Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Caracas El Valle del Miedo
Caracas El Valle del Miedo
Caracas El Valle del Miedo
Libro electrónico211 páginas2 horas

Caracas El Valle del Miedo

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Es una novela llena de acción que lo sorprenderá.
Un detective, un secuestrador y un profesor se entrelazan con una pelirroja, en una Caracas turbulenta y caótica; donde el miedo es lo que se impone: miedo a una delincuencia que no da tregua y miedo a un gobierno revolucionario y corrupto que funciona como una tiranía.
El dueño de unas emisoras de radio cede y baja la cabeza, presionado por un sistema que lo castiga y atenta con su familia; mientras integrantes de la inteligencia cubana tejen y conspiran para ganar prebendas y beneficiar a Cuba.
Intriga, traición, sexo y violencia son los elementos de una novela que lo atrapará desde el comienzo, y que lo mantendrá con el deseo de que nunca se termine.
¿REALIDAD O FICCIÓN? Esta es una novela escrita antes de la muerte de Chávez, que revela lo que sucedería en el país tras su desaparición, quiénes manejarían el poder y cómo lo harían. Además, explica cómo la dictadura castrista-comunista ha determinado un destino que jamás se pensó fuera para un país como Venezuela.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento20 nov 2015
ISBN9781311771216
Caracas El Valle del Miedo
Autor

Ketty Rodriguez

Ketty Rodriguez is a journalist who worked for almost a decade at El Nuevo Herald, a sister publication of The Miami Herald; one of the most prominent Spanish newspapers in the United States. While at El Nuevo Herald, Mrs. Rodriguez worked as a news reporter and did an outstanding job with The Miami Dade Public School System. She wrote balanced articles, always keeping in mind the teacher’s concerns and student’s rights. She is highly respected by the community for her work and integrity as a journalist. Mrs. Rodriguez was born in Venezuela, and became U.S. citizen in 2004

Relacionado con Caracas El Valle del Miedo

Libros electrónicos relacionados

Ficción general para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Caracas El Valle del Miedo

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Caracas El Valle del Miedo - Ketty Rodriguez

    Caracas, el valle del miedo

    Un caos manejado por chavistas y cubanos

    Ketty Rodriguez

    Copyright ©2015 by Ketty Rodriguez. All rights reserved. SmashWords Edition

    Copyright © 2012 Ketty Rodríguez. Todos los Derechos Reservados.

    ISBN-13: 978-1495934636 (Asignado por CreateSpace)

    ISBN-10: 1495934632

    Escritora: Ketty Rodríguez

    E-mail: kettyrodriguezc@gmail.com

    Dibujo de Portada: Ketty Rodríguez

    Libro impreso y distribuido por CreateSpace, North Charleston, South Carolina.

    ¡A mi amada Caracas!

    Y a mi hijo Ignacio,

    que conocerá a Venezuela

    el día que haya paz,

    seguridad en las calles

    y una verdadera democracia.

    Agradecimiento

    A Víctor, porque supo ver el camino, mucho antes que yo.

    Tabla de Contenido

    El hombre de la cabeza rapada

    ¡Al costo que sea!

    Miedo a morirme

    El secreto de las islas

    El dios saturno

    Golpes de pecho

    ¡Conmigo NO hay cangrejos!

    Miedo al destino

    El Potentado

    El inocente

    $10,000 para empezar

    ¡Un trabajo limpio!

    El tiempo está sucio, ¡muy sucio!

    ¡Dulces sueños!

    Confidencial

    Desde la mirilla

    Un profesional

    Atrapado

    El Latigazo

    ¡Un niño muy despierto!

    El Pisapapeles

    En las garras del terror

    La noche es dueña de caracas

    ¡Como una diosa!

    ¿Profesor, tiene miedo?

    El código de la revolución

    La Hidra

    El poder de una Reina Pepiada

    El Sabueso

    Entre esponjosos golfeados

    Madame Tragedy

    Cita sin Amor

    Extraña Felicidad

    Sabor a Cemento

    El hedor del infierno

    El tatuaje de los cerros

    Pasaporte a la muerte

    La Negra

    La Cacería

    El Interrogatorio

    El amo de los cerros

    Informe a La Habana

    En el claustro

    La fórmula de Esopo

    Dos Maestros

    El grito del Ávila

    Sobre la Autora

    El hombre de la cabeza rapada

    Un avión aterriza en Margarita, la paradisíaca Isla de Venezuela transformada en una base de operaciones encubiertas del gobierno chavista. Y aunque funciona como un centro turístico del Caribe, la Isla es usada para atender a extranjeros que por razones políticas y de seguridad, no pueden recibir una bienvenida oficial en Caracas.

    La prensa de oposición está al tanto, y siempre está a la caza de cualquier noticia que le amargue el día a los chavistas. Y Rómulo Cabrera está para cumplir esa tarea, no importa si en ocasiones se pasa de un bando político a otro, sin el menor recato.

    Como ávido buscador de primicias, trata de esconderse y pasar inadvertido detrás de su delgadez y pequeña estatura. Con frecuencia se esfuerza por proyectar una imagen estudiantil, vistiendo pantalones bluyín, lentes y un morral donde guarda su arsenal electrónico: IPhone, Laptop, Tablet y una cámara fotográfica, que también le sirve para grabar videos cortos.

    La rata de Rómulo, como le llaman sus amigos, siempre se las ingenia para relacionarse con la oposición –blanda o fuerte- y con los chavistas; y aunque políticamente aparece como independiente, en las sombras vende información al gobierno y recibe una jugosa paga por su silencio.

    Rómulo está en el aeropuerto de Margarita, simulando que espera a una mujer, algo muy común en un lugar que también hace las veces de cónclave sexual. El periodista no es proclive a las relaciones serias. A él le agrada y estimula el amor tarifado y libre de obligaciones; y a sus cuarenta años, está muy lejos del matrimonio.

    El avión que está esperando, aterriza. Dentro, viene un hombre alto y trigueño de 70 años, vestido de traje y con la cabeza rapada. Camina bastante erguido para su edad, y eso le hace lucir diez años más joven. Lo acompaña una mujer de 45 años y rostro llamativo, por el contraste del negro de su cabello y el azul de sus ojos. Ella viste una elegante combinación de pantalón de lino blanco y una blusa negra de cuello alto, ceñida al cuerpo. Es delgada, pero sus hombros anchos y definidos la hacen lucir fuerte.

    La figura de la mujer no pasa inadvertida para Rómulo, quien aparentando marcar números en el celular, se las ingenia para tomarle un par de fotos a la pareja, que va siendo escoltada por cuatro hombres hasta una camioneta blindada.

    Rómulo hace una llamada de inmediato:

    (R) ¡Pana, tengo la foto!, prepara la plata, porque este tipo es un pez gordo (…) ¡Ok!, enseguida te las mando…

    La camioneta se detiene frente a un chalet cerca de la playa, listo y preparado por los chavistas, para recibir a huéspedes que deben quedar fuera del escrutinio público.

    El hombre de la cabeza rapada es Néstor Gutiérrez y la mujer es Tania, su esposa. Ambos entran a la inmensa casa de dos pisos, muebles blancos de piel y vibrantes cuadros abstractos. Los guardaespaldas se esmeran solícitos e invitan a los recién llegados a un exquisito refrigerio. Néstor apenas prueba unas aceitunas y sorbe un poco de vino blanco, pero Tania no esconde su apetito insaciable.

    A los pocos minutos, un hombre pequeño y de vientre abultado, desciende por la escalera de madera que conduce a la planta alta de la casa. Se mueve lentamente como quien desea pasar desapercibido, pero Néstor lo mira de inmediato y cuando los guardaespaldas lo ven, se levantan y cuadran en sus posiciones.

    (Anft) ¡Muy bien!, así se agasaja a los amigos…

    Todos sonríen menos Néstor. El hombre de cara redonda y amable, saluda a los invitados y les tiende la mano. Luego de un breve intercambio, les hace una reverencia y muestra la escalera:

    (Anft) ¡Por favor!, tengan la bondad de seguirme

    Néstor sube con una ligereza asombrosa para su edad. Tania le sigue con paso ágil, pero el anfitrión no puede con el ritmo y termina resollando. Una vez arriba, caminan por un pasillo hasta llegar a la sala de conferencias. El guía les abre la puerta y los conmina a entrar.

    Allí, los espera un grupo de más de diez hombres vestidos de traje.

    El salón tiene cómodas butacas y enormes ventanales de cristal ahumado y blindado. Una luz blanca y fría ilumina el lugar.

    (Anft) ¡Señores!, les presento al general Néstor Gutiérrez y a su esposa Tania

    (N) ¡Por favor!

    Los presentes le rinden una fuerte ovación. Pero Néstor enseguida hace un ademán, para que los reunidos ocupen sus asientos alrededor de la larga mesa. El anfitrión entonces, abandona la sala.

    En una esquina del salón, hay dos mesones con diez bandejas de sándwiches rellenos con jamón, queso, pavo y pernil; cuatro cafeteras, siete jarras de jugo de naranja natural, diez cajas de botellas de agua, decenas de refrescos de lata y ocho cajas de whisky importado.

    Néstor se mantiene de pie y Tania permanece detrás de él. Mira a los hombres con curiosidad. Dos de ellos rondan los sesenta, pero el resto es un grupo que difícilmente llega a los cincuenta años.

    (N) Para que sepan un poco de mí, comenzaré por decirles que dediqué 38 años de mi vida, a las labores de inteligencia en Cuba…

    Un murmullo rompe el silencio del lugar.

    (N) Para los que no saben, he venido a Venezuela por solicitud directa de Ramiro Valdés, mi jefe por décadas. Él cree, que pese al entrenamiento que han recibido, todavía hay mucha ineficiencia en materia de inteligencia y contrainteligencia…

    Un hombre de unos 40 años, sentado al otro extremo de la mesa, levanta la mano pidiendo la palabra. El general lo mira con desdén, y le dice:

    (N) ¡Aquí no estamos en una escuela!, así que no tiene que pedir permiso para hablar, y es muy pronto para hacer preguntas. Escuche primero, y luego pregunte

    El hombre baja la mano y uno de los presentes le da palmadas en la espalda, en gesto conciliatorio. Néstor ignora el incidente y continúa:

    (N) La inteligencia es ante todo información, y James Bond no existe. Y aunque muchas veces, las circunstancias pueden obligar a un oficial a luchar por su vida en el terreno, lo único que esto indica es que han habido errores por coñazo, como dicen ustedes…

    Todos sonríen, menos el hombre que interrumpió y que está molesto. Néstor se desplaza y se sirve whisky. Bebe un sorbo y continúa:

    (N) Estoy aquí porque hay noticias sobre un posible atentado contra el presidente Chávez; y como ustedes no han hecho su trabajo, hemos tenido que llevar al presidente a Cuba, para darle un tratamiento contra el cáncer que no pudo dársele en Caracas. Hemos tenido que armar una bambolla con el cáncer, para ocultar que aquí en su país el presidente no está a salvo…

    Los hombres cuchichean. Muchos de ellos quisieran que los cubanos desaparecieran de la escena política, pero es imposible porque son hombres muy experimentados y Chávez los quiere allí. Néstor hace que no los escucha y sigue:

    (N) No existe un sistema serio de inteligencia en el mundo, que se trague el cuento de que la enfermedad del presidente, sólo puede atenderse en La Habana…

    Uno de los agentes de más edad, levanta el dedo índice y Néstor le cede la palabra:

    (Agent2) Estamos confundidos, llevamos meses buscando y no encontramos una pista. ¿La Habana está segura del atentado?

    Por favor, explíquenos...

    (N) Ustedes son los jefes más importantes de los departamentos que conforman los organismos de investigación e inteligencia del gobierno. Tienen hombres, computadoras, equipos y cuanta mierda se pueda comprar, que para eso hay petróleo ¡gracias a Dios! -Todos ríen-

    Pero las redes de información que manejan son defectuosas. Además han subestimado a los yanquis, y ahora ante la primera acción seria, no saben qué hacer

    (Agent1) ¡Perdone Néstor! –dice el joven que no puede controlarse-

    (N) ¡Hable hombre, desahogue el peso que lleva dentro!

    (Agent1) ¿Acaso, usted tiene la solución?

    Néstor lo mira con desprecio, bebe lentamente su whisky y responde:

    (N) ¡Joven! yo estoy retirado, deje el lamento y asuma su posición…

    El hombre baja la cabeza y el general aclara con altivez:

    (N) Yo estoy aquí para ayudarles a pensar, pero el trabajo es de ustedes, no mío. Les voy a demostrar cómo la información es la clave en nuestro trabajo -y bebe el resto del whisky-

    La información puede llegar a través de los medios más insólitos, y en muchas ocasiones, de manera espontánea. Por eso, siempre hay que estar alerta o el fracaso les caerá del cielo…

    Néstor toma el vaso que ya está vacío, lo levanta hasta la altura de sus ojos y lo mira como si fuera una lupa mágica que le permite ver el tiempo. Después de observarlo por unos segundos, lo coloca sobre la mesa.

    Uno de los hombres trata de servirle más whisky, pero Tania lo detiene con un movimiento de cabeza. La mujer le acerca una butaca giratoria a Néstor, y éste se sienta apoyando los codos sobre la mesa, para dar un toque más íntimo a la conversación.

    (N) En el año 1988, el Comandante decidió visitar Ecuador y como ustedes pueden imaginar, esto implicaba un exhaustivo trabajo por parte de la inteligencia cubana, porque Fidel no acepta la intervención de ningún gobierno extranjero en su seguridad… Esto además suponía elegir al hombre que se encargaría de escoger el lugar y todos los preparativos del hospedaje…

    Los presentes escuchan con atención.

    (N) Los cubanos habíamos luchado por décadas y con éxito, contra la desprestigiada y siempre peligrosa CIA americana… y en Ecuador teníamos a uno de nuestros hombres, a un oficial llamado Aramís, que se ocuparía de alquilar las casas para albergar al Comandante y a su séquito…

    Lo cierto es, que la jerarquía mayor y el propio Comandante aprobaron el plan. El agente consiguió las casas para la delegación cubana y todo transcurrió sin problemas; y una vez más, los gringos se quedaron con las ganas...

    Algunos de los oficiales se miran y preguntan a qué viene este relato, y qué relación tiene con Venezuela. Otros piensan en forma burlona que "al viejo se le fue el tren’’. Pero Néstor continúa imperturbable:

    (N) Un año después, Aramís desaparece y se sumerge en Washington, desde donde declara que ¡llevaba cuatro años trabajando para La CIA!

    (Agent3) ¡Coño! -uno de los asistentes, no puede evitar la interjección y el resto se agita-

    (Agent4) ¡Calma, señores! Todos tenemos preguntas, pero dejen que el general prosiga –dice el más viejo de los hombres y todos obedecen-

    (N) Las consecuencias de este suceso fueron muchas, pero la acción inmediata fue hacer un estudio detallado de cómo y cuándo el agente se había pasado de bando… Para su información, les diré que Aramís no tenía vicios, ni ambiciones de poder. Tampoco era mujeriego, ni marica y toda su familia era comunista de alto nivel; además, había sido captado desde muy joven. Por lo tanto, su cambio tenía raíces insospechadas...

    Los hombres se mantienen atentos, y esta vez, Néstor se sirve otro whisky, pero solo para humedecerse los labios.

    (N) Los gobernantes se dan el lujo de insultar públicamente a los desertores, los declaran desajustados mentales y otros calificativos por el estilo; pero los que trabajamos en La Inteligencia, tenemos que analizar el caso con frialdad. Y una de las cosas que descubrimos, fue que la hermana de Aramís había visitado a un astrólogo -varios ríen, pero Néstor continúa-

    ¡Escuchen bien! en Cuba a los astrólogos, cartománticos y adivinos no se les permitía trabajar libremente, y mucho menos, aparecer en radio o televisión. Hacían su trabajo con mucha dificultad y no podían vivir de sus consultas. Pero aun así, la hermana de Aramís visitó a un astrólogo porque tenía problemas con el esposo, y nosotros no le prestamos atención al asunto…

    Y es aquí donde viene lo insólito, el astrólogo además de hablarle del marido, le dijo que su familia sufriría una desgracia parecida a una muerte súbita. Le explicó que no se trataba de una muerte física o enfermedad, sino de la muerte simbólica que experimentan los que se van definitivamente de Cuba. La mujer, como hacen los verdaderos revolucionarios, notificó el incidente pero como ustedes suponen, la inteligencia desestimó la información porque además, Aramís cumplía fielmente con

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1