Histeria roja
Es Cristopher Marlowe un comunista?”. El congresista por Alabama Joe Starnes lanzó esta pregunta a la directora teatral Hallie Flanagan durante una sesión del recién creado Comité de Actividades Antiamericanas (HUAC, por sus siglas en inglés) en 1938. Los demás congresistas estallaron en carcajadas: Starnes ignoraba que Marlowe había sido un famoso autor teatral del siglo XVI, contemporáneo y rival de Shakespeare. A Flanagan no le hizo demasiada gracia. Pensó que las decisiones de ese y otros diputados podían mandar a la calle a los miles de trabajadores del Proyecto Federal de Teatro, que ella dirigía. Starnes también le preguntaría si “Mr. Eurípides” defendía la lucha de clases; una pregunta marxista… pero de Groucho Marx, teniendo en cuenta que el autor de Medea vivió en la Grecia del siglo V a.C.
De los nazis a los rojos
El interés, cercano a la obsesión, por el comunismo había invadido este comité del Congreso, que tenía inicialmente la misión de vigilar la infiltración de ideas nazis en EUA. Dicha fijación de los representantes electos de los norteamericanos se remontaba en realidad a 1919, cuando el Comité Overman del Senado, creado para investigar las actividades del enemigo en la Primera Guerra Mundial −los alemanes−, amplió sus pesquisas a “cualquier esfuerzo que se haga para propagar en este
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