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El archipiélago cubano
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Libro electrónico472 páginas4 horas

El archipiélago cubano

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Primer volumen de la obra Cuba: la Naturaleza y el Hombre y también el primer libro en que se habla de Archipiélago y no de Isla, en que se describe el país no solo a lo largo y a lo ancho, sino también en un sentido vertical, hacia arriba (la atmósfera) y hacia abajo (el subsuelo), se da un panorama general de los aspectos fundamentales de nuestro
IdiomaEspañol
EditorialNuevo Milenio
Fecha de lanzamiento24 jul 2019
El archipiélago cubano
Autor

Antonio Núñez Jiménez

Antonio Núñez Jiménez (1923-1998) Calificado como “Cuarto descubridor de Cuba” por su relevante obra científica. Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana, Doctor en Ciencias Geográficas de la Universidad Lomonosov de Moscú. Desarrolló investigaciones, exploraciones y expediciones en el Polo Norte, China, Los Andes, Islas Galápagos, los ríos Amazonas y Orinoco, entre otras regiones. Su extensa obra literaria comprende más de 190 libros y folletos, y 1665 artículos. Obtuvo los grados de Capitán del Ejército Rebelde bajo el mando de Ernesto “Che” Guevara. En el Gobierno Revolucionario ocupó los cargos de Director del Instituto Nacional de la Reforma Agraria, Presidente del Banco Nacional, Jefe de Artillería, Presidente fundador de la Academia de Ciencias de Cuba, Embajador de Cuba en Perú, Diputado a la Asamblea Nacional y Presidente de la Fundación de la Naturaleza y el Hombre

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    Vista previa del libro

    El archipiélago cubano - Antonio Núñez Jiménez

    Edición para e-book: Lic. Laura Herrera Caseiro

    Edición base: Lic. Rosario Esteva Morales

    Cubierta, diseño interior y composición: Lic. Carlos Alberto Talavera Coronel

    Emplane e-book: Amarelis González La O

    Primera edición, 1982

    Segunda edición, 2000

    Tercera edición, 2014

    Cubierta: Mapa antiguo de la Isla de Cuba

    .

    Archivo de la Universidad de la Florida, Gainesville, Estados Unidos.

    © Herederos de Antonio Núñez Jiménez, 2014

    © Sobre la presente edición:

        Editorial Científico-Técnica, 2016

    ISBN 978-959-230-001-9 Obra Completa

    ISBN 978-959-230-089-7 Volumen 1

    ISBN 978-959-05-0941-4 Editorial Científico-Técnica.

    Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar su opinión, por escrito, acerca de este libro y nuestras ediciones.

    Instituto Cubano del Libro

    Editorial Científico-Técnica

    Calle 14 Núm. 4104, Playa, La Habana, Cuba.

    Correo: editorialmil@cubarte.cult.cu

    1

    Índice de contenido

    AGRADECIMIENTOS

    PRÓLOGO

    PREFACIO

    INTRODUCCIÓN

    CAPÍTULO I. Cuba

    SITUACIÓN

    DISTANCIA DE CUBA A LAS TIERRAS VECINAS Y LEJANAS

    EL NOMBRE DE CUBA

    CAPÍTULO II. El factor de la localización y su influencia histórica

    LOCALIZACIÓN CENTRAL Y LOCALIZACIÓN PERIFÉRICA

    EL LLAMADO FATALISMO GEOGRÁFICO EN CUBA

    LA DOBLE INSULARIDAD DE CUBA

    CUBA COMPARADA

    EL HOMBRE Y SU MEDIO

    INFLUENCIA DE FACTORES GEOGRÁFICOS EN LA HISTORIA DE CUBA

    EL ARCHIPIÉLAGO

    LAS CONSTITUCIONES DE CUBA EN RELACIÓN CON SUS LÍMITES

    IDIOMA

    POBLACIÓN

    RELIGIONES

    CAPÍTULO III. Extensión

    LAS PRIMERAS MEDIDAS

    LA EXPOSICIÓN DE HUMBOLDT

    CUBA EN EL CUADRO ESTADÍSTICO DE LA SIEMPRE FIEL ISLA DE CUBA EN I827

    LOS DATOS DE JOSÉ MARÍA DE LA TORRE

    APORTES DE ESTEBAN PICHARDO

    MIGUEL RODRÍGUEZ FERRER

    DATOS DEL MINISTERIO DE GOBERNACIÓN DE ESPAÑA

    EL SERVICIO GEODÉSICO DE LOS ESTADOS UNIDOS

    ROBERT T. HILL

    CORONEL E. SP. J. GREBLE

    MEDIDA DEL ÁREA DE CUBA

    ÁREA DE CUBA SEGÚN LAS DISTINTAS FUENTES

    CAPÍTULO IV. Configuración

    BAXO DE LAS FRECHAS UN LAGARTO

    UN LARGO LAGARTO VERDE

    MI CAIMÁN SONORO

    COMO UN GIRÓN

    HOJA DE SALCE (SAUCE)

    UN ARCO

    LENGUA DE PÁJARO… SERPIENTE… CAIMÁN

    DE NUEVO UNA HOJA DE SALSE Y ARADO QUE LABRA EN LAS AGUAS

    ARADO ROMANO

    ES A UN ARCO PARECIDA

    ESPECIE DE MEDIA LUNA

    TIBURÓN DE CABEZA DE MARTILLO

    CAPÍTULO V. El Archipiélago desde el aire

    LAS AGRUPACIONES OROGRÁFICAS

    LA CABEZA DEL CAIMÁN

    GRUPO DE SAGUA-BARACOA

    RÍO TOA

    SIERRA DE NIPE

    GRUPO DE MANIABÓN

    HOLGUÍN

    SANTIAGO DE CUBA

    LA SIERRA MAESTRA

    DE NUEVO SOBRE LA SIERRA MAESTRA

    LAS TUNAS

    CAMAGÜEY

    CIEGO DE ÁVILA

    SANCTI SPIRITUS

    LAS MONTAÑAS DE EL ESCAMBRAY

    DE CIENFUEGOS A CAIBARIÉN

    RUMBO A MATANZAS

    PENÍNSULA DE ZAPATA

    PROVINCIA MAYABEQUE

    PROVINCIA ARTEMISA

    SIERRA DEL ROSARIO

    ISLA DE LA JUVENTUD

    SIERRA DE LOS ÓRGANOS

    CAPÍTULO VI. Clima

    EFECTO TÉRMICO DE LAS CORRIENTES MARINAS

    CLIMA SEMICONTINENTAL DE CUBA

    LOS ALISIOS

    BRISAS Y TERRALES

    LA TEMPERATURA

    LA HUMEDAD

    LAS PRECIPITACIONES

    LOS CICLONES

    HURACANES NOTABLES EN CUBA

    CAPÍTULO VII. Hidrografía

    RÍOS

    LAGOS

    CUENCAS SUBTERRÁNEAS

    CIÉNAGAS

    AGUAS MINERALES, MEDICINALES Y TERMALES. FANGOS

    CAPÍTULO VIII. Grupos Insulares

    ORIGEN DE LAS ISLAS Y CAYOS

    RECURSOS ECONÓMICOS DE LAS CAYERÍAS

    ISLA DE CUBA

    GRUPO INSULAR DE LOS COLORADOS

    GRUPO INSULAR DEL JARDÍN DEL REY O DE SABANA-CAMAGÜEY

    GRUPO INSULAR DE JARDINES DE LA REINA

    GRUPO INSULAR DE LOS CANARREOS

    CAPÍTULO IX. Mar Territorial, Zona Económica, subsueloy espacio aéreo

    MAR TERRITORIAL

    DECRETO-LEY NÚMERO 1 DEL 26 DE FEBRERO DE 1977

    ZONA ECONÓMICA MARÍTIMA

    ZONA ECONÓMICA MARÍTIMA ENTRE CUBA Y JAMAICA

    ZONA ECONÓMICA MARÍTIMA ENTRE CUBA Y MÉXICO

    ZONA ECONÓMICA MARÍTIMA ENTRE CUBA Y LOS ESTADOS UNIDOS

    ZONA ECONÓMICA MARÍTIMA ENTRE CUBA Y LAS BAHAMAS

    ZONA ECONÓMICA MARÍTIMA ENTRE CUBAY HAITÍ

    SUBSUELO

    ESPACIO AÉREO

    CAPÍTULO X. Valoración de Cuba. Secreto y Grandeza

    SECRETO

    DESAPARICIÓN DE CUBA

    CUBA Y EL AUGE DE LOS ESTADOS UNIDOS

    MISTERIO

    MISTERIO

    GRANDEZA

    FRANCISCO DE ARANGO Y PARREÑO

    ALEJANDRO DE HUMBOLDT

    JOHN QUINCY ADAMS

    THOMAS JEFFERSON

    FÉLIX VARELA

    JOSÉ ANTONIO SACO

    DOMINGO DEL MONTE

    JOSÉ MARÍA DE LA TORRE

    MIGUEL RODRÍGUEZ FERRER

    JOSÉ MARTÍ

    MIGUEL VARONA GUERRERO

    RAÚL ROA

    SALVADOR MASSIP

    HERMINIO PORTELL VILÁ

    BAUTIZOS EN EL TIEMPO

    CAPÍTULO XI. Guantánamo: Frontera inaceptable

    BAHÍA DE GUANTÁNAMO

    CÓMO VEN LOS YANQUIS LA BASE NAVAL DE GUANTÁNAMO

    ENMIENDA PLATT Y EL TRATADO PERMANENTE

    CONVENIO DE 1903

    LOS YANQUIS AMPLÍAN LOS LÍMITES DE LA BASE NAVAL

    NUEVO CONVENIO EN l934

    LOS YANQUIS SE ADUEÑAN DE LAS AGUAS DEL RÍO YATERAS

    EL PUEBLO ARMADO CAPTURA VEINTINUEVE MARINES DE LA BASE NAVAL

    EL COMANDANTE ERNESTO CHE GUEVARA Y LA ADUANA CUBANA FRENTE A LA BASE NAVAL

    FIDEL Y LA BASE NAVAL

    CAPÍTULO XII. Intentos para comprar a Cuba

    INTENTO DE CAMBIAR A CUBA POR GIBRALTAR

    CUBA, UNA VEZ SEPARADA DE ESPAÑA

    CUBA: NUESTRA FRONTERA MARÍTIMA AL SUR DE SAVANNAH

    CUBA: ¿GARANTÍA DE UN EMPRÉSTITO NORTEAMERICANO A ESPAÑA?

    BÉLGICA INTENTA COMPRAR A ISLA DE PINOS

    ESTADOS UNIDOS DESEA COMPRAR A CUBA

    LA PROPOSICIÓN DE QUE LOS CUBANOS COMPRASEN A CUBA

    ¿QUEREMOS A CUBA?

    VINDICACIÓN DE CUBA: MARTÍ RESPONDE A LOS YANQUIS

    ¡QUIÉN HA VISTO QUE UN HOMBRE CON ORGULLO QUIERA VENDER UN COCODRILO VERDE!

    CAPÍTULO XIII. División Regional mayor de Cuba

    PAÍS EMERGIDO

    PAÍS SUMERGIDO

    MAR TERRITORIAL Y ZONA ECONÓMICA

    PAÍS SUBTERRÁNEO

    ATMÓSFERA

    CLASIFICACIÓN TRIDIMENSIONAL

    RESUMEN DE LA MACRODIVISIÓN DE CUBA

    CAPÍTULO XIV. Región Occidental

    CLIMA

    ECONOMÍA

    GEOGRAFÍA DE LA CIRCULACIÓN

    SUBREGIONES OCCIDENTALES

    CAPÍTULO XV. Región Central

    CLIMA

    GEOGRAFÍA DE LA CIRCULACIÓN

    SUBREGIONES CENTRALES

    CAPÍTULO XVI. Región Centro-Oriental

    CLIMA

    ECONOMÍA

    GEOGRAFÍA DE LA CIRCULACIÓN

    CAPÍTULO XVII. Región Oriental

    CLIMA

    ECONOMÍA

    GEOGRAFÍA DE LA CIRCULACIÓN

    SUBREGIONES

    CAPÍTULO XVIII. Reparto de indios y toponimia

    ENCOMIENDAS DE INDIOS

    CAPÍTULO XIX. Primeras Mercedes de tierra y topónimos aborígenes

    MERCEDES DE TIERRAS A PARTIR DE 1551

    TOPÓNIMOS ABORÍGENES

    CAPÍTULO XX. La Habana, la sabana, ¿la llanura?

    LA PROVINCIA DE LA HAUANA

    HAVANA

    LA ABANA

    SABANEQUE

    CAPÍTULO XXI. Topónimos de origen español, africano, francés, chino e inglés

    NOMBRES CRISTIANOS

    REBELDÍA DE LOS ESCLAVOS EN LA TOPONIMIA

    NOMBRES FRANCESES

    LOS CHINOS TAMBIÉN DEJARON SUS TOPÓNIMOS

    IMPRONTA TOPONÍMICA DE LOS YANQUIS

    CUMBERLAND

    CAPÍTULO XXII. Topónimos de la flora

    ÁRBOLES QUE DAN NOMBRE A LA TIERRA

    NOMBRES ORIGINADOS POR LA DEFORESTACIÓN

    TOPONIMIA ABORIGEN EN SINGULAR Y PLURAL

    CAPÍTULO XXIII. Historia de los nombres

    NOMBRES DEFORMADOS

    REVOLUCIÓN Y TOPONIMIA

    CAMBIOS DE NOMBRES

    CAMBIO DE TOPÓNIMOS EN MATANZAS

    NOMBRES DE PALENQUES

    ALGUNOS TOPÓNIMOS DE LA CAMPAÑA LIBERTADORA DE OCCIDENTE

    EN EL DIARIO DE MÁXIMO GÓMEZ

    TIMBAMBÁ

    WEYLER Y LA TOPONIMIA

    Ilustraciones

    Bibliografía

    Serie

    Cuba: La Naturaleza y el Hombre Antonio Núñez Jiménez

    Datos de autor

    ¡El poema está en la Naturaleza,

    madre de senos próvidos, esposa

    que jamás desama, oráculo que

    siempre responde, poeta de mil

    lenguas, maga que hace entender

    lo que no dice, consoladora que

    fortifica y embalsama!

    José Martí

    AGRADECIMIENTOS

    Al doctor Nicasio Viña Bayés por la revisión general de esta obra, Juan José Vega y Alfredo Jam, de la Junta Central de Planificación, por la actualización de los datos económicos; Sonia Pérez Cantón por su aporte a las notas demográficas; Ángel Graña González, licenciada Patricia Núñez Velis por su eficaz colaboración y a la doctora Silvia Nereida Pérez González por sus aportes en el capítulo dedicado a la Economía.

    Igualmente, el autor agradece la labor mecanográfica a Luis E. Díaz Carcassés y la licenciada Liliana Núñez Velis, Armando Carrero Fernández Pendés, del Ministerio de Educación, así como al doctor Waldo Argüelles Mariño y licenciadas Roxana Villalba Rojas y Raquel Cantero Muñoz por la revisión del original.

    PRÓLOGO

    Por el íntimo orgullo que experimentamos, pues en cierto modo nos asociamos a su grandeza, cuando decimos de algún personaje importante: yo le vi nacer, yo le tuve entre mis brazos o yo le enseñé a leer, es que me siento inclinada a pensar respecto a esta obra, pues no solo la vi nacer, sino que también la vi gestarse y pude penetrar en sus raíces, analizar su crecimiento y su poderoso desarrollo por haberla seguido paso a paso mientras crecía y se desarrollaba.

    Al prologar Cuba: la Naturaleza y el Hombre, obra en tan numerosos volúmenes, escrita por el doctor Antonio Núñez Jiménez, son muchos los recuerdos que vienen a mi mente sobre la amistad y el trabajo que me ligan a su autor, desde que lo conocí junto al doctor Salvador Massip hace 40 años, cuando aún adolescente, recién había fundado la Sociedad Espeleológica de Cuba. Fue un encuentro entre el presente y el porvenir que en el transcurso del tiempo devendría a su vez pasado y presente, en el morir y renacer del eterno ciclo de la vida. Este prólogo pretende ser un puente tendido entre el pasado lejano de la década de los años 40 y el presente esplendoroso del desarrollo de la Geografía en nuestro país, del cual Núñez Jiménez es, a la vez, promotor y parte.

    Recuerdo ahora a aquel muchacho imberbe, alto y enjuto, tan serio, vibrar de entusiasmo al relatarnos sus primeras exploraciones a las Cuevas de Candela, en la provincia de La Habana y a la región de Mayarí, en Oriente. La vista del cañaveral ardiente de Mayarí, la subida de las cuestas desde las cuales iba dominando paisajes de mares y montañas, el paso a caballo por el pueblo de Mayarí, al andar por los húmedos meandros del caudaloso río y, al abandonarlos, penetrar en el bosque tropical que cubría entonces la zona de Seboruco, la ascensión del áspero farallón para bajar después a sus lóbregas cavernas, entre estalactitas y estalagmitas, descubrieron al adolescente todo un mundo fascinante y desconocido, no solo para él, sino también para la mayoría de los cubanos, aislados unos de otros por la falta de comunicaciones. Aquella fabulosa región de Mayarí era aún parte de la Terra incógnita que aparecía al Oriente de Cuba, en muchos mapas de la Isla, hasta casi mediados del siglo

    xviii

    .

    En aquellas primeras excursiones por las Lomas de Candela, en La Habana, y entre la costa de la Bahía de Nipe y los farallones de Seboruco, al pie de la Sierra de los Pinares de Mayarí, el ánimo del adolescente quedaría en suspenso, admirado y absorto en la contemplación de la naturaleza exuberante no humillada aún por el hombre; allí, exultante por el descubrimiento de estalactitas y estalagmitas, bellísimas joyas naturales escondidas en el interior de la caverna oscura, le amagó el deseo vehemente de adueñarse de aquella belleza incomparable y tomó allí la decisión irrevocable de estudiar profundamente a Cuba, desde la entraña subterránea hasta lo más alto de su superficie. Así se fijaría para siempre la pasión absorbente que le dominaba y que dominaría su vida entera: el amor infinito por la naturaleza, el sueño del bosque verde, de la roca hendida, de la caverna encantada; la aventura de lo desconocido; la sed insaciable de ver, de saber y de explicarse. Así se formó su personalidad y su entrañable amor a la tierra y a los que alienta hasta hoy, 41 años después.

    Al regresar el adolescente a La Habana donde a la sazón estudiaba el bachillerato en Letras y Ciencias, traía de las montañas orientales un impetuoso entusiasmo que le arrebataba de sus ensueños y le impelía a la acción, para adentrarse en un mejor conocimiento de nuestro país.

    A pesar de sus pocos años, Núñez Jiménez poseía alguna experiencia por sus andanzas con sus compañeros de aula en el Instituto y había estudiado casi todo lo que se había escrito en el siglo pasado sobre las cuevas de Cuba y recordaba lo dicho por Rodríguez Ferrer de que la Isla entera parece ser por debajo un laberinto de cuevas [...].

    Después del impacto causado por Núñez Jiménez, por la exploración de Mayarí, era necesario convertir el sueño en acción; pero esa acción, para dar los frutos que nuestro novel explorador ambicionaba, no podía ser individual, debía ser colectiva. Al efecto convocó a sus condiscípulos de bachillerato. Había que difundir la idea, encontrar compañeros, hermanos que compartieran su fe en la necesidad de la acción.

    Por aquellos tiempos era bastante singular encontrar jóvenes que se dieran a las tareas exploradoras y al campismo. A ello contribuía la escasez de vías de comunicación, la falta de una tradición y otros factores. Ya él se adiestraba a fines de la década del 40 en la disciplina y la técnica del campismo, habiéndose inscrito en la Institución Nacional C.P.C. (Conservar Pura Conducta) dedicada al campismo y luego en los Exploradores Nacionales. También reunía algunos equipos improvisados.

    Convencidos por el entusiasmo contagioso de Núñez Jiménez, algunos pocos jóvenes acogieron con calor su idea de fundar una institución para organizarse, con el fin de sistematizar las exploraciones que había comenzado individualmente, como aquel inolvidable viaje a las Cuevas de Seboruco. Así, el 15 de enero de 1940 tuvo nacimiento la Sociedad Espeleológica de Cuba, la primera con ese nombre y fines definidamente espeleológicos, que se fundaba en el Nuevo Mundo. Los objetivos que se proponían los miembros de aquella Sociedad, bautizada con tan extraño nombre, que solo los eruditos conocían, eran ambiciosos. Como lo imponía su nombre, explorarían grutas y ríos subterráneos, su naturaleza, su origen y formación, su flora y su fauna; pero también estudiarían las regiones menos conocidas del país, sus montañas, sus valles, sus sabanas, sus ciénagas, su pueblo.

    ¿Cómo un grupito de muchachos, la mayoría de los cuales, entre ellos su Presidente, no había arribado aún a los 17 años, cómo, digo, se atrevía a programar el desarrollo de una ciencia desconocida entre nosotros, lo que no se habían atrevido a hacer hombres de reconocido valer científico, quienes habían explorado muchas cuevas durante todo el siglo

    xix

    y la primera mitad del siglo

    xx

    ?

    La sed insaciable de saber que caracteriza la vida de Núñez Jiménez se manifiesta en los estudios e investigaciones que emprendiera incansablemente desde temprano.

    A los 15 años, en el curso escolar 1938-1939, se prepara en el Colegio Instituto Cuba de esta capital, para ingresar en la Segunda Enseñanza y desde 1940 cursa los estudios de bachillerato en el Instituto Núm. 3 de La Víbora y se gradúa en el Instituto Núm.1, de La Habana, en 1944.

    En 1945 se matricula en la escuela de Agronomía de la Universidad de La Habana; pero ya definida su vocación geográfica, por consejo del doctor Massip, a cuyas clases asistía como oyente diariamente, traslada su matrícula a la Escuela de Filosofía y Letras; comienza sus estudios en 1946 y los termina en 1950.

    Obtiene diplomas de Premio Ordinario en Geografía general, Historia de la literatura española, Historia de América, Historia moderna y Geografía de Cuba; también obtiene diplomas y emolumentos con el Premio Especial Salvador Massip, en Geografía de Cuba, otorgado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana por su estudio de la región del Mariel y el Premio Sociedad Geográfica de Cuba, ambos obtenidos por oposición. En 1951 se gradúa de doctor en Filosofía y Letras con su tesis La Cueva de Bellamar.

    Mientras estudia la carrera de Filosofía y Letras, sigue los cursos de Arqueología cubana: Técnica de excavaciones arqueológicas y Ensayo de geología económica de Cuba, en la Escuela de Verano de la Universidad de La Habana; y el curso Historia de la Guerra Hispano-cubano-americana, dictado bajo los auspicios de la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales (1948). Más tarde, obtiene diplomas en el Seminario de Geografía dictado por la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO (1954) y en el Seminario de Orientación Profesional Docente, dictado en el Colegio Nacional de Doctores en Ciencias y Filosofía y Letras.

    Los ingentes esfuerzos de Núñez Jiménez al recorrer a pie o a caballo caminos escabrosos en largas jornadas, lugares recónditos de regiones casi desconocidas y despobladas, sin comunicaciones, sin tener asegurado el alimento y la habitación, durmiendo en descampado o en cavernas, o en la casa de los campesinos que le guiaban y compartían con él generosamente, exponiendo no pocas veces la vida, tuvieron sin embargo un reconocimiento: el primero, el de aquellos jóvenes que fundaron con él la Sociedad Espeleológica de Cuba.

    Le aceptaron como jefe por sus conocimientos, por su precoz madurez, porque era imaginativo y audaz y no temía los riesgos, aunque con gran prudencia, trataba de no exponer a sus compañeros a peligros innecesarios. Por tanto, le eligieron Presidente de la novel Sociedad, de 1940 a 1950 y, en este último año, Director de su museo.

    En 1943, cuando apenas había arribado a los 20 años de edad y sin haber terminado los estudios de bachillerato, patrocinado por los doctores don Carlos de la Torre y Huerta y Salvador Massip y Valdés, dos instituciones tan serias como la Sociedad de Historia Natural Felipe Poey y la Sociedad Geográfica de Cuba le eligieron Socio Titular y la última, en consideración a su trabajo, creó la sección de Espeleología y le eligió su Presidente, cargo que desempeñó de 1943 a 1953.

    En 1944 el consejo de la última entidad le eligió Socio de Número; en 1948, también por elección, fue Relator y, de 1950 a 1951, su Secretario General.

    En 1945, la Sociedad Cubana de Botánica le elige Socio Numerario y la Comisión Nacional del Tabaco le otorga Mención Honorífica en el concurso periodístico Rodrigo de Xerez.

    En 1946 la autora de este prólogo sostiene conversaciones con eminentes investigadores y profesores universitarios con el fin de fundar la Sociedad Universitaria de Exploración. En la reunión convocada al efecto se inscribió de inmediato un gran número de ellos y, por supuesto, allí estaba Núñez Jiménez con su bien ganado crédito de explorador, con el rango de socio fundador. En ese mismo año en que comenzaba sus estudios en la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana, presentó al V Congreso Nacional de Historia su trabajo El Guanahatabey, troglodita indocubano, el cual fue aprobado con aplausos. A estas alturas, pudo, entre otros, publicar su monografía titulada Desarrollo y auge de la Espeleología en Cuba, pues ya la espeleología no estaba solo desarrollada, sino que estaba en auge.

    Las realizaciones alcanzadas por la Sociedad Espeleológica de Cuba y el reconocimiento que obtuviera de valiosos científicos y entidades científicas de espíritu un tanto conservador, renuentes a admitir en su seno a recién llegados, constituye un fenómeno científico-social al mismo tiempo que una lección, digno de ser estudiado.

    Numerosos elementos negativos apuntaban desde su nacimiento hacia el fracaso. El primero, la poca edad de sus fundadores. En aquella época la opinión de los adolescentes pesaba muy poco. Generalmente, dependían de sus padres y aún los que trabajaban no podían disponer libremente del salario que obtenían. Esto ocurría en todas las clases sociales.

    En el discurso pronunciado el 15 de enero de 1960, en conmemoración del XX Aniversario de la fundación de la Sociedad Espeleológica de Cuba, el Comandante en Jefe Fidel Castro puntualiza de mano maestra el mayor obstáculo con el cual se enfrentaban cada día los espeleólogos presididos por Núñez Jiménez:

    La lucha que tenían que emprender, esa lucha de siempre para todo el que trata de crear algo, de innovar algo, de iniciar algo; esa lucha contra el prejuicio, contra la subestimación de los demás, contra la rutina, que hace pensar a muchos que todo esfuerzo es inútil o que se está condenado al fracaso, esa lucha que ellos tuvieron que realizar contra los escépticos, contra los que creían que era un hobby más, un esfuerzo más, pero sin mayor trascendencia.

    Fue la misma lucha que se plantearon los patriotas cubanos de todos los tiempos frente a quienes, para solucionar los problemas de Cuba solo hallaban un dilema: o continuar unidos a la Metrópoli mediante reformas o por una autonomía restringida; o bien la anexión de la Isla a los EUA; tendencia esta última que supervive en los intervencionistas de siempre, que no pueden concebir que un Estado pequeño y subdesarrollado sea independiente y soberano. Fue la misma gran lucha de la Sierra Maestra. Con factores tan negativos para su desarrollo ¿cómo pudieron triunfar los jóvenes de la Sociedad Espeleológica de Cuba?

    Triunfaron, sin embargo, por la fuerza, la potencia y la fe de la juventud en sí misma, porque no tenían intereses materiales que los frenaran; por esa limpia y pura historia de la que hablaba Fidel en su discurso; pues ya sabía él del interés de Núñez Jiménez por las cosas de Cuba, su interés por la Geografía, su interés por las cuevas y, en fin, su interés por todas las cosas de la naturaleza.

    Del entusiasmo contagioso, la pasión de Núñez Jiménez por la naturaleza, que hacía vibrar en el corazón de sus oyentes una cuerda sobornados por las promesas de la tiranía de Batista, y paralizada por el golpe fascista, sufrió un estancamiento casi total. Tanto la Espeleología como la Geografía, por las actividades revolucionarias, por las persecuciones, por la incorporación al Ejército Rebelde o por el exilio de sus impulsores y guías, parecían aplastadas por la falta de seguridad y la libertad necesarias a la actividad intelectual.

    Es bueno recordar que mientras se superaba intelectualmente y realizaba sus difíciles exploraciones para el mejor conocimiento del país, Núñez Jiménez se veía obligado a trabajar duramente como jornalero en la construcción de las carreteras de Viñales a La Palma, en la Vía Blanca o como vendedor ambulante para mantener su vida. En 1947 tuvo oportunidad de mejorar su economía al obtener, mediante concurso, la ayudantía a la cátedra de Geografía e Historia del Instituto de Segunda Enseñanza de El Vedado, desde la cual ascendió a profesor auxiliar.

    Participa en las Misiones Culturales organizadas por el doctor Raúl Roa desde 1950 hasta el 10 de marzo de 1952, fecha en que ocurre el golpe de Estado encabezado por Fulgencio Batista y a partir de entonces, es representante de la compañía de Ballet Alicia Alonso (1952-1953). Al negarse cívicamente la eximia bailarina a la inclusión de su Ballet en la consolidación de la cultura que pretendía el tirano, para utilizarla como propaganda de su régimen, se le negó la subvención que tenía la institución. Con Alicia y su Ballet recorre Venezuela, Colombia y Jamaica, donde continuó sus estudios de la naturaleza. En 1957 es elegido Socio Titular de la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales, fundada por Emilio Roig de Leuchsenring. En 1956 fue miembro delegado de la Junta Nacional de Arqueología y en ese año fue designado miembro titular de la citada sociedad.

    No obstante todo lo enumerado anteriormente, el mayor reconocimiento que se hace de la preparación de Núñez Jiménez como geógrafo es cuando se le adjudica la Cátedra de Geografía y Geomorfología de la Universidad Central de Las Villas, la que obtuvo por concurso-oposición en 1955, a pesar de su tacha de comunista, enarbolada en perjuicio suyo. Desde entonces pudo continuar, no sin tropiezos policíacos, la exploración de la región central de nuestro país, hasta que se sumó a las luchas en la clandestinidad y más tarde se unió al Ejército Rebelde. Aún en aquellas circunstancias sus libretas se llenaban de notas y más notas acerca de la Geografía y el Hombre, ahora en Revolución.

    En esta primera etapa de su vida, anterior al Triunfo de la Rebelión, fruto de sus estudios, exploraciones e investigaciones reconocidas ya en el ambiente científico, Núñez Jiménez expone en la Sociedad Espeleológica de Cuba, en las revistas de la Sociedad Geográfica de Cuba, de la Universidad de La Habana, de la Universidad Central de Las Villas y en otras, trabajos geográficos de áreas poco conocidas de nuestro país, como la exploración y estudio geográfico del Pan de Guajaibón, el Boquerón de Jatibonico, el Río Toa, de la región de Mayarí y de Isla de Pinos.

    De esta época son los descubrimientos y estudios arqueológicos de las Cuevas de Punta del Este y las pictografías de Caleta Grande en la Isla de Pinos y las excursiones arqueológicas a Camagüey, en colaboración con el doctor Manuel Rivero de la Calle. Añádase a esto Facatativá, Santuario de la rana, Andes orientales de Colombia, resultado de su viaje a ese país como representante de la Compañía de Ballet Alicia Alonso.

    Específicamente de Espeleología son: Explorando las cavernas de Cuba, Desarrollo y auge de la espeleología en Cuba, Las Cuevas de Caguanes, La Cueva de Bellamar y Una nueva formación secundaria en la espeleología, presentado este último trabajo en el X Congreso Internacional de Espeleología, celebrado en Bari, y que aparece en el tomo I, Sección I, de las Memorias de ese congreso.

    Era profesor auxiliar del Instituto de El Vedado

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