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¡Acapulco, Cómo Te Recuerdo!: Las Letras De La Nostalgia Ii
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Libro electrónico315 páginas4 horas

¡Acapulco, Cómo Te Recuerdo!: Las Letras De La Nostalgia Ii

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Puedo afirmar, despus de haber ledo detenidamente estos textos, que Acapulco, cmo te recuerdo! es un largo dilogo del autor consigo mismo; un verdadero y sincero intento por llegar al ncleo de s mismo y, desde ah, rescatar todas las vivencias que le dejaron una profunda huella en su desarrollo humano para, adems, tambin pagar agradecido, su deuda de amistad autntica con todos aquellos que le han llenado y acompaado en las diferentes etapas de su vida pues, al narrar aqu las circunstancias de su vida, les acerca a la trascendencia que han ganado para vivir en la autenticidad de sus pensamientos y acciones y les regala su porcin de eternidad a la que tienen derecho por haberse entregado plenos a los supremos valores de amistad, lealtad y amor: . . . vivir es amar y, amar, es querer vivir bien, saber vivir bien esta vida y aprender a ser feliz a pesar de todo. . . dice Juan Jos. . .


Fragmento de la presentacin de Las Letras de la nostalgia.
Jos Eugenio Ramrez Snchez
Poeta y pensador de gran profundidad. Autor de varios libros, entre ellos
A Lucia, Destiempo, Luna Ajena
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento8 jul 2013
ISBN9781463360092
¡Acapulco, Cómo Te Recuerdo!: Las Letras De La Nostalgia Ii

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    ¡Acapulco, Cómo Te Recuerdo! - Juan José Jiménez

    Copyright © 2013 por Juan José Jiménez.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Fecha de revisión: 03/07/2013

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    471557

    ÍNDICE

    PRESENTACION

    COMENTARIO

    A MANERA DE INTRODUCCION

    ¡ACAPULCO, COMO TE RECUERDO!

    II

    LA HUELLA DE LOS GRANDES

    LA INSTITUCION

    EL EQUIPO

    AMIGOS SM

    III

    HISTORIA DE

    UN RECUERDO

    EL PUENTE

    EL CALOR DE HOGAR

    LAS SERENATAS

    TIEMPO DE AMAR

    LA MENTIRA

    UNA MARCA EN EL ALMA

    IV

    LA ESCUELA

    EL PASEO DEL PERRO

    LA RIQUILLA

    LO QUE HACEN LOS BUENOS PADRES POR SUS HIJOS

    LA NIÑA ESPERANZA

    V

    UN ACAPULCO DIFERENTE

    LOS DIABLOS NEGROS

    LAS SERPIENTES YA NO ME DAN MIEDO

    LA ROSA DE ORO

    LOS N.I.D.

    UN ACAPULCO DIFERENTE

    VI

    GRACIAS ACAPULCO

    CON PROFUNDA GRATITUD A CESAR A. PIÑA CÁMARA

    GRACIAS AL CLUB ROTARIO ACAPULCO ICACOS

    GRACIAS

    GRACIAS ACAPULCO

    Diez minutos pueden ser,

    en la soledad de la distancia,

    un segundo pasional e intenso

    o diez siglos en gotas de nostalgia.

    Fragmento de Destiempo

    José Eugenio Ramírez

    PARA

    QUIENES

    HE

    SEMBRADO

    LA SEMILLA

    CON AMOR,

    CON GRATITUD,

    CON ALEGRIA

    J. J. J.

    CON ESPECIAL

    AFECTO Y

    GRATITUD…

    A TODOS

    AQUELLOS

    QUIENES

    ALGUNA VEZ

    ME ACOMPAÑARON

    EN LA AVENTURA

    DE SERVIR

    PORQUE DURANTE

    EL TRABAJO DIARIO

    ME ENSEÑARON,

    CON SU EJEMPLO,

    A AMAR

    TODO LO QUE SE HACE

    EN FAVOR

    DE LOS DEMAS

    image004%20copy.jpg

    PARA

    LOS AMIGOS

    DE AYER

    DE HOY

    Y…

    DE SIEMPRE

    J. J. J.

    PALABRAS MUDAS, SIN SONIDO,

    SIN ESPACIO, SIN TIEMPO;

    SÓLO CON EL PROFUNDO DESEO

    DE EXPRESAR LOS SENTIMIENTOS.

    PALABRAS MUDAS, EN SILENCIO

    ENCERRADAS EN UNA PRISION SIN ECO

    ESPERANDO SU ESPACIO Y SU MOMENTO

    PARA GRITAR Y PERPETUARSE EN EL TIEMPO.

    R. Sol

    PRESENTACION

    Tal vez uno espere que al confrontar un texto narrativo, cuyo escenario es un lugar costeño, el lenguaje se caracterice por su colorido y exuberancia, así como por descripciones típicas de lugares, cosas y seres ad hoc

    Nada más alejado de la realidad en esta entrega de ¡Acapulco, cómo te recuerdo! de Juan José Jiménez Morales, nuestro querido amigo…

    Con su peculiar estilo narrativo, la de un intenso observador de la vida nacido y crecido en las serranas alturas de nuestro México, Juan José nos lleva, por segunda vez, hacia el mundo de las cosas y los seres cotidianos. Al ámbito de aquellos seres que viven y, en algunos casos, vivieron sus vidas en un mundo bendecido por el Dios de las cosas simples… donde la alegría, el Amor, la felicidad, la bondad y la expresión de los sentimientos humanos son sellados por una honda sinceridad pues, en la cotidianidad de sus aconteceres, no pecaron de soberbia ni de angustias existenciales por hallar una falsa trascendencia que se nutre de reflectores, aplausos y reconocimientos meritoriamente públicos y vanos.

    Decía el Maestro Neruda: el poeta debe ser, parcialmente al menos, un verdadero cronista de su tiempo… y eso es lo que encontramos a lo largo de cada uno de los textos que componen estas ¡Acapulco, cómo te recuerdo! es su segunda entrega; poesía pura, sencilla, poesía que no se cubre de retruécanos y de frases hechas, que no se oculta en difíciles y escolásticas metáforas dirigidas a unos cuantos letrados que, con desdén, miran al mundo desde lo alto de sus acristaladas e inaccesibles torres de marfil y oro… No, los relatos de Juan José nos introducen en la maravillosa simplicidad de nuestras propias vidas pues, indudablemente, en cada historia aquí contada, con seguridad hallaremos un reflejo, cuando no la totalidad, de nuestra propia imagen.

    Hacer amigos, enamorarse, sentir soledad y desesperanza, criar hijos, oír a los viejos, buscar el sentido real de la vida en cuanto se llega a la madurez… ¿Quiénes no lo hemos hecho o sentido? Esa es la riqueza que encierra esta obra que hoy nos comparte Juan José: reconocer que, en la simplicidad de lo cotidiano, se encuentra el verdadero Amor por la Vida…

    In adendum, Juan José también nos recuerda un deber frecuentemente olvidado: la obligación de agradecer a cada una de las personas que inciden o han incidido en nuestros aconteceres de vida; personas que, poco o mucho, nos dieron algo de su esencia en algún momento para sellarnos, con su impronta personal, algún rasgo de nuestra forma de ser y la manera de conducirnos en la vida.

    ¡Acapulco, cómo te recuerdo! es, en síntesis, una constancia magnífica de la historia de sueños, hechos y circunstancias de un grupo de personas que coincidieron en un tiempo y un espacio, costeño y exuberante, narrada con el lenguaje y desde la óptica e idiosincrasia de alguien que nació y creció en las más altas montañas y sierras otomíes, tepéhuas y mexicas del occidente mexicano y como un sincero, hondo y sentido homenaje a todos aquellos que han dedicado su vida al auténtico servicio a los demás, sin más ambición que el sencillo e inigualable sentimiento y sabor del deber cumplido.

    Gracias Amigo por compartirnos tu testimonio y recordarnos el verdadero sentido de la vida…

    José Eugenio

    Otoño del año 2012

    COMENTARIO

    Es importante compartir en este documento parte de la presentación de Las Letras de la nostalgia ¹ para conectar al lector de una manera especial e inmediata con la segunda entrega, como le llama el pensador y extraordinario Poeta, José Eugenio Ramírez Sánchez. Se transcriben tres párrafos que sirven para dicho fin.

    Puedo afirmar, después de leer detenidamente estos textos, que Letras de la Nostalgia es un largo dialogo del autor consigo mismo; un verdadero y sincero intento por llegar al núcleo de sí mismo y, desde ahí, rescatar todas las vivencias que le dejaron una profunda huella en su desarrollo humano para, además, también pagar, agradecido, su deuda de Amistad auténtica con todos aquellos que le han llenado y acompañado en las diferentes etapas de su vida pues, al narrar aquí las circunstancias de sus vidas, Juan José les acerca a la trascendencia que han ganado por vivir en la autenticidad de sus pensamientos y acciones y les regala su porción de eternidad a la que tienen derecho por haberse entregado plenos a los supremos valores de Amistad, Lealtad y Amor.

    Sé, en lo más sensible de mi ser, que la fraterna comunidad que conforman todos los protagonistas, sabrá apreciar con alegría la imagen que el autor guarda de ellos; que tendrán por seguro que sus vidas de ninguna forma han sido vacías, pues lograron dejar su impronta en el corazón de quien aquí los recuerda y describe con fraternal cariño.

    Era necesario este magnífico esfuerzo del autor para recordarnos, al final de todo, que el escritor debe ser, al menos parcialmente, un verdadero cronista de su tiempo y, así, poder aspirar a tocar las estrellas para llegar alguna vez, ateridos y felices, hasta la Fuente Original de todas las cosas, donde la eternidad se toca a sí misma y que no lo sería, si no se suman y reflejan en ella nuestras humildes existencias…

    Gracias Amigo por tu enseñanza…

    josé eugenio

    Tulancingo, diciembre del año 2011 de N.S.J.

    A MANERA DE INTRODUCCION

    Para que el puñado de lectores que me favorezcan con la lectura del presente, es necesario aclarar que ¡Acapulco, cómo te recuerdo!, no es la segunda parte del primer documento, sino que es exactamente la mitad de un documento único que se ha editado en dos partes. La primera contiene algunos relatos con datos muy específicos del contexto social en el que sucedieron, lo cual llevó al autor a tomar la decisión de dividir los relatos y editarlos en libros diferentes.

    ¡Acapulco, cómo te recuerdo!, contiene y está conformado por relatos que se encuentran en un contexto también especial y diferente que más allá del tiempo y del espacio, el contexto les da la posibilidad de ser recibidos y abrazados en su propio contexto que es Acapulco y Guerrero. No son pues, la segunda parte de la historia, sino simplemente hijos que nacieron en una tierra diferente.

    Por lo tanto, no se piense amable lector, que el II tiene que ver con la segunda parte, sino más bien el II lo decidió el tiempo. Simplemente porque nacieron de un solo parto, pero se bautizaron en diferentes momentos. El I y el II hacen diferencia porque el I está dedicado para algunos, poquísimos por cierto, lectores del Estado de Hidalgo y el II para los muy especiales lectores del Estado de Guerrero.

    Las diferentes historias o relatos, están escritos con la intención de que puedan leerlos desde aquellos estudiantes que no son muy aviesos en este arte, pasando por la gente común como el que suscribe, hasta personas con formación no sólo en la lectura, sino en una profesión que indudablemente ya les entregó su primera herencia que es el hábito de la lectura.

    Para quienes gozan de este hábito o para aquellas con el oficio de leer es necesario comentar que seguramente no encontrarán las florituras literarias a la que están acostumbrados, pero ciertamente reconocerán algunos hechos que les harán reflexionar sobre la importancia de lo que realiza la gente común y corriente que camina cerca de nosotros, que asiste a los mismos lugares que nosotros, que está cerca de nosotros, pero que no la vemos porque no nos llama la atención. Sin embargo, sus vidas no dejan de ser interesantes y muy profundas, cualidades por las cuales el autor decidió compartirlas en este y en el anterior documento.

    A decir verdad, en esta ocasión debería hacer valer la misma presentación de esta parte del escrito ya que originalmente se pensó como uno solo. Sin embargo, las diferentes circunstancias y los diferentes contextos en los que sucedieron o se dieron las historias, son marcadamente distintos en algunos casos y, por lo mismo, el autor consideró que podrían apreciarse mejor y con mayor facilidad si cada una de ellas era ubicada en su propio contexto. De esta manera, los lectores tienen la posibilidad de leer historias que pueden sentir cercanas porque sucedieron en espacios y momentos que no les resultaran tan extraños.

    Por otra parte, los temas que se abordan en cada una de las distintas historias pueden resultar de interés a todo tipo de lectores ya que, por sus contenidos, hay las llamadas románticas, las históricas y hasta las técnicas. Indudablemente que cada uno de los lectores podrá disfrutar del tipo de historias que prefiere, aunque siempre existe la posibilidad de que independientemente de su tipo, cada una de las historias, contengan algo que decir a quien las lea.

    Así pues, para quien suscribe, está más que claro que todas y cada una de letras que le dan sentido a las historias que aquí se cuentan, fueron escritas con el único objetivo de no olvidar a quienes las vivieron y facilitaron los datos que han impulsado la impresión de las letras, una por una, las cuales han favorecido a su vez, el ir uniéndolas para formar palabras y con ellas, entrelazar las ideas que se expresan en estas páginas, pintando sólo un bosquejo de quienes vivieron lo que se intenta describir.

    Son historias de gente común, de la que vale tanto como el que más y nunca se aprecia este valor; gente que se atrevió a permitir que una parte de su vida se quedara en unas letras para quienes quisieran leerlas y entenderlas.

    Estas historias me llamaron la atención porque coincidían en algo: narran distintas cosas, pero todas matizadas de nostalgia. Los estudiantes, los amigos, los pacientes nos permitieron dar a conocer algunas cosas de tantas que vivieron, como todos nosotros, pero con la diferencia de que éstas las conoció el autor y le llamaron la atención por ser tan sencillas y a la vez tan profundas, como las que pudiera contar la mayoría de la gente.

    ¡Acapulco, cómo te recuerdo! no tienen ambiciones, literarias o filosóficas, su objetivo es traer al presente los recuerdos de gente como tú o como yo, amable lector. Gente con la sencillez imaginativa de los niños que les permite ver lo que hay dentro de las cosas simples, sin más complicaciones que el fijar la vista y ver lo que es obvio²".

    "Quienes tengan la fortuna o la desgracia de leer Las Letras de la Nostalgia o ¡Acapulco, cómo te recuerdo!, no se complicarán la existencia, ni gastarán neuronas pensando, simplemente dedicarán unos momentos de sus ocupadas vidas en imaginarse que están leyendo el guion de una historia de la vida de cualquiera de los seres que tenemos cerca o de aquellos que pasan desapercibidos todos los días a un lado de nosotros, y no más. De esta manera no se arrepentirán de haber leído, ni mucho menos se sentirán frustrados".

    "Mi gratitud a todos los amigos, especialmente a los de infancia y adolescencia, a los pacientes, estudiantes, a quienes permitieron utilizar la información y a todos aquellos que se atrevieron a relatar y consentir en que se escribieran sus historias. En su momento, se les aseguró que cada lector les daría las gracias con una sonrisa o una lágrima, después de haber leído lo que todos ellos nos regalaron.

    Cada una de estas historias, tiene su propia razón para estar impresa y no precisamente por ser más largas o más cortas, por ser mejores o peores, sino porque quienes las vivieron, son gente que ha dejado huella".

    Creo que vale la pena hacer un comentario final sobre el porqué se escribió así ¡Acapulco, cómo te recuerdo!. Una parte ya está explicada en párrafos anteriores, pero quizá en el fondo, lo que ha motivado a escribir relatos cortos, en un lenguaje sencillo y nada complicado, sea el enorme deseo del autor de lograr que sus alumnos se interesen por la lectura y lean aunque sea relatos cortos como los que se escriben en esta obra.

    Quizá también por esta razón hay relatos de diversos tipos y con distintos contenidos. En el Capítulo I, se hace un saludo al bello puerto de Acapulco. En el Capítulo II, se abordan historias copiadas de la realidad y cuyo contenido es un canto de admiración y respeto por las personas y las instituciones que han escrito, con su ejemplo, un capítulo importante en la historia de la sociedad. En el Capítulo III, se presentan historias románticas, de antes y de ahora; son breves y tienen contenidos para los interesados en este tipo de lectura. En el Capítulo IV, se narran historias dedicadas a los estudiantes, especialmente a los de prepa, para que los lectores de esta edad, encuentren también una razón que los motive a leer. En el Capítulo V, se resumen historias que quizá puedan despertar el interés de los estudiosos porque son recogidas en el trabajo de consultorio y de la observación de la realidad de vida de individuos, familias y de la sociedad misma. Por último, en el Capítulo final, se presenta un canto de gratitud a Acapulco.

    En realidad, de acuerdo a los comentarios que han expresado algunos de los Críticos que se han atrevido a leer ¡Acapulco, cómo te recuerdo!, el libro en sí, dicen, es una parte de la historia de la sociedad de Guerrero y, en especial, de Acapulco, no sólo por lo que en él se describe, sino por los datos que aporta; pero sobre todo, es una muestra de gratitud a personas e instituciones.

    En este punto, estamos totalmente de acuerdo porque lo que más me ha motivado a escribir este libro, es el cariño que siento por esta hermosa tierra y su gente, y quizá también, por la necesidad que he tenido de mostrarle mi gratitud.

    Hablando de nostalgia, con mucha frecuencia llegan a mi mente los momentos tan significativos vividos en compañía de la gente de Guerrero y en algunos casos, recuerdo con dolor el haberme separado de gente tan especial.

    "La palabra nostalgia se deriva del griego (nostos, regreso y algia, dolor) de modo que podemos definirla como la pena que se siente por estar lejos de los amigos o en un caso más serio, se puede entender como la tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida. Así, también las letras de ¡Acapulco, cómo te recuerdo! son precisamente eso; en algunos casos corresponderán a la primera acepción, en otros, a la segunda, aunque definitivamente habrá los que puedan acomodarse en ambas".

    "Los recuerdos que llegaban a sus memorias³, algunos tristes, algunos alegres y otros de sentimientos encontrados, pero todos recordando con nostalgia los hechos que dejaron huella en cada una de sus almas y que, trepados en la bruma del tiempo, se han quedado desde sus años de infancia, escondidos en sus memorias o simplemente esparcidos en el tiempo".

    En mi actualidad, siguen llegando los recuerdos que me hacen sentir la nostalgia por estar lejos en el tiempo y por estar separados en el espacio.

    ¡ACAPULCO, COMO TE RECUERDO!

    Conceptos apretados

    En ladrillos de tinta

    Cocteles vaporosos

    Cuajados en letras

    Rasguños de infinito

    Diseños embrollados

    Eructos del cerebro

    Palabras

    Fragmento de 23 Poemas Gestálticos

    Julián J. Hernández Vera

    Quien ha conocido una ciudad tan impactante como Acapulco, jamás la olvida, pero quien ha vivido la mitad de su vida en esa hermosa ciudad, no sólo no la olvida, sino que la lleva grabada en su mente, en su corazón y en su alma, la lleva dentro como parte de sí mismo. ¡Acapulco, cómo te recuerdo!

    Casi al final de 1975 tuvo la fortuna de haber sido asignado para trabajar en la, hasta entonces, deslumbrante ciudad de Acapulco. Salió de la ciudad de México, inmensa, imponente, apabullante para los provincianos que llegaron a ella para estudiar con la intención de aprender para triunfar.

    Había pasado los dos últimos años trabajando y estudiando y ahora se le presentaba la oportunidad de dedicarse a ejercer su actividad profesional en algo que le pareció interesante desde la propuesta y que le infundió la confianza de que lo disfrutaría al máximo.

    Era necesario dejar todo, lo agradable y lo desagradable que había vivido en la inmensa ciudad. Más le dolía dejar lo agradable ya que lo desagradable, aunque mucho le había enseñado, también le había marcado la vida y le había dejado huellas profundas en el alma.

    La vida de adolescente y de estudiante como tal, habían llegado a su fin. Tenía que iniciar una vida nueva, suponía que diferente a la que hasta entonces había vivido. Y mientras arreglaba trámites y todas las cosas, -muy pocas por cierto-, que lo acompañarían a su nueva vida, le entró la nostalgia. Le parecía increíble que estaba a punto de abandonar todo lo que le había hecho vivir, dándole sentido no sólo a su vida, sino a todo lo que hacía. Estaba a punto de separarse de lo que más había amado, la familia, los amigos de la infancia, los de la secundaria y la prepa con quienes vivió experiencias maravillosas y aprendió que el hombre es tan importante como importantes sean las acciones que realiza a favor de los demás; los amigos de la universidad con quienes tuvo la suerte de aprender lo que es la vida profesional mientras asistían a clases, a las prácticas profesionales y en el contacto directo con los llamados enfermos o personas disfuncionales.

    En fin, muchas cosas se quedarían atrás, pero así es la vida. Si se quiere dar un paso hacia adelante, se debe hacer con la conciencia de que no es posible acarrear consigo los logros y tantas cosas del pasado; si se quiere vivir un día nuevo, irremediablemente se debe dejar el día vivido atrás. El mañana no se lleva con el pasado y el pasado puede ser un lastre que nos ancla o un impulso que nos lanza, depende de cómo cada quien lo conciba y lo haya vivido.

    En este caso, el pasado lo impulsaría a vivir nuevas experiencias que le dieran el conocimiento y la madurez humana y profesional requeridas y necesarias para que su futuro se fuera haciendo presente con todas las ventajas y los requerimientos que le exigía la nueva oportunidad de servir a los demás.

    Todo lo que se ama y todo lo que se ha hecho con amor, deja huella tanto en quien la ha realizado como en aquellos que han convivido y vivido los momentos más importantes de cada ser humano.

    Apenas le dio tiempo de pensar en lo que había sido su vida hasta entonces, se llenó de tristeza por todo lo que había vivido, por todo lo que había tenido y lo que le había hecho falta, y vio en un instante, que todo había valido la pena.

    Nunca le pareció prudente voltear hacia atrás cuando emprendía algo nuevo, pero esta vez, la nostalgia lo hizo volver la vista y entonces, contempló la gran ciudad que muchas veces fuera su enemiga, pasaron por su mente, como en cascada, todos los seres queridos y, como en una película especial, todo lo que había realizado hasta ese momento y, sin poder evitarlo, lloró un momento, aunque nunca supo si fue por la tristeza del cambio o por la emoción que le provocaba darse cuenta de que todo había valido la pena. Recordó entonces, con mucha claridad, las palabras de su amigo: para que el hombre pueda entregar buenas cuentas al final de su existencia, sea breve o duradera, debe dejar huella y nunca estancarse, mucho menos cosificarse.

    Tenía que vivir con profundidad, convivir con amor, actuar con convicción y nunca echarse ante las dificultades o conformarse con el hoy. Sólo de esta manera podría dejar huella y así poder decir, al final de la jornada diaria y de la vida, ha valido la pena vivir.

    Con la nostalgia y la ilusión, abordó su transporte y viajó lejos de su patria chica, con la tristeza en el alma por dejar todo lo que había vivido, hecho, sufrido o disfrutado, pero también con la esperanza en el alma, con la ilusión en la mente, con la convicción en la voluntad y el objetivo bien claro de mejorar todo en una nueva etapa de su vida. Por lo pronto, mientras el autobús avanzaba, su mente viajaba más rápida, adelantándose a su realidad momentánea.

    Salió de la terminal y una brisa cálida le dio en el rostro y lo despabiló. Casi no durmió, por lo incómodo del asiento del autobús y, principalmente, por la emoción de enfrentar nuevas circunstancias de vida. Mientras el autobús avanzaba, su mente viajaba más lejos, más de prisa.

    Por fin estaba en el hermoso Acapulco. Semidormido

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