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Dos ciudades bajo fuego: La historia del bravo pueblo que enfrentó la segunda invasión inglesa en 1807
Dos ciudades bajo fuego: La historia del bravo pueblo que enfrentó la segunda invasión inglesa en 1807
Dos ciudades bajo fuego: La historia del bravo pueblo que enfrentó la segunda invasión inglesa en 1807
Libro electrónico324 páginas4 horas

Dos ciudades bajo fuego: La historia del bravo pueblo que enfrentó la segunda invasión inglesa en 1807

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La primera invasión inglesa, de 1806, fue vencida gracias al enardecido pueblo de Buenos Aires. Pero luego de esa victoria el Virreinato debía enfrentarse a un ejército de un volumen nunca visto en el Río de la Plata. Santiago de Liniers, uno de los pocos con experiencia de batalla, era el encargado de formar y entrenar milicias populares que fueran capaces de lograr la improbable tarea de vencer a uno de los mejores ejércitos del mundo. La ciudad de Montevideo, si bien amurallada y artillada, parecía ser la primera presa de la fuerza invasora mientras que, en Buenos Aires, los criollos independentistas aun discutían si lo más conveniente para sus planes era enfrentar a los británicos o, por el contrario, unirse a ellos para expulsar a los españoles y luego negociar con los nuevos amos. Dos ciudades bajo fuego continúa la saga inaugurada con El tesoro de Buenos Aires donde personajes como Belgrano, Saavedra, Castelli y Pueyrredón van tomando los roles que los convertirán en actores principales de la emancipación del Río de la Plata.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 ene 2024
ISBN9786319035025
Dos ciudades bajo fuego: La historia del bravo pueblo que enfrentó la segunda invasión inglesa en 1807

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    Dos ciudades bajo fuego - Gerardo Bartolomé

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    Gerardo Bartolomé

    DOS CIUDADES BAJO FUEGO

    La historia del bravo pueblo que enfrentó a la segunda invasión inglesa en 1807

    img1.pngimg2.jpg

    Bartolomé, Gerardo Miguel

    Dos ciudades bajo fuego: la historia del bravo pueblo que enfrentó la segunda invasión inglesa en 1807 / Gerardo Miguel Bartolomé. - 1ª ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Ediciones Históricas, 2024.

    Libro digital, EPUB - (Historia Argentina Novelada / Gerardo Miguel Bartolomé; 2)

    Archivo Digital: descarga

    ISBN 978-631-90350-2-5

    1. Invasiones Inglesas. 2. Historia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. I. Título.

    CDD A863

    © 2023 GERARDO BARTOLOMÉ

    Imagen de tapa: The storming of Montevideo, por el teniente George Robinson (1807).

    Diseño y diagramación: Ricardo A. Dorr.

    Todos los derechos reservados. Este libro no puede reproducirse, total o parcialmente, por ningún método gráfico, electrónico o mecánico, incluyendo los sistemas de fotocopia, registro magnetofónico o de alimentación de datos sin expreso consentimiento por escrito de los editores. Impreso en la Argentina en el mes de abril de 2023 por Docuprint, Parque Industrial Garín Lote 3, Provincia de Buenos Aires. Tirada de 1.000 ejemplares.

    Aunque el autor y los editores han investigado exhaustivamente las fuentes para asegurar exactitud en los textos y fotos contenidos en este libro, ellos no asumen responsabilidad alguna por errores, inexactitudes, omisiones o cualquier inconsistencia incluida. Cualquier agravio a personas, empresas o instituciones es completamente involuntario.

    A Paula, mi mujer, y Francisco, mi hijo, por su apoyo y paciencia.

    Índice

    Introducción

    Principales personajes históricos de este libro

    Capítulo 1. Conspiraciones y más conspiraciones

    Capítulo 2. Están aquí

    Capítulo 3. Un objetivo muy modesto

    Capítulo 4. Un verdadero soldado

    Capítulo 5. Una muralla

    Capítulo 6. La brecha

    Capítulo 7. El Virrey

    Capítulo 8. La fuga

    Capítulo 9. Una vergonzosa lección

    Capítulo 10. El comandante menos esperado

    Capítulo 11. La hora de la verdad

    Capítulo 12. El Río Chuelo

    Capítulo 13. Una nueva decepción

    Capítulo 14. La esperanza

    Capítulo 15. El plan

    Capítulo 16. Del silencio al infierno

    Capítulo 17. Santo Domingo

    Capítulo 18. Negociaciones

    Capítulo 19. Nada volverá a ser igual

    Palabras finales del autor

    Introducción

    La primera invasión inglesa, de 1806, fue vencida gracias a que el enardecido pueblo de Buenos Aires se levantó en armas contra la pequeña fuerza invasora que se había apoderado de la ciudad. Pero luego de esa victoria el Virreinato debía enfrentarse a un ejército de un volumen nunca visto en el Río de la Plata. Los días corrían y parecían escasos para poder formar una fuerza militar capaz de hacerle frente. Santiago de Liniers, uno de los pocos con experiencia de batalla, era el encargado de formar y entrenar milicias populares que fueran capaces de lograr la improbable tarea de vencer a uno de los mejores ejércitos del mundo.

    La ciudad de Montevideo, si bien amurallada y artillada, parecía ser la primera presa de la fuerza invasora mientras que, en Buenos Aires, los criollos independentistas aun discutían si lo más conveniente para sus planes era enfrentar a los británicos o, por el contrario, unirse a ellos para expulsar a los españoles y luego negociar con los nuevos amos.

    Dos ciudades bajo fuego continúa la saga inaugurada con El tesoro de Buenos Aires donde personajes como Belgrano, Saavedra, Castelli y Pueyrredón van tomando roles en dirección a convertirse en actores principales de la emancipación del Río de la Plata.

    Experimentados generales, altaneros nobles, comerciantes decepcionados, mujeres y hombres de sociedad y oportunistas se dan cita en este libro al que todos aportan creando una trama donde la realidad supera a la ficción, haciéndola aún más atractiva.

    Hace ya mucho tiempo que me propuse escribir la historia de los años fundacionales de nuestro país en el estilo que me es más natural, el de la historia novelada. En ese sentido éste es el segundo libro de una larga serie en la que intentaré exponer la historia argentina como lo que es: una trama fascinante y muy nuestra. Espero lograrlo.

    Gerardo Bartolomé

    Principales personajes históricos de este libro

    Álzaga, Martín de: Nacido en 1755 en Aramayona (España) llegado a Buenos Aires en 1766. Destacado comerciante y miembro del Cabildo de Buenos Aires, al que accedió en 1785.

    Arce, Pedro de Arce o Arze (en la antigua grafía original): Militar español nacido en la región de Extremadura (circa 1860). Era Subinspector de Armas del Virreinato, al producirse el desembarco británico en 1806. artiGas, José Gervasio: Nació en Montevideo en 1764. Durante su juventud se dedicó a tareas rurales y en 1797 ingresó al regimiento de frontera de Blandengues. Fue apresado por los portugueses en varias oportunidades.

    Auchmuty, Samuel: Nació en Nueva York en 1758. Al terminar su educación universitaria explotó la revolución independentista y Auchmuty, por influencia de su padre, decidió enlistarse del lado de los leales al Rey de Inglaterra. Con la victoria de los independentistas norteamericanos se vio obligado a dejar América y seguir una carrera militar en Inglaterra donde se destacó en cada misión.

    Belgrano, Manuel: Nació en Buenos Aires en 1770. Su nombre completo era Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. Hijo de un rico comerciante italiano, cursó estudios de Derecho en España y volvió al Río de la Plata al ser nombrado Cónsul de Comercio, cargo que ostentaba en 1806. Desde sus estudios en Europa se inclinaba por las ideas republicanas y/o independentistas.

    Beresford - Beresford, William Carr: Nació en Waterford, Irlanda en 1768. De familia noble, era hijo extra matrimonial del Conde de Tyrone. Militar británico de extensa foja de servicios. Fue ascendido al rango de General cuando fue puesto a cargo de las tropas del ejército en el ataque a Buenos Aires de 1806.

    Castelli, Juan José Antonio: Nació en Buenos Aires en 1764. A través de su abuela materna era primo segundo de Manuel Belgrano. Formaba parte del núcleo de criollos republicanos independentistas.

    Craufurd, Robert: Nació en Newark, Escocia, en 1764. De familia noble con gran tradición militar se unió al ejército a los quince años destacándose por su audacia en todos los cargos que ocupó. En 1800 se casó con la hermana de Lancelot Holland.

    Elío, Francisco Javier de: Nació en Pamplona, España, en 1767. Era hijo del gobernador de esa provincia. Ingresó al ejército a los dieciocho años. Inicialmente fue destinado a África y luego a distintos puntos de Europa. Herido en varias oportunidades, tenía fama de audaz y altanero. Llegó al Río de la Plata en 1806 para hacerse cargo de las tropas de campaña de la Banda Oriental.

    Gillespie, Alexander: Capitán del ejército británico. Entre otras funciones fue comisario de prisioneros de guerra españoles en el primer ataque a Buenos Aires en 1806. Llevaba un diario de sus vivencias.

    Gower, John Leveson: Nació en Berkshire, Inglaterra, en 1774. Perteneciente a una influyente familia de la nobleza, ingresó al ejército a una temprana edad logrando rápidos ascensos. En su momento fue el general más joven del ejército de su país.

    Gutiérrez de la Concha, Juan Antonio: Nació en Esles (España) en 1760. Marino español llegado al Río de la Plata en 1790. Estaba asignado al apostadero naval de Montevideo cuando ocurrió el ataque inglés.

    Holland, Lancelot: Nació en 1781 en Beckenham, Inglaterra. Ingresó en el ejército de su país en 1798. Por su amistad con Robert Craufurd, su cuñado, se unió a su fuerza con el grado de coronel. Llevaba un diario sobre los acontecimientos.

    Moreno, Mariano: Nació en Buenos Aires en 1778. Hijo de padre español y madre criolla. Estudió derecho en Chuquisaca y volvió a Buenos Aires en 1805. Su orientación política era el republicanismo independentista.

    Lecocq, Bernardo: Nació en La Coruña, España, en 1734. Fue un ingeniero militar que desarrolló importantes trabajos en el Río de la Plata, especialmente en Montevideo.

    Liniers, Santiago de: Su nombre completo era Jacques Antoine Marie de Liniers et Bremond. Noble francés nacido en Niort en 1753. Bajo el Pacto de Familia entre los borbones de Francia y España tuvo una extensa carrera militar en Europa y ostentaba la condecoración de la Cruz de los Caballeros de Malta. Se casó en 1783 con Juana Menvielle de la que enviudó en 1790. Se volvió a casar, con María Martina de Sarratea en 1791 y volvió a enviudar en 1805. Su carrera militar lo trajo a América en 1788 pero desde el año 1800 sus cargos militares en el Virreinato del Río de la Plata perdieron relevancia sin embargo, brilló al organizar la reconquista de Buenos Aires en 1806.

    Pack, Denis: Nació en Irlanda en 1772. Con el rango de coronel estaba al mando del Regimiento 71 de Infantería de Escocia. Participó activamente en la toma de Ciudad del Cabo en 1806 y de Buenos Aires en ese mismo año.

    Padilla, Manuel Aniceto: Nació en Cochabamba en 1780. Estudió derecho en la Universidad de Chuquisaca, y una vez recibido de abogado se trasladó a Buenos Aires, donde instaló un estudio.

    Pedraza, Manuela: Nació en Tucumán en 1780. A poco de tener su primer hijo se trasladó a la ciudad de Buenos Aires, donde brilló por su valiente lucha en la reconquista de Buenos Aires en 1806.

    Perichon - Marie Anne Perichon de Vaudeuil, o Ana Perichon: Nació en 1775 en las posesiones francesas de la Islas Mascareñas. En 1792 contrajo matrimonio con Thomas O’Gorman con quien tuvo tres hijos. Toda su familia debió abandonar la isla Mauricio y se embarcaron hacia el Río de la Plata en 1797. En 1806 era un secreto a voces que era amante de Liniers.

    Popham - Sir Home Popham: Nacido en Gibraltar en 1862. Comodoro británico con una extensa experiencia militar. Autor del sistema telegráfico de señales por banderas que adoptó la Armada Real Británica en 1803. Estuvo a cargo de la flota británica que atacó Ciudad del Cabo en 1806 y Buenos Aires en el mismo año.

    Pueyrredón, Juan Martín: Nacido en Buenos Aires en 1777. Era el sexto hijo, de once, del rico comerciante francés del mismo nombre. Vivió en Francia y España de 1795 a 1805 a cargo de ciertos negocios familiares. Una vez en Buenos Aires se conectó con el grupo independentista de criollos. Ante la invasión de 1806 organizó y solventó la creación de un regimiento de Húsares que participó de la reconquista de la ciudad.

    Quintana - Hilarión de la Quintana: Hijo de José Ignacio de la Quintana, nació en Maldonado (actual Uruguay) en 1774. Ingresó a la vida militar muy joven. Se encontraba prestando servicios en Montevideo cuando los ingleses atacaron Buenos Aires.

    Rodríguez Peña, Saturnino: Nació en 1765 en Buenos Aires. Estudió derecho en Chuquisaca. Luego, como comerciante, viajó a las Antillas y se conectó con varios británicos.

    Ruiz Huidobro, Pascual: Nació en Orense (España) en 1752. Fue militar y político español arribando al Río de la Plata en 1777. En 1803 fue nombrado Gobernador Civil y Militar de Montevideo, cargo que desempeñaba cuando Buenos Aires fue atacada.

    Saavedra, Cornelio: Su nombre completo era Cornelio Judas Tadeo de Saavedra. Nacido cerca de Potosí (actualmente Bolivia) en 1759. La familia se mudó a Buenos Aires en 1767. Desde 1797 ocupaba cargos de relevancia en el Cabildo de la capital Virreinal.

    Sánchez de Thompson, Mariquita: su nombre completo era María Josefa Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velasco y Trillo luego casada con su primo Martín Thompson. Nació en Buenos Aires en 1786. Se opuso al casamiento al que lo obligaba su madre y logró una dispensa del Virrey. De familia criolla con muchas vinculaciones, tenía una activa vida social que la mantenía al tanto de todo lo que acontecía en la ciudad.

    Sobremonte - Marqués de Sobremonte - Rafael de Sobremonte y Núñez: nació en Sevilla en 1745. Era el noveno Virrey del Río de la Plata desde abril de 1804. Anteriormente había sido Gobernador Intendente de Córdoba del Tucumán entre 1783 y 1797 para luego ser Sub inspector general de las tropas veteranas y milicias (1797-1804).

    Stirling, Charles: Nació en Londres en 1760. Miembro de una familia de larga tradición marina, siendo su padre almirante de la Royal Navy, él se unió a la fuerza con poco más de veinte años. Participó de varias batallas incluyendo la de Algeciras en 1801 y del Cabo Finisterre en 1805.

    Thompson, Martín Jacobo: Nació en Buenos Aires en 1777. Su padre, inglés murió en 1787 y su madre, criolla, entró a un convento, por lo que quedó al cuidado de su padrino José Altolaguirre. Se casó con su prima segunda María (Mariquita) Sánchez en contra de los deseos de los padres de ella, en 1805.

    White, William Porter: Nació en Massachusetts (EEUU) en 1769. Comerciante desde muy joven, conoció a Home Popham en la India. Luego de su paso por la Isla de Mauricio, en 1797 llegó a Buenos Aires donde amasó una fortuna con el comercio.

    Whitelocke, John: Nació en Londres en 1757. Su familia era cercana a la familia Real desde hacía varios siglos. Ingresó al ejército a los veintiún años. Tuvo un rápido ascenso hasta que estuvo al mando de tropas para tomar la ciudad de Puerto Príncipe, actual capital de Haití, donde tuvo una actitud de negociación con el comandante francés de la que fue acusado de cobardía. A partir de entonces solo tuvo cargos administrativos hasta que fue asignado para la toma de Buenos Aires.

    Capítulo 1. Conspiraciones y más conspiraciones

    19 de agosto de 1806, siete días después de la reconquista de Buenos Aires

    Varios oficiales ingleses se daban cita en la fonda Los Tres Reyes cerca de la plazoleta del Fuerte. Luego de la reconquista de Buenos Aires, por orden de Liniers, estos habían quedado con el estatus de prisioneros en libertad condicional, bajo juramento de no escapar. La mayoría se alojaba en casas de familias criollas y tenían una posición de destaque en la vida social porteña.

    Mientras esperaban su comida la conversación se centraba en la salud de los heridos ingleses, especialmente en la de los oficiales. Uno de los más comentados era el caso del capitán Mackenzie quien, en estado delicado, estaba al cuidado de la familia Ezcurra. O más bien al cuidado de las señoritas Ezcurra dijo Gillespie y todos rieron con el comentario de Arbuthnot de que con ese hermoso cuidado a cualquiera le gustaría estar herido. Herido de amor acotó Denis Pack. Pero las risas cesaron cuando el general Beresford se sumó al grupo con una cara que delataba preocupación y enojo.

    —Disfruten de su estadía en Buenos Aires porque no sé qué nos depara el futuro.

    —¿Porqué? —le preguntó Pack, que era el único que tenía cierta familiaridad con el general—. ¿Liniers sigue sin honrar el acuerdo?

    —¿Qué puede esperarse de un francés? —dijo Arbuthnot.

    —¡Y menos aún de un francés al servicio de españoles! —agregó Gillespie.

    —Me imagino que no nos van a liberar —dijo Pack—. Hace algunos días que está dando vueltas con eso.

    —No sólo no nos liberarán —dijo Beresford que acababa de tener una reunión con Liniers—. Amenaza con mandarnos al interior.

    La posibilidad de que eso ocurriera cayó como un baldazo de agua fría sobre el grupo que quedó varios segundos en silencio.

    —¿Está seguro de eso? —preguntó Pack.

    —No totalmente. Inicialmente serían enviados los soldados y no nosotros, los oficiales —aclaró el general—. Creo que lo que lo detiene es que está desesperado por conseguir el original del acuerdo que él firmó y también el cuaderno del señor Gillespie, donde está el listado de los que juraron no tomar las armas contra Inglaterra. Por ahora nos quiere aquí para sacarnos esos documentos.

    —¿Y dónde están? —preguntó Arbuthnot.

    —Es mejor que nadie lo sepa… —dijo Beresford con misterio.

    —Es cierto. A mí me buscaron para matarme si no los entregaba —afirmó Gillespie.

    A continuación contó con lujo de detalles como una turba, de la más baja calaña, concurrió a la casa donde él se alojaba. Lo buscaban a él y a todo su equipaje. Por suerte el dueño de casa, alertado de antemano, lo había escondido y enfrentó a los malvivientes con autoridad.

    —Estoy seguro de que los mandaba Liniers para encontrar el famoso cuaderno —dijo Gillespie al terminar su narración.

    —Pero este hombre es de linaje noble. ¿Cómo puede ser que no se atenga al código de honor? —preguntó Pack incrédulo—. ¿Acaso no es él el gobernador militar de la ciudad?

    —Es que en la ciudad hay un vacío de poder —explicó Beresford—. Por un lado, está Sobremonte, que si bien se encuentra alejado sigue siendo el Virrey, por otro lado, está Álzaga, también está la Audiencia{1} y, como si eso fuera poco, están los criollos tratando de llevar agua para su molino.

    —Los criollos… —dijo Pack—. Siempre pensé que se terminarían sumando a nosotros para sacarse a los españoles de encima.

    —Sí, eso todavía puede pasar —aclaró el general—. Por eso debemos aprovechar que estamos alojados en sus casas para tratar de enemistarlos, aún más, con los españoles y darles esperanza de que Inglaterra apoyará su independencia.

    —¿Es una esperanza real o ficticia? —preguntó Gillespie.

    —Eso no importa. Lo importante es que ellos la crean real.

    —¿Qué sabemos de Baird? —preguntó Pack.

    El general Baird era el superior de Beresford y comandante en jefe de toda la expedición que había partido de Inglaterra para tomar la colonia franco-holandesa de Ciudad del Cabo, de la cual ellos se habían separado luego de su rápida victoria allí{2}.

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    Vista de Buenos Aires, por Charles Henri Pellegrini

    —No sé absolutamente nada, pero imagino que no deberían tardar en llegar refuerzos desde El Cabo. Yo le escribí a Baird hace tres semanas describiéndole nuestro éxito inicial y nuestra urgente necesidad de refuerzos ante la creciente rebeldía de la ciudad a nuestro gobierno. Calculo que en estos días debe estar llegando a sus manos mi esquela y que en un mes más estarán por aquí.

    —A eso se le suma la flota de Popham que sigue bloqueando la ciudad —dijo Arbuthnot con entusiasmo.

    —Y las tropas que seguramente mandarán desde Inglaterra cuando llegue el tesoro —agregó Gillespie.

    —Es correcto, pero aun así habría dos caminos que los españoles podrían tomar con nosotros. La primera es que, ante la amenaza, se decidan a negociar e intercambiar la paz por nuestra libertad.

    —¿Y la otra alternativa cuál es? —preguntó Pack.

    —Que, ante la amenaza, decidan mandarnos inmediatamente al interior —reconoció Beresford.

    —¿Qué podemos hacer? —preguntó Gillespie.

    —Tratar de ganar a los criollos para nuestro beneficio —respondió el general—. Cuanta más división haya, más posibilidades tenemos de una negociación.

    * * *

    Diario de una porteña

    Se ha llevado a cabo un Congreso General en el edificio del Cabildo. El fiscal de Su Majestad intentó obtener la lealtad de todos hacia el Rey Carlos IV y al Virrey Sobremonte pero los gritos y los insultos no lo dejaron terminar su discurso. Afuera se había acumulado mucha gente enojada que parecía ser dirigida por Pueyrredón, quien cada tanto asomaba en el balcón y los enardecía. En la Sala de Acuerdos se terminó acordando impedir que el Virrey vuelva a la ciudad y que se le cediera a Liniers el mando de las armas.

    * * *

    Por la noche en una casa de la ciudad

    —Señores, estamos de parabienes —dijo Saavedra al resto del grupo—. Hemos logrado aportar mucho más que un grano de arena para socavar el poder de España en este Virreinato.

    Belgrano, Castelli, Pueyrredón, Thompson, Moreno y varios otros se felicitaron. Se habían puesto como objetivo lograr que el Congreso General{3} que había sido convocado pocos días después de la reconquista desafiara al poder de Sobremonte y, por ende, al de España.

    —¡El Virrey suspendido! —exclamó Juan Martín de Pueyrredón—. ¿Quién hubiera pensado eso hace un par de años?

    El grupo independentista se juntaba secretamente desde hacía varios años, sin lograr avances concretos en sus republicanas ideas hasta que… apareció la flota inglesa.

    —Costó convencer a los peninsulares —dijo Castelli—. Pero claro… ¿Quién podía defender a Sobremonte?

    —Álzaga parecía incómodo al tomar el mismo partido que nosotros —reconoció Belgrano—. Pero le sirvió para sumar un poquito más a su poder.

    —Lo más importante es que lo que era una estructura de poder monolítica, se va resquebrajando —dijo Saavedra que parecía tener claro el camino que debían seguir—. Desconocer el poder del Virrey es el primer paso de un pueblo para terminar desconociendo el poder de España.

    —Estamos lejos de eso todavía —acotó Mariano Moreno.

    —Sí, claro. Pero por primera vez pudimos convocar a bastante gente y poner presión a favor de nuestra posición —dijo Saavedra, satisfecho—.

    No es poca cosa.

    —Además de Álzaga, el otro vencedor del Congreso General fue Liniers —apuntó Castelli—. Y si bien mi primo, el señor Belgrano, tiene buena relación con el francés, la verdad es que no sabemos cuáles son sus ideas. Quizás estemos entronando a alguien que, a la larga, vaya en contra de nuestros objetivos.

    —Yo creo que puedo ayudar en eso —dijo Thompson.

    Martín Thompson, hijo de inglés, pero educado por su tío criollo, estaba casado con una de las figuras más convocantes de la sociedad porteña: Mariquita Sánchez. Los padres de ella se habían opuesto a su unión, pero ella, de tan sólo diecisiete años, movió cielo y tierra hasta obtener de Sobremonte su emancipación y así poder casarse con Martín.

    —Como ustedes saben, mi mujer, mantiene una fluida amistad con Ana de Perichon.

    —La Perichona —corrigió Castelli con una sonrisa.

    —Claro que lo sabemos. ¡Y

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