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Palabras Para Rescatar
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Palabras Para Rescatar

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PA L A B R A S Q U E R E S C ATA R aporta 30 temas que pretenden hacer reflexionar al lector/a sobre otras tantas palabras que necesitan ser repensadas, porque la fe, como la vida misma, es continuo proceso de profundizacin.

Lo ms autntico de nuestro ser no est en la superficie, ni siquiera en la inteligencia, sino en el descubrimiento de eso que llamamos sabidura divina, que se nos transmite en el contacto con la palabra, escuchada con el corazn y reflexionada tambin con un corazn sencillo, como de hijo que confa en su padre/madre.

No todos los 30 captulos tienen la misma longitud. Unos son ms para ser ledos y otros, para ser trabajados. He buscado, en todos, palabras necesitadas de rescate, de actualizacin, palabras esenciales, como: voluntad, libertad, eucarista, fe, perdn, Nueva Evangelizacin, familia, luz, oracin, prueba, sufrimiento, servicio, vida cristiana, vida consagrada, accin de gracias, cuaresma, sanacin, conversin, correccin fraterna, Mara, poltica y cristianismo

He tenido una doble intencin: que pueda ser ledo por adultos y jvenes; y que los padres o educadores puedan usarlo con sus hijos o alumnos.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento3 oct 2012
ISBN9781463340070
Palabras Para Rescatar
Autor

Manuel Rodríguez Espejo

El padre Manuel Rodríguez Espejo, escolapio, posee el magisterio nacional, por la Universidad de Zaragoza; la licenciatura en teología por la Universidad Pontificia de Salamanca; y el doctorado en pedagogía por la Universidad de Granada; diplomado en biblia y experto en la formación de voluntarios. Ha trabajado en Italia, Guinea Ecuatorial, Venezuela, México y diversos lugares de España (Madrid, Sevilla, S.C. de Tenerife, Granada, Córdoba, Vélez Málaga) con jóvenes y adultos. En la actualidad trabaja en el santuario de S. José de Calasanz, de Peralta de la Sal (Huesca). Como escritor tiene ya cuarenta libros publicados, entre los que citamos: de la editorial Palibrio: “1229 parábolas, fábulas, reflexiones… para jóvenes y adultos”, “Palabras para rescatar”, “¿Qué me pide el Año de la Fe?”, “Conociendo a los Santos Padres y orando con ellos” (dos volúmenes), “Para ahondar en la Eucaristía: palabras y experiencias”, “Temas para seguir creciendo”, “El cambio que necesita la Iglesia”, “Buceando en la Palabra: El Jesús de Mateo, ¿Nos prueba Dios?, Juegos bíblicos”. De la Editorial DidaCbook: “La piedra de la fe”, “La Palabra ardiente”, “La Madre de Nazaret”, “Valores para la felicidad”.

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    Palabras Para Rescatar - Manuel Rodríguez Espejo

    Copyright © 2012 por Manuel Rodríguez Espejo.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

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    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    428819

    Índice

    Palabras Para Rescatar

    Prólogo

    1. Cómo Crecer En La Voluntad

    2. No Hay Mejor Defensa Que Un Buen Ataque

    3. Cómo Vivenciar Y Explicar Al Espíritu Santo

    4. La Eucaristía

    5. El Sacramento Del Perdón

    6. Acerca De La Fe

    7. La Nueva Evangelización En La Conferencia De Aparecida (2007)

    8. La Familia A La Luz Del Magisterio Católico

    9. Cristo Y El Cristiano Son Luz

    10. Cómo Hacer La Oración De Petición

    11. Pobreza, Libertad, Pruebas Y Tentaciones

    12. Significado De Los Sufrimientos

    13. El Valor Cristiano Del Servicio

    14. Una Síntesis De La Vida Cristiana

    15. La Vida Consagrada

    16. La Acción De Gracias – Alabanza –Bendición

    17. Te Pregunto: Respóndeme

    18. Carta A Uno Salido De La Uci

    19. ¿Se Requiere La Comunidad Para Creer?

    20. La Cuaresma

    21. La Conversión Cristiana

    22. Para Sanar El Matrimonio

    23. La Corrección Fraterna

    24. ... Para Que Creyendo Tengáis Vida... (Jn 20, 30-31)

    25. Del Dinero Público Y La Libertad De Elegir Centro

    26. Cómo Sentirme Perdonado Y Poder Perdonar

    27. Enseñanzas De María

    28. Para Adviento O Mayo

    29. María, Hija, Madre Y Esposa

    30. Mis Interrogantes Otra Vez

    Palabras para Rescatar

    Para decir estas cosas no usamos los términos filosóficos que se emplean en las escuelas, sino los que nos enseña el Espíritu, pues hablamos de cosas espirituales a hombres espirituales (1ª Cor 2, 13)

    Con el nuevo dicasterio (de la Nueva Evangelización) he pensado en el mundo entero pero, sobre todo, en Occidente con su secularismo y laicidad, por lo que hay que renovar la fe para responder a esa laicidad", dijo el Papa, que manifestó que se trata de un problema que sufren tanto España como Francia, la República Checa y el Reino Unido.

    Prólogo

    Escribo estas páginas pensando en los jóvenes, los adultos y, especialmente, en los padres y docentes.

    Puede parecer un desorden el hecho de que mezcle temas religiosos con problemas pedagógicos. Lo hago conscientemente por dos razones: porque deseo que quienes son responsables de la formación de hijos o alumnos los mezclen también ellos en su tarea educadora; y porque quisiera llegar con estas páginas a aquellos que se dicen no creyentes, pero que están llamados a vivir en profundidad, sin caer en el dualismo que tantísimo daño nos ha hecho hasta ahora.

    Emma Martínez escribe en su libro Cuerpo espiritual: Mi experiencia, en los cursos que doy sobre espiritualidad, es que cuando hago preguntas contestan identificando vida espiritual con vida de oración, práctica de la meditación, práctica religiosa, relación con Dios... Muy pocas personas entienden la pregunta en relación a cómo son sus relaciones interpersonales, cómo utilizan su dinero, su tiempo, su energía, con qué seriedad y honradez viven su trabajo profesional, cómo se comprometen con el cambio estructural para hacer de este mundo un mundo más justo. Es decir, cómo cultivan su mundo ético, estético, cómo es la calidad de sus relaciones y su modo de estar en la vida, en la realidad, en la tierra..., con qué talante afrontan lo real.

    Todos/as los dedicados a la educación, padres y docentes (a los que no me gusta llamarles educadores, porque sostengo que nadie educa a nadie, sino que unos y otros nos ayudamos) solemos estar de acuerdo en que para crecer como persona, lo primero que necesitamos, hoy día, es cambiar nuestro concepto de Dios. Y, consecuentemente, nuestro lenguaje sobre Dios y nuestras actitudes ante Él.

    Ciertamente habremos de dejar algunas prácticas que aprendimos de pequeños y se han constituido en rutina. Pero no vamos a abandonar lo que toda la vida ha sido esencial en nuestro caminar hacia los brazos del Padre Bueno.

    Estas reflexiones que os entrego son fruto de muchos años de ejercicio pastoral, que me ha llevado por Europa, África y América, ayudándome a madurar una idea y una práctica, que son las que, hace ya tiempo, me calientan el corazón y la pluma.

    No pretendo discutir con nadie. Sólo ofrezco sencillamente mi punto de vista, por si os puede servir para que vuestro corazón también arda en el fuego del Amor.

    Exigen, eso sí, una lectura reposada y reflexión profunda, con ganas de aprovechar.

    Capítulo 1º

    Cómo crecer en la voluntad

    Un matrimonio muy agobiado por su trabajo profesional buscaba en una tienda de juguetes un regalo para su hijo. Pedían algo que lo divirtiera, lo mantuviese tranquilo y, sobre todo, le quitara la sensación de estar solo. Una dependienta inteligente les explicó: lo siento, pero no vendemos papás.

    El acto voluntario es algo complejo, porque consta de cuatro fases, cada una de ellas condicionada por la anterior y con sus propias dificultades. Pongamos un ejemplo: para querer ver una película, lo 1º es conocer que existe, dónde y cómo la puedo visionar; lo 2º, discernir los pros y contras de verla: ¿tengo dinero? ¿merece la pena?...; lo 3º es decidirme por verla; y lo 4º ejecutar las acciones necesarias para ir al cine.

    La primera fase es propia del conocimiento, no sólo a través de los sentidos, sino fundamentalmente de la razón. Y todos somos conscientes de que no siempre nuestros sentidos y la razón nos informan correctamente. He aquí una primera dificultad.

    La segunda fase, discernir, valorar justamente si me conviene o no una decisión futura, comporta la capacidad de hacer juicios correctos. Y como el juicio puede ser torcido por el sentimiento, la afectividad... aquí encontramos otra fuente de dificultades.

    En la tercera fase es cuando empieza su actuación propiamente la voluntad. Decide si quiere o no quiere. ¿Dificultades?: que unas veces somos prisioneros de la indecisión, otras de la confusión entre ‘me gusta’ y ‘lo quiero’. Evidentemente hay muchas cosas que me gustan (que las querría), pero que no las quiero.

    Pero si damos por supuesto que las tres primeras fases las hemos superado correctamente, todavía nos queda la cuarta –ejecutar el querer-, que también tiene sus dificultades ¿o no es verdad que muchas decisiones las abandonamos antes de concluirlas?.

    ¿Para qué me he alargado en este preámbulo?: para que padres y educadores caigamos en la cuenta de que fundamentar esta capacidad tan compleja exige unos fundamentos sólidos y bien puestos. Por tanto, sólo la alcanza el niño cuando ya tiene uso de razón y un ejercicio realizado con constancia desde su más tierna infancia. Sus primeras ‘decisiones’ no son fruto de la voluntad, sino del instinto, del gusto o del capricho. Lo cual es muy importante que padres y educadores lo tengamos siempre presente.

    ¿Educadores o domesticadores?

    Aunque suene mal, los primeros pasos de la educación o formación tendrán que asemejarse a los del ‘domador’ que amaestra un animalito. ¿Qué método usa?: el llamado por la psicología error y acierto: cada vez que el animalito acierta, recibe una caricia, un premio; y cada vez que yerra, una corrección o castigo.

    La persona también es ‘animal de costumbres’ o hábitos. La mano firme, es decir, la constancia de padres y educadores en la práctica de este método es la clave del éxito, porque el hábito se engendra con la repetición de actos. Conforme el niño va alcanzando el uso autónomo de esa facultad superior que llamamos voluntad y que nos diferencia a los animales-racionales de los irracionales, irá actuando no por reacciones mecánicas, sino por ideas, convicciones, metas.

    Cuidado con el chantaje del llanto y el berrinche

    El arma que el pequeño tiene para defenderse de lo que contradice su apetito es el llanto, que, a veces suele llegar a la categoría de berrinche. ¿Y qué padre o madre no duda si seguir insistiéndole para que haga lo que entendemos que ‘debe hacer por su bien’?. Mantengamos la calma, no nos pongamos nerviosos... dejémosle llorar, pero no cedamos.

    ¿Es conveniente razonarle nuestra decisión en estos momentos?: nosotros pensamos que sí, aunque somos conscientes de que el pequeño no se mueve todavía por razones. También aquí habremos de operar con equilibrio, cariño y adaptándonos lo más posible a la edad del hijo. Ni largos y complicados sermones, ni pretender que con una vez que le digamos algo él cese en su llanto, en su ‘pulso’.

    Órdenes y prohibiciones sólo las imprescindibles

    Por dos razones: porque hemos de fomentar la autonomía: a decidir se aprende decidiendo, como a nadar se aprende nadando... y no sólo con teoría. Y porque mientras más órdenes o prohibiciones formulemos, más difícil será que las cumpla el hijo y que nosotros podamos controlarlas.

    Procuremos siempre presentarle varias alternativas

    Cuando los hijos vayan teniendo edad de colaborar en las tareas de la casa, resulta muy educativo que siempre que vayamos a exigirles algo, podamos presentarle alternativas, para que el hijo sea quien elija. Por ejemplo, si queremos que colabore en las tareas de la casa, podríamos decirle: como todos hemos de colaborar en las tareas de la casa, piensa a cuáles de estas tareas te gustaría comprometerte tú: poner la mesa, quitarla, fregar los cubiertos, sacar la basura...Si se trata de tareas escolares: ¿cuándo prefieres presentarme los ejercicios de Lengua antes de los de Matemáticas o después?...

    Esta norma sirve también para los premios que vamos a prometerle y los castigos con los que vamos a penalizar los acuerdos no cumplidos. Nosotros le presentaremos en cada caso dos o tres alternativas, para que él decida. Pero una vez acordado no es educativo que admitamos cambio.

    Todo lo que insistamos en ayudar, desde muy pronto, a crecer en la inteligencia y la voluntad será una riqueza para el pequeño, puesto que la inteligencia informa de posibilidades y la voluntad decide qué es lo que va a hacer la persona.

    ¿Qué es la libertad?.

    Podemos afirmar que la libertad es la cualidad propia de la voluntad, porque si no hay libertad en la elección, no podemos hablar de ‘acto voluntario’. Por tanto -más dificultades- también desde muy pequeños hemos de enseñar a ser libres de verdad.

    Es necesario que insistamos en la distinción entre desear y querer. El deseo se manifiesta en el plano emocional, afectivo, sentimental, por lo que con relativa facilidad aparece y desaparece, es inconstante. El querer ya hemos dicho los pasos que comprende; y tiene, como dos de sus características, la estabilidad y la determinación. Por eso podemos afirmar que en el niño pequeñito hay ‘deseos’, pero todavía no es capaz de querer. Eso sí, con la ayuda de padres y educadores terminará alcanzando también el correcto desarrollo de esta facultad superior.

    ¿Podemos distinguir diversos tipos de voluntad, como existen diversos tipos de memoria y de inteligencia?.

    En efecto, podemos hablar de muchas variedades, según qué punto de vista adoptemos. Puede ayudarnos, a modo de ejemplo, esta clasificación, que parte de la determinación que muestran:

    a) Voluntad inicial: Es la voluntad que nos empuja a comenzar lo que nos hemos propuesto o debemos hacer.

    b) Voluntad perseverante: Es la que nos permite terminar la obra iniciada, venciendo las dificultades –internas y externa- que se nos van presentando: la desgana, la urgencia de realizar inmediatamente otra tarea...

    c) Voluntad capaz de superar las frustraciones: Una dificultad muy importante es la frustración, es decir la no consecución de un objetivo, que nos hunde anímicamente. Precisamente he de recordar al lector que tanto lo que he llamado dificultad, como los obstáculos y las frustraciones, sean cuales sean sus orígenes, van a constituirse en la piedra de toque de la voluntad. Con otras palabras: no les tengamos miedo, porque ellas son las que permitirán al hijo o alumno aumentar la capacidad de voluntad.

    Les hacemos mucho daño cuando pretendemos apartarlos de toda dificultad o fracaso. No, lo que hemos de hacer, desde muy pequeños, es enseñarles a vencer, demostrarles que la dificultad superada nos cualifica, y la frustración vencida nos refuerza la voluntad.

    d) Voluntad para terminar bien la tarea comenzada: Es muy frecuente empezar con ilusión una tarea y dejarla sin concluir o terminarla de mala manera. ¡Atención!, también en esto tenemos ‘la culpa’ quienes lo permitimos pudiéndolo impedir. Ciertamente que con la amabilidad y fomentando la autoestima vamos a obtener mejores resultados que con el enfado, la amenaza de castigos que no estamos dispuestos a hacer cumplir, y otros malos modos...

    También nos sirve el ejemplo de la memoria y la inteligencia para otra clasificación de la voluntad, según el móvil que tenga nuestra voluntad:

    1.- Hay quien tiene voluntad fuerte para lo relacionado con la vida física: para los deportes, mantener el peso, cambiar el físico..., pero no para problemas de otra índole.

    2.- Otros disfrutan de voluntad para alcanzar metas de ámbito social: ayudar a necesitados, comunicarse, vencer la timidez o la dificultad de expresarse en público, etc.

    3.- Muchos gozan de gran voluntad para la lectura, el estudio, la cultura... por aquello de que cuando uno se enamora de algo o de alguien, todo lo que este enamoramiento exige, le resulta fácil. De ahí la importancia de enamorar al hijo o alumno con la lectura, el estudio... Pero esto sólo lo vamos a conseguir si le proporcionamos inicialmente experiencias gratificantes, apropiadas a su edad y, por tanto, con posibilidad de captación por su parte.

    4.- Por último, los autores que seguimos hablan de otros tipos de voluntad más difíciles de desarrollar cuando los sujetos son todavía muy pequeños, como voluntad para alcanzar elevadas metas espirituales, dinero, poder... Si bien, no podemos olvidar que los ejemplos arrastran y con nuestro comportamiento, más aún que con nuestras palabras, podemos poner en los niños los fundamentos para estos otros tipos de ‘voluntad’.

    Tampoco concluye aquí las clasificaciones de la voluntad. Según el tiempo que va a exigir la meta que nos señalamos, hablaríamos de: Voluntad inmediata, Voluntad a medio plazo y Voluntad a largo plazo, que es la que más nos suele faltar, especialmente a los estudiantes. ¿Quién no comienza el curso con voluntad de aprovecharlo, y empieza a flaquear antes de concluir los nueve meses que dura?

    Padres y profesores: no olvidemos, pues, en nuestra tarea educativa la complejidad de la voluntad. Y recordemos que el hecho de tener voluntad para una tarea no comporta tenerla para todo.

    Además de lo ya dicho, ¿qué otras consideraciones deberíamos tener en cuenta?

    Empecemos por afirmar que nadie educa a nadie, como ninguno puede comer por otro. La educación es una tarea personal e intransferible. ¿Entonces qué?: podemos ayudar a nuestros hijos y alumnos en este tema de la voluntad y en tantos otros, pero necesitamos que ellos quieran acoger nuestra ayuda, valerse de ella, poner en práctica nuestros consejos o sugerencias. Y esto no es fácil, cuando son todavía muy pequeños, porque reaccionan simplemente por el deseo, el capricho, el sentimiento, mientras que los adultos nos colocamos en el campo de la lógica.

    1ª no pretendamos quemar etapas. En los primeros años, desde el inicio, ayudemos a crear hábitos positivos. Seamos exigentes, ordenados, en todos los planos de su vida (aseo, comida, sueño, orden, buenos modales...). La repetición de estos actos, aunque todavía no sean conscientes y queridos por el hijo, le van a crear hábitos, que le facilitarán esas tareas cuando crezcan. ¡Disciplinar al pequeño desde muy pronto –no tengamos miedo a la palabra disciplina- es el servicio mejor que podemos hacerle. Pero exige constancia y formas dulces, positivas, por nuestra parte. Las dos cosas al mismo tiempo. A andar se aprende andando...

    2ª no creamos al hijo más pequeño de lo que es, ni más mayor de lo que es. Todos nacemos con ‘capacidades’, pero no llegarán a ser realidades si no las entrenamos. Probemos a pedir al hijo siempre un poquito más de lo que ya ha alcanzado. No le hagamos nada que él puede hacer por sí mismo, aunque nos tengamos que estrujar el corazón algunas veces. Todas las capacidades suponen mayor esfuerzo al inicio que cuando ya están desarrolladas.

    Si observamos pereza o miedo en el desarrollo de alguna capacidad de las fundamentales para la vida adulta, ingeniémonos para que, aparentando jugar, entrene, ejercite también esa facultad.

    Apoyemos a la Escuela y a sus educadores, para que exista armonía en esta ayuda al crecimiento. Recordemos siempre que muchas buenas cualidades del hijo quedarán inéditas, por no haberle sabido exigir: todos damos más cuando nos exigen con amor y buenas formas

    3º Desde muy pequeños ayudémosle a negarse o vencerse en los gustos, los estímulos y las inclinaciones inmediatas.

    El gran psiquiatra Enrique Rojas-Marcos afirma que la educación de la voluntad tiene un trasfondo ascético, de lucha, de superación, sobre todo cuando se empieza. Hay que tener espíritu deportivo para un día y otro realizar lo mismo, hasta habituarnos y, por tanto, hacer las cosas con menor esfuerzo. Este es el gran beneficio de la voluntad educada y liberadora.

    Libertad, liberación no es hacer lo que uno quiere o seguir los dictados inmediatos de lo que deseamos, sino vencerse en las cosas pequeñas diarias para

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