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Tales of New Tower: Tales of, #1
Tales of New Tower: Tales of, #1
Tales of New Tower: Tales of, #1
Libro electrónico344 páginas5 horas

Tales of New Tower: Tales of, #1

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Información de este libro electrónico

Bienvenidos a la fantástica isla de Kaiser, donde lo extraordinario se convierte en algo posible. Tori Kazakami, Dram y último de los señores de Drone, ha iniciado una búsqueda para encontrar la espada de Matt, un arma legendaria de fuerza y valor incalculable, que se perdió entre las dunas del desierto tiempo ha. Con ella, pretende hacerle frente a Los Estados Fronterizos, una terrible nación vecina, que amenaza con colonizar toda la isla de manera inminente. Sus pesquisas le llevarán hasta Lorian Belt, un joven que sin pretenderlo, se verá arrastrado a una descomunal aventura llena de magia, a causa de un extraño artefacto que acaba de heredar. La aventura está a punto de comenzar.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 mar 2018
ISBN9781386368724
Tales of New Tower: Tales of, #1

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    Tales of New Tower - Carlos Schmolling Santos

    Carlos Schmolling Santos

    Para mamá y Dollar Robinson

    Índice

    0. Prólogo. Tell me a tale........................................................Pag.4.

    1. Los primeros sucesos..........................................................Pag.7.

    2. Malicia en el país de las maravillas...................................Pag.18.

    3. Leyendas de Tower..............................................................Pag.31.

    4. Querido diario......................................................................Pag.45.

    5. La caja de pandora..............................................................Pag.58.

    6. El infierno de Dante............................................................Pag.68

    7. Eternos somos, eternos seremos.....................................Pag.78.

    8. El día del fundador..............................................................Pag.91.

    9. Tribulaciones.......................................................................Pag.102.

    10. Estigia.................................................................................Pag.114.

    11. Pluma y espada.................................................................Pag.127.

    12. Histeria...............................................................................Pag.137.

    13. Más allá del sendero de la amargura.............................Pag.149.

    14. La ley del más fuerte........................................................Pag.158.

    15. Y en un mundo sin ti, soñaré contigo............................Pag.168.

    16. Epílogo. Another tale.......................................................Pag.181.

    0. Prólogo. Tell me a tale.

    El sol ha salido en Drone. Apenas han pasado algunas horas desde que amaneció, pero el día, se ha visto empañado por la presencia de nubarrones, por lo que la iluminación de la ciudad es más bien tenue. Una brisa agradable y fresca, penetra a través de los callejones, enfriando el ambiente y sacudiendo las copas de los árboles, llevándose sus hojas tras de sí. Salta a la vista, el otoño ha comenzado, y quizás, las dos primeras personas en percatarse de ello, sean Tori y Zeusen, quienes se encuentran en lo alto del Drahal, el árbol más grande y alto de toda la ciudad.

    -Ya empieza otra vez el frío. Calor y sequía en las estaciones cálidas, y frío e inundaciones el resto del año. No hay término medio, ¿Eh?-. Comenta Zeusen, un joven con los ojos rasgados color azul eléctrico, de pelo negro y con una complexión que roza la extenuación.

    -Nunca he conocido otra cosa. Jamás he salido de esta maldita isla. Lo que conlleva ser el Dram y señor de Drone, me imagino. Así que me es indiferente-. Le responde Tori, el anciano que hay sentado a su lado, cuyos ojos negros contrastan con el tono pálido de su cabello y su largo bigote, que acaricia mientras conversan.

    Tori se levanta apoyándose en su bastón, se acerca a una de las ventanas de la habitación en la que se encuentran y se apoya en ella. Desde ahí, ignora las vistas panorámicas de la ciudad que pueden apreciarse, para observar como el viento toma algunas de las hojas del Drahal.

    -¿Quién sería el iluminado al que se le ocurrió convertir un árbol milenario en un edificio?-.

    -Mis antepasados seguramente-. Le responde el joven.

    -Era una pregunta retórica-. Afirma Tori a desgana, retirándose de la ventana y volviéndose a sentar en la larga mesa que recorre la habitación, cuya superficie está decorada en relieve con un dibujo de un descomunal dragón escupiendo rayos.

    -¿Nunca has tenido curiosidad por aquella época? Me pregunto cómo era todo antes de que los Raijin llegasen a Kaiser, antes de que se fundasen Tower y Drone-.

    -Sabemos lo que quisieron contarnos en los escritos. Todo era muy diferente antes de la tercera gran guerra. La gente no usaba espadas, sino armas prohibidas; empleaban otros métodos de comunicación, no existían los mecas; ni tampoco alteraciones genéticas como la inercia o la policromía. Todo ha cambiado mucho desde entonces. Pero me conoces desde que tienes uso de razón, sabes que no soy un hombre curioso. Quizás sea porque he vivido más que ningún otro hombre que haya conocido-. Reconoce acariciando el extraño colgante que lleva en el cuello y que desprende una luz verde. –Mis ojos han visto demasiado como para fantasear con más. Lo que sé me es más que suficiente-.

    -Pues a mí me hubiese gustado vivir otra época. Bueno, quiero decir además de la mía. No creo que pudiese calmar mi ansia de descubrimiento por mucho que viviese-. Responde Zeusen con los ojos puestos en el techo, imaginando como sería haber vivido otras vidas. -¿Por qué no me cuentas una de tus historias?-.

    -¿Un cuento?, ¿Cómo cuando eras pequeño?-.

    -¿Por qué no? Hoy va a ser un día aburrido. Mira la mesa, está vacía, has mandado a todos los supernovas de misiones. Además, tú mismo lo has dicho: Has vivido más que ningún otro hombre, seguro que todavía tienes cosas que contar-.

    -No sabría que historia contarte-.

    -¿Qué tal la de Dante Smoliknov?: El gran inquisitor de Kaiser-.

    -¿Así que la historia de Dante?, el hombre que fundó Tower, derrotó a todo un batallón y vio como su imperio se redujo a cenizas de la noche a la mañana. ¿Cuántas veces he podido contarte esa historia?-. Le dice al joven terminando con un suspiro, cansado de repetir la anécdota.

    -Muchas, aunque no me canso de escucharla-.

    -Pero yo sí de contarla-.

    -Lo entiendo. Comprende que tenga curiosidad, yo nunca lo conocí. ¿Cómo era él?, ¿Cómo era estar en su presencia?-.

    -Era un buen hombre, al que le pasaron cosas malas. Si vuelve algún día, estoy seguro de que hará temblar los cimientos de Kaiser por su venganza-. Asegura Tori después de tragar saliva, pensativo y con la mirada perdida. -¿Y qué tal si te cuento la historia de la familia Belt?-. Continúa diciendo cambiando de tema, mucho más alegre.

    -¿Belt?-. Pregunta el joven con la mirada brillante, ilusionado por la nueva historia.

    -Es un nombre que escuché hace mucho tiempo, que creía que jamás volvería a escuchar, hasta hace muy poco. De hecho, te alegrará saber que ambas historias están relacionadas. Son como las dos caras de una moneda, no puedes llegar a comprender una, si no conoces las dos-. Hace una pausa y observa a Zeusen. Definitivamente se ha ganado toda su atención. –Verás, como habrás notado, he mandado a la mesa de Ryu a realizar ciertos encargos, tanto dentro, como fuera de Kaiser. El objetivo es muy simple: Encontrar la legendaria espada de Matt-.

    -Esta historia mejora por momentos-. Afirma Zeusen entusiasmado.

    -Si entramos en guerra con Los Estados Fronterizos, esa espada podría suponer sin duda la victoria. Así que decidí enviar a los chicos a que la buscasen-.

    -Pero siempre ha estado perdida, al menos desde hace cientos de años-.

    -Lo está. O lo estaba. Hay que saber dónde buscar. Existe un hombre en New Tower llamado Ethan Belt, quién al igual que todos los miembros de su familia anteriormente, ha buscado la espada hasta el día de hoy, recopilando cualquier pista o indicación que Matt pudiese dejar- Le dice al chico mientras desvía la mirada hacia la ventana donde se había apoyado anteriormente.

    Aparta la vista de la ventana para mirar a Zeusen de nuevo. No obstante, justo entonces, Tori pega un respingo, salta del asiento y se asoma a la ventana.

    -¿Qué ocurre?-. Pregunta Zeusen sin comprender lo que está pasando.

    -Juraría que he visto a alguien sobre las ramas del Drahal. Le brillaban los ojos-. Tori permanece asomado, mirando de un lado a otro nervioso. Pasados unos segundos se relaja y vuelve a la mesa; no sin antes echar las cortinas -Me lo habré imaginado, no hay nadie-. Se tranquiliza Tori una vez sentado, intentando recuperar el aliento después del susto. –¿Por dónde iba...?-.

    -Me estabas contando la historia de la familia Belt, que supuestamente está relacionada con Dante. Aunque si es así, no entiendo por qué no me la has contado antes-.

    Tori se toma una pausa, esboza una sonrisa pícara y le responde:

    -Eso es porque esta historia, no ha hecho más que empezar-.

    TALES OF NEW TOWER

    1. Los primeros sucesos.

    -¿Te acuerdas de cuando Richi montó esa fiesta en su piso, solo para hacerle competencia a las de Kevin?-. Pregunta Elisabeth, una joven con el pelo negro ondulado y ojos oscuros.

    -¿No voy a acordarme?, Joey iba tan borracho, que decía, que algún día se convertiría en el Dram de Drone, o algo por el estilo-. Responde Lorian, un chico de pelo castaño y con algunas pecas. Después, ambos se ríen levemente.

    El día hasta el momento, había transcurrido como otro cualquiera: Vaguear en la cama hasta la hora de comer, ducharse, almorzar, e ir a clases, para más tarde relajarse a la orilla del río Estigia, donde siempre queda la pandilla para echar el rato y hablar de sus temas. En la orilla hace una temperatura perfecta y un ambiente agradable, de lejos puede escucharse como los pájaros cantan y como los niños juegan en el parque contiguo.

    -Dentro de poco será el día del fundador. Que rápido pasa el tiempo, ¿Verdad?-. Comenta Elisabeth.

    -Supongo. Para mí que fue ayer la gala del año pasado-.

    Lorian recoge un poco de arena y juega con ella pasándola entre sus manos. A la vez, observa como el sol se pone poco a poco ante el Tower Bridge, el puente colgante que une las dos partes de la ciudad que separa el río. Delante del puente, allí donde el sol se oculta, se encuentra la sierra de las nublosas, que con la llegada del crepúsculo, paulatinamente adquiere una tonalidad cada vez más anaranjada.

    -¿Es el puente más grande de New Tower?-. Pregunta Lorian.

    -Y de todo Kaiser-. Señala Elisabeth.

    -No es que tenga mucha competencia Eli, es una isla pequeña con dos ciudades-.

    El silencio se apodera de la escena, no obstante, lo hace por poco tiempo, ya que en cuestión de segundos dos veinteañeros irrumpen en ella.

    -¡Bomba hermanos!, os habéis puesto en el sitate más jamonsito de toda la ciudad-. Anuncia un chaval de ojos claros, rubio y de estatura similar a la de Lorian, antes de sentarse a su lado.

    -Ya estaba tardando mi Richi-. Le recibe Eli. En cuanto a Lorian, le choca la mano.

    -¿Qué pasa morsacones?-. Les saluda el otro chico moreno que llega con él.

    -¡Gordo!-. Le llama Lorian la atención. Es en tono cariñoso, pero con poca broma, ya que el joven sí que está un poco rellenito.- Saca las patatas, Yusuf-. Le pide Lorian, después de que su estómago haga un ruido ensordecedor.

    Yusuf hace caso a la petición de su amigo, saca de su mochila dos bolsas de patatas, cervezas, una botella de cola- cola, e incluso fruta: Unas Nanzamas recién cogidas del árbol junto a la casa de Richard.

    -¿Fruta?-. Pregunta Elisabeth, extrañada por el cambio de dieta.

    -<>, claro hermana, yo tengo que cuidar mi bendito físico de triatleta. Este cuerpo no sale de la nada-. Se pronuncia Richard exaltando su buen estado de forma y todos echan a reír.

    Después de que las risas se apaguen, Lorian busca algo en su chaqueta.

    -Mira el reportaje de esta revista que te recorté, Richi. Es de un corredor de Los Estados Fronterizos que ha batido el record de los cien metros lisos-. Le muestra Lorian enseñándole el recorte.

    -<> poco pasto el notas ese. Yo no admiro al enemigo-. Responde Richard.

    -No entiendo esa tonta rivalidad que tiene la mayoría de la población de Kaiser con Los Estados Fronterizos-. Replica Yusuf. -¿Enemigo de qué?-.

    -Es muy sencillo: Esta isla, en su día fue una colonia de Los Estados Fronterizos. Gracias al señor Smoliknov, se logró la independencia; ya conocéis la historia, ¡Llegó a arrasar un batallón de Los Estados Fronterizos él solito! Pues bien, teniendo esto en cuenta, está claro que Smoliknov, es como un antiguo líder de Kaiser, un hermano del desierto. Por eso, si él toma a Los Estados Fronterizos como su enemigo yo haré lo mismo. Los enemigos de mis amigos, son mis enemigos. Si no lo veis así, tenéis un problema, no sois unos auténticos patriotas-. Explica Richard como puede, ya que su explicación hace aguas, en su cabeza sonaba más razonable.

    -Qué patriota tú, Richi-. Se mofa un poco Lorian.

    -¿Has visto hermano?-. Le contesta. Después se ríe.

    -No ha tenido ni sentido-. Dice Yusuf por lo bajo, sin ganas de discutir.

    -Menuda tontería, no sé cómo podéis rayaros de esa manera. Son solo leyendas, no hay quien se crea que un solo hombre pudiese derrotar a semejante cantidad de soldados. Es ridículo-. Le echa en cara Elisabeth.

    No obstante, Richard ya ha pasado del tema de conversación, ahora se encuentra combinando su tabaco con hierba de yedra añeja.

    -No paras-. Advierte Yusuf.

    -A mí me gusta más fumar que follar-. Concluye Richard.

    -¡Que fino Richi!-. Exclama una chica de la misma edad que la del grupo desde arriba en la cornisa, disponiéndose a bajar a la costa con el resto.

    Lorian se queda embobado viendo como su pelo rubio es agitado por el viento, los últimos rayos de sol hacen que brille con fuerza. Sus ojos marrones también resplandecen a la vez que el peinado, está irradiante. Su cara es hermosa, sus gruesos labios y pómulos prefectos completan la belleza que encandila a Lorian.

    --. Suelta un suspiro sin darse cuenta.

    -¿Aaah?-. Le chincha Elisabeth.

    Saluda a todo el grupo y se sienta junto a Lorian, el cual le recibe con un: ¿Qué tal Kim?, y le sonríe.

    -¿Qué estabais leyendo?-. Curiosea al mismo tiempo que recoge el recorte de la revista de los pies de Richard. A diferencia de sus compañeros, ella comienza a leer la parte trasera.

    -El caso es que desde hace algunos meses, ha descendido de manera drástica el número de habitantes de New Tower. La gente ha emigrado hacia Drone, o en su mayoría a las grandes ciudades de Los Estados Fronterizos. Aquí, en la administración, tenemos por seguro que no es debido a nuestra legislación, pero tememos que New Tower se acabe convirtiendo en una ciudad fantasma-. Termina de leer Kim. -Y está firmado por el alcalde de New Tower: Neil Mashlow-.

    -Eso es cierto, hace bastante que salir de noche empieza a dar miedo, apenas hay gente a ciertas horas. De hecho, mi padre estuvo hablando algo de este tema con Robinson. Según ellos, los últimos meses han estado más tranquilos de lo habitual, ambos coinciden que es porque hay menos gente, y esto equivale a menos trabajo-. Indica Lorian haciéndose el listo para que Kim le preste atención.

    Una ráfaga de viento hace acto de presencia y agita a todo el grupo, llevándose volando el papel que Kim estaba sujetando. El viento también trae consigo unas cuantas nubes de tormenta, que ennegrecen el buen día que estaba haciendo hasta entonces, pero únicamente se instalan por un lado de la imagen, puesto que solo se ven a lo lejos.

    -Y ahora se pondrá a llover y todo-. Se queja Richard.

    Esta última frase, abre una brecha en el grupo, dividiendo los temas de conversación entre Lorian y Kim, y por otro lado los del resto.

    -Siempre me ha parecido interesante el trabajo de tu padre. ¿Cómo es que al final no te decidiste por hacer las pruebas para entrar en el cuerpo del custodio?-. Pregunta Kim.

    -Bueno, supongo que no era mi estilo. No sé, me gustaba más estudiar lo mío. ¿Quién sabe...? Tal vez cuando acabe pueda entrar en el cuerpo como psicólogo del custodio. La ciudad siempre necesitará gente que la proteja, que encierre a los malos, eso nunca va a cambiar. ¿Y tú qué?, ¿Iras a  Los Estados Fronterizos al final?-. Continúa diciendo Lorian.

    -Es complicado, aún no he decidido nada-.

    -Espero que no-. Se permite susurrar Lorian, lo suficientemente alto para que lo escuche, y lo necesariamente bajo como para poder rectificar:

    -¿Cómo?-.

    -Nada, nada-.

    Lorian se queda pensativo, lo justo para meditar, y darse cuenta de que no quiere que Kim abandone New Tower. En caso de que llegase a hacerlo, le gustaría haber aprovechado el máximo tiempo posible con ella. De manera que se decide, por tímido que sea, esta vez no se lo impedirá que haya gente delante, al fin y al cabo, son sus amigos.

    -¿Y si hacemos algo mañana? Ya sabes... tú y yo-. Se atreve a proponerle.

    El grupo se colapsa, paralizados por la impresión. Nadie se esperaba la propuesta de Lorian, ni siquiera Kim, que parecía estar pensando en otra cosa. Cuando abre sus labios para dar una respuesta, algo incide estrepitosamente sobre el tímpano de los compañeros.

    -¡¡ vosotros!!-. Interrumpe un chico alto gritando desde arriba de las escaleras que llevan hasta la arena.

    -¡Joey!, ¿Es que no había otro momento?-. Piensa Lorian con pesar, decepcionado por la interrupción de su propuesta.

    Una vez que ha llamado la atención del grupo, toma las escaleras y comienza a bajar, acompañado de otra chica más discreta, que saluda al grupo con la mano. Pisan la arena y vuelve a vociferarle a Lorian de nuevo, por si desde arriba no se le hubiese entendido:

    - vosotros, dejad de ligar-.

    Ante la vergonzosa entrada de Joey, Lorian hace numerosos aspavientos, haciendo ver que no sabe de qué habla; Kim, por su parte,  pierde la vista en otro punto, distante en el horizonte, alejado de la faz de Lorian.

    -¿Qué dicen mis parguelas favoritos?-. Saluda la chica que llega junto a Joey.

    -A ver si aprendes de Megan, Joey. Mucho más discreta-. Le reprocha Elisabeth con una mirada severa, manifestando así su desaprobación, casi más dura que la del mismo Lorian.

    -Bueno, bueno, vaya recibimiento-. Se queja Joey. -No es culpa mía que los lunes cierre el bunker-.

    -¿De qué estabais hablando?-. Pregunta Megan, cambiando de tema.

    La cara de Lorian se descompone, al pensar que alguno de sus amigos, sacaría a relucir la propuesta que acaba de hacerle a Kim. En lugar de eso, Yusuf le guiña un ojo en señal de complicidad.

    -Richi va a ser tío. Su hermano acaba de tener un bebé-. Se le ocurre decir a Yusuf. Hubiese sido francamente embarazoso para Lorian sacar el tema anterior.

    -Pues sí hermanos, es cierto, pero yo a mí no es que me haga especial ilusión. A ver, tiene su coñita, aunque yo creo que el niño no es de mi hermano. El notas tiene el pelo rubio y los ojos de color púrpura; y mi hermano no tiene ni esos ojos, ni ese pelo, es imposible que sea suyo-.

    -¿Pero qué dices Richi?-. Le suelta Megan.

    -Tan agradable como siempre la Megan. A ver, es ciencia, una persona que tenga los ojos marrones, no podrá tener un hijo con ojos de color azul-. Explica Richard.

    -¿Eres imbécil Richard?-. Le dicen casi al unísono Lorian y Kim. Ambos se sonrojan al hacerlo.

    -Eso no funciona así. Si hubieses estudiado un poco cuando dimos genética en el colegio, sabrías que tiene que ver con los genes recesivos. Tú y yo, Richard, tenemos el pelo rubio-. Comienza a decir Kim, hasta que Richard la interrumpe.

    -Y mis padres son rubios-.

    -Pues los míos no. Apuesto lo que sea, a que los demás que están aquí, que tienen el pelo oscuro, tienen algún padre con otro color de pelo. Ocurre lo mismo con los ojos, los tenemos todos marrones, a excepción de Kevin y tú que los tenéis azules, y Lorian y sus ojos verdes, y en este caso, por ejemplo, su padre los tiene de color gris-.

    - Bien, bien. Gracias por la clase de ciencia-. Se burla un poco Joey, a la vez que juega con su colgante, un medallón de plata con la imagen de un escorpión.

    Todos ríen con él, y tras sus palabras, callan. Están a gusto, por la buena compañía, y porque la tarde se ha concluido de manera perfecta, pese a estar el cielo encapotado.

    -¿Cuánto tiempo nos durará esto?-. Interrumpe el silencio Lorian.

    -¿Esto?-. Se extraña Yusuf.

    -Sí, no sé, es como si todos los días tuviesen algo especial. No hacemos más que salir por ahí y pasarlo bien. Cuando todo es tan bueno, sé por experiencia...

    -Que se acaba torciendo-. Termina la frase un chico situado en la arena, detrás de ellos.

    -¡Ay!, para de hacer eso-. Protesta Megan, molesta por la sigilosa llegada del joven.

    -¿El qué?, ¿Llegar sin hacer ruido y hablar de repente, como si hubiese aparecido de la nada?-. Se desquicia también Elisabeth.

    -O eso de terminar las frases antes de que otros lo hagan.- Añade Lorian, a causa de las innumerables ocasiones, en las que lo ha hecho antes.

    -Sabes que te encanta, cari-. Se burla lanzándole a la vez un beso.

    -Puro Kevin Dantwools, tienes que quererlo sí o sí-. Admite Lorian.

    -Sí, tienes que querer matarlo sí o sí-. Habla Megan por lo bajo.

    Saluda a todos sin que nadie se mueva de su sitio. Después de hacerse un hueco entre Lorian y Richard (Y darle un abrazo, con notable más devoción que el saludo del resto a Lorian), se acomoda él también. Después continúa la conversación.

    -¿De dónde vienes?-.  Le dice Joey.

    -Robert Pailman, ya sabéis, la entrevista para su programa-. Comenta haciéndose el interesante.

    -¿Cómo fue eso?, niño prodigio-. Pregunta Kim.

    -Ya sé que tenéis ganas de saber qué he inventado, soy todo un fuera de serie, pero si queréis saberlo, tendréis que esperar como todos y ver el programa de Robert esta noche-. Afirma Kevin con aires de grandeza.

    -¡Que humilde! Antes que ver eso me saco los ojos-. Agrede Megan, hablando de nuevo en voz baja, como si no desease que lo escuchara, pero en realidad sí.

    Unos truenos retumban en ese momento en toda la costa cercana al Tower Bridge, seguidos de fuertes destellos, sus respectivos relámpagos.

    -¡Vaya año!, a este ritmo, Kaiser dejará de ser un desierto en breve-. Afirma Yusuf.

    -¿Es a esto a lo que te referías, con lo de que todo se tuerce?-. Bromea Megan.

    En ese momento otro rayo hace acto de presencia, solo que este no es como los demás, este va desde la ciudad, hasta el cielo, en lugar de caer desde las nubes. La cosa, es que solo lo ve Richard.

    -¡Eh!, ¿Habéis visto eso?-.

    Mas no obtiene respuesta, todos sus amigos se miran entre sí, con cara de no entender a ciencia cierta la pregunta.

    -¿En serio? Ha sido... no sé lo que ha sido, pero no me creo que no lo hayáis visto. Era como un rayo de luz, o era más bien como una flecha, que salía desde...-. Entonces se queda mudo, las caras de sus amigos le dejan sin habla, todos están conteniéndose la risa a más no poder, e intentando mantener una fría cara de póker.

    -¿Qué mierda estabas fumando Richi?, dame un poco de eso-. Se burla Kevin. A partir de eso, todos (A excepción de Megan, que no piensa reír una gracia de Kevin), sueltan brutales carcajadas, producidas por las palabras de su amigo.

    Richard se desquicia, no puede creer que sus amigos le traten así; además, tratándose de algo que él ha visto, que con certeza puede decir que ha sido real.

    -¿¡Qué!?, ¿Encima vais a tomarme por loco?-. Y tras su última intervención, se levanta y se va sin mediar palabra.

    -¡Richi!, era una broma, no te enfades-. Le dice Kevin, intentando hacer las paces. Lo que no sabe es que ya es tarde, ya ha tomado la decisión de marcharse.

    Tras la pérdida de Richard, comienza a chispear y todos recogen sus cosas para poder irse. Es entonces cuando un segundo suceso paranormal, tiene lugar en toda la ciudad de New Tower. En un abrir y cerrar de ojos, las nubes del cielo se separan, como si el cielo se hubiese dividido de repente en dos mitades sin explicación alguna. Esto corta la lluvia.

    Todo el grupo se asusta en un principio, lo acontecido no es para menos. Al reaccionar, se suceden muecas de incredulidad y multitud de gestos de incertidumbre.

    -¿Qué...?-. Logra vocalizar Lorian, en un estado de asombro, totalmente patidifuso.

    -No soy de aquí, pero esto no había pasado antes, ¿Verdad?-. Les dice Yusuf.

    -Seguro que Kev tiene una explicación científista de las suyas-. Intenta calmar los ánimos Joey; sin embargo, su amigo niega con la cabeza, está totalmente boquiabierto, al igual que el resto.

    Después de enfriarse la emoción del momento, un gran alboroto se forma en el grupo, en un intento por aclarar el extraño acontecimiento que acaban de presenciar, llegando a especular con toda clase de explicaciones: Son ilusiones, debe de ser una nueva arma del ejército, o incluso la loca opción de Yusuf: Extraterrestres. Finalmente, todo queda en una mera anécdota que contar, la cual debe de tener una justificación, que no han llegado a encontrar (O al menos eso acuerdan bajo consenso).

    -Tal vez Richi no se inventase lo del rayo...-. Reflexiona Kevin en voz alta.

    Tras las palabras de Kevin, Lorian observa que el sol acaba de ocultarse, lo cual, le hace darse cuenta de que se está haciendo tarde.

    -Mierda, ya es la hora. Pasároslo bien chicos, yo tengo que ir a cenar con mi padre-. Afirma levantándose sin ganas. -Ya nos veremos Kim-. Añade de manera personal antes de irse.

    -Ya nos veremos Lorian-. Bromea Joey imitando al propio Lorian, posteriormente se ríe de su propio chiste.

    Al irse, mientras sube las escaleras que dan a la orilla, Lorian vuelve a contemplar ese increíble cielo segmentado, que vuelve a la normalidad, cerrándose de nuevo como lo haría una cicatriz.

    En un estado casi hipnótico, mientras sigue contemplando el cielo, se dirige hacia la parada de bus. Mientras camina, algo le hace acelerar el paso: Tiene la incómoda sensación, de que el hombre que hay detrás suya lo está siguiendo. Con un paso acelerado, finalmente, al llegar hasta la parada y subirse al autobús, logra relajarse. Cuando vuelve a mirar desde la ventanilla, el hombre ya no está, por lo que no le da mayor importancia. El transporte se aleja del Tower Bridge, en dirección hacia la puerta del arcángel. Este lo deja relativamente cerca de allí, por lo que solo tiene que avanzar unas pocas calles, hasta llegar a una plaza donde está situado el edificio. Allí se sienta en un banco a la espera de su padre.

    Para matar el tiempo, le echa un vistazo al imponente edificio que se halla ante él, con grandes escaleras de entrada e impresionantes pilares colosales que lo sustentan; el color blanco de la fachada, junto con el mármol de los pilares y la iluminación, hacen que resulte llamativo a los ojos de cualquiera. Mas a Lorian le parece, que en la plaza, hay algo aún más majestuoso: la brillante estatua de oro de Matt Santos, la cual reluce en mitad de la plaza.

    -¿Qué haces aquí fuera?, va a empezar a llover otra vez, así que vamos para dentro-. Le propone un hombre adulto de piel morena y mandíbula cuadrada. Lleva puesto el uniforme de los custodios: Camisa blanca y pantalones, chaqueta y zapatos negros, con los bordes y demás detalles como los botones, de color azul; también lleva múltiples galones equipados en la chaqueta y una gorra de plato.

    -¡George, cuanto tiempo!-. Le saluda Lorian. Se levanta para darle un abrazo e ir juntos hasta la puerta del arcangel, no sin antes deleitarse una última vez con la imagen de la estatua del fundador, Matt Santos, de lo cual se percata el otro hombre.

    -A algunos les pareció un derroche de dinero colocar la estatua del fundador. No fue la mejor medida de Mashlow, desde luego, pero mí me gusta verla cada vez que entro o salgo del trabajo. Creo que fue un gran hombre, muy importante para esta ciudad. Además le da un toque distintivo. Antes, en su lugar solo estaba el sello de Matt, su logo personal, la cruz alada con el rubí en el centro; quedaba muy cutre para mi gusto. ¿A ti que te parece?-. Le explica mientras caminan hacia el

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