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Más allá de la matrix
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Más allá de la matrix
Libro electrónico512 páginas10 horas

Más allá de la matrix

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Ahora, en el inicio del siglo XXI estamos experimentando un renacimiento semejante al que se vivió hace seis siglos. Estamos surgiendo de una época de cierta oscuridad y destrucción hacia una en la que la división entre la lógica y la intuición se desdibuja y todo se desprende, dándonos cuenta de que el tiempo ha llegado y el verdadero cambio está innegable en cada uno de nosotros, y que los polos de la dualidad: ciencia y creencia, están siendo perfeccionadas para llevarnos a comprender nuestra existencia individual y la de un universo vasto e infinito. Este libro nace de un programa de radio en el que la autora conversa con pensadores de diversas áreas con el fin de despertar nuestra conciencia. Al final, este conjunto de conversaciones desafiantes invita al lector a salir del encierro del pensamiento convencional, a rebasar sus propias convicciones y remontar el vuelo con las águilas hacia la zona del libre pensamiento.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 nov 2013
ISBN9781943387410
Más allá de la matrix

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    Genial... Has abierto más puertas muchas gracias Patricia Cori Gracias
  • Calificación: 4 de 5 estrellas
    4/5
    me parece interesante el titulo

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Más allá de la matrix - Patricia Cori

Introducción. Secuelas del Renacimiento. Patricia Cori

La física de lo imposible. Doctor Michio Kaku

Ahí donde la ciencia y el espíritu confluyen. MaAnna Stephenson

Savikalpa Samadhi. Doctor Edgar Mitchell

La realidad extraterrestre. Stanton T. Friedman

Roswell: la verdad detrás del mito. Thomas J. Carey

¡Divulguémoslo ahora! Stephen Bassett

El enigma de los pictogramas. Andy Thomas

El cerebro espiritual. Doctor Mario Beauregard

La planta de energía de Giza. Christopher Dunn

La tecnología espiritual del antiguo Egipto. Edward Malkowski

José Argüelles y el Maya Galáctico. Stephanie South con José Argüelles

El fin de los tiempos. Drunvalo Melchizedek

Los secretos de los cráneos de cristal. Stephen Mehler

La cura. Jim Humble

El fin del dinero. Thomas H. Greco Jr

Activismo animal. Mark Hawthorne

La hora de los delfines y las ballenas. Hardy Jones

Reconocimientos

Para aquellos que poseen la imaginación

que les permite pensar fuera de los límites,

Más allá de la Matrix,

y el valor para decir su verdad...

La Matrix es opaca y disonante, como luces de neón entre la niebla.

Saturada con los materiales de relleno de nuestras vidas, nos sofoca en la densidad, sujetando nuestras alas y manteniéndonos cautivos en su red.

La Matrix es limitada y confinante al dibujarnos en sus cuadrículas de la igualdad: forajidos disfrazados en un corredor de espejos.

Estridente y discordante, la Matrix irrumpe en nuestro mundo interno y externo con el sonido del confuso frenesí golpeando el tambor, tocando la bocina.

Es el impulso excesivo de la exigencia y el deseo, la prisión de aquellos que no pueden ver la luz.

Sombría y limitada, la Matrix existe para cercar nuestra mente en una jaula, en un cubo, en un rincón, agazapada en las células de nuestra propia creación, en donde el miedo es el guardián y la fe es sólo un recuerdo.

Más allá de la Matrix está la Luz.

La luz es transparente, es pura; es la melodía incontenible.

Es la ráfaga con la que las almas emprenden el vuelo.

Es el día, el eterno calor del sol.

Es el prodigio de una noche refrescante e iluminada por la luna.

Es territorio de la verdad: la búsqueda, la Sabiduría; una danza cósmica; el reino mágico.

Más allá de la Matrix yace la esperanza y el sueño; que nos mantiene vivos.

Es el sueño. El sueño. El sueño.

Introducción

Secuelas del Renacimiento

Patricia Cori

A menudo me he preguntado cómo habrá sido la época del gran Renacimiento. La humanidad, desmotivada y agobiada por siglos de violencia, enfermedad, hambre y sufrimiento, salió de su crisálida y comenzó extender sus alas. Poco a poco, las señales de una nueva conciencia —la visión del potencial de la humanidad— comenzaron a surgir de entre las clases privilegiadas. La gente podía soñar y atreverse —dentro de los límites impuestos por las autoridades reales y eclesiásticas— a expresar su búsqueda por la nobleza en todo el sentido humano.

Pronto, muchas sociedades del mundo comenzaron a experimentar el cambio (una transformación rápida y sin precedentes). La influencia de las artes, la literatura y las crecientes posibilidades de las nuevas ciencias se extendieron a través de los océanos hacia los suburbios y las ciudades, y una nueva visión llevó luz a un mundo de tinieblas: el Oscurantismo de la Edad Media. Esta energía revivió los estudios de la Filosofía, las civilizaciones antiguas, los sagrados misterios (todos los campos de exploración de donde las mentes de la revelación se alimentan y nutren).

Imaginen...

Nosotros, las generaciones que transitamos el planeta Tierra en éste, el inicio del siglo XXI, somos los privilegiados, no porque pertenezcamos a las clases ricas o nobles, sino porque estamos aquí, ahora mismo. Nosotros también estamos experimentando un Renacimiento —muchas octavas mayor— mientras nos preparamos para ser habitantes totalmente conscientes de que, lo que estamos conociendo, es uno de los universos alternos, ocupado por incontables especies e incontenibles poblaciones de seres sensibles e inteligentes.

Nosotros también estamos surgiendo de una época de relativa oscuridad y destrucción en nuestras sociedades. Con toda nuestra tecnología y avances, la humanidad, en general, aún se encuentra agobiada por el sufrimiento y el descontento. Todavía tenemos a las minorías privilegiadas y absolutas, y a las mayorías trabajadoras. La violencia se sale de control en cada rincón, pues ese animal que habita en los seres humanos continúa buscando el poder por medio de la codicia para saciar su sed de sangre. Así, la única diferencia entre nosotros y las bestias depredadoras, es que nosotros matamos por placer. Y, sin embargo, somos supuestamente los que poseemos el enorme intelecto... somos los primeros en la cadena de la evolución de nuestro planeta.

En el Oscurantismo de nuestra sociedad contemporánea surgen, de un continente a otro, las enfermedades que jamás nos hubiéramos imaginado, amenazando por siempre nuestra mera existencia. Y la gente muere de hambre —así es, de hambre— en los años en que creemos reflejar la civilización en su auge tecnológico.

¡A primera vista, ciertamente no pareciera que estamos entrando a una era de iluminación!

Muchos observan los campos de batalla y no ven más que futilidad y desesperanza. Otros contemplan el resplandor de los medios restringidos, resignándose al fracaso de nuestra especie y creyendo que simplemente no hay esperanza para la humanidad o el planeta en sí mismo. Los que profetizan el Día del Juicio Final creen que estamos reviviendo a Sodoma y Gomorra, y que las profecías que hablan de la destrucción total de la semilla de la vida, nos han alcanzado: la solución final (el Armagedón).

Y sin embargo…

A pesar de la irreflexiva corrupción de nuestras actuales figuras de autoridad (ya sea que las hayamos elegido o nos hayan sido impuestas), a pesar de los trillados decretos de religiones y culturas, a pesar de los cambios terrestres en sí mismos, se está llevando a cabo un milagro justo ante nuestros ojos… al igual que en nuestro interior (en cada célula de nuestro ser).

Hay un renacimiento de aquella trascendental visión de nuestros ancestros. La batalla entre la lógica y la intuición está comenzando a transformarse en un nuevo paradigma: una nueva ciencia que surge con entusiasmo. Al neutralizar la dualidad de nuestra mera existencia (como seres vivos en el reino material del espacio físico), perfeccionando las señales vibratorias de nuestros propios organismos y su impresión en los dominios de la existencia, estamos reconociendo, finalmente, que todas las cosas existen como imágenes entre sí. Todo es Uno en el Universo. Todo es divina y exquisitamente armónico cuando nos elevamos a las frecuencias del Yo Supremo. Nosotros, partes conscientes de esa totalidad, somos libres para decidir cómo tocaremos nuestra música en la sinfonía de la vida, en todo momento.

Conforme aparecen la ciencia y el espíritu, las líneas de división entre la lógica y la intuición se desdibujan y todo se desprende. Ahora nos estamos dando cuenta que esto lo hemos sabido siempre, desde la historia no escrita de las grandes civilizaciones sobre la Tierra y a lo largo del tiempo. El significado de la vida por antonomasia ha permanecido justo frente a nuestros ojos, a lo largo de muchos ciclos de nuestra existencia. Algunas veces, en el surgimiento y caída cíclica de las civilizaciones, hemos tenido en nuestras manos una preciada sabiduría como una rosa recién cortada; otras, la hemos abandonado por perseguir la inalcanzable y vacía ambición del beneficio y la gratificación personal, que es tan ilusoria como las nubes. Ahora estamos conociendo, con gran humildad, que no importa cuánto nos esforcemos por descifrar la compleja y finalmente inconcebible idea de la Creación, la inevitable pregunta de la existencia, desde el macrocosmos hasta el microcosmos, es absolutamente simple. La Sabiduría se encuentra cifrada en todos los ámbitos de la vida: en cada hierba, en cada flor, montaña, animal, nube. En cada ser humano; en cada nota, melodía, canción, en cada sinfonía.

Cualquiera que sea nuestra percepción de Dios, ciertamente podemos coincidir en que él, ella o eso posee la exquisita capacidad de crear los despliegues más elocuentes sobre la materia, organizados en fórmulas matemáticamente superiores, para producir el infinito orden de seres vivos interactivos en nuestro planeta y —así lo creemos— en los mundos que pronto estarán por descubrirse.

Eliminemos el método, la técnica, las herramientas y la enseñanza de todas las disciplinas espirituales y llegaremos a una simple y solventada verdad: todo lo que existe es energía (energía pura). Todo es conciencia; todo es vibración. Lo mismo, lo escuchamos ahora por parte de los grandes pensadores de las ciencias, pues resulta cierto en el laboratorio. ¡Aleluya!

Cómo se manifiesta la vibración en diferentes entramados. Cómo hacemos la música. Esa es la sustancia de nuestra búsqueda por la instrucción y el conocimiento conforme resonamos a un octavo mayor en la clave de la vida.

Desde muy temprana edad he conocido el don de la clarividencia y éste me ha hecho atravesar por muchos momentos difíciles al crear otros dones. Es el proceso de simplemente volverse humano, enfrentando todo aquello que crees que llega a ti, tan sólo para darte cuenta de que todo surge de ti y que todo lo creas al nivel espiritual.

Avanzamos temerarios y curiosos; retrocedemos temerosos y vacilantes. Giramos a la izquierda, giramos a la derecha; así es la danza de la vida. Todo ello es un reflejo de la música, y esa música, en sí, no es ni más ni menos que el conjunto de todas las cosas vivas en la gran orquesta de la práctica consciente.

En los días de mi extrema curiosidad, fui ridiculizada, al igual que la mayoría de los metafísicos, por atreverme a expresar mis ideas acerca de la vida extraterrestre y un conjunto de indagaciones paranormales con sus consecuentes manifestaciones, que la gente afirmaba eran ridículas. Sin embargo, por todo el apoyo y ánimo por parte de mi verdadera mentora, mi madre, encontraba hostilidad en casi cada rincón. Me atreví a no ser conformista y confié en las ideas que surgían en mi mente desde que tengo memoria. Le hablaba a los espíritus y ellos me respondían y alcancé mi ratificación, digamos, de fuentes de otro mundo.

Aún lo hago.

Personas con dones parecidos han sido encerradas en instituciones; tachadas de dementes. (Otras, durante el oscurantismo, fueron quemadas al ser señaladas como herejes. Yo sabía que, en esta vida, las cosas cambiarían).

El tiempo ha llegado. El cambio —el verdadero cambio— está innegablemente sobre nosotros. Los escépticos ahora se están volviendo creyentes; la ciencia ahora abraza lo que por tanto tiempo rechazó; los polos de la dualidad están siendo perfeccionados en creencias adherentes y clamorosas (ricas en tonalidades y armonías) sobre nuestra existencia individual y la de un universo vasto e infinito.

En la búsqueda de compartir y explorar siempre las nuevas ideas con mis semejantes, decidí conducir un programa de radio en el año 2007, el cual todavía se transmite por la BBS Radio, con un formato basado en el diálogo por Internet. Mi programa, Más allá de la Matrix, dedica una hora a la semana a dialogar con pensadores expertos —a quienes busqué para entrevistar— en todos los campos de interés. He dialogado con algunos de nuestros principales físicos, científicos en el campo de la Medicina, técnicos, médicos, investigadores, metafísicos, en un intento por llevar los nuevos paradigmas de nuestra despierta civilización a un público cada vez más numeroso.

De todas estas entrevistas, algunas me han conmovido profundamente y de manera personal. Ya sea para reafirmar mi comprensión y mis ideas o retándome a llevar mis propias creencias al campo de otras posibilidades, estos visionarios han hecho surgir nuevas e inquietantes ideas respecto a la experiencia humana y están dedicados a alcanzar un resultado positivo: creer en nuestra capacidad para corregir la injusticia, elevar nuestra vibración, sanar la Tierra y, lo más importante, celebrar este momento de evolución.

Éstas son algunas de las mentes brillantes de nuestro tiempo.

De algún modo sentía que esos sorprendentes diálogos serían llevados a una mayor audiencia para ser compartidos con escépticos y creyentes por igual, todos unidos en un objetivo común: aumentar nuestra comprensión del significado de nuestra existencia mortal e inmortal, buscar una mayor conciencia de lo que sucede a nuestro alrededor y tener una idea, a partir de esto: nuestro verdadero papel en el gran Cosmos. Por eso es que este libro fue creado y así es como ha surgido y ha sido traducido de la palabra hablada a la escrita.

Desde el ilustre físico, el Doctor Michio Kaku, coautor de la Teoría de Campos de Cuerdas de la Física moderna, hasta el defensor de las ballenas y los delfines de nuestros mares, Hardy Jones, de BlueVoice, este conjunto de conversaciones desafiantes invita al lector a salir del encierro del pensamiento convencional, a rebasar sus propias convicciones y a remontar el vuelo con las águilas hacia la zona del libre pensamiento.

Ahí, más allá de la Matrix, no existe la policía del pensamiento. No hay crímenes de odio. No hay regidores; no hay esclavos. No hay víctimas. No hay temor; no hay separación. No hay camino correcto, no hay camino equivocado. No hay respuesta definitiva a las preguntas que inundan nuestras almas.

Lo que ahí se puede encontrar, en la infinita luz de nuestro increíble potencial, es una inagotable gama de posibles realidades en donde nosotros, cuerdas vibrantes en el instrumento de la vida, tocamos nuestras melodías en la Armonía de las Órbitas. Ahí creamos los pensamientos, los cuales generan energía que da forma a las vibraciones que ondulan en las aguas de la Mente. Escuchamos crecer el césped; elogiamos a las olas cuando rompen sobre la playa. Escuchamos al pájaro cantar y pedir a las flores retoñar. Entregamos nuestros pensamientos a la gran congregación de conciencias que avanzan cada vez más cerca del precipicio al que saltamos, igual que el Loco del Tarot, hacia lo desconocido., sabiendo, confiando en que lo sabíamos desde el principio.

Todo está escrito en el espacio cósmico, justo ahí, detrás de los velos de nuestra percepción tridimensional.

Y aquí estamos de nuevo, dejando que muera el ciclo de la ignorancia, erguida, avanzando audazmente hacia la luz del Nuevo Amanecer.

Espero y deseo que a partir de las ideas presentadas durante mis conversaciones con estos apasionados seres humanos, cuyos planteamientos del mañana están colmados de esperanza y expectación, tus conceptos en torno a la vida y la humanidad sean llevados a un nivel más alto. Ya sea que aún estemos cegados por la neblina de nuestro entorno y nuestras emociones, o que sintamos que hemos avanzado un largo trecho en el camino hacia las estrellas, reconozcamos con gozo el arduo trayecto hacia la espiral de la luz., de todo lo que dejamos atrás y lo que se avecina.

Esa es nuestra herencia.

Mira justo hacia arriba. Es la Era de la Iluminación: gira a la izquierda, hacia la siguiente estrella, y habrás llegado…

La física de lo imposible

Doctor Michio Kaku

El doctor Michio Kaku es catedrático en la City University de Nueva York. Conocido por muchos como el Einstein de nuestro tiempo, es un físico brillante y un espléndido maestro para todos nosotros. Es coautor de la Teoría de Campos de Cuerdas. Ha escrito varios libros y apareció en diversos documentales, ayudándonos a comprender las complejas teorías de la física moderna con un lenguaje sencillo...

P: Doctor Kaku, ¡tengo frente a mí todos sus libros, que nos comparten la riqueza de sus conocimientos! Gracias por todos aquellos a los que ha encaminado hacia el conocimiento del ser humano.

Me gustaría comenzar esta entrevista diciéndole cómo supe acerca de usted. Hace más de un año estaba viendo Discovery Channel y vi un programa que, desafortunadamente, ya iba a la mitad y en el cual se mostraba la recreación de una mujer terriblemente angustiada que caminaba por una plaza comercial. La gente caminaba justo hacia donde ella se encontraba y no tenía la más mínima idea de lo que estaba sucediendo, pues tenía la enorme sensación de que, de algún modo, era invisible. La escena terminó, y usted, en medio de Times Square, dio una explicación referente a otras dimensiones y cómo las personas representadas en el documental se encontraban, en realidad, en otra dimensión.

¿Podría ahondar más acerca de este mundo de dimensiones convergentes?

R: Bueno, cuando era niño y vivía en San Francisco, solía pararme durante horas en el Japanese Tea Garden a observar a las carpas nadar. Me imaginaba siendo un pez y tomaba conciencia de mi mundo bidimensional, pues, como pez sólo podía nadar hacia adelante, hacia atrás, a la izquierda y a la derecha. En ese mundo cualquier pez que se atreviera a hablar del mundo de arriba (el mundo de la tercera dimensión), el mundo del hiperespacio, era considerado un chiflado o un idiota. Me imaginaba ahí a un científico, a un pez científico que decía: ¡Bah, tonterías! No existe ningún mundo de arriba. Sólo hay lo que puedes ver. Lo que puedes ver en el estanque es lo que hay. Punto.

Entonces me imaginaba atrapando al pez científico para llevarlo al mundo de arriba (el de la tercera dimensión) el mundo del hiperespacio. ¿Qué es lo que vería? Vería un mundo fantástico, donde los seres se movían sin aletas: Una nueva ley de la Física; seres respirando sin agua. Una nueva ley de la Biología. Hoy en día, por increíble que parezca, nosotros los físicos creemos e intentamos probar que somos ese pez. Hemos pasado toda nuestra vida en tres dimensiones (moviéndonos hacia adelante, hacia atrás, a la izquierda, a la derecha, arriba y abajo) y cualquiera que se atreve a hablar de mundos desconocidos, de mundos más allá de lo que podemos ver y tocar, es considerado un chiflado.

P: ¡Esa sería yo, por cierto! He tenido una vida de sorpresas y de rotunda carcajada referente a algunas de mis más profundas experiencias en el más allá.

R: ¡Ya no más! La tormenta ha cambiado de dirección de manera dramática. Ahora los físicos creen que quizá podemos, de hecho, tener acceso o comenzar a pensar en dimensiones en niveles superiores: dimensiones que no podemos ver; que se encuentran a nuestro alrededor, justamente como el mundo de arriba para el pez.

P: ¿A qué se refiere con el término hiperespacio? En sus libros, usted habla de diez dimensiones como si fuesen capas de la realidad. Me pregunto por qué se limita usted a diez dimensiones y cómo es que llega a esa conclusión.

R: Einstein tuvo un sueño que persiguió durante 30 años, y era crear una Teoría del Todo, una ecuación de una pulgada de largo que le permitiera condensar todas las fuerzas del Universo y poder leer la mente de Dios. Sin embargo, siempre que intentamos combinar las ecuaciones de la gravedad, las ecuaciones de la luz y las ecuaciones de la proporcionalidad, descubrimos que no hay suficiente espacio en tres dimensiones. No hay suficiente espacio para comprimir todas estas fuerzas. Sin embargo, si asumes que existe una dimensión superior, de hecho hasta diez dimensiones, entonces todas estas fuerzas simple, magnífica y delicadamente se ajustan en una teoría coherente, y es esto lo que está entusiasmando al mundo de la Física. Pero Einstein no fue más allá. Einstein se detuvo en la cuarta dimensión, pero si avanzas hacia la sexta, séptima, octava y hasta la décima dimensión, entonces obtendrás una sencilla y brillante descripción de estos universos dimensionales superiores.

Hoy pensamos que el Universo es una especie de burbuja de jabón. Nosotros vivimos sobre la cubierta de la burbuja de jabón; no podemos salir. Estamos atrapados aquí como moscas sobre un papel matamoscas y nuestra burbuja de jabón se expande para integrar todos los datos provenientes de nuestros satélites. Pero ahora creemos que existen por ahí otras burbujas. ¿Dónde flotan estas otras burbujas? ¿Hacia dónde se expanden estas burbujas? Si el Universo se está expandiendo, ¿hacia dónde se expande?

Pensamos que se está expandiendo hacia estas dimensiones superiores y, para mí, eso es muy agradable porque cuando de pequeño iba a la escuela dominical, aprendí acerca del Génesis y el origen del Universo, pero mis padres son budistas y creen en el Nirvana, que no es ni un principio ni un fin. Hoy los físicos creemos que podemos fusionar el Budismo con el Génesis judeo-cristiano.

Realmente creemos que el Universo surgió de una explosión, pero que estas Big Bangs suceden todo el tiempo. Suceden en un océano más extenso del Nirvana y hasta tenemos hoy un nombre para el Nirvana, que es el Hiperespacio Decadimensional. Creemos que tenemos una hermosa imagen de universos surgiendo, creciendo, expandiéndose con otros universos que están surgiendo, mundos paralelos, y un entorno más amplio y que es eterno: el Nirvana —el Nirvana del Budismo; el Nirvana de la Física; el Hiperespacio Decadimensional.

P: ¿Lo que está diciendo, entonces, es que podemos admitir el concepto de todo lo que es, lo que siempre fue y lo que siempre será y que el Big Bang será sólo una manifestación de la eterna existencia del Todo?

R: ¡Exactamente! A la gente le cuesta mucho reconciliar la Teoría del Big Bang con la Teología, pero esta imagen más amplia, esta imagen del universo múltiple, nos ofrece una combinación hermosa y sutil de muchos de los paradigmas del pasado y, por increíble que parezca, ésta es la imagen que se ajusta a los datos obtenidos vía satélite.

Contamos con un satélite que gira en este momento alrededor de la Tierra, conocido como el WMAP. Éste nos ha proporcionado la edad del Universo, que es de trece mil setecientos millones de años, y todos los datos coinciden con esta imagen: esta imagen que nosotros tenemos (burbujas, como un baño de burbujas). Imagina un baño de burbujas o una burbuja que se forma y se expande formando pequeñas burbujas que colapsan en otras burbujas. Éste es un nuevo paradigma que está surgiendo de la Física y que hemos visto también en la religión a lo largo de la Historia.

P: ¿En qué se correlaciona eso con la religión?

R: Si echas un vistazo al Génesis, capítulo 1, versículo 1, verás que habla del instante en que Dios creó el Universo. Eso coincide con la Teoría del Big Bang. Incluso hasta un arzobispo de la Iglesia Católica declaró que la Teoría del Big Bang es compatible con el Génesis. Sin embargo, existen también algunas formas de Hinduismo y Budismo que dicen que éste no tiene origen ni final. Es eterno; tenemos el Nirvana. Así pues, estamos observando no sólo la fusión de estas dos ideas —que las Big Bangs suceden dentro del Nirvana— sino que las Big Bangs suceden todo el tiempo.

Incluso mientras conversamos, están surgiendo universos, y nuestros datos obtenidos vía satélite coinciden con esta imagen (eternas Big Bangs, eterna expansión). De hecho, uno de mis amigos, Alan Guth, podría ganar el Premio Nobel de Física por esta imagen que parece coincidir con todos los datos obtenidos vía satélite. Creo que hemos obtenido una muy buena amalgama con la ciencia que proviene de dichos datos, con la hipótesis proveniente de la Teoría del Campo Unificado de Einstein y con los paradigmas religiosos.

P: Una de las grandes ventajas de su trabajo es que se las ingenia para hacer de la complejidad de la Física algo comprensible para la gente común, algo que realmente le agradecemos porque existen conceptos muy difíciles de comprender. Dicho esto, ¿podría usted ofrecernos un panorama de la Teoría de las Cuerdas, de la cual es usted reconocido como coautor, y cómo se relaciona ésta con la Física Cuántica?

R: Los pitagoreanos de hace dos mil años, eran filósofos griegos que analizaban las cuerdas de la lira intentando descubrir una razón matemática para la música: las Matemáticas de la armonía. ¿Por qué tenemos sostenidos y bemoles, tercios y quintas, cuerdas, acordes mayores y menores? Utilizando la lógica matemática que los griegos tenían a su disposición hace dos mil años, lograron demostrar que la armonía obedece las leyes de las Matemáticas. Se sorprendieron tanto ante este logro que pensaron que tal vez el Universo podría explicarse con el lenguaje de la armonía. Pues bien, fracasaron. No conocían nada de los átomos, no contaban con la Química ni con la Física y esa idea no prosperó.

Sin embargo, ahora hemos cerrado el círculo, ahora conocemos demasiadas partículas. Tenemos los electrones y los neutrones; contamos con los rayos gamma; contamos con las partículas bosón de Higgs. Cuando obtuve mi doctorado en la Universidad de California tuve que memo- rizar los nombres exóticos de cientos, miles de partículas subatómicas.

Hoy creemos que todas estas partículas pueden ser sintetizadas nada menos que como notas musicales —notas musicales sobre una banda de goma vibratoria—. Si tuviese un microscopio y pudiese mirar el interior de un electrón, vería que no es en absoluto un punto —esa es la vieja imagen—sino, más bien, una banda de goma vibratoria. Si lograra cambiar la frecuencia vibratoria se convertiría en un neutrón; si lo cambiara nuevamente, se convertiría en un acorde. Cambio de nuevo la frecuencia y se convierte en los cientos de partículas subatómicas que tuve que memo- rizar para obtener mi doctorado en Física.

Espero que en el futuro, para obtener su doctorado en Física, lo único que tengan que hacer es decir: Teoría de Cuerdas. Hoy los físicos creemos que la Física no es más que la armonía entre cuerdas vibratorias. La Química es la melodía que puedes tocar con estas cuerdas vibratorias. El Universo es una sinfonía de estas cuerdas vibratorias, entonces, ¿qué es la mente de Dios?

Como decía, Einstein pasó los últimos 30 años de su vida persiguiendo una teoría que le permitiera leer la mente de Dios. Pues bien, por increíble que parezca, hoy tenemos un candidato —un candidato para la mente de Dios que ha entusiasmado al mundo de la Física—. La revista Time, las revistas de música y todas las grandes redes de comunicación han dedicado reportajes a esto (la mente de Dios). Nosotros los físicos creemos que ésta es música que resuena a través del hiperespacio: eso es lo que pensamos que es la mente de Dios.

P: Ésta es una de las razones por las que me sentí atraída por su trabajo, pues en mi pequeña contribución en el campo de lo espiritual, todo lo que escribo habla también de la música del Universo y cuando lo leí viniendo de usted, desde un punto de vista científico, pensé: ¡Vaya, la ciencia y el espíritu realmente se están fusionando!

R: Así es. Y por cierto, el próximo mes estrenaremos en Ginebra, la máquina más grande que la ciencia haya construido jamás, llamada el Gran Colisionador de Hadrones, la cual tiene veintiocho kilómetros de circunferencia y con la cual esperamos crear las más altas partículas musicales que son invisibles a nuestros ojos puesto que nosotros estamos en la octava más baja. Todo lo que observas a nuestro alrededor son pequeñas bandas de goma que vibran en las frecuencias más bajas. Con el Gran Colisionador de Hadrones pretendemos generar las frecuencias más altas.

Ahora, los medios de comunicación, por supuesto, han distorsionado todo el concepto. Los medios dicen simplemente que quizás esto creará hoyos negros que podrían devorarse a la Tierra, lo cual es totalmente absurdo. Es un completo disparate. No vamos a crear ningún hoyo negro en Ginebra. Lo que pretendemos obtener es una música superior, para eso es esta máquina.

P: ¿Cómo se relaciona esto con el asunto de la Música de las Esferas?

La Música de las Esferas fue un intento de los músicos de siglos atrás por explicar el movimiento de los planetas, el movimiento de los objetos a nuestro alrededor, y por describir el movimiento en términos musicales. La idea nunca prosperó en el campo de la ciencia puesto que apareció Isaac Newton con sus Leyes, las cuales coincidieron con nuestros satélites espaciales y con los planetas. Después llegó Einstein, apuntando que Newton no había ido tan lejos y que el movimiento de los planetas se puede explicar, no sólo por la gravedad, sino por el espacio y el tiempo (la curvatura del espacio y del tiempo). Y ¡oh, sorpresa!, ahora sabemos que Einstein tampoco llegó tan lejos. Tenemos que ir no sólo al espacio y al tiempo, sino al hiperespacio y a través de cuerdas vibratorias para crear música —música que resuena a través del hiperespacio—. Eso nos lleva de regreso a la Música de las Esferas. En cierto sentido, hemos cerrado el círculo, en términos de nuestra filosofía.

P: Permítame tratar de seguir sus ideas. Refiriéndonos de nuevo a su hipótesis respecto a la banda de goma y el concepto de la vibración que altera las expansiones, ¿no estamos diciendo, por supuesto, que si cierto número de seres humanos en este planeta elevaran la frecuencia de sus pensamientos, podríamos cambiar la condición material del planeta?

R: En este aspecto, no estoy completamente seguro de cómo cambiar la frecuencia de estas partículas —una forma de hacerlo, por supuesto, es con el Gran Colisionador de Hadrones.

P: Bueno, por supuesto, eso es la música, ¿no?

R: Sí es. Y también es posible con los satélites que tenemos girando alrededor de la Tierra. Por cierto, olvidé mencionar esto: ya tenemos las primeras imágenes del Universo infantil. Las primeras imágenes del Big Bang. Si de algo se nos ha acusado a los físicos, es de no contar con pruebas gráficas de que hubo esta explosión hace trece mil setecientos millones de años. Pero ahora tenemos fotografías de ello: imágenes de la explosión misma que fueron tomadas en la región de las microondas. Si consultas la página Web de la NASA (www.nasa.gov) y buscas WMAP, podrás, de hecho, verlas. De modo que ésta es una prueba realmente gratificante de la primera imagen. Hubo un Génesis; hubo un principio; hubo un momento en que el Universo explotó repentinamente en todo su esplendor. Hoy lo hemos fotografiado. La pregunta que queda es: ¿Qué sucedió antes de esta explosión?

Ahí es donde creemos que entra la Teoría de las Cuerdas.

La Teoría de las Cuerdas en realidad te lleva al momento antes de la explosión, de tal forma que el tiempo no comenzó con la explosión que dio origen al Universo hace trece mil setecientos millones de años. La Teoría de las Cuerdas prevé que podría haber otros universos —así pues, si el universo múltiple fuese como un baño de burbujas, entonces quizá nuestra burbuja de jabón se separa o surge de otra burbuja de jabón, así como las burbujas de jabón se dividen en dos cuando tomas un baño de burbujas... o quizá dos burbujas chocan una contra otra para formar una tercera burbuja.

A esto se le llama la Teoría de la Gran Salpicadura.

Algunos físicos, principalmente mis amigos en Princeton, están impulsando la Teoría de la Gran Salpicadura. Por otro lado, mis amigos en MIT están impulsando la Teoría de la Germinación llamada Inflamiento. Ésta sugiere que nuestro universo germinó a partir de otro universo. ¡Estamos cruzando apuestas al respecto! No estamos seguros de cuál sea la correcta, sin embargo, lo que estoy enfatizando es que el Universo y el tiempo no comenzaron con la Big Bang. Creemos que podemos ir al momento antes de ésta y, de hecho, lo mediremos aproximadamente en el 2014, cuando enviemos una nueva generación de satélites que nos proporcionen otra imagen, no sólo de la explosión, sino del instante de la Creación, cuando nuestro Universo salía de las entrañas.

Quizás, incluso, hasta encontremos evidencia de un cordón umbilical que conecte a nuestro universo bebé con, quizá, un universo madre. Eso no lo hemos hecho aún; sin embargo, ya tenemos algo. No tenemos prueba de esto, pero esperamos, en el 2014, cuando enviemos la siguiente generación de satélites, detectar el cordón umbilical que conectó a nuestro universo infantil con nuestro universo actual. Todo esto es emocionante.

P: Realmente es emocionante, en especial porque se encuentra muy a tono con algunas de las ideas más trascendentales que están surgiendo del mundo espiritual. Mis libros hablan también de los cordones astrales del Sol. Usted habla del cordón umbilical del Universo. Es simplemente sorprendente.

R: Otro tema que ha surgido a partir de la religión y la espiritualidad, es la idea de un mundo paralelo: otros planos de la existencia. La Iglesia Católica, por ejemplo, lleva mucho tiempo creyendo que el paraíso y el infierno representan diferentes planos astrales que coexisten con nuestro universo. Nosotros, los físicos, solíamos reírnos con disimulo ante esta idea; pero ya no, pues toda la evidencia apunta a que podría haber otros universos, otros universos paralelos.

Piensa en un radio, digamos, en tu estancia. Éste capta una frecuencia y sabes, sin embargo, que existen cientos de frecuencias invisibles en tu habitación —está Radio Moscú, Radio La Habana, la BBC, todas estas frecuencias que no puedes escuchar. Ahora bien, ¿por qué no puedes escucharlas? No puedes escucharlas porque tu radio no está en consonancia con estas otras frecuencias (decimos que eso ya no está vinculado). Ése es el término científico: se ha desvinculado de la BBC. Estás escuchando la emisora de rock en América y no estás escuchando la BBC Radio de Londres; te has desvinculado de la BBC Televisión.

Hoy creemos que todo lo que nos rodea vibra a una cierta frecuencia. En nuestra habitación hay ondas más cortas que están vibrando; sin embargo, también hay otras ondas que provienen de otras frecuencias. Cada frecuencia representa un universo distinto; así, por ejemplo, en tu habitación misma quizás se encuentre la Función de Ondas de los dinosaurios, la Función de Ondas de un mundo donde Elvis Presley aún vive.

Estas son frecuencias con las que ya no interactuamos; nos hemos desvinculado de ellas. A esta teoría se le llama Muchos Mundos, y fue propuesta por un físico llamado Hugh Everett en Princeton durante la década de 1950. La gente se burló de esta idea cuando fue propuesta por primera vez, pero ahora solemos creer que Everett tenía razón, que en realidad existen estos otros mundos. Nos hemos desvinculado de ellos, ya no estamos en frecuencia con ellos, pero coexistimos con ellos.

P: ¿Cree usted, doctor Kaku, que algunas personas estén captando estas frecuencias provenientes de otras dimensiones?

R: Aunque me llegan testimonios de personas que lo afirman, no lo sé, porque tendría que calcular si estas personas están o no en consonancia, pero si observas los artículos sobre Física, nosotros, los físicos, ya no nos reímos de esta idea. La noción de Hugh Everett, es decir, el concepto de los Muchos Mundos, es uno de los temas primordiales de la Física teórica. Puedes acudir a cualquier biblioteca científica en el mundo, buscar Muchos Mundos y encontrarás cientos de artículos relacionados con la mecánica cuántica, así como de la teoría cuántica respecto a la Teoría de los Muchos Mundos.

Einstein rechazaba esta idea; pero, ¡oh, sorpresa!, Einstein se equivocaba en este aspecto. Einstein no creía en la teoría cuántica; sin embargo, ahora creemos que ésta teoría sí revela el mundo. Es por eso que tenemos rayos láser, que tenemos transistores. Sin la teoría cuántica, no habría radios, televisores, rayos láser, ni satélites. Todo depende de la teoría cuántica, y la prolongación de ésta son los Muchos Mundos.

P: Leí uno de los libros donde habla acerca de un bote salvavidas interdimensional. ¿Podría explicarlo con más detalle? Me resultó muy interesante.

R: Mucha gente se acerca y me dice: Profesor, todo esto es bueno. Habla usted de dimensiones superiores, de diez dimensiones, ¿pero cómo puedo visitar estos otros mundos? ¿Cómo acudo a estos sitios?

Bueno, eso sí es difícil.

Ante todo, los religiosos y espiritualistas hablan de meditar y moverse entre universos. Nosotros, los físicos, somos más prácticos. Nos gustaría tener una máquina que nos llevara ahí oprimiendo un botón, en lugar de tomar algún alucinógeno o meditar. En mi libro Mundos Paralelos, incluso presento un bosquejo de ese tipo de máquina.

Debes entender que Einstein dijo que el espacio y el tiempo son como un tejido y que el tiempo es como un río, un río que puede aumentar o disminuir su corriente, mientras recorre el Universo.

Nosotros calculamos esto todo el tiempo con nuestros satélites — por ejemplo, con el sistema GPS que utilizas en tu automóvil—. El sistema GPS depende del aumento o disminución del tiempo en el espacio exterior. Pero la nueva trampa es que el río de un planeta puede formar nuevos remolinos y que el río de un planeta puede bifurcarse en dos ríos, en cuyo caso no podemos descartar la posibilidad de un bote salvavidas interdimensional. Ni siquiera podemos descartar la posibilidad de una máquina del tiempo que pueda transportarnos entre diferentes ríos del tiempo, diferentes corrientes del tiempo.

Ahora bien, esto siempre se consideró una locura; sin embargo, el mismo Einstein se dio cuenta de que el viaje en el tiempo era posible con su propia ecuación. En 1949, la primera vez que se descubrió la solución al viaje en el tiempo en la ecuación de Einstein. Desde entonces, nosotros, los físicos, hemos descubierto cientos de soluciones distintas al viaje en el tiempo que nos permita transportarnos entre universos. Stephen Hawking los llama incluso universos bebé, pequeños universos infantiles que nos permiten retroceder en el tiempo o transportarnos entre distintos universos.

A decir verdad, las máquinas que se requieren para viajar entre las dimensiones, tendrían que ser enormes. Estamos hablando de una máquina tan grande, que tendría que ser instalada en el espacio exterior, pero el simple hecho de poder pensar en estas cosas, creo que es sorprendente. Por lo general, los escritores de ciencia ficción o de literatura fantástica hablan sobre viajar a la deriva por el río del tiempo o interfaces de conexión: puertas de entrada a otros universos. Es de lo que está hecha la Dimensión Desconocida, pero ahora lo estamos tomando muy en serio, e incluso, estamos proponiendo bosquejos para este tipo de máquinas.

P: ¿Cuándo espera que la ciencia alcance este logro monumental?

R: Bueno, estamos hablando de enormes cantidades de energía, pero si algún día, alguien toca a tu puerta y afirma ser tu tataratataranieta, ¡no le cierres la puerta! Es posible que tu tataratataranieta viva en una época en que las máquinas del tiempo son posibles y ha decidido visitar a su ilustre antepasado, ¡así que no necesariamente tienes que cerrar la puerta si alguien afirma ser un descendiente tuyo que aún no existe!

P: Sin duda a Steven Spielberg le encantaría.

R: De hecho, uno de mis amigos, un físico de Caltech, está realizando investigaciones para la próxima película de Steven Spielberg, la cual tratará sobre el viaje en el tiempo. Spielberg se toma esto muy en serio. Incluso consultó a un físico para crear su próxima película, igual que Carl Sagan consultó a un físico cuando hizo la película Contacto. De hecho utilizó lo más reciente de la Física para crear la película con Jodie Foster, la cual trataba justamente de eso: el contacto con civilizaciones extraterrestres.

P: ¿Cuándo va usted a hacer una película, doctor Kaku?

R: No por un tiempo. ¡Estoy absolutamente sorprendido de haber podido escribir un libro que se encuentra en la lista de los éxitos editoriales del New York Times! Estoy sorprendido por eso.

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