2028, EL AÑO DEL SORPASSO CHINO
Make America Great Again. “Haz que América vuelva a ser grande”. Abreviado a veces bajo el acrónimo MAGA, este fue el eslogan que hizo famoso a Donald Trump durante la campaña presidencial de 2016. De todas ellas, quizá sea la última palabra la más connotativa de todas. “Again”. Otra vez. ¿Significa esto que la otrora todopoderosa nación ha perdido en los últimos tiempos el impulso y fuelle de su inercia histórica? ¿Acaso ya no es aquella antorcha de vanguardia que mostraba siempre su espalda al resto de perseguidores en la carrera por el liderazgo mundial?
Hace ahora 33 años, el 3 de julio de 1988, el crucero lanzamisiles USS Vincennes de la Armada de los EE UU derribaba por error un avión civil iraní (un Airbus A-300, con 290 pasajeros a bordo, que cubría la línea Teherán-Dubai) en aguas del Golfo Pérsico. Los militares estadounidenses lo habían confundido con una aeronave de combate y lo abatieron de forma fulminante sin aviso previo ni contemplaciones. A pesar del terrible error, el entonces vicepresidente George H. W. Bush –futuro inquilino de la Casa Blanca– declaró ante el mundo de forma tan sorprendente como desafiante: “No me importa lo que digan los hechos, jamás pediré disculpas en nombre de los Estados Unidos”.
Tal era entonces el grado de supremacía –casi diríamos moral– de la primera potencia del planeta (algunos llegaron incluso a bautizarla como hiperpotencia), que su posición indiscutible en la cúspide de la pirámide trófica le permitía regalarse semejantes comentarios, casi rozando la impunidad, frente al silencio obligado de
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