Los árboles que poblarán el Ártico
Por Antonio Deltoro
()
Información de este libro electrónico
Antonio Deltoro
Antonio Deltoro (ciudad de México, 1947) ha publicado, entre otros, los libros de poesía: Algarabía inorgánica, Los días descalzos, Balanza de sombras –con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes–, Poesía reunida y El quieto. Ha publicado con prólogo y selección suyos, entre otras, las antologías: La vida básica. Antología mínima de Josep Pla; Un sol más vivo, antología de la poesía de Octavio Paz y, en colaboración en la selección con Christian Peña y con prólogo suyo, El gallo y la perla. México en la poesía mexicana. En septiembre de este año apareció Favores recibidos, volumen que acoge una selección de sus ensayos. Fue coordinador cultural de la Casa del Poeta Ramón López Velarde. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte y tutor de poesía en la Fundación para las Letras Mexicanas.
Relacionado con Los árboles que poblarán el Ártico
Libros electrónicos relacionados
Santo y seña Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVia Corporis Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLejos alcanzado aquí Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBomarzo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPájaros de la luz y la lluvia Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Mundar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa doncella sin manos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVersión Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl azul en la flama Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSeñales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVena cava Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesA veces salto fuera de lo humano: Antología poética Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa vida aparte: Premio Internacional de Poesía Gerardo Diego Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMitad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPaso de ciervo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAntología poética Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesProtuberancias Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl próximo desierto: Premio de Literatura José Emilio Pacheco. Ciudad y Naturaleza Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Satori Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El animal intacto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Última función Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMetro: XIV Premio de Poesía Eladio Cabañero Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVariaciones de voz y cuerpo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGozolalia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPrincipio de los árboles Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Nanof Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa casa de la poesía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas moras agraces Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa edad de merecer Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFiltraciones: Poemas reunidos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Poesía para usted
Valentía II Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Kamasutra (texto completo, con índice activo) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La divina Comedia: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Valentía Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mero Cristianismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5100 Maneras distintas de decir te quiero Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Paraíso Perdido: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Iliada: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Huellas del Amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mariposas rotas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las cosas que dije en silencio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Emocionario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sabines a la mano: Poesía escogida Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crea Tu Mejor Año Un Día a La Vez: Una Guía Poética Para Inspirar Paz Y Conseguir Este Año Lo Que Mas Quieres Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLibro de oro frases celebres Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Corazón de miel. Poemas de amor. Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cantar de los cantares. (Anotado): Traducción Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl pequeño libro de la vida de Rumi. El jardín del alma, el corazón y el espíritu Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cantar de mío Cid: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Colección de Gustavo Adolfo Bécquer: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Aforismos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Antología poética Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La belleza oculta de las palabras cotidianas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPodría estar hablando de ti Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Hojas de hierba Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Mis suicidas predecesores Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Antología poética Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Antología poética para jóvenes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Categorías relacionadas
Comentarios para Los árboles que poblarán el Ártico
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Los árboles que poblarán el Ártico - Antonio Deltoro
www.edicionesera.com.mx
Primavera
Me suenan a milagro,
pero en estos cantos
anida otra catástrofe.
¿Qué hacen silbando aquí?
Vienen de abajo,
en dirección contraria
a las barrancas;
¿conquistando la cima?
Su aparición
parece buena señal
para la piel friolenta
y los frutales,
pero algo me dice
que son malas noticias.
Los pájaros de voz más grave
volarán hacia el norte
desplazando, a su vez, cantos nativos.
Los seguirán los árboles
que poblarán el Ártico.
Zopilote
Descubrí que eran el mismo
el doctor de los signos silenciosos,
sereno, resistente, infatigable,
sosegado maestro de los giros,
y el retórico, histérico, rijoso,
pequeño saltarín endemoniado,
danzante en la carroña
con sus patas y pico:
los dos zopiloteando;
pendientes de las vísceras,
de lo muerto o lo herido.
Pero en lo alto del calor,
en Cuernavaca,
encima de la barranca y la alberca,
planeaba, para mí, sólo el artista.
La barranca
Tenemos que bajarnos al barranco
que es Dios cuando bosteza.
Tristan Tzara
Se abría al fondo del jardín,
al final de los búngalos...
Era más vieja
que el suelo circundante:
estaba más cerca
del centro de la tierra.
La separaba de nosotros la maleza:
ni una brizna de jardín,
de césped para el pie
y para el ojo,
de pasto perfecto y prodigioso
en el que no pasta
sino la piel
descalza.
Donde el césped perdía
su uniformidad y su pereza
comenzaba a enmarañarse
y a estirarse
desordenadamente
y retorcerse,
a convertirse en hierba
y en algún punto insomne:
el abismo
y el despeñadero
y caías.
En las noches la barranca sonaba,
con la fuerza seductora del miedo,
a niños perdidos y lloronas.
Al sol su voz era más clara,
pero seguía siendo
inaccesible y prohibida.
Algunos decían conocerla,
pero no contaban sino leyendas,
ni un dato duro que avalara su