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La doncella sin manos
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Libro electrónico51 páginas17 minutos

La doncella sin manos

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La doncella sin manos consiguió un accésit del Premio Adonáis 2015 "por su atrevimiento romántico y la sugerente narrativa de sus poemas", según comunicó el jurado. El título trae a la memoria un famoso cuento de los hermanos Grimm en que un padre se ve obligado a cortarle las manos a su hija, narración de la que este volumen es, en cierta medida, una reinterpretación sui géneris en el que la muchacha emprende un viaje cargado de vicisitudes, de encuentros y desencuentros, búsquedas que no culminan, hallazgos felices y enfrentamiento de verdades y emociones; paralelamente, el poemario plantea otro viaje interior en el que se cuestionan temores y certezas y en el que se intenta ahondar en los oscuros entresijos del ser humano, concibiéndose la idea de que no hay un destino definitivo sino, la insinuación de lo inconcluso, de lo que queda siempre latente.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 ago 2016
ISBN9788432146350
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    La doncella sin manos - Magdalena Camargo Lemieszek

    L.

    I

    LA DONCELLA SIN MANOS

    Padre, aquí están mis manos.

    Yacen sobre la hierba, inertes,

    como si no hubiesen conocido movimiento.

    Como si nunca hubiesen estado unidas a mi cuerpo,

    nacido conmigo, sostenido una piedra

    y aplastado, con esa misma piedra, los caracoles del jardín,

    o dibujado figuras en la nieve

    cuando mi boca no había conocido todavía las palabras.

    Ya no las reconozco.

    Podría decir, incluso, que nunca fueron mías.

    Ahora se hace tarde. El sol se oculta

    del lado opuesto al acostumbrado,

    no busca la montaña.

    Se dirige lentamente al bosque,

    dejándose caer sobre las ramas,

    y la tierra tiembla

    porque las raíces se agitan con violencia,

    presintiendo la música del incendio,

    la imagen del bosque encendido como una hoguera que brilla para nadie,

    y el fuego danzando como el oficiante de un rito

    cuya cadencia alguna vez conocimos,

    pero ya hemos olvidado.

    Y sin que una sola hoja arda

    el sol se hunde hasta posarse en la tierra,

    como si el fuego hubiese perdido toda consistencia,

    y como una fruta que dividimos con las manos

    el sol se abre

    y la luz es un licor viscoso

    y desde la semilla surge la silueta de un hombre

    sin rostro y sin sombra.

    Solo un contorno oscuro que deambula para recobrar lo que ha perdido.

    Y sé, así como la criatura que intuye el aliento de la fiera oculto tras la fronda,

    que soy la presa y el tesoro.

    Y vendrá aquella silueta y se detendrá frente a mí

    y me tenderá su mano para llevarme consigo.

    Y yo devolveré el gesto, olvidando por completo el peso del acero,

    las amapolas que brillan a mi lado,

    y que me pertenecen esas manos que yacen,

    inertes,

    en la hierba.

    APARICIÓN DE NIX EN EL BOSQUE

    Un musgo bermejo ha cubierto la silueta del

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