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Libro electrónico54 páginas14 minutos

Vaho

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Premio Adonáis 2015, según el jurado, "por su inteligencia poética, que señala, tras las apariencias, el sentido profundo de las cosas". A partir de elementos difuminados, y, en muchas ocasiones, con un tono predominantemente irónico, Sancho Ferrer establece un universo donde lo difuso -niebla, sueño, vaho, ceniza, espejos- configura los límites de una realidad a la que intenta acercarse mediante la nostalgia o de la melancolía. "Nombremos lo que duele" parece ser el verso concluyente de este espléndido, maduro y reflexivo libro, escrito con la lucidez de quien ansía descubrir lo que de verdad envuelve tanto el velado mundo exterior como interior del poeta.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 feb 2016
ISBN9788432146091
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    Vaho - Rodrigo Sancho Ferrer

    AUSTERLITZ

    DUDA PRÓLOGO

    SIN objeto, el amor se disipa,

    como el calor de una taza de té

    olvidada en la mesa de la cocina.

    Los planetas, por ejemplo,

    al morir su estrella,

    quedan a la deriva, errantes,

    y pasan a llamarse, defectivamente, planemos.

    Las personas, este es otro ejemplo,

    ante esa pérdida,

    son invadidas por la melancolía

    y pasan a ser nombradas por los demás

    siempre con tacto y en susurros,

    como si se tratara de dragones durmientes.

    Hay que recordar que Hipócrates

    ya incluyó la melancolía en su catálogo,

    identificándola como un desequilibrio de la atrabilis,

    uno de los cuatro humores corporales.

    Muchos de estos poemas quisieran ser como un ancla,

    el trasunto de esa fuerza gravitatoria perdida.

    Otros, acaso, meros episodios de la contemplación

    que las nuevas calmas trajeron

    —el tiempo aún verde que contrariaba a los relojes.

    Quisieran suturar, si aún fuera posible,

    esa duda constante que llega con el después

    y se materializa atmosféricamente

    como vaho o niebla —esa indecisión del aire por serlo,

    esa fotografía borrosa del mismo.

    Lean pues,

    con las lentes empañadas,

    estos poemas.

    EFECTOS PERSONALES

    EN esa otra parte

    dejaré las palabras.

    Dejaré el miedo,

    en probetas guardado

    todo el aire que en vida

    pasó por mis pulmones.

    Aquella pluma,

    un tarrito

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