El resto del equipo continuó con su tarea asignada de empaquetar bizcochos de arándanos y estrellas de mantequilla de cacahuete. Henry mordisqueó otro bizcocho. 

    ̶̶ Esos son para los perros  ̶̶ le reprendió su hermana.

    ̶̶ No puedo evitarlo  ̶̶ respondió Henry entre bocado y bocado.  ̶̶ Ya sabes que soy un comedor compulsivo. 

    Barbara le reasignó que atara folletos de la gran inauguración a las bolsas. Los años como viuda de un oficial de la marina se evidenciaban en su eficiente manera de ser, aunque su rostro alegre, enmarcado por unas ondas suaves y grises, atenuaba cualquier ofensa. Era la gerente perfecta para Claire, la cual podía ser demasiado complaciente. 

    La rubia repostera volvió a la mesa con una nueva bandeja de dulces y Baron se unió a sus amigos caninos. Esta no pudo resistirse a tomar otra galletita, prometiéndose dar un largo paseo más tarde.

    ̶̶ ¿Está Dottie bien?  ̶̶ preguntó Marti. Con sus tacones eclipsaba la estatura pequeña de su amiga.

    ̶̶ Lo estará  ̶̶ contestó Claire. ̶̶ Necesitaba tomar un poco de aire fresco.

    ̶̶ Está lidiando con un asunto delicado  ̶̶ dijo Henry, levantándose para tomar otra caja de bolsas de la cámara de North Haven de la mesa de atrás.

    ̶̶ Es su marido  ̶̶ susurró Olivia, mientras inclinaba la mano para indicar un problema con la bebida. Su hermano mordisqueó una barrita de regaliz que agarró de una de las bolsas.  ̶̶ Eso no es ningún secreto  ̶̶ continuó.  ̶̶ David ha estado así desde que la aventura amorosa terminó. Eligió a una auténtica devoradora de hombres con esa mujer.

    ̶̶ Lo cual es completamente un asunto privado  ̶̶ interrumpió Mike.  ̶̶ Además, no debería ser juzgada tan duramente. Es una miembro respetable de nuestra comunidad, después de todo. 

    ̶̶ Qué sarta de...  ̶̶ Traci se detuvo en mitad de la frase cuando vio a Claire señalándola. Los dos empleados adolescentes en la mesa captaron la torpe indirecta.

    ̶̶ No se preocupen por nosotros, ya hemos oído todas esas historias  ̶̶ dijo Zac  Martin, levantando brevemente la vista de su iPhone.

    ̶̶ Sip  ̶̶ confirmó su hermana menor, Emma. Incluso con los auriculares puestos, la chica de dieciséis años podía seguir varias conversaciones simultáneamente.  ̶̶ Nosotros, los mocosos, sabemos que estáis hablando de Kim Bancroft. He oído que...

    ̶̶ Claire, esos conos de piña colada huelen divinamente,  ̶̶ dijo Barbara, cortando la conversación antes de que empeorara.  ̶̶ Me recuerdan a mi luna de miel en Maui, cuando visitamos la plantación de piñas. El aire olía tan dulce, puedo casi sentir el hormigueo del jugo fresco en la lengua. Es curioso cómo los aromas pueden desencadenar recuerdos de esta forma, incluso pasados todos estos años.

    ̶̶ Eso es porque el bulbo olfativo está directamente conectado a zonas del cerebro que procesan la memoria y la emoción  ̶̶ sentenció Emma.  ̶̶ Estudiamos algo de neurociencia básica en el campamento de verano.

    ̶̶ Nosotros aprendíamos como hacer un búho de macramé y magdalenas en los campamentos de verano  ̶̶ dijo Claire. ̶̶ ¿Lo recuerdas, Marti?

    ̶̶ Recuerdo casi incendiar el campamento con mi idea de hacer un smore[1] en el interior    ̶̶  respondió su amiga. Su nariz aquilina se arrugó ante el agrio recuerdo.   ̶̶ Supongo que no es una sorpresa que seas tú la que va a abrir una pastelería.

    ̶̶ Clarissa siempre hacía los postres más deliciosos  ̶̶ dijo Barbara.  ̶̶ Su madre y yo pensábamos que podría llegar a ser la graduada más joven de Le Cordon Bleu. Hasta hablaba francés con fluidez en la escuela secundaria.  ̶̶ Barbara compartió más historias de Claire de joven, con Marti contribuyendo con ocurrencias para mantener el ego de su amiga bajo control.

    ̶̶ Si alguien se pregunta por qué siempre está tan endiabladamente feliz, puede echarle la culpa a su nariz. Cuando éramos crías, una vidente en el carnaval de nuestro quinto curso le dijo a Claire que la forma celestial de su nariz la predestinaba a ser eternamente optimista  ̶̶ dijo Marti. 

    Su amiga de toda la vida movió la punta de su nariz respingona y mostró una gran sonrisa como respuesta. 

    Marti continuó,  ̶̶ Lo cual probablemente explique por qué bailoteaba por el instituto escuchando música ochentera, vestida como una rubia tonta, cuando todos los demás íbamos por ahí tirados al estilo grunge, escuchando el sonido de Seattle. 

    ̶̶ ¿Qué puedo hacer si nací un par de años tarde?  ̶̶ protestó Claire. 

    ̶̶ Eras perfecta tal y como eras  ̶̶ dijo Traci.  ̶̶  A Amanda le encantaban tus noches de karaoke con mezclas propias, especialmente inventarse las letras contigo. Durante un tiempo, pensé que se haría cantautora. 

    ̶̶ Era una delicia cuidar de tu hija; ¡siempre nos divertíamos tanto! No me sorprendió cuando Mandy se graduó la primera de su clase en Annapolis. Me encanta leer sus cartas mientras viaja por el mundo; es como si estuviera allí con ella. 

    ̶̶ Aún te atribuye el mérito de inspirarle a realizar su carrera profesional en los medios. Disfruta siendo directora de asuntos públicos tanto que creo que se quedará en la Marina hasta que se jubile. 

    ̶̶ Espera un segundo  ̶̶ dijo Mike.  ̶̶ Pensaba que eras de Nueva York. 

    ̶̶ Nop, creció aquí  ̶̶ contestó Emma. Como su jefa, ella y su hermano habían nacido y se habían criado en la zona residencial de la Costa Norte, a poco más de treinta kilómetros al norte de Chicago. 

    ̶̶ Sí, ¿no leíste el artículo en el Snooze?  ̶̶ Su hermano, Zac, preguntó. Como muchos adolescentes, se refería al idílico pueblo como Snore Haven[2], y al periódico local como el Snore Haven Snooze[3].  ̶̶ Mira, te lo voy a poner.  ̶̶ Pasó su móvil por la mesa. 

    ̶̶ Estoy segura de que el Sr. Barbon se ha visto inundado por los planes de vacaciones de la ciudad  ̶̶ dijo la diplomática propietaria de la tienda.  ̶̶ Creo que va a ser el mejor 4 de Julio en North Fest hasta la fecha. Combinar todos las entregas de regalos en estas bolsitas de golosinas fue una idea genial, así todos reciben algo.

    ̶̶ Arrojar chucherías desde carrozas es tan insalubre, y luego el pueblo tiene que barrer las calles  ̶̶ dijo Mike.  Aunque se había mudado a North Haven solo cinco años atrás, trabajaba para absorber tanto como le era posible del pueblo. 

    Alguien susurró «vejestorio» pero la atención de Mike estaba ocupada por el artículo digital. Ojeó los párrafos para descubrir que Claire había dirigido una exitosa compañía de marketing en Manhattan durante varios años antes de regresar a su pueblo natal para ocupar la casa de sus padres cuando estos se retiraron a Nápoles. Cansada de la carrera de locos, la empresaria vendió su compañía y trabajó de comerciante autónoma hasta que adoptó a Baron, el cual le cambió la vida. Tener que preparar golosinas para el exigente comensal llevó a Claire a trabajar con un nutricionista canino para desarrollar recetas y finalmente, a abrir su propia confitería canina.

    Mientras él continuaba leyendo, las conversaciones proseguían en la mesa. Claire hablaba sobre su difunta abuela, quién había provocado su pasión por la repostería. Aún podía recordar estar de pie sobre un taburete, balanceándose sobre las puntas de los pies, para poder alcanzar el mostrador y extender con el rodillo su primera masa de tarta. Kendall le preguntó dónde podría encontrar un perro como Baron, pues se había enamorado de él. El carismático perro estaba sentado junto a ella y esta le retorcía el suave pelo alrededor de las orejas.  Marti narró la historia de un abogado al que conocía que había importado al cachorro de un criador de eurasier en Europa para impresionar a su prometida. 

    ̶̶ No mucho después de que el adorable Baron von Hund llegara, el capullo aceptó un nuevo puesto en Miami, encontró una nueva novia y abandonó al cachorrito de diez semanas en mi oficina,  ̶̶ dijo Marti, con la mandíbula apretada al recordar la historia.   ̶̶ Sabía que yo trabajaba con refugios de animales y supuso que le encontraría un nuevo hogar. Después de derribarle de un golpe, llamé a Claire.  Era poco después de que hubiera vuelto y sabía que iba a ser la dueña perfecta. 

    ̶̶ Fue amor a primera vista   ̶̶ confirmó Claire.  ̶̶ Estoy agradecida para siempre a Marti por traer a este precioso chico a mi vida. 

    La mesa aplaudió a Marti, quien tomó la oportunidad para hablarles de los próximos eventos de adopciones en la tienda. Dottie regresó y fue recibida con un lametón en la rodilla por parte del peludo anfitrión. Ella se estiró para abrazarle y ocupó su asiento.  Un par de mechones de su corte de pelo bob castaño se quedaron prendidos en su recién aplicado rímel.   ̶̶ Lo siento, amigos, necesitaba dar un pequeño paseo.

    ̶̶ A todos nos vendría bien estirar las piernas.  ̶̶  dijo Claire.  ̶̶ De hecho, es hora de terminar. Acabaré el resto y los llevaré a la carpa mañana. 

    Mike fue el primero en ponerse en pie, recogiendo su maletín con bordes dorados del asiento junto a él. Claire le acompañó hasta la planta de la tienda y abrió la puerta principal. Antes de marcharse, él le recordó que todas las bolsitas tenían que ser entregadas para el mediodía a más tardar. Puesto que él estaría ocupado con las obligaciones de diácono, Claire debía dar las bolsas a Kim Bancroft.  Esta le prometió que así lo haría y le agradeció de nuevo su ayuda, sonriendo mientras murmuraba entre dientes. Cuando regresó al piso superior, el resto del grupo seguía trabajando en las bolsas. Olivia propuso echar anticongelante a la limonada de Mike, aunque otros sugirieron que había mejores blancos.  Marti les recordó que ejercía como abogada familiar y no sería de mucha ayuda como abogada defensora criminal.

    ̶̶ Eh, chicos, se acabó el trabajo   ̶̶ dijo Claire.  ̶̶ Acabaré con el resto, no hay problema. Habéis sido unos ángeles por ayudarme de este modo.    ̶̶ Dispuso recipientes de comida vacíos y animó a todos a llevar a casa sándwiches, tentempiés y galletitas extra. Sus invitados aceptaron la oferta, terminando con la mayoría de restos de la mesa. La mayor parte del grupo se marchó, todos diciéndole a Claire cuánto les gustaba su tienda. 

    Kendall salió por el vestíbulo común para trabajar en las fotos en su estudio. La plaza estaba diseñada de modo que cada par de tiendas compartieran un aseo, una caja de herramientas y una puerta para repartos en la parte trasera. Claire había diseñado su planta principal de modo que el cuarto del almacén, la oficina y la cocina fueran accesibles por la puerta trasera, lo cual era conveniente para recibir los frecuentes cargamentos de ingredientes y productos de la boutique. El suelo de goma acolchada que recubrían estas áreas acababa de ser colocado, después de la instalación del suelo de bambú personalizado con insertos de goma en forma de patitas para evitar que los huéspedes de cuatro patas se resbalaran en el área comercial. 

    ̶̶ Este suelo es una delicia para mis pies. Quizá debería instalarlo en mi nueva cocina    ̶̶ -dijo Traci. Se quitó los zapatos para disfrutar al máximo de la comodidad acolchada. 

    ̶̶ ¿Qué le pasó a tu dedo gordo?   ̶̶ preguntó Claire. 

    ̶̶ Estaba intentando alcanzar algo en la oficina de Larry y su estúpido libro me cayó sobre el pie. Te juro que debe pesar más de dos kilos. La cueva de cualquier otro tendría revistas de deportes o el Playboy, pero no la de mi marido. Ha creado un altar para «La Riqueza de las Naciones», el libro que inspiró su licenciatura en economía. 

    ̶̶ No creo que añada ese a mi lista de lecturas veraniegas. 

    ̶̶ No creo que nadie normal lo haga   ̶̶ dijo Traci. Antes de que la diseñadora de la tienda se marchara, tomó notas de los proyectos que tenía que completar al día siguiente. Prometió traer las almohadillas térmicas con semillas de cerezas que había fabricado para recaudar fondos para el Hogar de Perros de Rescate Sénior de North Haven, el cual presidía. Iban a presentarse junto a las camas caninas a medida, los platos y casetas artesanales para mascotas y diversos artículos para el hogar de temática animal.

    Cuando los dos jóvenes empleados firmaron su salida, Claire les entregó a cada uno una bonificación en efectivo por responder a la llamada de último minuto para trabajar una noche de sábado.

    ̶̶ Guay, gracias   ̶̶ dijo Zac.  ̶̶ Me ofrecería a ayudarte a llevar esas bolsas mañana, pero tengo que ayudar a mi amigo Keckers a montar la Casa Reeve. Tenemos que estar allí antes de que amanezca para tener todo listo antes que los reporteros lleguen. Tiene ya planeados grandes temas circenses, con casetas de fotos, castillos hinchables, toboganes acuáticos y elegantes adornos de mesas. Debería haber contratado a más gente; vamos a estar allí todo el día.

    La hermana de Zac se burló de su duro trabajo a sus espaldas, antes de añadir a los pormenores de sus obligaciones las suyas propias. Después de la práctica de animación y un ensayo general de las rutinas a lo largo de la ruta de más de tres kilómetros, iba a ayudar a montar las carpas para las organizaciones de diferentes escuelas secundarias. Ambos tomaron folletos extra de la mesa, cada uno prometiendo repartir más que el otro. 

    ̶̶ ¿Estás segura de que no me necesitarás mañana?  ̶̶ preguntó  Barbara. A pesar de sus muchas obligaciones sociales y caritativas, la gerente insistía en trabajar a horario completo. Mantenerse ocupada la mantenía joven, se enorgullecía de decir. 

    ̶̶ No, tengo esto bajo control  ̶̶ dijo  Claire.

    ̶̶ Yo puedo  pasarme antes de ir a la práctica, totalmente  ̶̶ ofreció Emma.  ̶̶ Me vendría bien algo de dinero extra para mi viaje a Milán el mes que viene. Es tan injusto que la compañía aérea cobre por el equipaje extra. ¿Es culpa mía que sea una meca de las compras? Papá dice que tengo que pagar por el exceso de peso yo misma. 

    ̶̶ Tenía que poner algunos límites  ̶̶ dijo Zac.   ̶̶ De lo contrario, el avión tendría prohibido volar por el peso de tu nuevo vestuario.

    ̶̶ -Lo comprenderías si tuvieras una micra de sentido para la moda  ̶̶ dijo Emma, mirando de reojo su camiseta negra del grupo Muse y sus pantalones cortos marrones. Para no quedarse corta, añadió  ̶̶ Ordinario.

    ̶̶ Estaré bien,  ̶̶ interrumpió Claire.  ̶̶ Además, Traci va a pasarse por la mañana para añadir sus toques finales a las muestras y se ofreció a ayudar.

    Marti aún estaba trabajando en la mesa, con los tres perros dormitando a sus pies. Tan pronto como Claire propuso dar un paseo, el trío dio un salto y corrió a la puerta. Banderitas patrióticas, estandartes  y lazos se agitaban contra el exterior de ladrillo del centro comercial y la bandera americana de luces sobre la torre del reloj estaba empezando a brillar en el crepúsculo. Las libélulas revoloteaban por las jardineras, repletas de penachos de penisetos, lavandas, flores de boca de dragón, petunias e hiedra.

    Con todas las tiendas cerradas durante la noche, Marti y Claire tuvieron la oportunidad de disfrutar de los escaparates de forma despejada. Tazas rojas y blancas estaban apiladas en líneas en frente de una cortina azul con estrellas plateadas, sacada de bolsas de café orgánico y paquetes de bolsitas de té en la cafetería  Java & Tea, Naturally. Montones de libros de historia americana, biografías y recuerdos sostenían una colección de dioramas históricos en la librería de Henry. Le Bon Boutique mostraba un maniquí animado de Betsy Ross, cosiendo la estrella número trece en la bandera. La tienda de chocolate había creado un mosaico de caramelo duro tricolor que parecía un mapa del país en vidriera con una estrella roja, blanca y azul arremolinada junto al lago Michigan para representar a North Haven. La pastelería Vetusto Mundo presentaba

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1