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Racismo en Estados Unidos
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Libro electrónico161 páginas2 horas

Racismo en Estados Unidos

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Estados Unidos es un país convulso que lucha una guerra interna que se expresa en EL RACISMO que lleva en sus venas desde la colonia hasta ayer mismo. Aquí repasamos:  

Los desmanes en las calles de los EE.UU.

La Historia del racismo en los siglos XVIII, XIX y XX

La religión y la raza: ¿por qué los negros han adoptado con tanta fuerza la religión de sus captores?

Las obras literarias emblemáticas que nos hablan del pulso de una sociedad: Huckleberry Finn y Matar a un Ruiseñor

 

IdiomaEspañol
EditorialXFD Ediciones
Fecha de lanzamiento9 nov 2020
ISBN9781393593850
Racismo en Estados Unidos
Autor

José Nuñez Diéguez

José Nuñez Diéguez, a.k.a. Xosé French Diéguez (San Isidro, 1960), argentino, descendiente de gallegos. Viví de niño la España   tardofranquista  y me enamoré de sus montanas y su gente tan simple. Luego me enamoré de su historia. Aprendí a leer con el manual “Parvulín” en una aldea en la Ribeira Sacra, en Ourense, entre vacas, ovejas y lobos. Amo el campo. Cursé mis estudios en el Colegio Nacional de San Isidro, Buenos Aires. He trabajado varios años en la función bancaria pasando por las áreas de Tesorería como cajero, y el área Financiera, Gerencia de Exterior y Cambios (Télex y Comunicaciones S.W.I.F.T.), Gerencia Pignoraticia (Alhajas y Objetos Varios), y ahora, dentro de la Gerencia de Relaciones con el Gobierno, soy encargado titular de planes sociales otorgados por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a través del Banco Ciudad de Buenos Aires. He sido pastor protestante durante 17 años en dos iglesias diferentes. Habiendo acabado la carrera de grado de la Lic. en Historia, termino la tesis sobre Nacionalismo e Ideología en Galicia  1920-1936. Comunicate conmigo si en algo te puedo ayudar         26n6210@gmail.com   ///  oikosnunez@hotmail.com

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    Racismo en Estados Unidos - José Nuñez Diéguez

    Prefacio

    Mi abuela me decía que en EE.UU. los negros se hacían boxeadores para poder pegarle legalmente a los blancos.

    Facundo  Cabral, cantautor y poeta argentino (1937-2011)

    ¿Por qué escribir este libro?

    En primer lugar porque soy historiador y he podido tener uno de los mejores profesores conocedores de Estados Unidos y formado allí  como es el Dr. Pablo Pozzi, mencionado a menudo en estas páginas.

    En segundo lugar porque he sido un pastor bautista durante 17 años (una rama protestante) y me he criado con pastores estadounidenses desde niño, y creo conocer la mentalidad del votante promedio de gobiernos de derechas. He estado en ese país, he hablado dos o tres veces a pequeñas congregaciones de blancos, negros y latinos. Y es bueno aclarar que nada tengo contra los estadounideses. No es este un libro que ataque a Estados Unidos. Pero creo que para poder conocer el racismo actual, hay que conocer la vida espiritual de ese país, y su historia. La política y la religión, más que en otro país del mundo, en Estados Unidos van unidas.  Estados Unidos es el país más religioso de Occidente. El 93% de los estadounidenses creen en Dios, frente a un 75% de los británicos, un 60% de los franceses y un 50% de los suecos. Tres de cada cuatro norteamericanos forman parte de una iglesia. Más de un tercio asiste semanalmente a un oficio religioso y uno de cada diez lo hace más de una vez por semana. Otro detalle: uno de cada cinco estadounidenses tiene en su domicilio cinco o más ejemplares de la Biblia.

    El pensador francés Alexis de Tocqueville, en su clásica obra La Democracia en América, publicada en 1836, también vinculó ese notable asociacionismo norteamericano con esa peculiar configuración religiosa de la sociedad estadounidense. Con sus escuelas, sus hospitales y sus múltiples instituciones de asistencia social, las numerosas iglesias que competían entre sí forjaron un Estado de Bienestar paralelo, cuya importancia no ha dejado de crecer.

    El factor religioso fue un elemento constitutivo de la existencia estadounidense. Las primeras colonias fueron establecidas por emigrantes puritanos, que veían al inmenso territorio americano como una oportunidad para huir de las persecuciones sectarias y practicar libremente su fe. Es curioso que estos puritanos que huían de la persecución religiosa de la iglesia anglicana, cuando estuvieron en suelo americano comenzaran a perseguir a otros a otras iglesias no conformistas que también escapaban de la misma persecución.

    El sur de Estados Unidos, donde se desarrolló la esclavitud mayormente, hoy es conocido como The Bible Belt, el cinturón de la Biblia, por la gran cantidad de iglesias protestantes. Y en forma chistosa, pero llena de orgullo, dicen que la hebilla (the buckle) de ese cinturón es la ciudad de Greenville, en Carolina del Sur. Una ciudad de 400.000 habitantes, y con más de 300 iglesias protestantes que me tomé el trabajo de contar en los viejos y hoy desaparecidos directorios de teléfono. Todas de diferente denominación (presbiterianos, metodistas, bautistas, etc). Iglesias que también se dividen en etnias: para negros, chinos, vietnamitas, para hispanos, etc. En esa ciudad se crió mi esposa, aunque nació en otra provincia o estado sureño, Missouri.

    Esa es mi tercera razón de por qué escribir este libro.

    Estoy casado con una mujer sureña, que desde la cuna ha tenido una influencia hispana (mexicana) porque fue cuidada por una mujer de esa nacionalidad mientras sus padres se ganaban los garbanzos. La rareza de su familia es que tiene un árbol genealógico que atesora. Árbol que nace en Inglaterra (Gloucertershire)  en el año 1520, donde nació el primer Harris que da origen a esta rama de la familia. Incluso antes que los primeros colonizadores ingleses pisaran suelo americano. Para mí como historiador es algo curioso y valioso.

    Si bien mi esposa es prácticamente bilingüe, quizá por temprana influencia hispana, conserva la dulzura y la ética sureña. 

    La Actualidad

    Hace años en Argentina una maestra hizo una experiencia para demostrar lo profundo que cala el racismo en la gente.

    Presentó una fotografía de dos personas ante una clase de niños de 12 años. Uno era negro y el otro era blanco.  

    Contó una historia truculenta que ella misma había inventado. Uno de esos hombres había matado a una niña (blanca), la había descuartizado y la había escondido en la heladera. Mirando la fotografía, ¿Quién les parecería que pudiera ser el asesino?—preguntó. Más de la mitad de la clase contestó que el asesino era el negro.

    Esos niños no conocían a estas personas de la fotografía. El negro era el pastor Martin Luther King, defensor de los derechos de los negros, asesinado en 1968. El blanco, es el Capitán de Navío argentino Alfredo Astiz, acusado de la desaparición de dos monjas francesas y de una joven hija de origen sueco durante la Guerra Sucia en 1976 en Argentina, conocido como el Ángel de la muerte. Condenado hoy a prisión perpetua.

    El simple color de la piel hace que la gente pueda ser sospechosa. Portación de cara. Una persona rubia y un poco simpática puede engañarnos mucho. De hecho, Alfredo Astiz engañó a la gente que buscaba a sus familiares desparecidos. Gracias a esa simpatía malévola pudo infiltrarse y obtener información que llevaron a la muerte a mucha gente.

    Vamos a situar el racismo dentro de una sociedad puntual, la de Estados Unidos.

    Hay que tener en cuenta que lo que se vivió en Estados Unidos estos últimos meses tras la muerte de George Floyd fueron mucho más que protestas o motines raciales. En las movilizaciones había más que afroamericanos, había latinos, adultos, menores, ancianos, en 40 ciudades. Fue en realidad una munición de pobres y trabajadores dónde el detonante fue el asesinato de George Floyd, el último de una inmensa cantidad de muertes por gatillo fácil en ese país. En lo que va del año 2020 mataron 1.200 blancos, 640 negros, 450 hispanos y 500 sin identificar. Esto nos señala un deterioro norteamericano muy notable que se ha revelado con la pandemia y los 42 millones de personas que solicitaron seguro de desempleo. A ellos se agregan los millones que estaban desempleados antes y los que nunca fueron incorporados al mercado de trabajo. La tasa de desempleo actual en EE.UU. es mayor hoy que en la crisis del ’29. Esto significa una decadencia de Estados Unidos en favor de potencias como China, que emergieron de la crisis del coronavirus en una situación no buena pero con una notable reactivación económica. Ni hablar de países como Vietnam, Singapur y Corea del Sur.

    Si siempre existieron crímenes raciales de gatillo fácil contra la población afrodescendiente, el asesinato de Floyd actuó como detonante de protestas de magnitud nunca antes vistas. La situación explotó porque hay una combinación de hartazgo frente a la impunidad policial y descontento con la situación económica y política general de Estados Unidos. Ha habido un cambio en la policía norteamericana en los últimos 40 años.

    En parte por su militarización y además por un fallo de la Corte Suprema de Justicia en 1982, que le otorga impunidad al policía siempre y usando consideren que estaba actuando de buena fe. Es decir que la cantidad de policías procesados ha sido muy baja. En el caso de George Floyd la primera reacción del Estado fue simplemente suspender al asesino y una vez que se dieron las manifestaciones suspendieron a los cuatro policías. Recién cuando se les fue de las manos entendieron que había que procesarlos. El discurso hegemónico de Estados Unidos es posicionarse como la tierra de la gran promesa, la igualdad y la justicia que funciona y con este caso se transparentó que no es así. El racismo es parte de una ideología de dominación en EE.UU. ¿Qué es un negro? Es una construcción tan amplia dónde todos los africanos son negros, pero para los mismos africanos hay variaciones muy amplias. Hay 16 graduaciones de negros, una mujer blanca puede tener un hijo negro, pero una mujer negra jamás puede tener un hijo blanco. La raza es una construcción que tiene que ver con cómo se articula el sistema de EE.UU., que es como se ha articulado desde hace muchísimo tiempo, desde que sirvió para tener mano de obra esclava en la tierra. Una cantidad muy grande de gente es crítica del racismo, la sociedad viene tratando de combatirlo hace mucho tiempo, pero al igual que el machismo o la xenofobia, son discursos que funcionan desde el poder. Eso quiere decir que cunde desde varias aristas, por ejemplo los libros de texto del secundario: explican que desde la Independencia el pueblo era libre, pero ¿y los millones de esclavos que había? Evidentemente no eran considerado pueblo. Eso queda circulando en la sociedad, es parte de la cultura y por eso una persona puede incluso no darse cuenta que es racista. El racismo es un problema complejo porque no es solo una cuestión de blancos y negros, sino que hay segregación entre las mismas minorías y que la única forma que se podría tratar de superar eso es modificando desde la educación hasta abrir oportunidades genuinas para todos.

    Los derechos civiles

    Las movilizaciones para que no quede impune el asesinato de Mike Brown, asesinado el 9 de agosto de 2014 se dieron en 170 ciudades ante el fallo que dejaba libre a Darren Wilson, el policía que mató a Mike. La bronca se reflejó en el incendio de comercios y móviles policiales y también resistiendo la represión policial. Desde el presidente Barack Obama, pasando por el reverendo Al Sharpton llamaban a movilizarse pacíficamente llegando a sostener que los derechos y conquistas obtenidas siempre se consiguieron de forma pacífica. El Dr. Pablo Pozzi lo desmiente diciendo:

    "En la práctica, en términos tanto de trabajadores como de grupos de los así denominados minorías en Estados Unidos, todo lo que se consiguió se consiguió con lucha, muy dura, con mucha sangre con niveles de enfrentamiento muy elevados". En un repaso breve el historiador sostiene "la lucha de los negros en Estados Unidos, sobre todos los negros conducidos por la izquierda, ya sea por el Partido Comunista o por distintos sectores del trotskismo y del socialismo, ya en la década del 20 y 30 es central, absolutamente central. La Asociación de Aparceros y Arrendatarios en el sur de Estados Unidos era una asociación dirigida por el Partido Comunista. En la década del ‘30 se enfrentó al Ku Klux Klan y a la policía y al estado, armas en la mano, para defenderse en términos de tierra. Y como tal consiguió una cantidad de concesiones muy concretas. Ya en 1943, en medio de la Segunda Guerra Mundial, los soldados negros eran utilizados para descargar barcos de municiones, con lo cual generaron inmensa huelga en el puerto de Seattle, conducidos por trotskistas en esa época, para que les respetaran la vida y las condiciones fueran mejores. Esos tipos que fueron condenados, porque fueron duramente reprimidos, expulsados, perseguidos, fueron finalmente exonerados bajo el gobierno de Clinton, o sea les tomó nada más ni nada menos que 60 años. Quedaban pocos vivos, pero marcaron el camino. De la misma manera que, en el caso de la comunidad mexicana en California, que se vestían distintos, se armaron lo que se llamó los motines de los trajes Zoot, que eran unos trajes muy especiales y que la policía y el ejército los empezó a desvestir en público y golpearlos. Estamos hablando otra vez de los años 1942/1943. Ellos se enfrentaron duramente hasta ganar un espacio en torno a eso. El movimiento de los derechos civiles, siempre tuvo un trasfondo muy fuerte de violencia. De la misma manera, y perdón que cambie levemente de país, la suposición de que Gandhi logró expulsar a los británicos de la India haciendo Om y yoga, es absolutamente ahistórico y una tontería. Los británicos negociaron con Gandhi, porque la otra posibilidad era que 600 millones de hindúes se levantaran en armas y los pasaran a degüello como habían hecho en otras ocasiones como el motín de los Sepoy en 1857.

    De la misma manera que en general se presenta

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