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Biografía En Un Viaje: Italia, Primera Parte
Biografía En Un Viaje: Italia, Primera Parte
Biografía En Un Viaje: Italia, Primera Parte
Libro electrónico1223 páginas19 horas

Biografía En Un Viaje: Italia, Primera Parte

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Despus de vivir momentos extenuantes en su vida, un joven toma la ms importante de sus decisiones: Vivir una gran aventura que comienza en la ciudad de Roma, Italia. Su intencin ser recorrer toda la costa Mediterrnea hacia Francia, conociendo su gastronoma y cultura as como interesantes personajes. Seducido por la belleza de los paisajes, el joven recorre ms de mil kilmetros a pie, da tras da, experiencia tras experiencia. Pero las situaciones se complican mientras se acerca a su destino, la frontera francesa. La primera parte de un gran viaje que lo llevar a Paris y de ah, tomar una de las rutas ms famosas del planeta, el famoso Camino de Santiago en su ruta norte; aventuras, romance, intriga y muchas emociones, llevan al joven a vivir los momentos ms difciles y emotivos de su existencia antes de llegar a su ltimo destino, la ciudad de Santiago de Compostela.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento5 sept 2013
ISBN9781463364373
Biografía En Un Viaje: Italia, Primera Parte
Autor

Pablo Rodriguez Garcia

Mi nombre es Pablo Rodríguez García, nacido en Oviedo, Asturias, provincia al norte de España el 10 de Agosto de 1978, Mí padre se llama Benjamin Rodríguez Fernández, y mi madre Ma. Victoria García Del Valle, dos hermanos completan la familia, Ma. Del Rocío Rodríguez García e Iván Rodríguez García, soy ciudadano español aunque residente en México desde el año 1991 cuando junto a mis padres y hermanos, realizamos un viaje de ida a tierras aztecas, donde desde entonces residimos, los estudios primarios los recibí en Asturias, en el colegio Celestino Montoto de la localidad de Pola de Siero, los estudios secundarios realizados en México, fueron truncados por las necesidades monetarias de aquel momento, desde entonces, me he dedicado varias labores en las que entran, restaurantes y puntos de venta al cliente, sin encontrar satisfacción por lo realizado, fanático del cine, y sus historias, y lector de varios autores, decidí escribir, varios ensayos los cuales no han sido publicados fueron los primeros pasos, y guiado por autores como Ken Follett, Michael Crichton, John Grisham entre otros, dieron perspectiva al enfoque que me quería dedicar, y movido por las películas de intriga, comencé un primer escrito cual se convirtió en novela; el cine, la música y la lectura son mis pasiones.

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    Biografía En Un Viaje - Pablo Rodriguez Garcia

    Biografía en un viaje

    51770.png Italia, primera parte

    Pablo Rodriguez Garcia

    Copyright © 2013 por Pablo Rodriguez Garcia.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Fecha de revisión: 22/08/2013

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    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    492265

    Indice

    1.-

    2.-

    3.-

    4.-

    5.-

    6.-

    7.-

    8.-

    9.-

    10.-

    11.-

    12.-

    13.-

    14.-

    15.-

    16.-

    17.-

    18.-

    19.-

    20.-

    21.-

    Los hechos que se narran a continuación

    Son completamente ficticios

    Todo parecido con la realidad

    Es pura coincidencia

    SALVO ALGUNA COSA.

    1.-

    Sábado, 20 de Marzo del 2010, Roma, Italia.

    Sentado al borde de la cama, agachado amarraba la bota de su pie izquierdo, botas listas para el viaje, aun no se habían estrenado, este día seria su prueba final, se comprobaría para que fueron adquiridas, a su lado sobre la cama dos mochilas, una pequeña y otra mayor descansaban, la pequeña con aditamentos especiales para poder cargarla sin estorbar contenía una computadora portátil, modelo antiguo, con años de ser utilizada, ahí, todo el proyecto estaba guardado, los archivos, las imágenes, los mapas, todo listo para el gran viaje; la otra maleta, la mayor, contenía ropa, la vestimenta que usaría en la larga aventura, en la cintura, una pequeña bolsa de cuero guardaba la documentación necesaria, esta, estaba repleta de utensilios que podría requerir, siendo el mas peligroso, una navaja multiusos del ejercito suizo.

    El joven de pie, comienza a colocarse una a una las mochilas sobre su cuerpo, resintiendo al final el peso, este comienza a preguntarse, ¿Será buena idea?, ¿Podrá con el peso en su travesía?, poco a poco se daría cuenta, poco a poco, se acostumbraría.

    Un ultimo vistazo a su habitación en busca de algún olvido, la habitación apenas desordenada, se mostraba ante sus ojos, con muebles de otras épocas, que en conjunto con la tecnología del presente dio cobijo nocturno al joven que disfruto de la estadía como si estuviese en casa; Todo en orden, tomo la llave electrónica, y abandonó la habitación.

    Con pequeños saltos, se acomodaba las mochilas, un poco mas cómodo, camino hacia el elevador que lo llevaría hacia la puerta, para poder abandonar las instalaciones debía cruzar la calle, calle que dividía al peculiar hotel en dos partes, la recepción le esperaba al otro lado, en el elevador, las puertas de aluminio reflejaban el rostro joven, de tez blanca y cabello castaño, un peinado hacia atrás, portaba, sonrío, por nervios, después de cuatro días gloriosos en Roma, debía partir, seguir su camino, dejar todo atrás y comenzar la aventura que tanto había planeado.

    Preparando su documentación por si era requerida, abandona el elevador y se dirige hacia la calle, después de ver pasar un taxi, que le tocaba el claxon, cruzó la calle y se adentró a lo que se denominaba como la recepción del hotel, una vez dentro frente a él, una hermosa mujer le sonríe, él le imita y le entrega la llave electrónica, ella la toma, y comienza el papeleo que tantas veces vería, con preguntas en italiano el trata de responder sin éxito, la recepcionista cambia de idioma hablándole en perfecto español, El joven, entendiendo, respondió a las rutinarias preguntas de la hermosa mujer, con cortesía fue invitado a que visitase Roma pronto, él respondió educadamente, agradeciendo el servicio, con un guiño de ojo, se despido y dio media vuelta.

    Nervioso, se detiene a las puertas del hotel, el siguiente paso era el principio del viaje, de la aventura, tomo los lentes para el sol, se coloca una gorra color beige, y toma los audífonos, colocándoselos y conectándolos al Mp3, su canción estaba lista, no tenia duda con cual iba a empezar, su artista favorito compuso la canción perfecta, antes de poner el Play a su reproductor, tomo un papel de su bolsillo, y lo extendió, era el mapa de la ruta, ruta que iniciaba en esa calle llamada Via dei Gracchi culminando en las afueras de Roma, en la localidad de Selva Candida ahí descansaría de este primer día, una vez contemplado el mapa, miró a su alrededor y al mismo tiempo, dio play a su reproductor y dio el primer paso, la canción, Apuesta por el Rock and Roll comenzó y el aventurero se puso a tararearla, evitando emocionarse y cantarla en voz alta, el viaje había iniciado, los nervios aun rondaban en su cuerpo, los escaparates de la calle distrajeron al viajero sonreía, el reflejo de su persona, llegaban a sus ojos, sin duda alguna, no parecía una persona normal, la mochila grande era la que mas abultaba, en su pecho colgaba la mochila mas pequeña, colgando por los hombros por los aditamentos especiales, en la cintura, el bolso, o cangurera como le decían coloquialmente, abultaba y llamaba la atención, su principal preocupación era sin lugar alguno, los robos, su apariencia, juvenil aparentaba los 25 años, aunque su edad era mayor, cualidad observada siempre que conocía a nuevas personas.

    El Viajero con un ritmo tranquilo continuaba tarareando la canción, no había terminado, y continuaba por la misma acera, los transeúntes le observaban con curiosidad, algunos más jóvenes reían, los más ancianos, miraban con desprecio, el aventurero tendría que acostumbrarse a esas miradas, que poco a poco iban siendo menos.

    Paseando a un costado del muro del Vaticano, no dudó en tomar fotografías, otra de sus tareas, a parte de mandar Imanes de recuerdos a su hermana, le tenia que mandar muchas fotografías, desde un principio, descarto los imanes y los recuerdos, suplantar esto, requería de mas fotografías, poco a poco él se las mandaría, seria mas fácil, practico y factible, para su viaje, un accesorio mas a su costado, crearía mayor peso y dando esto mayor dificultad para recorrer los distintos parajes que le esperaba, su teléfono móvil, vibró en su bolsillo, provocando que el viajero bajara la velocidad, sacó el telefoto del bolsillo, y lo observó, el viejo modelo de teléfono, le indicaba que había recibido un mensaje, el lo abrió, su nuevo amor, le había escrito un mensaje de ánimos, NENE, DISFRUTA ESTE PRIMER DIA, TE ENCANTARA, TE LO JURO, él sonrío y aceleró, se le había pasado el nerviosismo, y mas tranquilo comenzó a observar las fachadas de esa moderna Roma, los lugares turístico habían quedado atrás, siendo el ultimo, el viejo muro que protege al Vaticano, cerca de donde días atrás comenzó su visita a la encantadora Roma.

    Enciende un cigarrillo, comienza a recordar estos últimos días en la esplendida ciudad, enamorado la abandona, prometiéndose volver pronto, la cultura, su historia, sus tradiciones habían cautivado al viajero, lo suficiente para desear una pronta nueva visita, pero no había sido todo, una mujer, le había acompañado esos días, rápidamente ellos habían creado una relación, suficientemente fuerte para volver a verse pronto, su deseo fue por unos momentos que caminase a su lado, pero el destino debía separarlos por un tiempo, el proyecto debía completarse y para eso el aventurero debía caminar mas de cuatro mil kilómetros, comenzando en esa exótica ciudad llamada Roma, continuando por la costa italiana hacia el norte, abandonar Italia, y continuar por Francia hasta Paris, donde comenzaría la ultima parte de su recorrido, y el mas difícil, donde paso a paso debía reencontrarse consigo mismo, finalizando el viaje en Santiago de Compostela.

    2.-

    Sábado, 20 de marzo del 2010, en las afueras de Roma, Italia.

    La ciudad comenzaba a desaparecer a sus espaldas, la voluntad a tope, y su mente en otro lado, recordando los días anteriores, no podía creer que su sueño se estaba haciendo realidad, no podía creer que una semana atrás, estaba tranquilo, mirando la televisión en su departamento al norte de la Ciudad de México, ahora caminaba con rumbo fijo en la vieja Europa, lejos de su familia y amigos, atrás dejo todo esto, y no para olvidarlo, necesitaba alejarse, huir, de un pasado que lo perseguía, pero dejo esos recuerdos para evitar entristecerse, y se alimento con recuerdos que le harían sentirse mejor, estos eran, los días en Roma, recordó, La Piazza San Pietro, El Coliseum, las distintas edificaciones, los monumentos, las calles, todo lo recorrido en esa milenaria ciudad, días atrás abandonaba el hotel, decidido a recorrer esos lugares, y asombrarse de su magia.

    Martes, 16 de Marzo del 2010, Roma, Italia.

    Sobre sus manos, un mapa con los lugares turísticos, le indicaban la infinidad de puntos por conocer, el mas cercano era el mas llamativo, para él, el mas importante, calles al sur se ubicaba, Ciudad del Vaticano su primer objetivo, así con entusiasmo, se dirigió hacia allá, mas con prisa que con precaución, el deseo le cegaba, atropelladamente avanzo por las calles, hasta que una profunda emoción se le vino encima, cuando pasó uno de los arcos que divide la ciudad de Roma, cruzaba así el muro del Vaticano, las primeras columnatas, se asomaban y el rostro del viajero, cambio, asombrado, se tranquilizo, algo en su interior crecía, con emoción, cada paso que daba, se asomaban mas columnatas, hasta que pasos después, se encontró frente a la Piazza San Pietro, asombrado y tomando fotografías, se adentraba en la misma plaza, acercándose así al punto central, donde el obelisco, se mostraba, mas adelante, y, frente a el, La Basílica de San Pedro mostraba, toda su majestuosidad, y no era menos, esta era la piedra angular de una religión en la que el viajero ya no creía, su falta de fe, su falta de creencia, fue eclipsada, por la construcción que se postraba frente a el.

    Estupefacto, miraba el exterior de la inmensa cúpula, la Basílica a pocos metros, y a su alrededor, a pesar de la gran cantidad de personas, el solo veía, columnas, se sentía rodeado por ellas, se sentía como en medio de un juicio, ante el Todopoderoso; seguía tomando fotos, algunas se repetirían, pero a él no le importaba, no quería dejar nada atrás, no quería perder ningún detalle.

    -Hermosa, ¿Verdad? Dijo una voz femenina, en un perfecto español.

    -La verdad que si, es impresionante. Contesto el viajero sin quitar la mirada de la Basílica.

    -Si bastante impresionante. Dijo la chica colocándose a su lado.

    -Mejor que las fotos y la televisión. Comentó el viajero, girando la cabeza y mirando a los ojos a la chica, al mismo tiempo que se preguntaba como sabia que hablaba español.

    La chica, atractiva, lucia un cabello largo y castaño oscuro, mas baja que el, sonreía, con su hermoso rostro moreno, bestia pantalón de mezclilla azul claro y su blusa lisa color hueso, resaltaba aun mas su rostro, el viajero gustoso de lo que veía, sonrío.

    -Mucho mejor amigo, mucho mejor.

    -Una pregunta, ¿Cómo sabes que hablo español?

    -Pues sinceramente por tu… digamos… ridícula camiseta. Contesto la chica observando la camisa gris que traía el viajero, cual decía en letras grandes, Acapulco.

    -Si, ya ya, dude en ponérmela, pero no se, Salí rápido del hotel, con ansias de conocer Roma.

    -Bueno, debes de cuidar tu imagen, esto es Italia, y la gente es muy dada, a ver como viste la gente. Comento la chica que aun no se presentaba.

    -Lo tendré en cuenta, esta es mi primera lección.

    -Dime, ¿Eres de México? Pregunta con curiosidad la chica.

    -Si… bueno no, vivo en México, pero en realidad soy español. Dijo nervioso.

    -Que bien, yo soy mexicana, de Cuernavaca, ¿Conoces Cuernavaca?

    -Claro, la ciudad de la eterna primavera, he ido infinidad de veces, yo resido en el norte del Distrito Federal.

    -Bueno yo resido en los Estados Unidos, ahora estoy de nuevo en Roma, de vacaciones, por tercera vez.

    -¿Tercera vez?, te ha de encantar esta ciudad, para volver.

    -¿Tu no volverías?

    -Yo creo que si, así que de Cuernavaca.

    -Si, mi vida la he vivido en esa ciudad, aunque ya llevo tres años en Estados Unidos.

    -Trabaje un tiempo de camarero en Cuerna…

    -Que bien, así que sabes bien de donde te hablo.

    -Mas o menos, es una ciudad muy enredada.

    -Lo se.

    -Y, ¿Qué te trae otra vez a esta ciudad? Pregunta el viajero mientras vuelve a observar las columnatas.

    -Esta hermosa ciudad me tranquiliza, no se, me llena de energía, adoro Roma, y todo lo relacionado con Italia, y… ¿A ti?

    -Bueno aquí inicia mi viaje, pero antes de iniciar, quiero conocer Roma, no lo puedo dejar atrás.

    -Acerquémonos más a la Basílica, y… entonces, ¿Aquí inicia?, bien, ¿Dónde termina? Pregunto la chica, mientras se acercaban a la entrada de la Basílica.

    -Tengo esta idea desde años atrás, caminar desde aquí hasta Santiago de Compostela, en España, conociendo Pueblos, Ciudades, Playas, etc., etc., claro pasando por Paris, no lo debo descartar, por cierto soy Pablo, Pablo Rodríguez.

    -Michelle, Luz Michelle, mucho gusto, Pablo, respecto a tu viaje, esta muy loco, te va a tomar mucho, pero que mucho tiempo, mucho dinero, ya contemplaste esto, ¿No?

    Si, ya todo esta contemplado, el tiempo lo tengo, y dinero afortunadamente, no me puedo quejar.

    Los nuevos amigos, ya presentados se acercan instintivamente hacia la fila, donde bajo el fuerte sol espera la gente para entrar en la Basílica, esta fila, continuaba por el lado derecho de toda la columnata, y regresaba, hasta el punto donde se encontraban ya, esperando su turno.

    -Supongo que la querrás conocer por dentro. Asumió Michelle, sin quitarle la mirada de encima.

    -Si es la idea, ¿Gustas acompañarme?

    Michelle sonríe, mirando de arriba abajo al extranjero mal vestido.

    -¿Qué pasa?, ¿Todo bien? Preguntó Pablo.

    -Tu camisa, es increíble, hay que tener valor para ponérsela. Dice la chica sin dejar de sonreír.

    -Bueno, no sabía…

    -Déjalo, Pablo, entraremos así, no creo que digan nada, solo hay que tener, mucha paciencia, pues esto toma tiempo.

    -Eso espero, bueno si me acompañas, me ayudaras a comprender un poco más pues, Supongo que ya la conoces.

    -Ya, siempre vengo, a dar gracias, mínimo, guía no soy, pero creo ser de buena ayuda.

    -¿Tardaremos en entrar?

    -Un par de horas, creo yo.

    -Uy, como en las pirámides de Teotihuacan, principalmente en la del sol.

    -Mmm… Parecido, amigo, parecido, pero ahora no hay tanta gente.

    -¿Perdón?, ¿dos horas y dices que no hay gente?

    -Hay días en que espera uno toda la mañana.

    - pues tendremos paciencia, esto va a durar.

    -Lo mas seguro.

    Pablo seguía observando la construcción, seguía asombrado, un silencio absoluto compartían los nuevos amigos, ella tomaba fotografías, en distintos ángulos, el viajero decidió imitarla, mientras capturaba el momento con su cámara, observaba a su nueva amiga, Michelle, le parecía curiosa la coincidencia de encontrarla en Roma, a pesar de todo el turismo, no debía ser de extrañar, aun así, al viajero le extraño.

    Michelle, contadora de profesión, dedicaba sus vacaciones para viajar, por tercera vez consecutiva su destino fue Italia, y Roma en particular, desde que llego a los Estados Unidos, su meta era hacer un viaje a Europa, lo había conseguido, la lucha por conseguirlo fue dura, había entrado a la tierra de las oportunidades de ilegal, un golpe de suerte provocó que obtuviera rápidamente la nacionalidad, a pesar de eso nunca olvidaría la experiencia de vivir días horribles al cruzar la frontera, ahora, propietaria de un pequeño departamento en Chicago y dueña de su propio automóvil, su vida mejoró, y tuvo la oportunidad de viajar, y realizar su sueño, por tercera vez se apremio con un viaje, este nunca lo olvidaría.

    El sol golpeaba a la pareja, que con la mano en forma de visera se cubría, para seguir observando el lugar, la fila, lentamente avanzaba, pero sabía el viajero que esto tomaría tiempo, decidió así encender un cigarro para amenizar la espera, Michelle, le miro fijamente.

    -¿Fumas?, no me lo imaginaba.

    -Desde hace tiempo, lo he tratado de dejar pero sin éxito, ¿Tu fumas?, ¿Quieres uno?

    -No, gracias, no fumo, se me hace un poco desagradable, nunca he fumado, y… creo nunca hacerlo.

    -Si, ya lo he escuchado antes, mejor lo apago.

    -No, no te preocupes por mi, fuma, no es pecado, si lo fuese, un Papa, lo habrían excomulgado.

    -¿Por?, ¿El Papa fuma?

    -Bueno el que esta ahora no lo se, no estoy muy familiarizada con lo que ocurre aquí, pero se de un Papa, que fumo, de hecho es una anécdota que me aprendí cuando vine la primera vez.

    -Cuéntala, así se nos va el tiempo, Dijo el viajero mientras tiro el cigarro en el suelo, expectativo por la anécdota.

    -Bueno tenemos tiempo, siempre tendremos tiempo; Resulta que, había un Papa, llamado Juan XXII, el Papa bueno, le decían, él, era fumador, un fumador empedernido, fumaba mucho, un paquete diario, decían, en fin, el Papa, todos los días subía a la torre mas alta del Vaticano y observaba al pueblo, a Roma, como si observara sus dominios, en si es todo, no es un cuento largo ni nada parecido, esto obvio, no te lo dicen aquí, yo lo vi en la inmensidad del Internet.

    -En la Internet, encuentras de todo, pero si es curioso, jamás me imagine que un Papa fumase, no se, no creo que lo prohíban pero es algo que no pasa por mi cabeza.

    -No es nada malo. Puntualizo Michelle. –Es malo para la salud, en aquella época no era tan mal visto como ahora.

    La fila avanzó unos metros aunque faltaba mucho para llegar a las puertas del Vaticano, Pablo mostraba algo de nerviosismo, Michelle le tomo del brazo.

    -Tranquilo amigo aun falta mucho, ¿Te gusta el futbol?

    -Bueno como español, te puedo decir que si, pero se que hay mucho que no le atrae, a mi, si me gusta, ¿Por?

    -Sabes a quien le gustaba el futbol también, ¿a parte de a medio planeta?

    -No, pues… ¿A quien?

    -Pues a Juan Pablo II, el amaba el futbol, mas que a ningún otro Papa, tanto así, que el día de su Pontificado, el 22 de Octubre de 1978, ordeno que empezaran a las diez de la mañana para no interrumpir un importante partido de futbol que iban a transmitir por la televisión.

    -¿Hizo eso?, pues seria un Barcelona, Real Madrid.

    -No se que partido fue, pero era importante, realmente no me interesó mucho investigar, aunque también a mi me gusta el futbol, soy aficionada de un equipo mexicano, y he ido a varios partidos.

    -¿De México?, no me digas, ¿Le vas al America?

    -No, horror, Dios me libre, soy Puma de Corazón.

    -Gooooooya, Goya, cachun, cachun, ra ra, cachun cachun ra ra… Goooooooooooya, Grito el viajero en la fila, llamando la atención de la gente a su alrededor, algunos, sonreían Pablo asumió que habían escuchado esa porra universitaria, Michelle, sonrío, más apenada que otra cosa.

    -Correcto, un gran equipo, y si piensas ofenderlo, aquí terminamos, así que no te atrevas de atacar a los Pumas de la UNAM., ¿Y tu?, ¿A que equipo de futbol le vas?

    -La verdad me da pena decirlo, pero en fin, le voy al Necaxa.

    -A los Rayos, tuvo su época, pero trataron tantas veces de destruirlo, que lo hicieron añicos, ahora a duras penas, gana un partido.

    -Si, horrible, pero no soy muy aficionado al futbol mexicano, prefiero…

    -El español, lo se, y me lo imagino, muy buena liga. ¿Es la mejor?

    -Bueno no creo que sea la mejor, pero esta cerca.

    El tiempo pasaba, conociéndose mejor, charlando de muchas cosas, en las que coincidían y discernían, política, viajes, películas, el mismo futbol entraba en tema una y otra vez, el futuro era el tema en el momento en que observaron que frente a ellos, a unas cinco personas, el detector de metales, se asomaba, justo cuando el viajero comenzó a ponerse mas nervioso, las ansias de poder entrar le ganaban, ella lo volvía a tranquilizar.

    Pablo con la boca completamente abierta, observaba la magnitud de la nave, lentamente caminaba con la mirada perdida en la altura de la Basílica, tratando de decir la palabra adecuada, no lo lograba, estar ahí adentro, en ese mundo, con todas esas pinturas, estatuas, los tallados, Pablo simplemente se quedó cayado, continuaba caminando, lentamente, y con la mirada aun en las alturas de la gran bóveda, su amiga, Michelle, con una suave sonrisa, en su dulce rostro, estaba emocionada, sus húmedos ojos mostraban emoción, atrás de él a unos pasos, no importó el tiempo en la fila, que gracias a la charla, fue ameno, no importó el sol de Roma, ni el hambre que ya sufrían a esas horas, mucho menos la sed, cuando siempre era recomendable cargar con una botella de agua, el viajero, miró a Michelle, sonrió, sin decir ninguna palabra, por su mente pasaba el asombro, en este inicio de la aventura, que estaba por empezar, el éxito rotundo de esa mañana, culminaba con la estadía en aquel deslumbrante lugar, lo demás que vería en el transcurso del viaje no se compararía con lo visto ahora, el viajero trataba de decir algo, pero de su boca no salía palabra alguna. Michelle rompió el silencio entre los dos.

    -TV ES PETRUS E SUPER HANC PETRAH Æ DIFIKABO ECCLESIAM MEAM ET TIBI DABO CLAVES REGNI CÆLORUM.

    -¿Qué dices?

    -Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificare mi iglesia y te daré las llaves del reino de los cielos. Recitó Michelle con voz fuerte y segura.

    -Esto es mas que impresionante, afuera se ve grande, pero aquí adentro, adentro se ve majestuoso, siento una tranquilidad, y protección como nunca lo había sentido, ¿Cómo es posible que hayan construido algo así?, ¿Cómo?

    -Fe, Pablo, mucha Fe, sabes, la Fe mueve montañas, en esa ocasión, no fue la excepción, a pesar de lo sufrido por los constructores, el resultado es este, y todo gracias a la Fe, el mundo ha sido muy duro, abatido por guerras, hambre, odio, poder, injusticias, de muerte, pero también ha habido milagros, la gente a reconstruido con la misma Fe, sus vidas, siempre vemos lo negativo de las cosas, negamos el dolor, sin saber que nos hace mas fuerte, sacamos el rencor cuando no nos va bien, al final cuando nos va mejor no nos acordamos, y negamos que con fuerza, espíritu y la Fe, podemos ganar todas las batallas a la adversidad, algún día, cada uno abrirá bien sus ojos, y se percatará de que todo lo malo se fue, y lo bueno, con lo que nos quedamos, es simplemente lo que algún día deseamos, pero para eso, hay que luchar, nunca esperes a que te caiga del cielo, lucha, con Fe, lucha con el espíritu que posees. Michelle con la palma de su mano, tocaba de lleno el pecho del viajero, sus palabras habían alentado a Pablo, su nerviosismo había pasado, su calor, su hambre, su sed, ahora sentía una paz interior como hace mucho no sentía, a punto de soltar una lagrima, dio un paso atrás.

    -Lo siento, Michelle, es esta sensación, es muy extraña, siento que la he rechazado tanto tiempo que ahora no me acostumbro, jamás pens酠

    -¿Jamás pensaste?, jamás pensamos, o te puedo decir, pensamos mucho, puedo hasta contradecirlo, estamos todo el día pensando, haciendo planes, organizando nuestras vidas, buscando la perfección, sin tener una exacta idea de lo que queremos, riquezas, poder, amor, pero ahí esta el detalle, queremos enriquecernos con cosas materiales, sin saber que la riqueza se consigue con la sabiduría, queremos el poder, para conseguir cosas, siempre pisando a los demás, sabiendo que si realmente algo se quiere, se consigue con métodos sencillos, y lloramos por amor, sufrimos por amor, y nunca buscamos ese amor en el interior, nunca nos amamos, buscas amor en otras personas, y las amas, sin darte cuenta que solo se lastima uno mismo, no mires, observa, disfruta, goza, experimenta, camina por donde quieras, y encontraras lo que deseas, nunca tengas miedo.

    Pablo, la observaba, en silencio, sin querer, se habían tomado de las manos, del rostro de Michelle, caía, una lagrima, el viajero lucho por que no cayera ni media gota, quiso ser fuerte, aunque se estaba, rindiendo, necesitaba, liberarse un poco, pero sentía que no tenia confianza, no era el momento, pensaba, ella, le soltó las manos.

    -Vamos Pablo, sigamos admirando el lugar, hay mucho por conocer.

    -Si cuéntame, por que sinceramente, no se mucho o casi nada de este magnifico lugar.

    -Bueno, pues, como sabrás, esta Basílica es le templo religioso mas importante del catolicismo, aquí es donde el Papa, celebra las liturgias, mas importantes, la construcción comenzó en 1506 y se termino de construir después de 120 años, mas de un siglo, en 1626, ¿Puedes creerlo?

    -Me imagino, es una construcción impresionante, vale la pena la espera.

    -Se consagro el 18 de Noviembre de ese año y sus arquitectos fueron, Bramante, Miguel Ángel, y Carlo Moderno, entre otros, como veras, ha sobrevivido siglos, su nombre obviamente heredo el nombre de su primer Papa, San Pedro, el cual esta enterrado aquí mismo, la basílica tiene una capacidad para veinte mil personas, mide 190 metros de largo, la…

    -¿Cómo sabes estas cosas?, es mucha información.

    -Las estoy leyendo detrás de ti esta escrito.

    Pablo gira la cabeza para ver atrás de el, no veía nada, Michelle, reía, el viajero había caído en la broma, ella, tomo el rostro del viajero y le hizo girar hacia ella.

    -Pon atención, tontín, que se me olvida por donde voy… mmm… ¿Por donde iba?, ya ves, me distraes.

    -por las medidas, de la basílica claro.

    Cierto… La nave central, que es donde nos encontramos tiene 46 metros de altura, y la cúpula, que en su momento conocerás, alcanza una altura de 136 metros, así que… espero no sufras de vértigo, que no tengas temor a las alturas, ¿O si?

    -De hecho, si sufro de vértigo, pero no quiero perderme nada, claro que me animare, y quiero agradecerte toda esta información.

    -No tienes nada que agradecer, si no fuera por mí, tu solo lo hubieras visto, y la curiosidad te hubiera llevado a la biblioteca más grande del mundo.

    -¿A la del vaticano?

    -¡No wey! Exclamo accidentalmente, tapándose la boca con ambas manos, dándose cuenta de lo que había dicho.

    -Niña, ¿Qué dices? De veras.

    -Perdón, se me salio del alma, quiero referirme al Internet, te hubieras enterado por Internet, así como lo hice yo, Pablo, me haces decir barbarie y media, en este santo lugar.

    -Ahora tengo la culpa yo. Dijo el viajero mientras reía.

    No, pero si, me debes una comida, por todo esto; Mira. Señala Michelle hacia el interior de la cúpula. –Ahora subiremos a la cúpula, pero… eso cuesta.

    ¿Cómo cuesta?

    -Si, es esperar otra fila, larga y cuesta unos Euros.

    -Bueno no importa, cueste lo que cueste, subiremos, si no te afecta a ti, pero… que demon… perdón, digo, yo pago.

    Michelle sonríe, viendo como otra grosería sale de sus bocas.

    -Vamos a la cúpula, estemos un tiempo ahí, y luego larguémonos, antes de que nos excomulguen.

    -Uy, me harían un favor.

    -¿Qué dices Pablo?, deja de decir eso, y vámonos.

    Los dos continuaron el camino, mirando los grandes detalles de la Basílica, observando las tumbas papales, las pinturas, y las esculturas, a todo le tomaba fotografías, aunque estaba prohibido, sin flash era permitido, auque las fotos salían oscuras, el viajero tomo las necesarias para poder acordarse de todo, así llegaron a la fila de subida hacia la cúpula.

    Todo eso lo recordaría de por vida, jamás olvidaría esa experiencia, podría contarla algún día a sus hijos, quizás, si la vida se lo permita a sus nietos, este recuerdo y este viaje seria una buena historia, años después se daría el lujo de contarla a su único hijo. Un claxon sonó, y el aventurero volvió a la realidad dejando ese recuerdo atrás.

    Sábado, 20 de marzo del 2010, en las afueras de Roma, Italia.

    Aun seguía en las afueras de Roma, en la Via Aurelia quedaba camino por recorrer, ya deseaba llegar, usar su computadora, y mandar un correo electrónico, a su casa en México, contando las experiencias del día, y una que otra fotografía, pues tenia la ventaja que en la era digital no había limites para expresar con imágenes todo lo vivido, nunca era lo mismo que vivirlo en carne propia.

    El viajero en ese primer día, se sentía un poco agotado, al sentir la experiencia en carne propia de cargar con todo el equipo, en pleno sol romano, olvido algo importante, agua, una botella de agua era lo que requería, siempre recomendable, en largas caminatas bajo el presente sol, dejo de pensar en lo que hubiera hecho, y se enfoco en tomar buen paso de los 10.55 kilómetros que separaban el hotel pasado y el nuevo, Selva Negra estaba cerca, la ruta era corta, lo sabia, habría días que serian el doble y hasta el triple de largas, esos eran verdaderos retos, Coches y personas pasaban a su lado, todos lo observaban, algo que tendría que superar pronto, y así lo hizo, ahora, en la soledad del camino, Pablo no dejaba de observar los paisajes, mas citadinos que rurales, otro aspecto que pronto vería, de igual modo, vería la costa, probaría nuevos platillos, nuevas bebidas, un deseo era conocer nuevas personas, escucharlas, entender el idioma, que se le dificultaba, tratar de expresarse en el idioma, fue todo un reto, las gesticulaciones italianas eran inevitables, Lo aprendido no se lo quitaba nadie, pero aun quedaba mas, mucho mas, mucho que vivir, mucho que aprender, esperaba solo ser un buen alumno, y abandonar Italia, con suficiente conocimiento, para afrontar un reto mayor, la vida en Francia, aun quedaba tiempo, pero eran los pensamientos que continuamente le venían a la cabeza.

    Martes, 16 de Marzo del 2010, Roma, Italia.

    Pablo se acercaba a uno de los bancos donde arrodillada rezaba Michelle, el se sentó cerca, sin interrumpirla, la observaba, no era momento para pensar en ella de otra manera, y menos el lugar, aunque no lo pudo evitar, decidió así, sentarse derecho y seguir con el asombro, observar con detalle todo el interior de la maravillosa Basílica, no dejaba de ver algo nuevo, no dejaba de sorprenderse, continuó esperando, ella seguía rezando, tomo la cámara de fotos, y observó algunas de las fotos.

    -Listo chico, me demore un poco.

    -No importa, lo que hiciese falta. Contesta el viajero mientras se levantaba del banco.

    -Vamos a formarnos, veo que hay poca gente, hay que aprovechar.

    -Como tú digas.

    -Ahora es cuando hay que pagar.

    -Si ya vi, son siete euros, nada significante, yo invito.

    -Si yo ya quede en invitar la comida, conozco un buen lugar, y económico.

    -Supongo que, tacos al pastor, no hay.

    -Que mas quisiera, con el antojo que tengo de unos tacos.

    -No, yo tengo antojo de pizza, ¿Abra algún lugar donde haya pizza?

    -Algún lugar habrá, pero no será pizza, tú confía en mí.

    -Vale, confío, y dime… ¿Ya has subido?

    -¿A la cúpula?, un par de veces.

    -¿Qué se siente?

    -Ya veras Pablo, ya veras, que nadie te cuente, vívelo por ti mismo, aunque te espante la altura.

    -Y los elevadores, también me asustan.

    -¿También?, si que eres raro.

    -Si te contara. Comentó Pablo sonriéndole.

    Los dos esperaban en la fila a su turno, primero el elevador, hasta donde comenzarían las escaleras, se acercaba la hora de comer, y los dos ya sentían el hambre, gracias a la charla de comida.

    -En la comida me cuentas, ¿Vale?

    -Esta bien, y dime, ¿Qué mas conoces de Roma?

    -Bueno esta es la tercera vez que vengo, así que, te puedo presumir que conozco bastante, pero está El Coliseum, La Fontana di Trevi, El Trastevere, La Plaza España, El Foro Romano, algunos museos, y bueno en la noche el ambiente es otro, he salido de copas, por algún rincón de Roma, y bueno conozco mas lugares, si me das oportunidad te los enseñare.

    -Me encantaría, pero… ¿No te importa?

    -¿El que?

    -Ser mi guía, amiga, querrás hacer otras cosas.

    -Pues mira, mi plan era deambular por Roma, pensar, relajarme, pero… si te enseño algunos lugares, me sentiré mejor, por que contemplare tu cara, y me dará gusto ver como descubres los rincones de esta magnifica ciudad.

    -Cierto, no te pregunté si estabas sola, quizás tu familia, tu novio, no se, algún amigo.

    -No, ahora estoy sola, en unos cinco días, llega una amiga, después iremos a asolearnos a la playa, si gustas, estas invitado.

    -Bueno mi plan es partir en cuatro días, pero ya veremos, estaremos en contacto.

    -Claro pásame tu teléfono, y te marco, para que registres el mío, luego te mando un mensaje con el correo, por si no nos vemos, estaremos en contacto en la distancia, ¿Qué te parece?

    Pablo le da el numero telefónico, ella lo anota en su teléfono, y le marca a su nuevo amigo, cual guarda el numero en sus contactos, los dos sonríen, mientras se acercan al elevador, Pablo nervioso, cede el paso a Michelle, que sube sin temor, él dudo mas, aun así entró con valor, minuto después, los dos abandonaron el elevador, y comenzaron a subir por los peligrosos escalones, ella, le explicaba un poco de lo que sabia sobre la cúpula.

    -Mira Pablo, esta cúpula alcanza los 136 metros de altura, así que cuidado, fue iniciada por Miguel Ángel, continuado por Giacomo Della Porta y finalizado por Carlo Moderno, esto hasta 1614 y bueno parecidas a esta cúpula, hay otras dos, similares, se podría decir, una en Londres, en la catedral de San Pablo, un tocayo tuyo, pero Santo.

    -Bueno no soy un demonio, como creerás.

    -Digo, tampoco creo que seas un santo, ¿O si?

    -No, tampoco.

    -¿Ya ves?, bueno la otra cúpula, allá en America.

    -El capitolio. Interrumpe Pablo.

    -Si, es obvio, ¿No?

    -Un poco si, ya ves, conozco un poco del Ego de los Americanos.

    -Estadounidenses, Americanos son todos los de America.

    La charla fue interrumpida al ver la luz del día, Pablo en silencio y con temor, comenzó a observar el paisaje, por todos lados estaba habitado, pero se interesó mas en la zona céntrica de Roma, la mas llamativa de todas, el viajero comenzó a tomar fotografías, de todos los ángulos, una vez terminado, miró a Michelle.

    -Disfruta la vista, no te apresures, no hay prisa de nada.

    Michelle y Pablo, en silencio observaban las vistas que apremiaban con un día asoleado, hasta donde la mirada alcanzara, aprovecharon para ver los jardines, las fuentes, y demás edificaciones del Vaticano, de nuevo frente a Roma, los dos por inercia, se abrazaron y contemplaron en silencio por unos largos minutos de la hermosa vista.

    Sábado, 20 de Marzo del 2010, Atizapán de Zaragoza, México.

    -Oigan, Salud por Pablo, que se lo esta pasando en grande. Comenta Carlos, mejor amigo del viajero, que por muchos años le comentaba sobre su regreso a Europa, levanta su botella de cerveza, invitando a todos a la celebración.

    Carlos, de una estatura de 1,70 fornido, de tez morena y cabello castaño oscuro y corto, sonríe al grupo de amigos que ahí se encontraba, el había conocido al viajero muchos años atrás cuando los dos estudiaban la preparatoria, coincidieron en amigos, y de hay nacía una relación fuerte que hasta la fecha, seguía creciendo; pronto volverían a verse.

    -¡Salud! Gritaron los presentes, al unísono con vasos y botellas alzadas.

    María, hermana del viajero, de la misma estatura que Carlos, pero con tez blanca y mucho más delgada, se acerca al que le preguntó.

    -Pues según mi madre, hoy es el primer día que empieza a seguir sus rutas, y claro mi madre anda un poco preocupada, al rato yo creo que llama, por eso ya me quiero ir. Comentó María con una mirada ya cansada por la hora de madrugada.

    -Si es tarde, yo creo que me voy, ya estoy agotado. Comento Enrique, otro de los mejores amigos del Viajero el que mas años lleva conociéndolo, mas alto que Carlos, por poco y mas moreno al igual que corpulento Pablo y Enrique se habían conocido el primer día de escuela del viajero en México, juntos en el mismo salón durante toda la secundaria, los dos crearon una relación, de amistad que como la de Carlos seguía hasta esos días, mas discrepancias habían tenido, pero nunca habían roto esa fuerte amistad. Ingeniero de profesión, por años se habían alejado por necesidad laboral, Enrique había ya vivido en la ciudad de Puebla, aledaña a la capital mexicana, y se habían encontrado en la ciudad de Cuernavaca, cuando el viajero trabajo durante un año, Pablo regreso al Distrito Federal, mientras Enrique se quedaba, creando una relación con una chica del lugar y casándose después. Cuando fue notificado de la partida de su gran amigo, Enrique solicito días de vacaciones, los cuales seguía aprovechando.

    -Yo también. Respondió María.

    -Tengo una idea. Comento Carlos. -¿Cómo se va a comunicar Pablo? Pregunta mirando fijamente a María.

    -Por teléfono, asumo yo, o… eso creo, ¿Cómo si no?

    -Por que le podemos marcar desde aquí, una llamada rápida y que cuando pueda, se comunique por medio del Internet.

    Enrique se acerca a los dos, y con voz mas animada comenta.

    -Cerveza para rato aun queda, nada mas nos vamos a comer unos tacos, y regresamos a seguirla, hasta que nos comuniquemos con Pablo, ¿Cómo ven?

    -No lo se. Duda María. ¿Crees que se pueda hacer así?

    -Claro que se puede. Insiste Carlos. –Miren, nos cenamos algo, o desayunamos, según lo quieran decir, y regresamos a seguirle con la fiesta, nada mas, les decimos a los que quedan, solo esta Mariam, Lupita, Laura, y Eugenia.

    -Y Javier que esta en el baño. Dice María interrumpiendo pero con dudas de la idea.

    -Yo creo que será entretenido, platicar con Pablo por la Web-cam., ¿No creen?

    María mas convencida, y Enrique asienten con la cabeza, aceptando así la idea, buscan sus abrigos para salir a buscar algo de comida, mientras Carlos grita a todo pulmón La fiesta continua, hablaremos con Pablo al rato, todos le miraron dudosos, y uno por uno se iban negando a continuar, la hora era un problema, todos estaban cansados, y uno por uno comenzó a despedirse, encargándole a Carlos que lo saludasen por ellos, él asintió con la cabeza, y deseándoles un regreso a casa sin problemas, se puso una chamarra abrigadora para soportar la temperatura de esa fría madrugada.

    Minutos después, los tres solos, salieron del departamento de Carlos, hacia el coche, en busca de algún lugar nocturno donde vendiese los tan añorados tacos mexicanos.

    A esas horas en esos días de fin de semana, ciertas taquerías se encontraban abiertos aun, recibiendo a todos aquellos que regresaban de las discotecas, bares o casas, en busca de un buen taco, antes de dormir, los tres, pronto encontrarían una, cercana, camino a ella, organizaron pedir la comida para llevar y comerla en el calor del hogar, en este caso en el hogar del amigo Carlos, María decepcionada por el abandono de los demás amigos, comenzó a dudar que la comunicación funcionaria, los dos amigos le alentaron a que prosiguiera con el plan, al llegar a la Taquería, María, aceptó de nuevo el plan, y solicitó los tacos preferidos, en este caso los comunes, tacos al pastor.

    Al otro lado del mundo, cerca del destino del día, el viajero caminaba mucho mas lento, cansado de el peso y del calor infernal en ese momento, clamaba por agua, pero solo la vería cuando llegara a su habitación, Selva Candida estaba cerca, el viajero se ubicaba según el plano en la Via di Selva Candida Calle estrecha como las recordaba de su pueblo en España.

    Sábado, 20 de marzo del 2010, cerca de Selva Candida, Italia.

    Con su música a buen volumen, rock en español y con su caminar tambaleante, gracias al agotamiento, se preguntaba en su mente si volvería a ver a Michelle, había pasado momentos inolvidables con ella, y gracias a ella, conoció lugares de Roma, cuales nunca olvidaría, comió exquisito, y disfrutó de noches agradables que tampoco olvidaría jamás, medio día sin ella, era suficiente para darse cuenta que, ya la extrañaba, sabia que ella en estos momentos estaría asoleándose en la playa, algo que él también deseaba, recibir el calor del sol sin cargar maletas ni sentir como los pies pedían piedad, sus pensamientos se desviaron y comenzó a pensar en su familia, que desde México, estarían preocupados, no dudaría en hablarles, así los tranquilizarían un poco, de repente el viajero sonrío, se acordó de sus grandes amigos, que para esta hora, estarían si no divirtiéndose en algún lugar, regresando a casa, o hasta cenando unos sabrosos tacos, a Pablo se le abrió el apetito, así sufriendo de calor, de cansancio y de sed, el hambre se le unió, deseando una buena comida para recuperar fuerzas, encendió un cigarro para aplacar el apetito, eso creía, el teléfono sonó, pensó en Michelle, pero la melodía de su teléfono, indico que era otra persona.

    -Pronto.

    -Ja ja ja, chistoso, ¿Cómo te va? Hermanito. Pregunta una emocionada María.

    -Pues bien hermanita, aquí, caminando un rato, y… ¿Ustedes?

    -Aquí de fiesta aun, ¿Cansado?, te noto cansado.

    -Si, la verdad que esta duro el sol, el peso de las mochilas, no creas, esto es difícil, y… ¿Cómo que de fiesta?, ya es tarde, me voy y… ¿Las fiestas duran mas?

    -No, Pablito, lo que pasa es que te marco por que estoy con Carlos y Enrique y planearon algo.

    -Uy, esto no me gusta, ¿Qué se traen entre manos?, recuerda que te metes en líos cuando estas con ellos, recuerda años atrás eh, cuando se metían en los departamentos vacíos, y hacíais trastadas, ya estas grande para que te castiguen.

    -Chistoso eh, es que te quieren ver.

    -Joder… pues ya saben, que se vengan a Italia, aquí estoy.

    -No, no, en la Web-cam. Que cuando llegues al hotel te conectes y charlamos, ¿Qué te parece?

    -Bueno, me parece bien, llego, como algo pues tengo hambre, me baño y me conecto, ¿Vale?

    -Si, me parece bien, aquí te esperamos, ahora te cuelgo pues me esta costando un ojo de la cara esta llamada.

    -Ni modo que sea un ojo del…. ¿María?… ¿María?

    En voz alta solo en el camino el viajero dijo:

    -¡¡¡Colgó!!!

    Después de guardar el teléfono móvil, en su bolsillo, observa donde esta, frente a él, a pocos metros el hotel se asomaba por la derecha, el viajero sonríe, de gusto, mira el semicírculo de entrada y el nombre del hotel, sintió alegría, no había errado con el mapa, pero sabia que tendría que utilizar el otro aparato que tenia guardado, la próxima ruta la manejaría por su (GPS) regalo de su amigo Carlos.

    El paseo fue como esperaba, las fotografías suficientes, pocas, sin ningún pormenor, solo él, su música y sus pensamientos, que fueron pocos, dedicar tiempo a solas para recapacitar, para meditar fue mas difícil de lo que pensó, solo los recuerdos pasados llenaron su mente, no le importó, esos recuerdo le gustaban, quería volver a vivirlos, tendría que esperar tiempo para volver a vivir, algo parecido, con este pensamiento, el viajero se adentro al hotel.

    No paso mucho tiempo para estar solo en su habitación, acababa de darse una refrescante ducha, salía del baño, secándose el cabello, observaba la habitación, en un tono color beige, tanto las paredes, como la cama, reconfortaba al viajero, el amueblado estilo victoriano, dio un toque de armonía con el color, él estaba cómodo, miro para la computadora que estaba ya encendida, y vio que un destello naranja aparecía parpadeando en la parte inferior de la computadora, había desempacado todo su material electrónico, su teléfono cargaba energía, igual su (GPS), que lo comenzaría a utilizar para la próxima ruta, su reproductor Mp3, también cargaba, era el que mas lo necesitaba, este, tenia conectado unas pequeñas bocinas, que había adquirido días antes de su partida a Italia, la mochila con las prendas quedaba pendiente, no desempacaría mucho, tendría que partir al siguiente día, pero lo importante en ese momento era entrar en comunicación con su hermana, así se sentó frente la computadora, dio clic en el parpadeo naranja y una ventana apareció, su hermana María aparecía en primer plano, con los ojos cerrados, se había dormido esperando, el viajero dio toques de alarma, tuvo que dar otros dos mas para que al otro lado apareciese Enrique despertando a María, Pablo reía a carcajadas al ver la escena, María despertó y sonrío, cansada hacia la cámara, y saludo con la mano, atrás aparecían Enrique y Carlos, este ultimo comiendo un taco, o lo que quedaba de el.

    -Bon giorno, México.

    -Bon Giorno. Contesto María, mas despierta.

    -¿Qué haciendo tan temprano? Preguntó Pablo sonriente aun por la escena vivida.

    Carlos con voz irregular, por las copas y la falta de sueño contesto.

    -Aquí, esperando noticia tuyas, ¿Cómo va el viaje?

    -Pues de maravilla, no saben lo que se pierden, estos días en Roma han sido fascinantes, y además acompañado y el día de hoy pues recorrí unos 10 Kilómetros hasta aquí, estoy en un lugar llamado Selva Candida, bastante bonito el hotel, algo candida si es, pero… la selva no la veo por ninguna parte, y carece de alberca, pero no la necesito, mañana me voy.

    -¿Cómo que acompañado?, ¿Conociste a una italiana?

    -No. De hecho conocí si, a una chica, pero no es italiana, es… mmm…… es… mexicana, ¿se acuerdan de la playera de Acapulco?

    Los tres a la vez asienten frunciendo el ceño y horrorizados a la vez.

    -Pues la traía puesta y una chica me ubico nos hicimos amigos, y pues ya ves, nos divertimos en todos los sentidos.

    Enrique se acerca a la pantalla y pregunta.

    -Y… ¿Esta buena?

    Pablo ríe, negando con la cabeza. -No cambias Kikin, ¿Cómo esta tu esposa? Pregunta el viajero al final. -Esta de buen ver, amigo, es muy guapa, ya veras fotografías, es increíble, estuve en Roma, y ustedes preguntan por la chica, increíble.

    -Increíble… ¿El que?, ¿que estuvieras en Roma o que estuvieras con una chica al fin? Pregunta María, sonriente.

    -Ya déjalo, cambiemos de tema, ¿Ustedes que me dicen de nuevo?

    -Nada, todo tranquilo, dime… ¿Qué conociste de Roma? Pregunta un curioso Carlos.

    -Es una ciudad maravillosa, volvería mil veces de ser necesario, y pues conocí lo suficiente, no terminaría nunca de describirlo, les mandare unas imágenes, que dicen mas que mi palabras, pero díganme, ¿Por qué tan tarde estáis por ahí?, ó ¿Tan temprano?

    -Pues tomándonos unas cervecillas, a gusto, aquí con las amistades. Comentó Carlos.

    -Yo al rato me voy a tomar unas a vuestra salud, claro, pero poco que mañana me queda un día duro, muy duro unos 30 kilómetros.

    -Tómalo con calma, no corras, disfrútalo. Comento Enrique acomodándose en una silla, los tres lucían rostros cansados, y parecían algo ebrios ya, las palabras les delataban-

    -Mañana llego a la costa, tengo unas ganas de tomarme una cerveza en la playa, que no creas, me dan ganas de salir ahora.

    -Oye, hermanito, perdónanos, pero estamos muy cansados, vamos a cortar, no te enfades, otro día seguimos, y bueno seguro tu tendrás cosas que hacer. Dijo María, mientras los demás asentían con la cabeza.

    -Ok, lo entiendo, veo sus caras, los veo agotados, y… borrachos, menos María, creo que tomo menos que ustedes, como siempre, yo a ver si me conecto todos los días, ya veremos, para hacer las cosas del día siguiente, ponerme al día, subir fotos a la red social, pero mientras me saludáis a todos, María, salúdame a papa y a mama, diles que estoy bien, descansando y que Roma esta muy bonita, que a ver cuando se animan a venir.

    -Vale Pablo, yo les digo, ahora cuídate mucho, te queremos, ciao. María culmino la conversación y la pequeña pantalla se oscureció.

    Sábado, 20 de Marzo del 2010, Atizapán de Zaragoza, México.

    Los tres amigos estiran los brazos se quedan mirando, sonrientes, y deciden recoger un poco el tiradero creado por la fiesta, María tenia que ser llevada a casa, y Enrique se apunto a llevarla, Carlo se quedaría ya, su cama ya lo esperaba, después de algunas palabras de gratitud por la fiesta se despiden del anfitrión Carlos, abandonaron el pequeño departamento que estaba en una planta baja, evitaron bajar escaleras tambaleándose, el recorrido a las respectivas casas era corto, María a menos de un kilómetro, en cambio Enrique que se quedaba en casa de sus padres pues estaba de visita, tenia que recorrer tres kilómetros, ya había amanecido, y el clima ya iba subiendo, aun así los dos se abrigaron.

    Una vez en el coche, a poca velocidad, tuvieron una corta conversación, lo suficiente como para que María, arribase a su casa.

    -Que bueno que este bien tu hermano, la verdad lo necesitaba, ¿Le viste la cara?

    - Si, se ve bastante bien yo creo que este viaje le va a hacer bastante bien, el pobre estaba arto de todo, y con justa razón, después de lo que le pasó.

    -Le va a cambiar la perspectiva de vida, ya veras, si algún día regresa va a ser otro Pablo, distinto a que conocemos. Comenta Enrique mirando al frente, con ojos cansados.

    -¿Tu crees que regresa? Pregunta María, mirándole a los ojos a su amigo.

    -Si, lo mas seguro, dalo por hecho, va a regresar.

    -Bueno ya llegamos, cuídate mucho Enrique, nos vemos pronto. Dijo María mientras abría la puerta.

    -Me saludas a tu novio, espero que para la próxima no le toque guardia.

    -Ojala, hoy lo extrañe mucho, pero el fin de semana que viene, descansa, así que… haremos algo, ¿No?-

    -Claro que si. Asiente Enrique.

    -Cuídate mucho, te vas con mucho cuidado.

    -Si, no te preocupes, descansa, ciao.

    -Adiós.

    María entra en la casa y cierra con seguro la puerta, mientras escucha alejarse el coche de su amigo, lentamente y con cuidado se va a su habitación, y cierra la puerta; María, vivía con sus padres aun, ella junto con su novio construían ya la casa donde iban a vivir, Pablo, les había completado con un ultimo faltante, y quedaban un par de meses para poder inaugurar la casa, María se ponía su pijama, fijamente, miraba un sobre que descansaba sobre su mesa de noche, este, cerrado tenia un escrito cual indicaba que no se abriera hasta ser notificada por Pablo, él lo había escrito y tenia ciertas indicaciones, ella ignoraba su contenido, aunque ya varias veces, pasó por su cabeza abrirlo y terminar con el misterio, con la luz ya apagada, se pone a pensar en su hermano, que lejos estaba, y su duda crecía, sobre esa misteriosa chica, Michelle, ¿Quién seria?, se preguntaba, ¿Será buena gente?, o, una cazafortunas, con esas dudas se quedo hasta que minuto después cayo en los brazos de Morfeo.

    Al otro lado del Atlántico, Pablo culminaba su corta labor de investigar los últimos y pequeños detalles del próximo recorrido, tomaba un refresco de cola, ya le quedaba poco, y mientras se terminaba, encendió la televisión, en busca de algún canal que pudiese entender, a la vez pensaba en el resto del día, en aquel recóndito lugar, donde no había mucho que hacer.

    Sábado, 20 de marzo del 2010, Selva Candida, Italia.

    Mirando la pantalla del televisor, repetía las palabras en italiano, que decía el presentador de turno, se había acabado el refresco y su estomago pedía comida, era un hecho que su próximo plan era comer algo, así se levanta de la cama, donde descansaba los pies, y haciendo luchas con los dedos de los pies, se empieza a alistar para dirigirse al restaurante, sin dudarlo se viste con lo primero que encuentra en su maleta, y se calza con lo mas cómodo que tenia, unas zapatillas deportivas, que le habían regalado.

    Una vez sentado en el comedor del único restaurante del hotel observa la carta que le habían cedido, y mira uno a uno los platillos, unos los reconocía, otros no sabia que era, la atención desde que llego era excelente y profesional, el camarero de turno lo atendió en un perfecto español, cual aminoró los problemas de comunicación, a Pablo, le llamaba la atención todo lo referente a la Hostelería, así que una vez seleccionado el platillo, observó a cada uno de los empleados que tenia a la vista, pensando en que algún día podría trabajar en un hotel, sabiendo que ya no necesitaba tanto el dinero y el trabajo, frente a él, pasó la recepcionista, la que le había dado la habitación, ella sonrío, y le dijoBuona Tarde los dos sonrieron y la señorita siguió su camino, el viajero volvió a observar la carta de los alimentos, matando un poco el tiempo en lo que llegaban a tomar la orden, el idioma y el estilo de la letra no le ayudó mucho, y aunque ya sabia lo que iba a ordenar, le dio otro repaso, comenzando por los Antipasti los entrantes, Contorno un tipo de guarnición para el platillo solicitado, Primo el primer platillo, Segundo plato y Dolce, decidió así solicitar solamente unos Espagueti, tipo boloñesa, algo que deseaba desde días atrás, este era mas distinto de lo que pensó, no así el sabor, que era exquisito, para tomar decidió otro refresco de cola, el alcohol no se le antojaba en ese momento, al esperar por la comida, comenzó a recordar la primera comida en Roma, cual fue muy diferente, a parte que gozaba de buena compañía.

    Martes, 16 de Marzo del 2010, Roma, Italia.

    -¿Qué te pareció la Basílica? Pregunto Michelle, mientras salían los dos de la basílica.

    -Increíble, sinceramente jamás pensé que me iba a asombrar tanto.

    -Y Ahora… ¿Qué?, me gustaría invitarte a comer Pablo, pero si tienes otros planes, lo entenderé, y, lo dejaremos para otra ocasión.

    -Pues me gustaría conocer más lugares, pero también tengo hambre, ¿Crees que se puedan hacer las dos cosas a la vez?

    -¿Comer y conocer lugares? Pregunta Michelle mirándole a los ojos.

    -¿Cómo ves?

    -Pues claro que es posible, mira, te invito a un lugar que conozco, realmente te va a gustar, frente de este lugar que te digo, hay una de las construcciones más increíbles de Roma, te va a encantar, al terminar, me invitaras a un Gelato, ¿De acuerdo?

    -Pues bien, tú sabrás, yo me comportare como un turista, y mientras tú me guías, yo tomare fotografías de todos los rincones de la ciudad.

    -Pues empieza ya, mira las columnatas, aquí están San Pedro y San Pablo, aprovecha, luego en "Via Della Conciliazione, nos tomamos una foto juntos, con el vaticano de fondo.

    -¡Vale! Me gusta tu idea, eres perfecta para lo que necesito, una guía, ¿Ya lo has hecho antes?

    -No para nada amigo, es la primera vez, siempre he estado acompañada.

    -Pues lo haces bastante bien chica, deberías dedicarte a esto.

    Al Viajero se le hacia extraño tanta amabilidad, le hacia rara la actitud de su nueva amiga, que aun era una extraña, por su mente pasaba la idea de un engaño, lo siguiente era crear un plan de emergencia por cualquier situación fuera de lugar.

    -Oye Michelle, y… ¿Un Baño por aquí cerca?

    -Pues en algún bar o trattoria, déjame pensar, ¿Te urge mucho ir?

    -No mucho chica, pero si pasamos por alguno, avísame y bueno solo tomara unos momentos.

    -Hay chicos tan inoportunos con ir al baño.

    -Si ya, ya, cuantas veces he escuchado ese comentario, pero pues ya ves, cuando hay que ir, hay que ir.

    -Continuemos, el camino, ahora estamos en Via Della Conciliazione aquí podemos observar ciertas construcciones, aunque no son las mas llamativas de Roma, tienen cierta importancia.

    Michelle saca de su bolsa un pequeño mapa de Roma, señalando con el dedo indica la situación de la nombrada vía, centímetro a centímetro ella explica un poco de lo que conoce de esta vía.

    -Esta avenida tiene un aproximado de medio kilómetro, y conecta la Piazza San Pietro con el Castel Sant´Angelo a un costado del Río Tíber, ya lo conoceremos, pasaremos por hay en unos minutos, además comercios, con baños y residencias, también con baños, aunque no es factible que los puedas visitar…

    .-Chica me das mas ganas de visitar un baño, no me digas esas cosas. Responde Pablo justificando el uso inmediato de alguno de estos locales.

    -… a ver continuo, ya me tranquilizo, te lo prometo, es esta vía, están construcciones de interés turístico como por ejemplo: El Palazzo Torlonia, El Palazzo dei Penitenzieri, El Palazzo dei Convertendi, y las iglesias de Santa María en Traspontina y Santo Spirito en Sassia; Benito Mussolini algún día dijo…En cinco años, Roma debe parecer maravillosa a todos los pueblos del mundo; vasta, ordenada, potente, como lo fue en los tiempos del primer imperio de Augusto. Y mando construirla erigiendo obeliscos en ambos lados, que sirven para el soporte de la iluminación y para reducir el efecto embudo sobre las visuales de la Basílica.

    -Bastante interesante, conoces muy bien Roma.

    Los dos seguían su camino, Michelle le mostraba uno a uno las distintas construcciones, no daba mucha explicación de estas, solo sabia de ellas el nombre y nada mas, el tiempo paso, mientras observaban y tomaban fotografías, abandonaban la famosa vía adentrándose al Ponte Vittorio Emanuelle II donde se detuvieron para tomar algunas fotografías mas, esta vez pidieron asistencia a un transeúnte que oportunamente pasaba a su lado, fotos de ellos dos con el Castel Saint´Angelo, El Río Tíber y la ciudad de Roma, de fondo serian guardadas, para un futuro recuerdo, reían de las poses, una de ellas el cabello de Michelle, tapaba su rostro volvían a reír, no importaba, era lo mas instantáneo que habían visto, de igual manera quedaría para el recuerdo, una vez mas avanzaron llegando a Corso Vittorio Emanuelle II Michelle con paso mas ligero, comenzó a explicar el tiempo que llevaba en Roma, y cual era su plan vacacional.

    -Mientras espero a una amiga de Estados Unidos, cual llegara en unos cuatro o cinco días, pienso darme unas vueltas y volver a visitar los lugares mas bellos de Roma, llegue ayer, así que estamos los dos un poco fríos con esto de las andadas, pero acostúmbrese, pues hay mucho que caminar.

    -Ni que me lo digas, más de cuatro mil kilómetros.

    -Insisto es una locura, en fin, una vez llegue mi amiga, nos iremos a la playa, y de ahí yo creo que conoceremos alguna otra ciudad, ojala la pudieras conocer, es muy linda americana por cierto, ya sabes Rubia y de ojos azules, como la mayoría de las gringas, la conocí en el trabajo así que me fío de ella, llevamos programando este viaje seis meses, las dos tenemos unos dias de vacaciones así que lo aprovecharemos hasta que se pueda, con mi ahorrado y su dinero yo creo que aguantaremos, ella es de familia rica así que no creo que tenga problema, ella pagará todo mientras yo le enseño la ciudad, también quiere ir a Paris así que habrá que obedecer y seguirla, ¿Conoces Paris?.

    -No para nada, pero en este viaje lo conoceré.

    -Ojala coincidiéramos allá, pero no serviría de guía, no conozco Francia; en fin, mi trabajo allá fue bastante pesado y entre en crisis nerviosa, mi patrón me mando descansar así que preparé de nuevo el viaje y pues aquí estoy.

    -Que bien, y ahora ¿Como te sientes?

    -Bien no creo que haya sido nada, me encuentro bastante bien, aunque hay mucho trabajo por hacer en la oficina, mira

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