La Navidad de Sherry

Por Cristina Pereyra

Karla necesitaba un Papá Noel para visitar a su sobrina y Luc, con sus ojos muy azules y la sonrisa dulce, era el hombre perfecto. Para Sherry... ¡y para ella!

• Idioma: Español
• Editorial: Cristina Pereyra
• Fecha de lanzamiento: 11 nov 2012
• ISBN: 9781301129010

Cristina Pereyra

Naci y vivo en Brasil. No en el Brasil de los folletos de turismo sino que en el sur del Brasil, con sus mañanas de niebla, bosques de pinos e inviernos en que hace mucho frío.Soy una amante de la lectura, no puedo ver una letra sin leer. La novela romántica me fue presentada por mi madre, una enamorada del género, cuando yo tenía diez años. He leído toda clase de literatura —cogía los libros de la biblioteca en la secuencia de las estanterías, aunque no llegué a la Z... he parado en el T —, pero la novela romántica es mi preferido. Tengo un cariño especial por Barbara Cartland que en sus libros apuntaba que el amor cambia la gente y el mundo para mejor. Creo en eso y que nuestros problemas empiezan en la falta de amor, de todas las clases de amor.Desde hace 23 años soy maestra en Jardín de Infancia, el mismo tiempo que llevo escribiendo novela romántica. La diferencia es que he dejado de escribir por muchos años, pero nunca he dejado de dar clases.Tengo una rutina para escribir, necesito planear todo, si no lo hago nunca llego al fin de nada. Hay cientos de cosas sin terminar en mi vida. Todos los días después de cenar me pongo delante de la ordenadora por una hora y media como mínimo para escribir. Para cada libro, hago una selección de músicas que me hacen pensar y sentir la historia y los protagonistas. Escribo escuchando esas músicas, generalmente instrumentales.

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LA NAVIDAD DE SHERRY

by

Cristina Pereyra

SMASHWORDS EDITION

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Karla necesitaba un Papá Noel para visitar a su sobrina y Luc, con sus ojos muy azules y la sonrisa dulce, era el hombre perfecto. Para Sherry... ¡y para ella!

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La Navidad de Sherry

Copyright © 2012 by Cristina Pereyra

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Se trata de una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son el producto de la imaginación del autor o se utilizan de manera ficticia, y cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, los establecimientos comerciales, eventos o locales es mera coincidencia.

Publisher: Cristina Pereyra en Smashwords

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CAPÍTULO I

Luc no podía creerse en lo que escuchaba. Eso no podría ocurrir. Hoy, no.

—Es una broma, ¿no? —arriesgó él, esperanzado.

—No —contestó el gerente.

—Es solamente una disculpa que utilizas para que me vaya temprano a la tienda —dijo Luc, intentando engañarse a si mismo.

—Luc, enfréntate a la situación —dijo el gerente—. Jack se puso enfermo y nosotros no hemos encontrado a nadie que le sustituya.

Tras decir al gerente que pronto se desplazaría a la tienda, Luc colgó el teléfono. Soltó uno juramento. Hacía años que se había marchado de Auckland y dejado de ocuparse de las tiendas de su padre porque no le gustaba hacerlo. Tanto antes de alejarse como mientras se quedaba lejos, todo salía a la perfección. Ahora que apenas volviera a causa de la muerte de su padre, surgían problemas. ¿Por qué?

Luc se asomó a la terraza y miró hacia el océano con desconsuelo. Se pasó la mano por el pelo en un ademán de nerviosismo. No podía quedarse sin Jack justo a pocos días de Navidad. Jack era el Papá Noel perfecto en cuerpo y alma. Tenía la apariencia del Papá Noel y el espíritu. Ni siquiera se maquilaba para ponerse la ropa roja y sentarse a la puerta de la tienda. Desde que Luc era tan solo un niño, Jack era el Papá Noel de la tienda del padre de Luc. No podrían sobrevivir a una Navidad sin él.

Los ojos de Luc se empañaron con el recuerdo de su padre. James Sumisbel se había muerto el mayo de ese mismo año al estrellar su coche contra un árbol en una carretera del Norte. Hacía más de diez años que Luc vivía en Inglaterra y tres que no volvía a Nueva Zelanda, ni veía a su padre. Quizás era por eso que los recuerdos le hacían tanto daño. Si supiera que su padre partiría tan pronto... Pero nadie lo sabe. Y aunque eso es de conocimiento de toda la gente, nadie vive cada día como si fuera el último. Tampoco él lo había hecho. Estar con su padre había sido postergado tantas veces en los últimos años, que solo lo encontró en el cementerio. Se arrepentía, pero nadie puede cambiar el pasado. Aquel día se había decidido que no iba más postergar nada en su vida.

Una gaviota cortó el aire y también los pensamientos de Luc.

Tenía un problema y se lo debía a su padre resolverlo. Más que un negocio, la tienda era la vida del viejo James. El padre de Luc había empezado