Historia militar estadounidense: Una fascinante guía de sucesos y hechos que debe conocer sobre los conflictos armados en los que está implicado Estados Unidos

Por Captivating History

En general, los estadounidenses muestran un gran respeto por sus tropas, y con razón. Pero, ¿cuál es la historia de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos? ¿Cómo surgió el ejército estadounidense?

Es posible que las respuestas a estas preguntas no sean tan sencillas como podría pensarse. El complejo industrial militar estadounidense, como lo llamó en su día un expresidente, no siempre fue tan ágil y eficiente.

Comenzó más o menos como un grupo variopinto de colonialistas y revolucionarios que luchaban con algunos de los conceptos más fundamentales de la disciplina militar. Sin embargo, este grupo de desarrapados acabó sacudiéndose el yugo del Imperio británico y forjó una nación independiente.

En este libro, echamos un vistazo al poderío militar de Estados Unidos desde sus inicios hasta la actualidad. Exploramos los inicios de la América pre y posrevolucionaria, la guerra entre México y Estados Unidos, la guerra de Secesión, la guerra hispano estadounidense, las guerras mundiales, las guerras de Corea y Vietnam, la guerra contra el terrorismo y mucho más. El ejército estadounidense sigue considerándose una fuerza a tener en cuenta, y su historia es una de las que se siguen escribiendo.

En este libro, aprenderá lo siguiente:

• El interesante origen de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos
• La participación de las milicias estadounidenses en la guerra de la independencia
• Conflicto armado durante la guerra de Secesión
• La participación de Estados Unidos en las guerras mundiales
• Cómo participó Estados Unidos en el conflicto de la Guerra Fría
• La guerra contra el terrorismo y cómo influyó en la política mundial
• Cómo avanzó el ejército estadounidense a lo largo de los años
• Y mucho más

• Idioma: Español
• Editorial: Captivating History
• Fecha de lanzamiento: 16 dic 2023
• ISBN: 9798223344674

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Introducción: El principio de todo

El ejército estadounidense tuvo unos comienzos más bien humildes, pero acabaría convirtiéndose en la mayor fuerza de combate que el mundo haya conocido jamás. En cierto modo, estas palabras pueden sonar a hipérbole, pero cuando se considera el poder de los Estados Unidos, no se puede evitar comprender el impactante papel que el ejército estadounidense desempeña en ese poder.

El poderío del ejército estadounidense no se refleja tanto en conquistas masivas ni en triunfos militares, como era el caso de las poderosas potencias militares de antaño. Los romanos, los españoles, los británicos y otras potencias del Viejo Mundo mostraban su poderío con conquistas que construían imperios. Pero no fue el caso de Estados Unidos.

En su mayor parte, el poder militar de Estados Unidos se demuestra por su efecto disuasorio. Si alguien duda del poder de Estados Unidos para frenar la agresión de otras naciones, piense por un momento cómo sería el mundo si el ejército estadounidense no estuviera en la ecuación.

Si no fuera por el poder de contención de Estados Unidos, China no dudaría en invadir Taiwán. Corea del Norte arrollaría a Corea del Sur. Irán destruiría Israel (o al menos lo intentaría) e innumerables aspirantes a conquistadores intimidarían a sus vecinos en todo el mundo. El poder policial de Estados Unidos hace que cualquier agresor se lo piense dos veces.

Se podría señalar la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022 y decir: Bueno, ¡hasta aquí se ha llegado!. Pero si se examina más de cerca incluso el conflicto entre Rusia y Ucrania, se observa que el poder de contención del ejército estadounidense también está ahí. Por muy terrible que haya sido la invasión rusa a Ucrania, sin la amenaza de una acción militar directa por parte de Estados Unidos, sería aún peor.

Sin Estados Unidos, ¿qué impediría a Rusia desatar toda su furia contra Ucrania? La invasión de Vladimir Putin fue brutal, pero mostró cierta moderación. Sin la amenaza del ejército estadounidense, Putin bien podría haber convertido las ciudades de Ucrania en infiernos nucleares.

Así que, sí, aunque el ejército norteamericano no vaya por ahí conquistando el mundo, el poder disuasorio de Estados Unidos consigue mantener unido el statu quo del mundo de una forma que podría describirse como la pax americana.

La paz romana, o la pax romana, se conseguía mediante la conquista directa de cualquier rival. Pero la pax americana se ha conseguido mediante la mera amenaza de actuar si alguien perturba las normas internacionales. Hasta ahora, este es el legado de los militares estadounidenses en el mundo actual y un tema creciente que se explorará más a fondo a lo largo de este libro.

PRIMERA PARTE: EL PERIODO COLONIAL Y REVOLUCIONARIO (1689-1783)

Capítulo uno: La guerra de la reina Ana y la guerra franco india

Los soldados, cuando se comprometen con una tarea, no pueden transigir. Es una devoción implacable a las normas del deber y el valor, una lealtad absoluta a los demás, no abandonar la tarea hasta haberla cumplido

- John Keegan

Es importante examinar las raíces coloniales del ejército estadounidense antes de la fundación de Estados Unidos. Los ejércitos coloniales, que estaban bajo administración británica, fueron los precursores inmediatos de lo que se convertirían en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos independientes de pleno derecho. Y uno de los primeros grandes conflictos en los que se vieron implicadas las fuerzas coloniales de América fue la guerra de la reina Ana.

Esta guerra fue un conflicto entre Gran Bretaña, Francia y España. La guerra se llamó así porque la monarca británica reinante en aquel momento era la reina Ana. Y puesto que las colonias americanas pertenecían a Gran Bretaña, tiene sentido que las fuerzas coloniales americanas se movilizaran para luchar en esta guerra en nombre de la reina Ana.

Las hostilidades estallaron por primera vez en el año 1701 con la desgraciada guerra de Sucesión Española, que se libró en Europa tras el fallecimiento del monarca español, el rey Carlos II. Pronto estallaron las hostilidades en Norteamérica, donde Florida, controlada por España, se enfrentó a la cercana colonia británica conocida entonces como la provincia de Carolina.

El norte fue escenario de una guerra entre la colonia británica de Nueva Inglaterra, en la costa noreste, y las posesiones francesas de Acadia, Quebec y Terranova. La guerra estalló realmente cuando los colonos franceses y británicos empezaron a enzarzarse en hostilidades por su respectiva hegemonía sobre el río Misisipí. Estas intrigas llevaron tanto a los británicos como a los franceses a forjar diversas alianzas con las tribus nativas americanas locales en un esfuerzo por contrarrestar a sus adversarios.

No había demasiados lugares fuertemente fortificados en estos primeros años, salvo quizás algunos puestos avanzados bien desarrollados como la ciudad española de San Agustín o el puerto británico de Nueva York. En su mayoría, gran parte de América estaba aún en un estado de subdesarrollo. La nación era un extenso paisaje rural rodeado de espesas zonas salvajes.

A diferencia de los parques estatales de hoy en día, estos entornos vírgenes, por muy bellos que fueran, no eran el tipo de lugares por los que se debiera pasear solo. En cuanto alguien se salía del camino trillado, se encontraba en una vasta tierra de nadie en la que podía ocurrir cualquier cosa. La mayoría de los fuertes militares, si es que se les podía llamar así, eran básicamente empalizadas de madera que aprovechaban a fondo los árboles de los que estaban rodeados.

En esencia, se trataba de ciudades amuralladas, parecidas a los castillos medievales, pero menos extravagantes y sin puente levadizo. En el interior de estas fortalezas había parcelas de tierra destinadas a la alimentación, que se cultivaba para mantener a la gente que vivía allí. Siempre había alguien de guardia en la atalaya para asegurarse de que nadie se aprovechara de los habitantes del fuerte.

De estos rústicos fuertes de madera salieron los primeros puestos de mando de lo que se convertiría en el ejército estadounidense. El ejército estadounidense se basaba, por supuesto, en el británico. Los coloniales, al igual que sus homólogos de la Gran Bretaña continental, encontraron propicio dividir sus fuerzas armadas en milicias pequeñas pero muy eficaces. Y estas milicias libraron en gran medida la guerra de la reina Ana en Norteamérica.

Aunque estas fuerzas coloniales estaban equipadas con lo último en mosquetes y artillería, también utilizaban armas que se considerarían retroceso a un periodo más lejano. Las milicias solían empuñar picas, que no eran muy distintas de las utilizadas durante la Edad Media. Las picas son similares a las jabalinas de los caballeros. Son largas varas de madera con puntas de acero.

Las fuerzas coloniales se enfrentaron a una embestida de tropas francesas el 10 de agosto de 1703, en lo que se conoció como la campaña de la costa noreste. Fue la primera gran ofensiva francesa contra los colonos británicos en Nueva Inglaterra. Las fuerzas francesas, compuestas por unos quinientos soldados franceses y nativos americanos, asaltaron varios asentamientos coloniales a lo largo de la costa noreste. Los asentamientos fueron destruidos y más de 150 personas murieron o fueron hechas prisioneras.

Aun así, las fuerzas inglesas se unirían y los franceses pronto saldrían perdiendo. La guerra de la reina Ana llegó a su fin con la firma del tratado de Utrecht. Este tratado también puso fin a la guerra de Sucesión española. En virtud de este tratado, los británicos arrebataron a los franceses Acadia, que posteriormente rebautizaron como Nueva Escocia. Los británicos también aseguraron la soberanía sobre Terranova y su hegemonía sobre toda la bahía de Hudson. Los franceses también cedieron Nueva Brunswick y lo que hoy constituye la parte más oriental del estado de Maine.

La guerra de la reina Ana tuvo bastante alcance. Pero la guerra de los Siete Años fue un conflicto verdaderamente global que enfrentó a las principales potencias europeas tanto en Europa como en sus posesiones coloniales. El escenario norteamericano de esta guerra se conoce a menudo como la guerra Francesa e India. Se llamó así porque las tropas coloniales americanas lucharon contra los franceses y sus aliados nativos americanos (indios). Los colonos también contaron con la ayuda de aliados nativos americanos.

Sin embargo, aunque la guerra de los Siete Años se suele mezclar con la guerra de Francia y la guerra de las