Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Pioneros: Tú: Aquí y Ahora
Pioneros: Tú: Aquí y Ahora
Pioneros: Tú: Aquí y Ahora
Libro electrónico375 páginas4 horas

Pioneros: Tú: Aquí y Ahora

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

¡Provocativas y amenas conversaciones que exploran los límites del potencial humano!

Con una claridad fuera de lo común, Alberto Calvet nos introduce en una serie de diálogos amenos y reveladores sobre el rol de nuestra consciencia en medio de los desafíos y de las oportunidades de la vida contemporánea. La profundidad que emerge de sus palabras a
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 abr 2019
Pioneros: Tú: Aquí y Ahora

Relacionado con Pioneros

Libros electrónicos relacionados

Crecimiento personal para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Pioneros

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Pioneros - Alberto Calvet Müggenburg

    Pioneros

    Tú: aquí, ahora

    Un provocador encuentro entre

    psicología profunda,

    espiritualidad contemporánea y

    consciencia ecológica

    Alberto Calvet Müggenburg

    Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del <>, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendiendo la reprografía y el tratamiento informático.

    Pioneros: Un provocador encuentro entre psicología profunda, espiritualidad contemporánea y consciencia ecológica.

    © 2017, Alberto Calvet Müggenburg

    D.R. © 2017 por Innovación Editorial Lagares de México, S.A. de C.V.

    Circuito Pintores No. 90

    Fracc. Ciudad Satélite

    Naucalpan, Estado de México

    C.P. 53100

    Teléfono: (55) 5240- 1295 al 98

    email: editor@lagares.com.mx

    Twitter:@LagaresMexico

    facebook: facebook.com/LagaresMexico

    Ilutraciones: Laura Elenes

    Diseño de Portada: Alejandra Anaya Frutos

    Cuidado Editorial: Rosaura Rodríguez Aguilera

    ISBN Electrónico: 978-607-410-519-3

    ISBN Físico: 978-607-410-508-7

    Primera edición: octubre, 2017

    Dedicatoria

    A Santiago, a Paulina y a las generaciones venideras –

    Por nuestro recorrido juntos

    en esta bella joya turquesa,

    la Tierra.

    ¡Luz sobre Luz!

    Este es un sendero sin rastro. ¡Camínalo!

    Dicho sufí

    Agradecimientos

    A la generosidad de todos los que participaron en la formación de este libro, mi gratitud.

    Ante todo, a los grupos de participantes de la Asociación de Neurociencias y Desarrollo Humano, A. C., con los que he compartido estos diálogos a través de cursos, talleres, conferencias, diplomados, viajes a santuarios naturales y retiros a sitios de poder. A Ana Signoret, por su inquebrantable amistad y por sus francos comentarios durante la revisión de este texto. A Luis Ortiz, por su sincero afecto y nuestro mutuo compartir.

    A Mauricio Vázquez, por su inmensa confianza en el propósito de mi labor y en su involucramiento para concretarla. A Michel Herrera y a todo el equipo de 505.Agency por su gran labor con CALVET-Desarrollo Transpersonal. A Carlos Pease y a Digital Coaster por su interés en mi visión y en sus alcances, así como por su paciente trabajo para desmenuzar los contenidos de los servicios que ofrecemos. A Liliana Vázquez y a Tania Martínez, de Caleido, por su entrega y su involucramiento en este proyecto mediante su servicio de comunicación digital. A Innovación Editorial Lagares y a Enrique Canseco por su interés y su apoyo en la publicación de esta obra y a Pink Studios, a cargo de Gustavo Páez, por la versión en audio de este trabajo. A Jill Cheeks por su acompañamiento en el logro de esta publicación. A Erika Horta, por su empuje, su involucramiento, su ánimo y su interés en la expansión de todo este trabajo para el más alto beneficio del ser humano.

    A Genaro Ríos y a Pia Merlo, por el preciado vínculo que compartimos y por las primeras traducciones de esta obra para presentarla fuera de México. A Ernie y a toda la familia Merlo, por su gran cariño. A Ricardo Razo, por el entrañable vínculo de nuestra amistad siempre presente y auténtica. A Alejandro Arredondo, con quien he tenido el gusto de caminar por el sendero. A ambos, por las innumerables pláticas y experiencias al lado de nuestro querido Giuseppe Merlo —guía y amigo extraordinario en medio de lo más ordinario. A Sergio Ramírez, junto a quien recibí la poderosa noticia de la partida de Giuseppe de este mundo en medio de la autopista en la que viajábamos para visitarlo. A todos los amigos que nos reunimos en aquellos reveladores diálogos en torno a Giuseppe.

    A Silvia Márquez Elenes y a Nadja Bretón, por haberme reunido con la presencia de Laura Elenes a través de los telares de la realidad. A ti, mi querida Laura, por las ilustraciones para este libro en el que hemos participado juntos una vez más insospechadamente —y como en medio de un rayo— por medio del entramado de las dimensiones que continúas hilvanando con risas sonoras, simetría, perspectiva y silencios de mirada aguda. Mi gratitud también a la artista plástica Betsie Miller-Kusz, por sus perspectivas paradójicas y sus aportaciones con respecto al arte, a la expansión de la consciencia y al desenvolvimiento universal del mito.

    A Adriana González, por su visión, su confianza y su muy genuino interés. A Karla, por ese verde llano caminado juntos y por la metamorfosis que nos regaló. A Rosa Llano y a Michel Charron, por su sonrisa y su calidez en medio de nuestra cetácea amistad.

    A Karina Boucart por su perspicacia y por esa permanente risa en torno a la ironía de la vida. A Mónica Martín del Campo, amiga y colega cuya sabiduría colapsa al tiempo y al espacio en medio de lunas, runas y escobas. A mi amigo derviche Zawali, por ese sabor del saber. A María Medellín, por su esencia floral y esas puntuales sincronías a la manera de oráculos. A Gloria Reyes, mi gran cariño donde sea que esté. A mi amigo Luis Ramírez, periodista incansable y explorador parapsicológico.

    A Saúl López, mi gran amigo de diálogos lúcidos y con quien he tenido el inmenso gusto de facilitar cursos con aquellos contenidos que sacuden el letargo. A Juana María Capetillo, entrañable amiga y colega de trabajo en clínicas, academia y cafés interminables en los que surgió el subtítulo de esta obra junto a los talleres vivenciales que diseñamos para impartir en Villa Sufi (Cuernavaca). A Abraham Cherem, por esos cuestionamientos apasionados que abren el camino y que desatan al mundo simbólico para que hable por sí mismo. A Shanti, por compartir la alquimia de la meditación en medio de risas, danzas, asombro, disrupción, quietud, silencio y una creatividad orgánica inigualable.

    A Ivonne Loyo, a Rubén Ángel Menéndez, a Lourdes de la Campa, a Yolanda Pérez de Lebrija, al Dr. Antonio Ruíz Maciel y a un largo grupo de colegas y profesionales de la salud mental con los que he trabajado en Cuernavaca, Morelos (México).

    A Ana María González —pionera de los estudios transpersonales en México—, por el gusto de contribuir con la expansión del devenir humano. Al Dr. Jacobo Grinberg Zylberbaum (donde sea que se encuentre), por sus trabajos pioneros en torno a la consciencia, a las neurociencias y a los aspectos transpersonales de la psicología. A Carl G. Jung y a Roberto Assagioli, aves precursoras de los estudios transpersonales. A la tremenda contribución de Gregory Bateson, John C. Lilly, Fritjof Capra, David Bohm, Karl Pribram, Michael Persinger, Joseph Campbell, Terrence McKenna, Rupert Sheldrake, Stanley Krippner, Charles T. Tart, Ken Wilber, Stanislav Grof, Roger Walsh, Frances Vaughan, Abraham Maslow, Anthony Sutich, James Fadiman y a una interminable lista de médicos, biólogos, neurocientíficos, psiquiatras, psicólogos, sociólogos, antropólogos, físicos cuántico-relativistas y muchos otros profesionales académicos que han contribuido al estudio clínico, de laboratorio y sistematizado del paradigma holográfico en la consciencia.

    A Chris Griscom —preciosa Amiga del Alma—, por su atención, sus palabras, su transparencia y su radiante presencia en Nizhoni, el camino de la belleza. Trabajar con ella en los niveles profundos de la consciencia para palpar la condición humana (más allá de las teorías académicas, intelectuales y espirituales) me ha devuelto el poder sanador de la sombra. Con ella he palpado y abrazado el holograma del alma para sanar con la compasiva sabiduría del corazón. Chris es un rayo de luz que ilumina y transmuta la consciencia planetaria.

    A la Caravana Sufí que nos recuerda que todos aquellos que se han liberado de las ilusiones del mundo son aspectos de nosotros mismos dispuestos a darnos la mano. A la Orden Sufí Inayati fundada por el alma musical de Hazrat Inayat Khan. A Dhul’ Nun al-Misri y a los derviches de Luxor, guardianes y terapeutas del Templo del Hombre. A Osho, a G. I. Gurdjieff y a J. Krishnamurti.

    A ti, a la Tierra y a las nuevas generaciones…

    Breves palabras para mis amigos lectores

    Me da gusto reunirnos a través de estas líneas cuyo propósito es expandir nuestra visión. La dicha de compartir la espontaneidad y la frescura de estos diálogos facilita que exploremos quiénes somos y cómo vivimos. Los grupos de participantes que acuden a los diversos cursos, talleres, seminarios, retiros y viajes que imparto en México y en el extranjero vienen con el fin de trabajar en sí mismos y viven cada experiencia con un inmenso sentido de aventura y de auto-descubrimiento. Es raro encontrarnos con la pasividad por aquí.

    Ahora, a través de estas líneas, tú también podrás formar parte de este encuentro.

    Mi intención, al transcribir algunos de los temas esenciales que he sostenido con diversos grupos de gente en la Asociación de Neurociencias y Desarrollo Humano, A. C., es la de enriquecerlas con algunos datos más precisos. Quiero extenderlas a más personas que, como tú, investigan, estudian, participan, se involucran y trabajan de manera íntegra en el fructífero campo del auto-conocimiento. Sé que esta labor trasciende al aula de clases y a la academia, y muchas veces también nos lleva más allá del entendimiento común que compartimos con los demás en medio de nuestras familias y de la sociedad en general. No espero una aceptación ciega de parte de colegas o de amigos, sino una mente abierta dispuesta a explorar. A diferencia de algunas grandes editoriales que me han recomendado reducir el texto para hacer una versión comercial, me he negado a ello. Me parece muy necesario publicar estas investigaciones y las experiencias personales que las acompañan en el contexto de los avances científicos actuales, de los cuestionamientos existenciales que los acompañan y de la importancia que han tenido tanto en mi desarrollo personal y profesional como en el de diversos colaboradores.

    Hay dos puntos esenciales que me gustaría aclarar de manera sencilla desde el inicio. El primero de ellos tiene que ver con el uso de la palabra y la gran diversidad de analogías y metáforas que rondarán por las siguientes páginas, y el segundo se refiere a algunos prejuicios con respecto a los procesos transpersonales o psico-espirituales.

    A lo largo del texto me refiero una y otra vez a la sabiduría del corazón, lo cual podría ocasionar cierto rechazo por parte de quienes tengan un entendimiento reduccionista de la psicología y de la comunicación. Un corazón es el centro de algo o de alguien, y en este caso lo resalto como un símbolo referente al núcleo de nuestra consciencia. Asimismo, algunas corrientes de la psicología occidental consideran que alma es un concepto abstracto por lo que prefieren asirse a la misma tendencia racionalista en la que toda referencia a la psique debe de ser lógica, neuroquímica o técnica.

    Personalmente considero que esas posturas son válidas, aunque únicamente nos muestran la mitad del espectro de la consciencia humana y asirnos a ellas a capa y espada sesga nuestra visión. Los sentimientos, las emociones, la espiritualidad, las facultades intuitivas y los atributos del potencial humano rebasan dicho entendimiento. Por otro lado, eso también ha dado lugar a que implícitamente el trabajo psicoterapéutico se limite al intelecto y a aquello que la persona logre expresar verbalmente. Es de ahí de donde se derivan las estrategias de comunicación efectiva o algunas herramientas que pretenden modificar la conducta sin tocar la profundidad del inconsciente y todo lo que acumulamos en nuestros aspectos sombríos. Ya de por sí en nuestra cultura existe un inmenso prejuicio con respecto a acudir a la psicoterapia, pues innecesariamente se le considera un lugar para gente con problemas o para los raros. Irónicamente me pregunto si no es un raro problema el tener estos conceptos que, lejos de expandir la potencialidad humana, la limitan.

    Esto ha dado lugar al estereotipo del terapeuta experto que representa autoridad en lugar de proceso. Tanto el espacio psico-espiritual como el psicoterapéutico implican vulnerabilidad, empatía, confidencialidad e integridad para sanar al cuerpo emocional (que es el umbral del alma, nuestra psique) con todo su lenguaje simbólico. Como veremos en estos diálogos, nuestra propia sombra ocupa un territorio mucho más amplio de lo que imaginamos y nuestra personalidad es tan sólo una estructura por la que entramos y salimos de ella. Siendo esto así, resulta de vital importancia diferenciar desde un inicio a la Psicología Transpersonal de toda clase de terapias alternativas, de trabajos psíquicos y de cosmovisiones new age que, si bien podrían ser parte de algunos estudios transpersonales, no forman parte de sus bases teóricas ni de su origen.

    Estoy completamente de acuerdo con el Dr. Charles T. Tart cuando ya en 1975 decía que "una de las razones del lento desarrollo y de las inadecuaciones de nuestra psicología es su condicionamiento cultural: está ligada –y de ahí, con frecuencia, sus limitaciones- a la multitud de supuestos (implícitos) que configuran la realidad según el consenso común del hombre occidental del siglo XX. En particular, no logra tratar adecuadamente la experiencia humana en el orden que llamamos espiritual¹, ese vasto dominio de potencial humano referido a los fines últimos, a Dios, al amor, a la compasión, a la orientación del querer. El racionalismo ilustrado y el fisicalismo que han logrado tener tanto éxito en el desarrollo de las ciencias físicas, no han operado muy bien en psicología (…)"².

    Es por ello que, en un marco general, en el caso del abordaje transpersonal consideramos los siguientes puntos³. Todo estudiante, investigador, académico, terapeuta, coach, consejero espiritual, meditador o facilitador de las prácticas y de las metodologías transpersonales:

    Es un explorador que de manera continua revisa su modelo y su concepción de la realidad.

    Asume una postura que facilita la expansión de la consciencia reconociendo sus propios límites y el potencial que yace latente en la mente humana.

    Interactúa con sus colegas, pacientes o pares (según sea el caso) para comprender otras perspectivas.

    Se actualiza de manera permanente evitando las posturas rígidas y dogmáticas que terminan sepultándolo como una autoridad incuestionable.

    Vive a su profesión como un camino de auto-descubrimiento, de transformación, de integración y de autorrealización que comparte y que lo vincula con los demás.

    Reconoce que su propio proceso individual es la base de su integridad para guiar a otros hasta donde él o ella haya llegado.

    Se dispone para interactuar con el material inconsciente que emerge de sí mismo, del equipo con el que se encuentra o de la dinámica terapéutica que facilita, así como con los recursos supra-conscientes que se activan en medio de todo ello.

    Durante 22 años tuve la gran fortuna de caminar junto a un guía extraordinario -¡muy ordinario!- en la Vía Sufí. Este es el camino del corazón que diariamente se despliega en la cotidianidad de nuestras vidas si prestamos la suficiente atención. Con este contexto es que a lo largo de estas páginas comparto algunas de mis experiencias personales. Utilizo intencionalmente varios modos de expresión que muchas veces, al igual que los cuentos y que las anécdotas sufís, nos desarman, nos confrontan y nos desnudan. Mi propósito no es ofender ni incomodar, sino provocar un estado en el que podamos sentir, pensar y percibir por nosotros mismos. A lo largo de estas páginas lo más importante será observar con gran agudeza los procesos internos de nuestra mente y los sutiles cambios en nuestros sentimientos. Las llamas servirán para iluminar el interés de los abiertos de entendimiento y sirva para expandirse la luz interior⁴.

    Para despertar se necesita de mucho más que la participación motivacional de millones de personas. Lo que se requiere con urgencia es una comprensión muy precisa de nosotros mismos. No hay mucho que buscar, las verdaderas acciones tenemos que llevarlas a cabo en nosotros y con nosotros. En ciertos momentos esta labor parece descomunal –y sí, sí lo es. No te desanimes. Esto no depende de las masas, sino de individuos que permanezcan alertas. No es posible contribuir desde el sueño. Un solo hombre o una sola mujer despiertos pueden aportar más que un grupo de diez mil personas dormidas. Una sola semilla basta para que la Tierra reverdezca, dicen los sufís.

    Lo que uno hace consigo mismo, lo hace con todos —no importa lo que esto sea. Cuando meditas, la humanidad entera medita a través de ti. Cuando peleas, la humanidad también lo hace a través de ti. Todos estamos vinculados.

    Con la intención de mantener un flujo adecuado en la lectura de este texto, he colocado al final del libro un documento complementario en el que explayo y detallo el tema fundamental de nuestro camino: el poder de la observación. También encontrarás un glosario en el que algunos de los términos que utilizo se definen y se contextualizan. Cada vez que encuentres un asterisco (*) junto a una palabra o a una idea a lo largo del texto, podrás referirte a este glosario para profundizar en el tema o para referirte a los estudios y a las investigaciones que lo respaldan.

    Te invito a que prepares tu ingreso a estos diálogos con la siguiente reflexión:

    Tu consciencia es una esfera. Dentro de ella habitan y fluctúan tus premisas, tus creencias, ciertas conclusiones e interpretaciones personales, emociones y sensaciones. Tu cuerpo, ahora atento, también forma parte de ella. Mírate con claridad y ten presente que todo lo que hay en esta esfera puede ser real o no. Sus límites te contienen, aunque su ampliación también es viable. La esfera, como tal, es flexible: se expande y se contrae. Permaneceremos al tanto de sus movimientos, de sus contenidos y de lo nuevo o de lo que está más allá de ella: otros enfoques, diferentes perspectivas, territorios inexplorados, replanteamientos, estiramientos.

    ¡Será útil que traigas contigo al asombro y un buen sentido de aventura!

    Recibe mi amistad y todo mi aprecio.

    Alberto


    ¹ El Dr. Tart define con claridad (a pie de página) a lo que se refiere con espiritual, diciendo: Uso el término ‘espiritual’ con preferencia a ‘religioso’ porque, en mi sentir, el primero implica de modo más directo las experiencias que tiene el hombre sobre el sentido de la vida, de Dios, de los modos de vivir, etc., mientras que ‘religioso’ connota demasiado intensamente las ingentes estructuras sociales que abarcan tantas cosas más que la experiencia espiritual directa y que a menudo se han mostrado hostiles e inhibidoras con respecto a esa experiencia. Cuando oigo decir ‘religioso’ se presenta toda clase de asociaciones con sacerdotes, dogmas, doctrinas, iglesias, instituciones, interferencias políticas y organizaciones sociales. Así, emplearé siempre el término ‘espiritual’ en preferencia a ‘religioso’ (…).

    ² Tart, Charles T. Psicologías Transpersonales. Ediciones Paidós Ibérica. España. 1994. Págs. 11 – 12.

    ³ De León, Carlos. Flujo de Vida. Psicoterapia Ontogónica. Editorial Pax. México, 2003.

    ⁴ Merlo, Giuseppe. Y se hará la luz. Editorial Palibrio. Estados Unidos de Norteamérica. 2011. Extracto del prólogo.

    Prólogo

    Por Chris Griscom

    Hoy en día, por todo el mundo, personas de consciencia están despertando a un profundo sentido de la vida para saber a fondo cuál es el potencial del ser humano y cómo vivir su vida de una manera que ofrezca más, tanto para sí mismas como para el mundo entero. La verdad es que nosotros —y más nuestros hijos— pertenecemos al planeta entero y no sólo a un pequeño grupo con quien comenzamos nuestro sendero hacia la luz.

    Actualmente no estamos tan separados por las nacionalidades, las culturas o las razas como era antes en el tiempo de las tribus. Esto quiere decir que ya no es solamente la distancia física la que nos separa de los demás, sino que es la obscuridad del pasado la que nos ha dejado con la ilusión de que somos distintos y, por lo tanto, peligrosos los unos para los otros —según la interpretación que hace y lo que siente nuestro cuerpo emocional.

    Viendo que todos hemos llegado a este planeta en grupo, como familia del alma, tenemos que buscar y que encontrar la manera de acercarnos mutuamente con una referencia que nos permita entrar en estados de cooperación, unión y reconocimiento —sin miedo. No importa si tú crees que no conoces a una persona cuando la ves por televisión o en la calle. Por la manera en la que entretejemos la realidad y nuestros vínculos colectivamente, la conoces (algunos llaman a esto las leyes de karma). Necesitamos iluminar nuestra conexión espiritual si queremos mejorar nuestras vidas y dar un regalo al mundo. Lo que hacemos en nuestra vida personal afecta a los demás —y en cuanto a tu propia evolución del alma, ¡esta es una clave muy importante!

    Como mi ser superior —que es nuestra voz interna, nuestra esencia intuitiva— me dice, lo que te sucede a ti, me sucede a mí también. ¡Hasta ahora no hemos entendido lo significativo que es esto! Si supiéremos los alcances de esta verdad, quizás nos preocuparíamos más por cómo se encuentran los demás.

    Todo este asunto de las relaciones ha generado mucha inquietud y confusión sobre quiénes somos y cómo deberíamos actuar en nuestras vidas de hoy. No podemos seguir en el mismo rumbo de antes ni en nuestras relaciones con los demás —ni con nosotros mismos. ¿Sabes?, casi todos los patrones que hemos aprendido —como herencias psicogenéticas— de nuestras familias, de las diversas sociedades y de las religiones no nos apoyan ahora ni nos dan soluciones para la vida. Es, entonces, cuando vale la pena ser valientes y comenzar una vida como precursores de un mundo nuestro y nuevo a través de las facultades expansivas de nuestra preciada consciencia. No es el momento para escondernos de la cotidianidad emocional o corporal como lo hicieron los sabios del pasado. Ellos tuvieron la idea de que no podrían vivir en dos mundos —el de los pies en la tierra o el de la realidad espiritual. Por el contrario, hoy en día nosotros estamos conferidos por mandato cósmico a unir las dos realidades —la de comunicarnos al unísono con las energías no manifestadas y con aquellas que sí se manifiestan.

    Nuestro potencial radica en enseñar al cerebro cómo extender la consciencia más allá del ruido rutinario hasta el silencio divino del alma —centrados en nuestra esencia pura— para traer de vuelta paz, sabiduría y soluciones que precisamos descubrir aquí. ¡Todo esto lo tenemos que llevar a cabo en medio de nuestra vida diaria! Ahora es el momento en el que necesitamos renacer como pioneros de la consciencia. La sola idea de que podemos ser pioneros visibles en el mundo provoca el despertar de una energía nueva y poderosa que ha permanecido escondida en nosotros y que simultáneamente ha tejido en nuestro interior el mapa del propósito de nuestra alma. Es una imagen de mucha fuerza, de inmensa esperanza y de gran potencial que nos ha acompañado desde antes de nacer.

    ¿Crees que ser poderoso es una nueva idea tuya? No es cierto. Es el potencial de tu ser superior —tus propios talentos— el que te revela el holograma* de tu auténtico ser multidimensional y de tus encarnaciones infinitas. ¿Cómo podemos obtener las claves de este mapa? Primeramente, a través de la expansión de nuestra consciencia. Y, ¿quién nos ayuda a realizarlo? Alberto...

    Alberto ha escrito este manual para la consciencia con tanta intensidad y honestidad —con una pureza intelectual y una sabiduría espiritual conjugadas— que de pronto vemos cómo es que él es un ser muy humano, aunque muy avanzado, que puede abrir las puertas de nuestra realidad a una vasta visión holográfica y comprensiva. A través de sus iluminadas observaciones comenzamos a entender la importancia de cómo transformar nuestros cuerpos emocionales para arribar a donde nos corresponde —y todo de acuerdo con el propósito de nuestra alma.

    Cuando una persona abre las puertas de su consciencia observa que su cuerpo emocional es una fuerte energía que limita su auto-reconocimiento como ser completo. Así, implanta la idea de que sólo somos el ego peleando para sobrevivir. Esto no tiene por qué ser así. Podemos dejar ya nuestro pegajoso papel de víctimas o de prisioneros emocionales. Al extender nuestra consciencia podemos encontrar las claves que nos ayudan a liberarnos de la negatividad, de las frustraciones y del miedo que nos han acompañado hasta ahora. En ese elevado estado, el cuerpo emocional puede darnos experiencias de éxtasis. Alberto ha ganado día a día esta lucha del cuerpo emocional y por eso es un ejemplo exquisito para nosotros.

    Siempre hemos tenido maestros que nos iluminan el umbral, pero hasta ahora no hemos despertado del sueño pesado de la realidad obscura y local. Todos los guías verdaderos nos transmiten enfáticamente que es la profunda iluminación —la conexión directa y consciente con nuestro ser superior— la que nos sana, nos enseña y nos conduce a estados más amplios. ¡Somos nuestros propios sanadores y maestros! ¡Somos nuestro ser superior! Alberto nos asegura que es así.

    Este libro, Pioneros, es su historia. En él, Alberto evidencia su amor por los seres humanos y el viaje de un hombre buscador que llega a ser un maestro. Este sendero lo ha conquistado con esfuerzo sin quedar preso de su ego, con la humildad y la más pura intención de su alma. Además de todo, se escucha su cariñoso entendimiento hacia todos

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1